miércoles, 2 de octubre de 2013

Tenía mil cosas para decir


Tenía – le parecía – mil cosas para decir
a esas palabras que no decían nada;
que esperaban, alineadas;
a esas palabras clandestinas,
sin pasado ni destino.
Y eso lo perturbaba infinitamente;
al punto de no tener, él mismo, nada más para decir,
otra vez, otra vez



Edmond Jabès (Egipto, El Cairo, 1912–París, Francia, 1991)


(Traducción: Carolina Massola)





Il avait – lui semblait-il – mille choses à dire
à ces mots qui ne disaient rien ;
qui attendaient, alignés ;
à ces mots clandestins,
sans passé ni destin.
Et cela le troublait infiniment ;
au point de n’avoir, lui-même, plus rien à dire,

déjà, déjà.




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