domingo, 30 de abril de 2017

CARTA A MALVOLIO































Jamás se trató de una fuga de mi parte, Malvolio,
y tampoco de un flair mío que huela lo peor
a mil leguas. Ésta es una virtud
que tú posees y que no te envidio, incluso
porque no le sabría sacar ningún provecho.
No, no se trató nunca de una fuga
sino sólo un respetable
tomar las distancias.

Al comienzo no fue muy difícil,
cuando las separaciones eran netas,
el horror de un lado y la decencia,
oh, tan sólo una decencia infinitesimal,
del otro. No, no fue difícil,
bastaba doblar la esquina, apagarse,
volverse invisibles,
serlo tal vez. Pero después...

Después que los establos se vaciaron,
el honor yla indecencia, anudados en el mismo pacto
fundaron el permanente oxímoron
y ya no fue cuestión de huidas y reparos.
Era la hora del batiburrillo
conceptual, el revés era el derecho
y todo el resto burla y silencio.


Fue tu hora y aún no termina.
Con qué agilidad revolvías
materialismo histórico y pauperismo evangélico,
pornografía y redención, náusea por el olor
a trufa, el dinero que te llovía.
No, no estás equivocado, Malvolio, la ciencia del corazón
no existe todavía, cada uno la inventa como quiere.
Pero déjate de fugas, ahora que apenas se puede 
buscar la esperanza en su negativo.
Deja que mi fuga inmóvil pueda decirle ¡ánimo!
a alguien o a mí mismo, que la partida sigue abierta,
que la partida está cerrada para quien rehúsa
las distancias y se apura como haces tú, Malvolio,
porque sabes que mañana será imposible
también para tu astucia.



Eugenio Montale


(Traducción: Fabio Morábito)



Nota Bene: "Malvolio" es Pier Paolo Passolini, a quien Montale le dirige la carta.


LETTERA A MALVOLIO


Non s'è trattato mai d'una mia fuga, Malvolio,
e neanche di un mio flair che annusi il peggio
a mille miglia. Questa è una virtù
che tu possiedi e non t'invidio anche
perchè non potrei trarne vantaggio.

No,
non si trattò mai d'una fuga
ma solo di un rispettabile
prendere le distanze.

Non fu molto difficile dapprima,
quando le separazioni erano nette,
l'orrore da una parte e la decenza,
oh solo una decenza infinitesima
dall'altra parte. No, non fu difficile,
bastava scantonare scolorire,
rendersi invisibili,
forse esserlo. Ma dopo.

Ma dopo che le stalle si vuotarono
l'onore e l'indecenza stretti in un solo patto
fondarono l'ossimoro permanente
e non fu più questione
di fughe e di ripari. Era l'ora
della focomelia concettuale
e il distorto era il dritto, su ogni altro
derisione e silenzio.

Fu la tua ora e non è finita.
Con quale agilità rimescolavi
materialismo storico e pauperismo evangelico,
pornografia e riscatto, nausea per l'odore
di trifola, il denaro che ti giungeva.
No, non hai torto Malvolio, la scienza del cuore
non è ancora nata, ciascuno la inventa come vuole.
Ma lascia andare le fughe ora che appena si può
cercare la speranza nel suo negativo.
Lascia che la mia fuga immobile possa dire
forza a qualcuno o a me stesso che la partita è aperta,
che la partita è chiusa per chi rifiuta
le distanze e s'affretta come tu fai, Malvolio,
perchè sai che domani sarà impossibile anche
alla tua astuzia.





Eugenio Montale. Poeta, crítico literario y premio Nobel italiano. Nació el 12 de octubre de 1896 en Génova. En 1917 se incorpora a filas y conoce allí a Sergio Solmi, y en 1919 a Camilo Sbarbaro. Luchó en la I Guerra Mundial. En 1925 firma el Manifiesto de los intelectuales antifascistas promovido por Giovanni Amendola y redactado por Benedetto Croce. Tras trabajar en una revista y en una editorial, en el año 1928 fue director de la biblioteca del Gabinete Vieusseux en Florencia, trabajo que abandonó en 1938 a causa de sus convicciones antifascistas. Durante diez años fue traductor al italiano de autores ingleses y norteamericanos y en 1948, se inició como crítico literario y musical para el Corriere della Sera, de Milán. Editó cinco libros de poemas, entre los que destaca Huesos de sepia (1925), Las ocasiones (1939) y El vendaval y otras cosas (1956), todos ellos reeditados en un solo volumen, Poesie, en (1958). En 1966 publica Auto da fe y es nombrado Senador vitalicio por Giuseppe Saragat, presidente de la República Italiana. En 1971 aparece Satura y en 1973 Diario del 71 y 72. En 1974 recibe el doctorado honoris causa de la Facultad de Letras de la Universidad de Roma. En 1975 recibe el Premio Nobel.  Falleció en Milán en 1981. Fue sepultado junto a su mujer en el cementerio de San Felice en Ema, Flore.





