viernes, 7 de septiembre de 2012

Acerca de la poesía lírica



                  El primer grado de poesía lírica es aquel en que el poeta de temperamento intenso y emotivo expresa espontánea o reflexivamente ese temperamento y esas emociones.  Es el tipo más vulgar del poeta lírico; es también el de menos mérito como tipo.  La intensidad de la emoción procede, en general, de la unidad del temperamento; y así este tipo de poeta lírico es en general monocorde, y sus poemas giran en torno a determinado número, en general pequeño, de emociones.  Por eso es frecuente decir de este tipo de poetas, pues con razón se nota, que uno es "un poeta del amor", otro "un poeta de la saudade", un tercero, "un poeta de la tristeza".
                  El segundo grado de la poesía lírica  es aquel en que el poeta,  por más intelectual o imaginativo, incluso sólo por más culto, no tiene ya la simplicidad o la limitación emocional que distingue al poeta del primer grado.  Este también será típicamente un poeta lírico en el sentido vulgar del término, más no será ya un poeta monocorde.  Sus poemas abarcarán diversos asuntos , unificados todavía por el temperamento y el estilo. 
                  Siendo variado en los tipos de emoción no lo será en la manera de sentir.  Así un Swinburne, tan monocorde en el temperamento  y en el estilo, puede no obstante escribir con igual realce un poema de amor, una alegría mórbida, un poema revolucionario.
                  El tercer grado de la poesía lírica es aquel en que el poeta, más intelectual, aún, comienza a despersonalizarse, a sentir, no ya porque siente, sino porque piensa que siente; a sentir estados de alma que no tiene realmente, sencillamente porque los comprende. Estamos en la antecámara de la poesía dramática, en su esencia íntima.  El temperamento del poeta, sea cual sea, está disuelto por la inteligencia.  Su obra estará unificada sólo por el estilo, último reducto de su unidad espiritual, de su coexistencia consigo mismo.  es así como Tennyson escribe por igual  Ulysses y The lady of Shalott; es así, y más, Browning, al escribir lo que llamó "poemas dramáticos", que no son dialogados, sino monólogos que revelan almas diversas con las que el poeta no tiene identidad, no la pretende tener y muchas veces no la quiere tener.
                  El cuarto grado de la poesía lírica es aquel, mucho más raro, en que el poeta, aún más intelectual pero igualmente imaginativo, entra en plena despersonalización.  No sólo siente, sino que vive los estados de alma que no tiene directamente.  En gran número de casos caerá en la poesía dramática, propiamente dicha, como hizo Shakespeare, poeta sustancialmente lírico elevado a dramático por el asombroso grado de despersonalización que alcanzó.  En uno u otro caso continuará siendo, aunque dramáticamente, poeta lírico.  Es el caso de Browning, etc. (ut supra).  No define ya el estilo la unidad del hombre, la denota sólo lo que hay de intelectual en el estilo.    Ocurre así en Shakespeare, en quien el realce inesperado de la frase, la sutileza y la complejidad en el decir son lo único que aproxima el discurso de Hamlet al del rey Lear, el de Falstaff al de Lady Macbeth. Y es así Browning a través de los Men and Women y de los Dramatic Poems.
                  Supongamos ahora que el poeta, evitando siempre la poesía dramática, externamente tal, avanza un poco más en la escala de la despersonalización. Ciertos estados de alma pensados y no sentidos, sentidos imaginativamente y por eso vividos, tenderán a definir para él una persona ficticia que los sienta sinceramente.




Fernando Pessoa  (Portugal, Lisboa, 1888- id., 1935)

(Teoria y crítica literaria)





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