jueves, 26 de agosto de 2021

EL CIELO (1981)












Te odio porque ya no te amo,
porque no puedo perdonarte
que ya no pueda amarte.


 
Después de tanto tiempo
en la misma posición, en la misma condición,
pálida y temblorosa pidiendo disculpas.
Pero si luego pienso de veras en tu muerte,
no sé en qué cama de hospital o casa u hotel,
no sé en qué calle, quizá en el aire
o en un túnel; en tus ojos que ceden
bajo la invasión; en la extrema, terrible mentira
con que querrás oponerte al ataque
o a la infiltración; en tu sangre que pulsa indecisa
y convulsa por la última, inmensa visión
de un insecto que pasa, del pliegue de una sábana,
de una piedra o de una rueda
que seguirán aquí cuando no estés,
dime tú cómo voy a dejar que te vayas.
 

Sin duda todo habría marchado bien,
un paseo, un café, de vez en cuando
al cine juntas, las cenas en casa
o en un restaurante; todo, en fin,
habría marchado sin problemas
si de improviso, quitándose los lentes,
no se hubiera sentado sonriendo
con un aire ligeramente temeroso
y el pelo un poco despeinado
que la hacía parecer recién salida
de un sueño o una carrera.


 
“La vida hermosa hay que cultivarla”.
Los prados casi unas praderas y tú tendida
al sol hasta que el sol se ponga. La casa
abandonada entre los árboles, los caballos
que comen sueltos o ensillados;
la lectura de un libro, los pantalones rasgados,
algún signo que se añade a los brazos, al rostro
y a tus manos —las oscuras contusiones de las puertas—,
que son las pruebas para ti de tu avanzar
  

La ola que se retira y se aleja
de la orilla
en donde al levantarse
y derrumbarse hizo su salida
sin saber nada de las otras
que le abrían camino y la seguían
y que eran su avanzar y su quedarse,
perdió la superficie y al entrar de vuelta
en las aguas profundas
se revolvió en su propio cuerpo
donde prepara en los milenios por venir
su próxima idéntica salida,
su próximo idéntico derrumbe.
(Del libro: “Yo casi siempre duermo”
Antología poética; El Puente, México.
2008)
 
 
Patrizia Cavalli
(Todi, Italia, 1947 )

(Traducción de Fabio Marábito)
 
IMAGEN: Terese Cappucilli-dancer- Fotografía de Annie Leibovitz 


 

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