viernes, 28 de abril de 2017

EL ARTE POBRE


























La pintura
de caballete exige sacrificios
para quien la hace y es siempre un estorbo
para quien la compra y no sabe dónde colgarla.
Durante algunos años sólo he pintado pájaros
cogidos en las redes,
sobre papel azul de azúcar o cartón de embalaje.
Vino y café, huellas de pasta de dientes
si aparecía en el fondo un mar rizado,
tales los colores.
Usé también cenizas y fondos
de capuchino a Sainte-Adresse, ahí donde 
Jongkind halló sus gélidas luces,
y quise resguardar, con poco éxito,
el paquete con alcanfor y plástico.
Es la parte de mí que logra sobrevivir
de la nada que había en mí, del todo que tú eras
sin saberlo.



Eugenio Montale  (Italia, Génova, Liguria; 1896 - Milán, Lombardía, 1981)


(Traducción Fabio Morábito)


L'ARTE POVERA

La pittura
da cavalleto costa sacrifizi
a chi la fa ed è sempre un sovrappiù
per chi la compra e non sa dove appenderla.
Per qualche anno ho dipinto solo ròccoli
con uccelli insaccati,
su carta blu da zucchero o cannelé da imballo.
Vino e caffè, tracce di dentifricio
se in fondo c'era un mare infiochettabile,
queste le tinte.
Composi anche con cenere e con fondi
di cappuccino a Sainte-Adresse là dove
Jongkind trovò le sue gelide luci
e il pacco fu protetto da cellofane e canfora
(con scarso esito).
È la parte di me che riesce a sopravvivere
del nulla ch'era in me, del tutto ch'eri
tu, inconsapevol.


IMAGEN: Pintura de Montale para su primer libro: "Huesos de Jibia".




miércoles, 26 de abril de 2017

VESTÍTE Y ANDÁTE



















Huí nomás
          capulina, chabacana
con mi camisa de corderoy
con mi riñonera.


Dejáme ahora
              si es ese tu placer consecuente
tan tristón como solo e inútil;
inferíme la desolación obstinada de la inutilidad;
arrojáme a mi síndrome

¿No era que nunca te había ocurrido
lo que conmigo?
¿Entonces mi producción es poco más
que morondanga?
¿No venía a ser yo quien te globalizaba
los sentidos?
"¡Orgasmáme, pijudo!"
                       en tus labios obvios: exaltados:
¿era una expresión retórica, parásita?


Huí nomás
          dilentante, peliforra
con mi boina blanca


Lleváte tu impronta abrasadora;
disipá tu horrible
fobia matutina tragándote
el dominguero paisaje
suburbano


Huí con mi slip
con mis chinelas


A esta desnudez mía y patética que se queda
-hoy  
ya extenuada la nochecita del sábado tres de octubre-
despidiéndote
             rocío con mi esperma.



SI TE MORÍS


Si te morís con los ojos abiertos
                                 sonaste:
ni en sueños

             volverás

a pestañear.



VIVIR CON

Mara se negó a vivir con Albert
Albert se negó a vivir con Geraldine
Geraldine se negó a seguir viviendo con Enrique
Enrique se negó a vivir con Irineo
Irineo se negó a vivir con sus hijos
Los hijos de Irineo se negaron a vivir con la madre de Irineo
La madre de Irineo se negó a seguir viviendo con su marido
El marido de la madre de Irineo se negó a vivir con Elvira o con
Amelia
Amelia y Elvira se fueron a vivir juntas
pero negándose a vivir también
con la prima de Elvira, Clarisa
Clarisa se negó a vivir con Rogelio
Rogelio se negó a vivir  en el remordimiento
de haberse negado siempre a vivir con Ofelia
y ahora espera que en tiempo y forma
la pólvora activada en ese grosero
collar que rodea su cuello
lo explote en el aire.



