viernes, 23 de enero de 2009

Sommes les fils du soleil...



















Somos los hijos del sol y de la tierra:
en sus abrazos fuimos concebidos, sujetos
desde entonces al movimiento que los mantiene juntos.
Del origen al futuro, nuestro destino
deja tras de nosotros huellas ilegibles
que intentamos descifrar, sin embargo,
como alguien perdido que buscara su casa.
¿Dónde estamos? Es la pregunta que toda
mirada lee cuando se va la mirada,
como si de la memoria hundida fuera
a brotar la respuesta ineluctablemente muerta.
Y entonces el alma, que ha agotado el campo
de lo mortal, pide a los animales que mueran
y que su sangre vertida les devuelva un camino.



Robert Marteau

(Traducción de Silvio Mattoni)

Nous sommes les fils du soleil et de la terre:
De leur étreinte nous fûmes conçus, soumis
Dès lors aux mouvements qui les tiennent ensemble.
De l'origine à l'avenir, notre destin
Laise derrière nous des traces illisibles
Que nous cherchons à déchiffrer, néanmoins, comme
Quelqu'un d'égaré qui chercherait sa maison.
Où sommes-nous? Telle est l'interrogation
Que chaque regard lit quand le regard s'absente,
Comme si de la mémoire effondrée allait
Jaillir la réponse inéluctablement tue.
C'est alors que l'âme, ayant épuisé le champ
Du mortel, demande aux animaux de mourir
Pour que leur sang versé lui refasse un chemin.




Robert Marteau. Escritor francés, nació en 1925 en Virollet, una pequeña población del Poitou; y murió en París, en 2011. Después de terminar el bachillerato en Niotr, se trasladó a París, en cuya universidad cursó estudios de literatura francesa, inglés y español, y donde asistió, además, a las clases de Valéry en el Colegio de Francia. En los años cincuenta, al tiempo que se inicia en la creación literaria, trabaja como secretario en el Palacio de Justicia y luego como profesor de educación primaria. En esta época descubre las corridas de toros, a las que asiste en plazas de Francia y España, y escribe sobre tauromaquia en la revista Esprit. En 1966 fue a los Estados Unidos, invitado por la universidad de Harvard, y permaneció después durante largo tiempo en Nueva York. También fue a Yugoslavia, donde rodó un documental para la televisión. Robert Marteau ha publicado novelas, diarios, ensayos sobre arte y ha traducido al francés, además de las obras de Miodrag Pavlovitch, los poemas del conde de Villamediana y la «Soledad Primera» de Góngora. Marteau ha sido un poeta tardío, cuya dedicación a la lírica ha ido incrementándose con los años. Su obra poética se compone de más de 20 títulos, entre los que mencionamos: Travaux sur la terre (Trabajos sobre la tierra) Études por une muse (Estudios para una musa), 1995 y Louange (Alabanza), 1996 y Registre (Registro), 1999.






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