viernes, 9 de enero de 2009

PREDIO FABRIL



el camino pierde su huella bajo los arbustos,

tal vez soy el único que lo recorre todavía.

las ramas sueltas de los árboles azotan el viento,
que las dispersa, la fábrica cercana está vacía.
y todos los secretos quedaron ocultos tras sus muros,
se dice que a las máquinas las hundieron en el lago.
y al llegar el invierno seguramente el hielo se oxidó.
muchos de los que trabajaban aquí ya han muerto.

hay una cerca que perdió su altura y su sentido
y ahora es solamente una palabra del pasado.

sacaron los carteles de advertencia, ya no puedo
reconstruir sus textos, quedan unos pocos tornillos,
que servían para fijarlos, torcidos en su agujero,
aquí el sonido del viento se enrarece.

sólo al ver los restos de la cerca me di cuenta
de que el camino circundaba la fábrica y en realidad

no tenía salida, una vez que uno se encontraba en él.



Andreas Altmann

(Traducción de Mirta Rosenberg)



Fabrik gelände: der weg verliert seine spuren unter den sträuchern./ vielleicht bin ich der einzige, der ihn noch geht.// das lockere holz der bäume klopft gegen den wind,/ der es verstreut. Die nahe fabrik ist geräumt. und// die mauern beginnen, sich ein geheimnis zu suchen./ es wird erzählt, sie haben maschinen im see versenkt.// und sein eis hätte im winter rost angesetzt./ viele, die hier gearbeitet haben, sind schon tot.// es gibt einen zaun, der an höhe verloren hat/ und nur noch ein wort aus der vergangenheit ist.// die warnenden schilder wurden entfernt. ich bekomm/ ihren text nicht mehr zusammen. nur einige schrauben,// durch die sie befestigt waren, stecken gebogen im loch./ die geräusche des windes entfremden sich hier.// erst an den resten des zaunes hab ich bemerkt, daß sich/ der weg nur um die fabrik drehte und eigentlich keinen/ausgang hatte, wenn man sich einmal auf ihm befand.





Andrea Altmann nació en Hainichen (Sajonia) en 1963 y vive actualmente en Berlín. Ha publicado Wortebilden (1997), die dörfer am Ufer das Meer )1996) y die verlegung des zimmers (2001). En 1997 obtuvo los premios Wolfgang Weyracuch y Christine Lavant. El poema que publicamos fue tomado del Diario de Poesía Nº69, Bs.As., 2005.

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