HACIA LA MONOGAMIA

Giro ahora con 8
como antes lo hiciera con 16

Mañana giraré con 4
pasado solamente con 2

Y por fin con UNA
saludaré
         en el atrio.



ASEVERACIÓN DE QUIEN NO SABRÍA EVITAR SU APEGO A LA VIDA QUE YA TIENE

Si a elegir me dieran la chance de volver
a nacer quisiera
o no quisiera?

respondería que lo que quisiera es no volver
aun otorgándoseme la posibilidad
de elegir la precisión de ser
el que básicamente ya soy
u otro

refrendaría que lo que quisiera es no volver
de ningún modo compatible con el sufrimiento
humano
animal
o botánico

y que con esta vida ya está
me conformo
cometí la experiencia
y que estoy
muy cansado.
   
(de la "Antología Poética",
realizada por Eduardo Dalter,
La luna Que, Bs.As.,2009)



Rolando Revagliatti



Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires (ciudad en la que reside), la Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com.ar – Y a partir de 2017 en www.revagliatti.com. Sus 185 producciones en video se hallan en http://www.youtube.com/rolandorevagliatti - 





lunes, 24 de abril de 2017

OBTURADOR
















A mi padre


Impaciente, el viejo toma el arma,
carga el rollo enredado entre los dedos,
y gatilla.
Desde chico fantaseaba con ese disparo:
encuadraba en su mente un objeto 
minuciosamente fiel a su pasión.
Poco a poco se fue armando de valor
en el oficio de cargar con el peso
de la vida de otros:
encender ajustar quitar luz,
creer en el misticismo del hecho.
En la opacidad de aquel cuarto oscuro
comulgó con sus víctimas
desmembrándolas o simplemente
observó cómo un rostro
sofocado por el líquido pasaba
del rojo al verde pálido.


Ahora, en el solitario jardín,
agazapado como un vigía
con su letal LEICA R8
espera el vuelo 
de su próxima víctima,
para cortarle las alas.





Ana Herrera



Ana Herrera, poeta argentina, nacida en Guaymallén, Mendoza, en 1985. Ha estudiado arte dramático y para masajista profesional. Es aficionada a la fotografía, alumna del Taller de lectoescritura de Marcelo Leites y una inconformista empedernida.  Aún permanece inédita.




sábado, 22 de abril de 2017

TEXTOS





















EL ARTE

alguna vez fue lo que hizo a las mujeres levantarse de sus asientos y bailar desnudas como dislocadas hasta al amanecer griego, mientras los hombres comían como animales y un poeta cantaba cosas que decía que veía. Ese juglar era un artista. Cantaba las bellezas exuberantes de los dioses nefastos que arremetían contra los hombres, porque así simplemente sentía al mundo más grande que él. 
Hoy los artistas no son otra cosa que cadáveres expuestos en vitrinas al igual que sus obras, tan muertas como ellos. No hay diferencia, todo es igual disfrazado de lo mismo; vestida de incertidumbres una obra vaga de salón en salón, de museo en museo, y es celebrada y premiada por muchos, y todo eso no sirve más que para alimentar la codicia del artista.

***

LA COCAÍNA

es la que me introdujo en el manicomio de mi cerebro. Me metió en las cadenas asociativas. Me hizo ver lo que es el cerebro, que es como una radio en la que hablan los demás. Porque yo soy un sujeto hablado, en el que hablan mis padres, mis abuelos, no yo. Entonces cuando vos comprendés que sos hablado y te ponés a escuchar la radio que habla, ahí comienza la locura… o el psicoanálisis. Yo elegí el camino de la locura. Entonces cuando vos tomás cocaína y te pasás días sin comer y sin dormir, llegás a lugares del cerebro impensados. Niesztche lo decía así: ‘cuando vos mirás el abismo, el abismo te mira. Y le gustás’. El inconsciente quiere que vos hagas eso. Que sufras, para que él goce. 

