jueves, 5 de agosto de 2021

CABALLERA-A-NADA-GRADOS


 








(Respuestas rodeadas de favelas
o claros que interrumpen el tardío matorral)
 
como a la rosa que desnuda
en el polvo se desangra
la nieve no la puede quemar
pero igual la quema
 
con los codos clavados
en la sobremesa
donde falta el hombre
un billete que se pone a trasluz
para ver si es verdadero
(así no la poesía)
 
nada puede
no estar o estar de acuerdo
 
el eterno parabrisas decís
(un balde donde suele gotear)
no es nada de lo posterior dicho
 
su uña mantonegra
hace de sonajero
existencial
enterrar nada
su no ladrar
a lo Pasteur mordido
de ahí que los ciegos
apoyen su no ver
sobre el chasis
 
la ficha dental no coincide
abrevia la oveja de su saco
(la hemorragia interna no se lee)
no escribir tampoco negocia
con terroristas
 
redonda como una manzana original
que le pasa de lado a Eva
no desenrolla cintas métricas
ni dobla el papel en cuatro
 
ocurre siendo imposible
jactada de tenerse yo en la mano
y no el vacío en su estado de jarra.
 
 
(Esta vez destituida de ahora y la vez que vez no existió)
 
como todo final de poema
no cicatrizan bien los puntos
 
ni gota te amo
cae del vaso te amo
dado vuelta
 
aunque de fondo suene
Saleh orquesta típica
los ciegos cortan a la juliana
no siempre la cebolla
 
otro silencio que habla por hablar
el miedo con su manera de bien común
la colilla encendida interpretando
que hubo amor
 
imposible ver venir la tormenta con los ojos
(otros siguen la lucecita del oculista)
el temporal va por dentro
como un pozo sin significado
yacimientos yoíferos bajo una misma nada
 
con el tálamo a puro sacapuntas
mordés el pedacito de madera
para tapar el dolor:
¿tocó lo infinito lo leyó en voz alta?
¿volvió con la flecha de Zenón?
 
¿otro vacío euclídeo
para la mesa individual
o demasiado perdón de adredes?
 
lo externo es impenetrable
todo es íntimo
y cada palabra lleva dentro
una reconstrucción de los hechos
(sorber el mate con ruido
síntoma de soledad):
la sidra se hace con las manzanas
que no pueden vender
dijo, y estoy citando textual
 
le llaman amor a la costumbre de amor
y su coronario estilo
 
(la mariposa soñando que el anafe
aunque con un cuarto de carga)
 
les sobra una ere a los teóricos
(tener un amor es ser tenido)
inventamos un suyo distinto
un último mi
(el plural tampoco es mío)
 
ahora el conjunto vacío
tiene forma de corazón en la arena
y no es cuestión de gusto
 
 
(en todo caso no se puede la mejor madre del mundo
en todo caso se puede la mejor madre del hijo propio)
 
como al inicio del film
donde aparece la sombra
del director de montaje
 
le veo cara conocida a este cameo
 
¿la primera metáfora
se inventaría para
decir fragmentos
de murió?
 
mi madre y digo mi madre
porque sirve en el poema
era la que en la cámara fotográfica
salía con hemiplejia
(la tilde en la tercera i se los debo)
 
tenía en los ojos
el brillo de los cubiertos
que no podía usar
la blancura de sábanas
sin su compás de pis en la cama
recuerdo su último pañal usado
todavía a veces lo huelo
(el paciente cero se infiltra
como si el poema hubiera llegado aquí por error
y el caballo no fuese de Troya)
 
uno se aferra a cierta bufanda tejida
por cierta madre muerta uno
ritualiza la misma forma de servir el té
que la mano que no hace sombra
 
(que sea esa sintaxis y no otra
que terminara siendo esa sintaxis y no otra)
 
están las fotos los cuadros con fotos
(llenos de metáfora)
el hueco en donde antes
había algo que recordaba algo
y ahora el hueco que recuerda
el hueco que le hicimos
tantas veces sin veces muerte
a la muerte
 
(una madre también es una perspectiva)
 
nunca hubo una orilla más ajena al mar
ni hambre como mejor mantel
llegó, en sentido contrario al amor, al amor
como si una muerte de salva afeara
la belleza de ese rato
y el nunca hubiste se hiciese real
 
visto desde mamá
(no hay huellas de pies en la muerte)
esa frontera nunca queda atrás nunca
como una roca quieta se desplaza nada metros
se escribe con los muchos que empujan sin estar
 
los muchos que no estando
niegan la ausencia
 
son casas en una frase
sin su sí y sólo sí pero si
la cambian de lugar
“humo en el verte”
 
morir no tiene olor
por eso al gas natural
se le agrega olor a gas
para detectar la pérdida.

(De: “Caballera-a-nada-grados"
1ª edición especial- Tres de Febrero: 2021)

 

Javier Saleh  (Boedo, Buenos Aires, 1976)
 

 

Pueden LEER la biografìa en entrada anterior del autor)




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