miércoles, 1 de junio de 2022

HACEDORES DE LABERINTOS















Debo estar absolutamente solo cuando pienso,
Y sobre el más alto parapeto
Que dé a la calle vacía.
La vidriera polvorienta del negocio de abajo
Se llena de fantasmas al atardecer.
 
Ahí va mi padre. Él tiene ya
            Mi edad de hoy.
Con los ojos cerrados
Llama a los mozos por sus nombres secretos:
San Isaac, el Sirio,
San Nilus, que escribió sobre la plegaria.
El vino de las ambigüedades eternas,
Por favor, a la salud del cuervo
Que está sentado en la cúpula de una iglesia blanca.
Su vida, también, es un laberinto fantástico.
Nuestras penas son albañiles.
Siempre se olvidan de las ventanas,
Hacen los cielorrasos bajos y pesados.
Solo es una luna de papel, cantan...
Pero me estoy adelantando.
 
Al final de un corredor oscuro
Hay un fósforo encendido
En una mano que tiembla.
Todavía tengo pánico escénico,
Dice la mujer hermosa,
Y luego nos conduce por guardarropas
Con espejos y puertas que crujen,
Donde cuelgan vestidos rumorosos
Corsets rumorosos, borceguíes-
Del tipo que usarías para montar una cabra.
 
Su hija, nos dicen, es tuberculosa.
Hay un signo del graso pulgar de la muerte
Sobre su rostro angélico.
Quiere que la acompañe bajo la mesa
De los silenciosos jugadores de cartas.
 
Jugamos y es como el palacio de Knossos.
La memoria, el único fósforo quemado de mi corazón:
Su mano me guía entre las ruinas,
Y las cartas murmuran sobre nuestras cabezas
Mareadas por nuestra juventud y nuestro amor.
 
(Del libro: Hotel Insomnio (1992),
Zindo & Gafuri, 2017)
Charles Simic (poeta serbio estadounidense (1938)


(Traducción: María Negroni & Federico Barea)
 
MAKERS OF LABYRINTHS
 
I must be absolutely alone when I think,
And on the highest parapet
Overlooking the empty street.
The dusty store window down below
Is full of phantoms at sunset.
 
There goes my old man. He Is already
         the age I am now.
With eyes closed
He calls the waiters by their secret names:
St. Isaac, the Syrian,
St. Nilus, who wrote on prayer.
The wine of eternal ambiguities,
If you please, to the health of the crow
Sitting on the top of a white church.
 
His life, too, is a fantastic maze.
Our misfortunes are builders.
They always forget about windows,
Make the ceiling low and heavy.
It's only a paper moon, they sing...
But I'm getting ahead of myself.
 
At the end of a dark corridor
There is a lit match in a trembling hand
I still have stage fright,"
The beautiful woman says,
And then she leads us past wardrobes
With mirrors and creaking doors
 
Where whispering dressed hang,
Whispering corsets, button shoes-
The kind you'd wear while riding a goat.
 
Her daughter, we are told, is consumptive.
There's sign of death's greasy thumbprint
On her angelic face.
She wants me to play under the table
Of the silent card players.
 
We play and it's like the palace at Knossos.
Memory, my heart's only burnt match:
Her hand guiding me in the ruins,
And the cards whispering over our heads
Made giddy by our youth and our love.
 

IMAGEN: Laberinto de Longleat Hedge Maze, Inglaterra (Sin créditos)




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