Quiero que mis manos sean extensión de ti,
y que mis brazos se continúen en ti,
y que yo sea de ti, como lo es la arena, del desierto.
Para no quedar desierto de ti,
arena sin tu sol,
polvo solo.
Alternativas
Aunque me aparten de ti,
seguirás ardiendo en mi,
sobre mi,
royendo el hueso final de mi muerte.
Si me dejas, quedaré en ti,
como una astilla en carne viva,
doliéndote.
Si intentas olvidarme,
debes saber, que toda llama que enciendas,
caerá sobre ti, fatalmente derramada.
Y si después de todo, acaso me buscaras,
ya nunca me hallarás,
no amor mío.
No se ha hecho el día, para los célebres del miedo.
Hugo Toscadaray (Buenos Aires, 1957)
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