jueves, 20 de agosto de 2020

TODO ESTÁ VIVO Y ES INMUNDO (2010)



MIS HERMANAS

ARMAR EL TEATRO ENTONCES


¿Dónde están las actrices?, ¿dónde está la tramoya, el vestuario?, lo que aquí veo son cuerpos truncos de loza, yeso, trapo, piernas rotas, manos con los dedos quebrados, ojos azules desteñidos, ojos de vidrio hundidos... (es que ha pasado el tiempo) ¿qué hacer entonces?, buscar un manual, alguno habrá que nos enseñe a dirigir sus voces, maquillarlas, arreglarles el pelo, cortárselo para que puedan ser a la vez hombre-mujer-niño-niña. ¿Nos servirán estos ojos? Casi todos azules, siempre húmedos. Bueno, así son las actrices, así son las muñecas.

Mira, a esta le levantaron el brazo a la altura del pecho y está mostrando la juntura de sus articulaciones, sus dedos están rígidos y el meñique quebrado, rubio-pajizo el pelo, entreabierta la boca insinuando una lengua aguzada, dientecitos minúsculos, no todo es candor, mira, tiene una cicatriz que baja desde la frente, atraviesa la ceja y sigue mejilla abajo. Alguien quiso curarla pero hizo la hendidura más profunda y el pegamento asoma como un río de lava.

Mira, esta otra tiene la trenza deshecha y la mano con la palma hacia arriba en gesto pedigüeño, sentada así, con las piernas abiertas, el delantal oculta una parte del pecho, por eso no sabemos si es de loza o de trapo. Sus brazos están doblados a la altura del sexo, si es que tuviera sexo, tampoco lo sabemos sólo lo adivinamos, porque ahí a las muñecas las rellenan con una sarga tosca. Las piernas, como dije, abiertas en tijeras.

Esta, la de la esquina izquierda ¿qué la destaca? Nada, solamente que es rubia y se inclina.

Dejémosla.

Aquí hay otra, en la penumbra parece que va a hablar, ¿qué nos dirá si apretamos su pecho?, ¿se quejará?, su canesú anticuado, sus pliegues y la mirada azulosa nos hacen creer que sí, ¿qué es lo que tienes?, ¿por qué lloras?, le decimos, si es sólo eso, el color de tus ojos, el celeste que duele...
Pasemos a la otra.

¡Ah!, nuevamente eres tú, quieres hablar, quieres ahondar, quieres saber por qué. Es el color el que provoca pena, pero hay remedio, mira, te levantaré el vestido, te tocaré estos trapos a los que han cosido tus brazos y te diré: sana sana, potito de rana, sana sana, potito de rana

¿Ves que se pasa? Ahora tú tócate el pecho con tu mano de loza, con tus deditos fríos gastados por el tiempo, tócate el pecho y repite conmigo: ella se acercó a mí, rozó mi boca diciendo que era un juego y me enterró las tijeras, me abrió estos trapos blancos y descubrió el aserrín con el que estoy rellena, repite ahora las palabras y su eco:

hermana           dama
traición              unción

¿qué es hermana? ¿qué es dama?
¿qué es traición? ¿qué es unción?
nada           nada

¿qué son las palabras?
nada
a lo sumo aire cuando uno las pronuncia
cuando uno las escribe son nada nada

bueno, pequeña dama con ojos color de agua, ahí te dejo sobándote
tu pecho.

¿Qué más tenemos? Ah, la del pelo de paja. Está más alegre ahora, sus brazos se han juntado y parece que aplaudiera, aunque sabemos que eso no lo puede hacer, a lo más mostrar sus dientecitos. Tomada de perfil sus pestañas negras llegan hasta la frente. Es una exageración, pero así son las pestañas así son las muñecas.


Soledad Fariña



Soledad Fariña. Poeta chilena, nació en Antofagasta, en 1943. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Chile y Licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Estocolmo, Suecia. Ha publicado los libros de poesía El primer libro (Amaranto, 1985); Albricia (Archivo, 1988); En amarillo oscuro (Surada, 1994); Narciso y los árboles (Cuarto Propio, zooi); Donde comienza el aire (Cuarto Propio, 2006); Se dicen palabras al oído (Torremozas, 2007); Todo está vivo y es inmundo (Cuadro de Tiza, 2010); Pac pac pee pee (Literal, 2012) e Yllu (Lom, 2015). También ha publicado el libro de relatos Otro cuento de pájaros (Las Dos Fridas, 1999); las antologías de poesía La vocal de la tierra (Cuarto Propio, 1999) y El primer libro y otros poemas (udp, 2016); el ensayo Una reflexión mestiza desde la escritura de cuatro mujeres chilenas (Universidad Católica del Norte, 1994); Ahora, mientras danzamos (Pequeños Dios, 2012), un libro de sus versiones sobre poemas de Safo, y el texto dramático ip8y (Das Kapital, 2015). Ha sido coeditora de Una palabra cómplice: encuentro con Gabriela Mistral (La Morada, Cuarto Propio e Isis Internacional, 1992) y de Merodeos en tomo a la obra poética de Juan Luis Martínez (Intemperie, 2000).  Algunos de sus textos han sido traducidos al inglés y están incluidos en la antología Women’s Writing in Latinamerica, Westview Press, Colorado, 1991. En 1992 se publicó en España una edición bilingüe en catalán y castellano de Albricia, Ed. Derzet y Dagó, Valencia. Sus poemas han aparecido en diversas antologías de poetas chilenos. En el año 2006 obtuvo la beca otorgada por la Fundación John Simon Guggenheim. Durante diez años (2002-2012), dictó un taller de poesía en la Escuela de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales y, entre el 2005 y el 2010, clases de literatura infantil en la Universidad de Chile.





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