***

EL SISTEMA PASTORIL DE LA PSIQUIATRÍA

Me opongo al sistema pastoril de la psiquiatría que tienen que decidir qué tomo. Yo decido qué sustancias puedo tomar, todo el mundo toma drogas y yo elijo las mías, he tomado drogas toda mi vida. Creo que la droga más complicada que tomé hasta ahora es la cocaína, porque se instala de una manera donde uno pierde el control. La marihuana es muy adictiva, la gente está equivocada, una de las abstinencias más fuerte es la de la marihuana, peor que la de la cocaína. La gente puede tomar lo que quiera. Yo no creo que la casta médica deba hacerse cargo a la fuerza de la salud pública de la gente. Otra cosa curiosa, y esto está demostrado, las sociedades donde se aumenta el castigo, más consumen drogas, y las publicidades que hacen parece hechas por los carteles “La droga es un viaje de ida” ¿y qué clase de pibe quiere volver de Mar del Plata? Entonces está pensado para atraerte más. 

***

CÓMO LLEGAR AL ÉXTASIS:

Con el sexo indiscriminado, poligámico y promiscuo -promiscuo quiere decir en estado de confusión-, y con la droga. Son las dos cosas que producen éxtasis. Por lo tanto, la misma casta sacerdotal que prohíbe eso convierte a todos los inapestados. Por eso las mujeres promiscuas, los homosexuales o los bisexuales pasaron a ser seres perseguidos. Cuando el viaje al éxtasis fracasa, el individuo cae más atrás de sí...entonces el dealer se convierte en testigo de Jehová...el guerrillero en diputado nacional...la gran prostituta en ama de casa. 

*** 

LAS PAJAS

Aquella obsesión, que cada vez elegía mejor sus presas, fue perfeccionando los tiempos y la vorágine de violencia sexual con que las sometía. Aquella era la primera vez que me atrevía a utilizar la violación como argumento temático del guión de mis masturbaciones, que siempre fueron narrativamente complejas. Hasta ese momento había elegido casi siempre secuencias donde mis novias y amantes hacían el amor con mi peores enemigos, con los hombres más detestables, y aquello que en la vida real me hubiera destruido, en mis pajas elevaba la calentura a grados insoportables. Mi ética personal, que condena duramente la violación sexual, había conseguido introducir sus códigos perversos en la selva de las fantasías. 
Así que acicateado por el opio y el relajo evidente de mi voluntad, decidí abrir la boca del lobo de la caja de Pandora de los deseos. nadie me podrá convencer de que con aquellas pajas le hacía daño a alguien. 

***

LA INFELICIDAD DE LA PAREJA

No conozco una sola pareja que sea feliz. Se casan y dejan de flotar. Empiezan a preocuparse. Dejan de coger, de besarse la concha. Se convierten en cajas de seguridad, cuidan la economía. Porque la base del capitalismo no es la familia, es la pareja. La base de la maldición del mundo es que un hombre y una mujer se enamoren. El amor es una psicosis colectiva. ¡Cuando el hombre se enamora se convierte en un imbécil! En un degenerado. Lo dijo Freud: ‘el encuentro entre el hombre y la mujer es imposible’, porque cuando el hombre se enamora busca a su madre (¡mirá que mierda de sujeto!) y la mujer busca en el hombre a Dios, busca algo más misterioso. Pero no lo encuentra. Ninguno encuentra al otro, entonces se forma ese nido de frustraciones donde comen, duermen, cagan, tienen hijos y reproducen la maldición. 

***

EL FUTURO

es algo que también fue inventado, y como todo tiene que acabar. El futuro hace siglos es el pasado. El hombre citadino, -hoy ya casi no hay rastros de otro hombre-, sabe su futuro a cinco o diez años. Lo planifica, lo cuenta, la maquiniza. Compra automóviles o casas quintas o un convoy de tasas chinas en cuotas, porque sabe que estará allí una década después para seguir pagando. Cuando firma un pagaré ese hombre firma su esclavitud, o peor aún, su muerte, o su futuro, que hoy por hoy es casi lo mismo.

*** 

EL GUERRERO

Cuando el guerrero llega al borde del abismo, salta en posición de combate. El bailarín se arroja con paso de baile. El místico, en postura de meditación. El tonto tropieza y cae. Sin embargo, es curioso lo que hace el elegante: antes de caer al abismo, se da la vuelta y saluda. 

