A Roberto Cassinelli
Me cansé de rascar con esa guacha
y de hacer zafarrancho de bandera:
una mano, que izaba una pollera
y otra mano, que arriaba una bombacha.
Le di el amure, esgunfio de su facha,
sus grupos y su cacho de catrera,
y hasta juré cruzarme de vedera
cuando volviera a oler otra servacha.
Le agarré tal estrilo a aquella esclava
que, si veía un tarro de conserva,
pensando que era de puloil, rajaba.
Mateando fuerte me quedé sin yerba,
la parte fule me mostró la taba
y hoy ... ¡mi único alivio es esa sierva!
Daniel Giribaldi
Seudónimo de Diógenes Jacinto Giribaldi. Poeta argentino, nació en Nueva Pompeya (uno de los 100 barrios porteños), en abril de 1930 y murió el 2 de noviembre de 1984. Fue agrónomo, bailarín de tango y periodista, además de poeta. Publicó sus poemas en "Agua reunida", "Bien debute y a la gurda" y "La construcción del laberinto". Hizo una versión lunfarda del clásico de Cervantes, Milonga de Don Quijote. Además, dejó varias novelas inéditas, entre ellas una titulada "Quilmes tomadas en los jardines de Flores". En 1966 Giribaldi publicó sus "Sonetos mugres" que terminó siendo su obra más reconocida. Fue por editorial Sudestada, que por ese entonces ya había sacado “Las condiciones de la época” de Joaquín Giannuzi y “Las patas en las fuentes” de Leonidas Lamborghini. A pesar de un prólogo de Gobello y un epílogo más que laudatorio de José Barcia, la suerte literaria de Giribaldi fue mínima. Se lo recuerda todavía en Rosario, cuando un par de lectores aislados preguntan, muy de vez en cuando, qué pasa que nadie habla de él. Y es extraño, porque son un puñado de sonetos entrañables, sinceros, muy bien construidos. Sonetos en donde el lunfardo no viene a saturar la estructura clásica, sino a oxigenarla, a darle sentido. Varios poetas argentinos le entraron al soneto, pero unos pocos domaron esa fórmula. La musicalidad de Banchs, la aguda percepción de Wilcock y, sin duda, la entrañable voz ciudadana de Giribaldi". (Antonio Requeni). Giribaldi murió en 1985, a los 54 años, de una cirrosis hepática.
Marcelo: Fuí al Industrial 4 entre 1955 y el 58, parábamos al mediodía en la pizzería de Paco, Lacarra y Bolaños, y ahí paraba un estudiante crónico de Agronomía. Después de leer sus SONETOS MUGRES, que llego a mí circunstancialmente, siempre lo identifiqué como el querido "Negro", que según su historia andaba por el barrio en esa época. A raíz de esa percepción. borronié algo en su homenaje. Te lo dejo aquí
ResponderEliminarA DANIEL GIRIBALDI
Yo no se si eras vos, y me ilusiona
pensar que si, eras vos el del libraco
amurado en esa mesa de Don Paco
yJunando de reojo a la patrona.
Dormimos el nocaut en igual lona
el fercho de la chata y el tranvía
Lacarra y Bolaños, pizzería
donde al 4 jugábamos rabona.
Hoy, leyendo tus Sonetos Mugres
encuentro tanta cosa real, la vida
que tal vez nos juntó en aquella esquina
En una juventud que fue tuya, también mía
en un lugar que fue final y fue partida
y hoy es olvido que tus huesos pudre.
Saludos. Pepe Escudero
Gracias, Pepe, por el recuerdo y el poema. Un abrazo.
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