jueves, 1 de junio de 2017

LITERATURA CONTEMPORÁNEA




Una vez me emborraché 
y se lo conté a ella.
Cómo había vivido
en una choza de papel en Atlanta,
renta semanal de un dólar veinticinco
sin luz
sin agua
sin baño
sin calefacción
helaba

sin nada en mis bolsillos
ni siquiera un centavo
sin amigos

mis padres a 3,000 millas de distancia
se negaban a enviarme dinero
solamente una carta de mi padre
de seis páginas recordándome
mis fracasos
mi rechazo
a enfrentar la realidad
mi estupidez
de querer
ser un escritor

todos mis manuscritos
me eran devueltos
de las revistas

pesaba
198 libras y entonces
llegué a pesar 133

había un alambre
colgando sobre mi cabeza
un alambre que alguna vez
albergó un foquito
alcancé aquel alambre
sin saber si tenía corriente o no
agité mi mano
acercándolo más y más
y después me detuve

vi algunos periódicos
en el suelo
no tenía papel
para escribir
y tiempo atrás había empeñado
mi máquina de escribir

noté que cada página del periódico 
tenía un ancho y blanco margen 
en los bordes
tenía un trozo de lápiz
recogí el periódico
y con el pedazo de lápiz
comencé a escribir palabras en los bordes 
sentado en el umbral
congelándome a la luz de la luna
para poder ver

escribí a lápiz
en todos los bordes
de todos los periódicos
en aquella choza.

Otra noche me emborraché
y de nuevo le conté a ella 
sobre la choza de papel

ella dijo
"nunca antes había
escuchado esa historia"

ella entonces subió a su nuevo Fiat 
de diez mil dólares que le regalé
en su cumpleaños
y condujo hasta el supermercado 
de la esquina para comprar 
nuestra cena de esa noche.



CULMINACIÓN DEL DOLOR

Oigo incluso cómo ríen
las montañas
arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua
los peces lloran
y toda el agua
son sus lágrimas.
Oigo el agua
las noches que consumo bebiendo
y la tristeza se hace tan grande
que la oigo en mi reloj
se vuelve perillas en la cómoda
se vuelve papel sobre el suelo
se vuelve calzador
ticket de la lavandería
se vuelve humo de cigarrillo
escalando un templo de oscuras enredaderas.
Poco importa
poco amor
o poca vida,
no es tan malo.
Lo que cuenta
es observar las paredes.
Yo nací para eso.

Nací para robar rosas de las avenidas de la muerte.



LLEGARON A TIEMPO 

Me gusta pensar en escritores como James Joyce,
Hemingway, Ambrose Bierce, Faulkner, Sherwood
Anderson, Jeffers, D. H. Lawrence, A. Huxley,
John Fante, Gorki, Turgenev, Dostoievski, Saroyan,
Villon, incluso Sinclair Lewis, y Hamsun, incluso T. S.
Eliot y Auden, William Carlos Williams y
Stephen Spender y el valiente Ezra Pound.

Me enseñaron tantas cosas que mis padres
nunca me enseñaron, y también me gusta pensar 
en Carson McCullers con su Café Triste y Ojo Dorado.
Ella me enseñó muchas cosas que mis padres
nunca supieron.

Me gustaba leer los libros de tapa dura de las bibliotecas
en su simple encuadernación de biblioteca
azul y verde y marrón y rojo claro
me gustaban los viejos bibliotecarios (varones y mujeres)
que te miraban seriamente
si tosías o te reías muy fuerte,
y aún cuando se parecían a mis padres
en realidad no había ninguna similitud.

Ahora ya no leo a estos autores que alguna vez leí
con tanto placer,
pero es bueno pensar en ellos,
y también me gusta mirar las fotografías 
de Hart Crane y Caresse Crosby en Chantilly, 1929
o las fotos de D. H. Lawrence y Frieda
asoleándose en Le Moulin, 1928.
Me gusta ver a André Malraux en su traje de aviador
con un gatito en el pecho y me gustan 
las fotos de Artaud en el loquero,
Picasso en la playa con sus fuertes piernas
y su cabeza pelada, y también está
D. H. Lawrence ordeñando esa vaca
y Aldous en Saltwood Castle, Kent, Agosto de
1963.