***

ESOS VIEJOS

flacos y orgullosos en el supermercado, arrastrando el carrito vacío con los ojos bajos y en silencio. Porque ellos creen que el silencio es de bravos. 
Esos viejos muertos de hambre que trabajaron toda una vida y no se roban ni una uva. 
Esos viejos que se cruzan con un muchacho rubio de pelo largo que no los ve porque va pensando en el futuro, porque este es un mundo de jóvenes que olvidan su origen y de viejos que no recuerdan el destino, pero si las moscas usaron corbata, si las balas cantaran blues, si el cielo sacudiera su viejo culo azul y las ventanas catódicas de los edificios explotaran, igual, igual habría un anciano babeando fantasías sobre las piernas de una muchacha e igual habría todos esos tipos con cara de clavo sonriendo por las calles del mundo.



Enrique Symns





Enrique Symns nació en Lanus, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1946. Periodista, escritor y actor teatral argentino. Ha publicado crónicas, novelas y biografías sobre grupos y compositores del rock argentino y latinoamericano.Desde 1982, trabajó en diferentes medios: fue redactor del diario "La voz", de "Clarín" en 1983, y en 1988 del diario "Sur". Estuvo al frente de publicaciones como El Porteño , Satiricón, Eroticón, Cerdos y Peces, El Cazador. También integró, como monologuista, el popular grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, durante la década de 1980.Está cosiderado como uno de los narradores contemporáneos argentinos más influyentes de la llamada cultura urbana y el under porteño. Su lugar en la literatura argentina, primero como periodista y luego como escritor, comenzó en la década de 1980, tras vivir varios años en Holanda, España y Brasil. Retornó a Buenos Aires y en 1983 fundó la revista Cerdos & Peces, que marcó una impronta difícil de superar en cuanto al desarrollo de un estilo marginal, despojado de máscaras y convencionalismos. Durante los años 1998-1999 utilizó su corrosiva pluma en "La Maga"; y en Chile creó la revista "The Clinic". Symns es autor de "Ñan Fri Fruli Fali Fru - Los Redondos" (1992), "Invitación al abismo";"La vida es un bar", (Ed. Cuarto Propio- Santiago de Chile, 2000), y un libro que reúne cien poemas de Charles Bukowsky. Su ultimo libro es “El Señor de los Venenos” (Ed. El cuenco de Plata 2005). Su estilo literario aplicado en crónicas y textos, basado en el uso de técnicas propias de la literatura de ficción en el periodismo, como el recurso de la primera persona que vuelve inseparable al acontecimiento (noticia) del narrador y hace del observador un sujeto activo que influye con su subjetividad en el hecho, lo ubican como uno de los escritores argentinos más importantes de lo que en Estados Unidos se conoció, desde Hunter Thompson, como «periodismo gonzo» y brilló con lo que se llamó "periodismo de ficción".





jueves, 20 de abril de 2017

LA CÁMARA LÚCIDA




















   Creo que fue Heráclito quien fundó los principios de su observación filosófica sobre el escuchar y no en el ver, tal como hicieron la mayor parte de sus colegas. Como dijo Heidegger, escuchando a unos campesinos, "El agua no es H2O, sino aquello con lo que me lavo las manos". 

   Para poder observar la conducta de los fotones, los expertos han construido una especie de "caja negra" que simula la oscuridad total y entonces el fotón no se siente mirado. Nada en el universo quiere ser observado y mucho menos fotografiado, es decir, clonado en la falsa eternidad de un instante. 

   Todo aquello que es mirado, se enmascara de sí mismo. 

  El ojo es un cuchillo que intenta inútilmente rasgar las tinieblas que constituyen la realidad. 

  Recuerdo que después de tres años de estar de noviazgo con mi primer amor, vi por primera vez su rostro a la luz de una vela en una cabaña en Brasil. La vela, hace una danza donde las sombras son tan protagónicas como la luz. 

   Lo más apasionante de cualquier foto, entonces, es que devela siempre lo que no hay. 




Enrique Symns (Lanús, Buenos Aires, 1946)


IMAGEN:  Flor de la cocaína.



martes, 18 de abril de 2017

LA MAGIA DE LOS LIBROS



































     Las drogas más poderosas que he consumido en mi vida, las sustancias psicodélicas más transformadoras, fueron ciertamente algunos libros que he leído. 

