domingo, 14 de abril de 2019

CLARA


















A los dieciséis era una famosa en potencia
con aversión a las caricias.
Ahora me escribe desde un convento;
su vida es oscura y agitada;
su segundo marido no le concede el divorcio;
su inteligencia sigue, como siempre, sin cultivar,
y no le ofrece ninguna salida.
No siente nada por sus hijos
ni por ningún otro niño.
Sus pretensiones son vagas e indefinidas,
no quiere quedarse ahí
y tampoco salir.
(De: Moeurs contemporaines)

(Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talens)

PICCADILLY

Bellas, trágicas caras
vosotras que fuisteis lozanas y estáis tan abatidas;
y, oh, las envilecidas, que pudisteis haber sido amadas,
y estáis tan impacientes y borrachas,
                     ¿quién os habrá olvidado?
Oh, caprichosas, frágiles caras, pocas en muchas,
las gruesas, las toscas, las descaradas,
Dios sabe que no puedo compadecerlas, quizá, como
debiera;
pero, oh, vosotras, delicadas, caprichosas caras,
         ¿quién os habrá olvidado?

 (Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal)

(Edición no bilingüe)

Ezra Pound (Hailey, E.E.U.U., 1885- Venecia, Italia, 1972)


II

Clara

At sixteen she was a potential celebrity
With a distasteJor caresses.
She now writes to me from a convent;
Her life is obscure and troubled;
Her second husband will not divorce her;
Her mind ts, as ever, uncultivated,
And no issue presents itself.
She does not desire her children,
Or any more children.
Her ambition is vague and indefinite,
She will neither stay in, nor come out.



IMAGEN: Habitación quemada, Fotografía de Tomás Espina.






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