domingo, 7 de agosto de 2016

LOS PERROS TAMBIÉN SE VAN


























DURANTE LA CENA HABLAMOS DE TU VIAJE

Durante la cena hablamos de tu viaje.
Habías estado en un país tropical
rodeada de amigos que para distraerte
te llevaron a conocer lugares.
Habías quedado encantada con un boliche de samba
donde las parejas duraban sólo una canción.
Tu viaje y yo empezábamos a ser mundos diferentes,
sin embargo esa noche al plato lo compartimos.
En un momento tuve que ir al baño.
Hacer pis en el baño de un bar tensando las piernas
para no apoyarme en la tabla y leer los graffitis.
Uno decía Juan te amo, Clara.
Cundo volví me preguntaste qué me pasaba.
Yo pensaba en el graffiti
pensaba que probablemente los mensajes de amor
no eran más que eso:
garabatos muy tenues sobre la puerta de baño de un bar.


ME PEDÍS QUE TE ATE EL PELO

Me pedís que te ate el pelo.
Con el inicio del viento y los álamos
balanceándose cerca del muelle
decís: "Haceme un peinado".
Tomo tu cabello como a un racimo de uvas.
Como a uvas de una naturaleza muerta
entre seguir mirando y atacar
hundo mis dedos en tu pelo,
lo envuelvo con mis manos.
Ahora queda libre tu nuca
y tu columna vertebral
es el camino de una gota.
Hasta disolverse, esa gota de agua
recorrerá tu espalda.
Es un descenso que estremece.
Entonces suelto tu pelo y te abrazo quién sabe
si por primera o  por última vez.




LO RÁPIDO QUE PASABAN LAS VACAS Y EL CAMPO

Lo rápido que pasaban las vacas y el campo.
Tuve que subirme a la parte de atrás de la moto
para descubrir eso
que a la velocidad del movimiento la íbamos inventando.
Salimos con el sol a la altura del horizonte.
Cada tanto soltabas el manubrio para señalar los carteles
las letras blancas sobre el fondo verde de los pueblos vecinos.
Mis dedos se entrelazaban entre sí y tu ropa.
A más de cien kilómetros por hora
los mosquitos comenzaron a ser agujas.
El sol permanecía a pesar de lo demás
que iba, en cambio, convirtiéndose en manchas. 
Y como esas cámaras que logran captar el movimiento,
pude notar que el árbol era también una línea,
que la vaca era también una línea,
que cada cosa era mucho más que esa cosa
y que nosotros también iríamos dejando un rastro.




Verónica Yattah






Verónica Yattah, poeta argentina (Buenos Aires, 1987). En 2009 publicó Ella salta la espuma de las olas (Ediciones Del Dock) y en 2013 Allá es mañana (Editorial Funesiana). Participó en la antología de cuentos del concurso del Fondo Nacional de las Artes en 2008, y en la Antología 2013 de El Rayo Verde. Desde 2012 realiza entrevistas sobre los procesos creativos para su blog Sigamos Tramando 
(www.sigamostramando.blogspot.com.ar).





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