  Cuando tenía 16 años, por ejemplo, las novelas de Leopoldo Marechal (Adán Buenosayres, Megafón o la guerra y El banquete de Severo Arcángelo) se transformaron en faros cuya luz atravesaban las penumbras de la miserable vida cotidiana, las rutinas embrutecedoras que agobiaban mi existencia, para iluminar la vida legendaria que desde niño había añorado como si ya la hubiera experimentado. Tal fue mi pasión por Marechal que, con la excusa de un falso reportaje para una revista colegial, fui a tocarle el timbre. Leopoldo fue un anfitrión encantador y paciente que nunca expresó el aburrimiento que le produjo mi acechanza. En aquellos años, tanto su escritura como la de Roberto Arlt me transportaban a un territorio legendario, una región imaginaria que desbarataba los límites convencionales de la argentinidad. Ellos recorrían en sus narraciones los senderos laberínticos de una promesa existencial que yo también me había hecho. 

     En mi juventud fui un lector adicto y obsesivo. Leía todo aquello que estaba señalado en el mapa de las lecturas que habían diseñado los expertos. Descubrí tarde que así como el mapa no es el territorio, ni el menú es la comida, la literatura no son los libros. La auténtica droga, la magia transformadora, estaba oculta en la sustancia de algunos libros extraordinarios que se disfrazaban de libros. Crimen y castigo no era una novela que sucedía en Rusia y las vicisitudes de aquel asesinato nos identificaban con el homicida. Raskolnikov era un tipo como nosotros y su crimen era una invitación desesperada a comprender que la ley no existía, que todo estaba permitido, que vivíamos en un mundo salvaje y despiadado donde el primer pez que tuvo hambre se convirtió en asesino. 

    Los poetas malditos (Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont, Artaud) azuzaban el fuego que ya quemaba tu alma. Ellos eran una patada en el culo a todas las promesas de la vida normal, a la dicha del amor y a las normas de la decencia. 

    William Burroughs, quien durante muchos años se resistió a convertirse en escritor, asegura que fue la magia de Hemingway la que lo empujó a la escritura. “No sé si su relato París era una fiesta estaba siquiera bien escrito, lo importante es que la gente comenzó a comportarse como sus personajes, a vestirse como ellos. Eso no es literatura, eso es magia y es lo mío, me dije.” 

    A principios de la década del 70 llegó a mis manos uno de esos libros inolvidables que afectaron mi rumbo existencial tanto o más que cualquiera de los estímulos e influencias reales que me rodeaban. Fue Primavera negra, de Henry Miller. Ese libro me ayudó a comprender que eran inútiles los esfuerzos que yo estaba haciendo por convertirme en el idiota que los seres queridos me insistían que fuera. Fue como sacarme un traje gris y pesado que era yo mismo. Henry Miller me hizo dar cuenta de que yo era lo que no sabía que podía ser. 

    El poeta Néstor Perlongher, en la década del 80, dijo en una entrevista: “Piensan los alemanes, hacen rock los ingleses y narran los yanquis”. No se equivocaba: toda la narrativa del siglo pasado estuvo atravesada por los escritores sajones. Truman Capote y Norman Mailer dieron nacimiento a la narrativa periodística o documental aunque desde mi punto de vista la figura más influyente de ese género fue Ernest Hemingway, un escritor que dejó estampado un sello de heroicidad y bravura alrededor de su figura. 

    En el camino, de Jack Kerouac, fue un manual de instrucciones de cómo escaparse de la vida ordinaria y su lectura arrastró a una gran cantidad de miembros de mi generación a sacarse la corbata de estudiante universitario para salir a vagabundear como linyeras por las calles del mundo. 

    La melancolía etílica de Malcolm Lowry, la mirada vulgar y certera de Bukowski sobre los pequeños y miserables actos en que consisten las vidas, las demoledoras visiones casi cinematográficas de Raymond Carver sobre la sordidez que se esconde tras los modales de la convivencia, la mágica inventiva que surge en El palacio de la luna, de Paul Auster, o en Rock Springs, de Richard Ford. Esos escritores eran amigos invisibles y distantes que yo amaba como si los conociera. 