Me gusta pensar en toda esta gente
que me enseñó tantas cosas que yo
nunca había imaginado antes.
Y me enseñaron bien, muy bien,
cuando eso era tan necesario.
Me mostraron tantas cosas
que nunca creí que fueran posibles.
Todos esos amigos bien adentro de mi sangre
quienes cuando no había ninguna oportunidad
me dieron una.



Charles Bukowski


(Sin mención del traductor)


CONSUMMATION OF GRIEF

I even hear the mountains
the way they laugh
up and down their blue sides
and down in the water
the fish cry
and the water 
is their tears.
I listen to the water
on nights I drink away
and the sadness becomes so great
I hear it in my clock
it becomes knobs upon my dresser
it becomes paper on the floor
it becomes a shoehorn
a laundry ticket
it becomes
cigarette smoke
climbing a chapel of dark vines. . .
it matters little
very little love is not so bad
or very little life
what counts
is waiting on walls
I was born for this
I was born to hustle roses down the avenues of the dead. 



THEY ARRIVED IN TIME 

I like to think about writers like James Joyce
Hemingway, Ambrose Bierce, Faulkner, Sherwood
Anderson, Jeffers, D. H. Lawrence, A. Huxley,
John Fante, Gorki, Turgenev, Dostoevsky, Saroyan,
Villon, even Sinclair Lewis, and Hamsun, even T. S.
Elliot and Auden, William Carlos Williams and
Stephen Spender and gutsy Ezra Pound.
they taught me so many things that my parents
never taught me, and
I also like to think of Carson McCullers
with her Sad Cafe and Golden Eye.
she too taught me much that my parents
never knew.
I liked to read the hardcover library books
in their simple library bindings
blue and green and brown and light red
I liked the older librarians (male and female)
who stared seriously at one
if you coughed or laughed too loudly,
and even though they looked like my parents
there was no real resemblance.
now I no longer read those authors I once read
with such pleasure,
but it's good to think about them,
and I also
like to look again at photographs of Hart Crane and
Caresse Crosby at Chantilly, 1929
or at photographs of D. H. Lawrence and Frieda
sunning at Le Moulin, 1928.
I like to see André Malraux in his flying outfit
with a kitten on his chest and
I like photos of Artaud in the madhouse
Picasso at the beach with his strong legs
and his hairless head, and there's
D. H. Lawrence milking that cow
and Aldous at Saltwood Castle, Kent, August
1963.
I like to think about these people
they taught me so many things that I
never dreamed of before.
and they taught me well,
very well
when it was so much need
they showed me so many things
that I never knew were possible.
those friends
deep in my blood
who
when there was no chance
gave me one.





Charles Bukowski, alias Hank, nació con el nombre de Heinrich Karl Bukowski, en Andernach, Alemania, en 1920 y murió en Los Ángeles, E.E.U.U., en 1994. Fue un escritor y poeta estadounidense. A los dos años fue llevado a los Estados Unidos. A menudo fue erróneamente asociado con los escritores de la Generación Beat, debido a sus similitudes de estilo y actitud. La escritura de Bukowski está fuertemente influida con la atmósfera de la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, Los Ángeles. Bukowski fue un autor prolífico, escribió más de cincuenta libros, incontables relatos cortos y multitud de poemas. A menudo es mencionado como influencia de autores contemporáneos y su estilo es frecuentemente imitado. Murió de leucemia en 1994, a la edad de 73 años. Hoy en día es considerado uno de los grandes escritores americanos y símbolo del "realismo sucio" y la literatura independiente. En poesía publicó: En la calle del terror y Avenida Agonía (1968); Los días se escapan como caballos salvajes sobre las colinas (1969); Quemándome en el agua, , ahogándome en la llama (1972); el amor es un perro del infierno (1977) y Guerra todo el tiempo (1985). Su obra narrativa incluye títulos como Factotum, Mujeres, Escritos de un viejo indecente y Música de cañerías.




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