jueves, 7 de noviembre de 2013

Al puente de Brooklyn




















De tanto ir y venir por la tierra, 
y tanto subir y bajar en ella. 
LIBRO DE JOB
Cuántos amaneceres, el agitado frío que en ondas descansa, 
Las alas de las gaviotas se hundirán atravesándolo, 
Esparciendo blancos círculos de rumor, erigiendo, 
Sobre la encadenada bahía, las aguas de la Libertad.

Después, su inclinación invisible olvida nuestros ojos 
Como una visión de veleros que caminan sobre 
Alguna página del cuaderno de bitácora; 
Hasta que los ascensores nos sitúen en nuestro día...

Pienso en salas de cine, artificios panorámicos, 
Gente embelesada ante una escena que seduce 
Ocultando el sentido, a la que regresas siempre, 
Aunque intuida por otros ojos en la misma pantalla.

Y Tú, que atraviesas el puerto, a paso de plata 
Como si el sol caminara sobre ti, y aun así dejara 
Algo de movimiento sin prodigarse en el transcurso: 
¡Implícita vive en ti tu libertad!

Desde alguna escotilla subterránea, buhardilla o celda, 
Un demente se apresura hacia tus parapetos, 
Aturdido por instantes, el aire infla su camisa, 
La burla se percibe en la enmudecida caravana.

Wall Street abajo, de las vigas a la calle gotea el mediodía, 
Un diente arrancado del cielo de acetileno;


Por la tarde las grúas arrastran las nubes... 
Tus cables respiran la atlántica quietud boreal.

Oscuro como aquel cielo de los judíos,
Tu galardón... se te rinden honores
De anonimato que el tiempo no puede enmendar:
Conmovedora indulgencia y perdón nos otorgas.

Oh arpa y altar, fundidos en furia
(¡Cómo pudo el esfuerzo alinear el canto de tu cordaje!),
Maravilloso umbral de la visión del profeta,
De la oración del paria y gemido del amante.

De nuevo los semáforos rozan tu ágil, 
Compleja expresión, inmaculado suspiro de estrellas 
Bordando tu senda, condensada eternidad: 
Hemos visto a la noche recogerse en tus brazos.

Bajo tu sombra en los muelles esperé; 
Sólo en la oscuridad se aclara tu sombra. 
Las encendidas parcelas de la ciudad tiemblan, 
Ya la nieve sepulta un año de metal...

Oh, insomne como el río bajo tus píes, 
Hinchando el mar, el sueño de las llanuras, 
Hacia nosotros mísero fluye, desciende 
Y desde sus ondas ofrenda un mito a Dios.


Hart Crane


(Traducción: Jeannette L.Clariond)

To Brooklyn Bridge


How many dawns, chill from his rippling rest 
The seagull's wings shall dip and pivot him, 
Shedding white rings of tumult, building high 
Over the chained bay waters Liberty—

Then, with inviolate curve, forsake our eyes 
As apparitional as sails that cross 
Some page of figures to be filed away; 
—Till elevators drop us from our day...

I think of cinemas, panoramic sleights 
With multitudes bent toward some flashing scene 
Never disclosed, but hastened to again, 
Foretold to other eyes on the same screen;

And Thee, across the harbor, silver-paced 
As though the sun took step of thee, yet left 
Some motion ever unspent in thy stride,— 
Implicitly thy freedom staying thee!

Out of some subway scuttle, cell or loft
A bedlamite speeds to thy parapets,
Tilting there momently, shrill shirt ballooning,
A jest falls from the speechless caravan.

Down Wall, from girder into street noon leaks, 
A rip-tooth of the sky's acetylene;


All afternoon the cloud-flown derricks turn... 
Thy cables breathe the North Atlantic still.

And obscure as that heaven of the Jews, 
Thy guerdon... Accolade thou dost bestow 
Of anonymity time cannot raise: 
Vibrant reprieve and pardon thou dost show.

O harp and altar, of the fury fused, 
(How could mere toil align thy choiring strings!) 
Terrific threshold of the prophet's pledge, 
Prayer of pariah, and the lover's cry,—

Again the traffic lights that skim thy swift 
Unfractioned idiom, immaculate sigh of stars, 
Beading thy path—condense eternity: 
And we have seen night lifted in thine arms.

Under thy shadow by the piers I waited; 
Only in darkness is thy shadow clear. 
The City's fiery parcels all undone, 
Already snow submerges an iron year...

O Sleepless as the river under thee, 
Vaulting the sea, the prairies' dreaming sod, 
Unto us lowliest sometime sweep, descend 
And of the curveship lend a myth to God.



Hart Crane (E.E.U.U., Garrettsville, 1899 - en aguas de Cuba, 1932) Poeta estadounidense, uno de los grandes precursores de la poesía moderna en lengua inglesa, por su intensidad visionaria y a la vez épica. Desde niño fue apasionado, inquieto y de gran fragilidad emocional. Recibió escasa educación. Más adelante se convertiría en alcohólico, de espíritu autodestructivo y con múltiples problemas derivados de su homosexualidad. Su padre se opuso a que atendiera su vocación literaria. Trabajó por tanto en varios oficios en Nueva York y en Cleveland, que le dejaron una pésima impresión de la vida en las ciudades, rasgo que marcó su poesía. Sus primeras lecturas europeas (J. Donne, C. Marlowe, W. Shakespeare, J. Laforgue y A. Rimbaud) fueron determinantes en su forma de asimilar la influencia de W. Whitman, más atento a la nueva sensibilidad cívica norteamericana. Su primer libro publicado fue Edificios blancos (1926), cuyo poema "Matrimonio de Fausto y Helena" fue una respuesta al pesimismo cultural de T. S. Eliot en La Tierra Baldía, pues Crane era partícipe, como Whitman, de una idea de la historia con sentido coherente y no como fragmentación o decadencia irreversible. A diferencia de Eliot, usó los nuevos paisajes industriales y urbanos para expresar significados de simbolismo positivo. Después de la publicación de su poemario El puente (1930), obtuvo la beca Guggenheim, lo que le permitió viajar por Europa, México, Key West y el Caribe, dedicándose por entero a la poesía, el alcohol y las aventuras sentimentales con hombres y mujeres. El largo poema El puente, su obra mayor, consta de quince partes y está inspirado en el puente de Brooklyn: su significado simbólico modelado en forma de estructura sinfónica es la unión del presente con el pasado a través del poder de la creación, que expresa una visión vigorosa del significado histórico y espiritual de Norteamérica. En el viaje de regreso a Estados Unidos fue golpeado por unos marineros, como respuesta a su intento de seducirlos, y al día siguiente se suicidó lanzándose a las aguas del Caribe.





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