    En Latinoamérica, bajo la publicitada etiqueta del realismo mágico, la literatura se sumergió en el buceo obsesivo de un pasado mítico, en una reivindicación ideológica de los fantasmas de lo extinto. En nuestro país todos los relatos de las últimas dos décadas estuvieron signados por la presencia más o menos visible de las dictaduras militares, de la tragedia de los desaparecidos y de las distintas vicisitudes de la epopeya del peronismo. Esa narrativa nos propuso la asunción de una culpa, la conciencia de un fracaso, convirtiéndonos en prisioneros de la historia. Yo creo que el artista debe oponerse a la legitimidad de la historia. Mientras que las verdades que surgen del pasado nos sujetan y determinan, las que vienen del futuro nos liberan y nos exponen a las tormentas del extravío. 



(Diario Crítica 23.12.08) 

Enrique Symns (Lanús, Buenos Aires, 1946)




domingo, 16 de abril de 2017

POEMA MENOS UNO


























Yo
también quería,
hacer un poema como esos que hacen los grandes poetas.
Yo quería bordar los pliegues del amor y sacarlo 
del fango en el que la especie manda.

Yo quería volver a pintar los colores con el sesgo 
arborescente que preña el universo de las letras.
Yo quería reponer las palabras, peldaños para
ir y volver y volar…

volar
hacia lo más alto,
de lo alto,
de lo alto,
en un clima
de ascensión
jubilosa
y radiante,
para abarcar
desde una mirada
rasante todo lo existente,
lo soñado,
lo por soñar.

Y el
devenir de el devenir, el porvenir.
Siempre soñé despierto fabricar un poema contundente,
exquisito,
arrollador,
apasionante,
demoledor,
fantástico,
lleno de fuego
y nieve,
un poema
curador.



Tom Lupo





Carlos Luis Galanternik, más conocido como Tom Lupo (Charata, provincia del Chaco, 1945). Psicoanalista, poeta y locutor de radio argentino. Ejerce como profesor universitario en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Libros: Galanternik, C. (1979) Palabras para la esfinge. Poesía y psicoanálisis. Buenos Aires: Estrustrica (2004); y Entre muebles y sombras. Copetes, poesías, cuentos, aforismos, graffittis y otras combinatorias; Buenos Aires: Gárgola. Es también lector de poemas de otros autores; tiene dos discos grabados: En Mi Propia Lengua (2009) y Giro Hondo (2011).





viernes, 14 de abril de 2017

SOSPECHA DEL SEDUCTOR

















Años de uncir al yugo
de sus años pensados como historia
coherente, unívoca
nombres asimilables a estaciones, 
series de rostros, cuerpos, 
fundiéndose en los escenarios
y manía
de rogodearse en las afinidades;
foliar párpados,
modismos, combas del cuello,
agrupar timbres de la voz, fervores
políticos de cada nombre
disecado con prolija memoria.
O bien, impune,
lanzado a caprichosos cortes,
unir formas de andar, lecturas,
gusto por las tormentas.
hasta vibrar en las repeticiones,
saborear el hallazgo
como inesperada obra maestra,
propia virtud.
¿Qué mina ese poder?
¿De dónde salta la sospecha
de estar envuelto en una trampa, en trizas
el registro,
otro el secreto de la historia?
¿De quién esa visión de sí
como un reflejo vano,
la voz y el pellejo diluídos
puesto frente a un perfil
reunificado;
como que cada nombre de mujer
es una máscara infinita
un resplandor unánime?



Jorge Dorio





Jorge Oscar Dorio (Barracas, Buenos Aires, Argentina, 1958) .Periodista, escritor, poeta y actor argentino. Es muy conocido como panelista o conductor de programas televisivos y radiales. En su juventud estudió medicina, practicó deportes ―que incluyeron gimnasia sueca y esgrima― y escribió poesías.Hasta 1991 dirigió junto a Caparrós veinte números de la revista cultural Babel. En poesía publicó: "La mujer pez" (escrito en su mayor parte entre 19084 y 1986, y reeditado por Bajo la Luna, Rosario, 2013) y Huésped de sí mismo, más un libro de artículos periodístic os: La verba infamada. En 1984 comenzó su carrera en la radio, en el programa Sueño de una noche de Belgrano, con Martín Caparrós, que ganó el premio España Radiodifusión, otorgado al mejor programa de radio de habla hispana. Ese fue sólo el comienzo, posteriormente trabajó con Alejandro Dolina y con otros periodistas: Eric Calcagno, Alejandro Lingenti (ex-Télam) y Mariano Hamilton En T.V. también trabajó en Badía & Compañía, junto a Juan Alberto Badía, hasta 1995; entre muchos otros programas. Como actor debutó en cine con la película El lado oscuro del corazón, del Director Eliseo Subiela, en 1992; luego sólo hizo un par de películas más.




