miércoles, 12 de febrero de 2014

GUERRA FRÍA





NICARAGUA

Si, soy yo la que te toca
la que hace como si
no te toca pero te siente
desde atrás
sobre la espalda
y arquea el lomo 
de  gata
Mira me, sí
también yo he querido 
que me toques
¿qué soñabas o pensabas?
o fingías no mirarme
y me olisqueabas
como gato, nocturno
que esperando la noche
hace siesta al sol
fiel a un sueño tan claro
 y tan negro 
–oh tremenda paradoja-
 como roja nuestra bandera
y obsesión.


 FELIPE 

Pido perdón al viejo amor 
por amar al nuevo 
como si fuera el primero.

Te hubiera conocido antes, 
un chingo de años antes
cuento te faltaban menos dientes, cuando
no te habías pegado el bicho.

Cuántas veces he pensado
ojalá te enamoraras de mí, tan fuerte, tan solida-
mente hasta pensar “Por ella, me cuidaré, por ella,
viviré por verla envejecer  cerca de mi vida,
en órbita.” Ojalá, ojalá ojalá un enamoramiento
fulminante que te sustrajera de la muerte

Pero, el amor jamás ha salvado a nadie
conozco bien el cuento, y contra quién compito
no siempre una yunta de bueyes tira menos que
un pelo de concha
Contra el guaro, sagrado, y la milonga
nada puede hacer esta mujer
ni niguna otra


Y yo tampoco he 
-cómo hubiera alguien
podido- salvarte
esta vez.


EPITAFIO: Wu Shu

VII

Cursi y rosa en el último minuto
antes de partir, sí antes de subir a un avión
podría ser el último
cuando los amantes hablan
del amor y del extrañarse
del deseo y del reencuentro
siquiera tal vez de lo bien
que la pasamos la otra vez
vos hablaste de compartir mis libros
con otra persona a la cual hasta ahora
olvidaste mencionar

Esa es tu idea de becario de la deconstrucción 

Podríamos haber hablado de la esperanza, del creer, de la fe 
mañanas nevadas, mañanas mullidas
edredones y sexo de revoluciones
vislumbrar pequeños fractales de manada
mi barrio el tuyo el nuestro
el futuro aquí y ahora, aquí y ahora

Pero no, mejor, no. 
Decidís por mí una vez más
tramitar tu involución destruyendo a mi otra parte

IX

A fuerza de no olvidar 
uno a uno los agravios
desaciertos improperios
memoria y olvido
recordaremos por qué
nos fuimos yendo
sostendremos el esfuerzo
la angustia cederá
sutil corte en el vientre
una cesárea impuesta

A fuerza de recordar la soledad infinita 
sumida me encuentro

Odio adiós, no todo es perdonable

No volveré

X

Arrastro la pala, sepulturera
el cuerpo al hombro
cavo una fosa
honda oscura ronca profunda
es como el llanto hueco de una amante
como el hambre de amor rancio
ahi dormirá esta fatalidad
clavo una estaca de acero y 3 balas de plata
en tu pecho
incrusto un ladrillo en tu boca
silencio
nunca más me harás callar
echo tu cuerpo adentro
tierra y cal polvo al polvo te cubro
estás muerto
en la superficie trazo un pentagrama con sal
escupo mi última sangre mi último vómito
encima una tonelada de mármol 
Carrara para liquidar
este romance para que 
jamás vuelva a surgir 
ni en forma de poema
                  
           
              
Leonor Silvestri (Buenos Aires, 1976)


Los poemas publicados pertenecen a su libro: Guerra fría (2013. Ed. Germinal, colección Vertical. San José, Costa Rica)



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