miércoles, 12 de abril de 2017

ORACIONES


















¿Qué tenían en mente los muchachos
lamidos por la siesta?
¿qué
filtraban con risas y a la sombra
de sus voces agudas, qué veían
al decir "cara" y "dios"?
¿Los muchachos tenían al oír
"verle la cara",
sumergidos en vapor de verano, al oír "dios" tenían
algo en mente?
¿hacían -supongamos-
de aire a lo que hubiera corriendo en sus cabezas
estampitas con cuerpos
de mujer, desmelenadas potras
colgando de una cruz, bikinis
en fucsia o amarillo anudadas en cálices
dorados, togas púrpuras, pezones,
ojos alzados húmedos al cielo y guiños,
heridas junto a vulvas?
Es decir
¿entreveraban la frase los muchachos, diluían 
la frase así desnuda
con lo que ellos oían en la frase?
Y en otro tiempo, luego, cuando hacían
-cosa probable, con rituales
y movimiento, estilo, tics, tan semejantes-
adentro de mujeres los muchachos
su danza de muchachos, al hacerlo
¿veían una cara?
¿de dios veían algo? ¿era de dios
el rostro que miraban?
¿temerosos de dios oscurecían
los ojos, la memoria? ¿otros temores
entreveraban los hilos de sus mentes?
Y alguna vez
en ese entonces o en cualquiera
¿pensarían
errando en una siesta por sus mentes,
los muchachos de entonces, mirarían
su andar confuso entre las frases?
¿Cerrarían los ojos como presas,
ahogados se sabrían tan presa de la voz?
O ajenos como las parturientas o los gatos, fuera
de cualquier derredor
¿se dormirían los muchachos? ¿se hundirían
en sueños sin palabras?



DANCING

¡Cómo agradecen mis ojos, mascarita,
las nadas de tu vida,
los no rasgos, no voz, no esperanzadas
tristezas
ni rastros de emociones
los no gritos
                  si tuvieras dolor,
los no silencios
los no hay más que estar aquí,
mirando
tu cadáver móvil y turgente
tu cuero sin palabras! 




Jorge Dorio (Barracas, Buenos Aires, Argentina, 1958)






lunes, 10 de abril de 2017

LA MUJER PEZ




EN VISIÓN

Esa mujer, los peces
sufren peor
que los de andar a oscuras,
los cieguitos
(nadie dirá "la mujercita"
por más que al verla
                    morir
hinchada, así, de luz
dé lástima la pobre)
sufren peor
los peces, la mujer
moviéndose
sin párpados, así
mirando sin parar
tan ávidos los ojos
para lo que hay que ver.



LAS INMORTALES

No es cierto que mueran las mujeres.
Entre los pliegues de los crímenes,
bajo la peste,
sobre las casas arrasadas cuando se abre la tierra
ríen las hembras jugando a la partida.
O hartas
de acceder a la voz, al movimiento,
se emperran en callar,
piensan inmóviles en algo
que huele a menta, muelle, sin edad,
algo sin huecos. Las mujeres
que a finaditas
no llegarán aprenden pronto
eso que saben todas las mujeres
aprenden
cómo se tiende hacia el silencio.
No es verdad
que las mujeres precisen memoria.



PERDIDA
Ella regresa de un lugar
que tampoco conoce.
Gruss

Cuando minada por el tedio espía
debajo de la cama, lenta, 
con maneras de cine, de relato nocturno,
corre la tela sin guión , sin música y espía
entre las patas de la cama,
la sombra sólo le devuelve sombra.
Si erra entre fotos y hurga,
ordena caras, prendas, se empecina
en hacer lógico el montón, fatal
el antes, lógicas 
las formas le confirman huecos.
Sin un temblor,
sin marcas en la piel untada
por las noches dadas a las series
donde se dice: vamos,
la desesperación es cosa de hombres,
le escapa al borde, cree
que hasta sus límites son falsos,
se arropa en el error, se duerme
sin soñar.




Jorge Dorio (Barracas, Buenos Aires, Argentina, 1958)