sábado, 7 de octubre de 2023

INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

 


(Últimos fragmentos)

     Hay ceguera para los colores y hay medios para constatarla. En los enunciados sobre colores que hace la gente considerada normal domina, por lo general, completa concordancia. Esto caracteriza el concepto de enunciado sobre colores.
     Esta concordancia no existe en general acerca de la cuestión de si una manifestación de sentimientos es auténtica o no.
     Estoy seguro, seguro, de que él no disimula; pero un tercero no lo está. ¿Lo puedo convencer siempre? Y, si no es así, ¿comete él un error conceptual o de observación?
    «¡No entiendes nada!» — así decimos cuando alguien pone en duda lo que nosotros reconocemos claramente como auténtico — pero no podemos demostrar nada .
     ¿Hay juicios 'expertos' sobre la autenticidad de una expresión de sentimientos? —También en este caso hay personas con capacidad de juicio 'mejor' o 'peor'.
Del juicio hecho por un mejor conocedor de los hombres saldrán, por lo gener al,
prognosis más correct as.
     ¿Puede aprenderse el conocer a los hombres? Sí; algunos pueden aprenderlo . Pero no tomando lecciones, sino a través de la 'experiencia'. — ¿Puede ser otro nuestro maestro en esto? Sin duda. De vez en cuando nos hace la advertencia correcta. — Así son aquí 'aprender' y 'enseñar'. — Lo que se aprende no es una técnica; se aprende a hacer juicios correctos. También hay reglas , pero no constituyen un sistema , y sólo el experto puede aplicarlas correctamente. A diferencia de las reglas de cálculo.
    Lo más difícil aquí es poder expresar la indeterminación correctamente y sin
adulteración.
     «La autent icidad de la expresión no puede demostrarse ; hay que sentirla.» — De acuerdo — ¿pero qué más pasa con este reconocimiento de la autenticidad? Si alguien dice «Voilá ce que peut diré un coeur vraiment épris» — y si también pudiera convencer de esta opinión a otra persona — ¿qué consecuencias tendría esto? ¿O no tiene ninguna, y el juego termina con que a uno le gusta lo que al otro no?
Hay ciertamente consecuencias, pero son de tipo difuso . La experiencia, o sea la
observación variada, las puede enseñar; y tampoco se puede formularlas de manera general, sino que sólo en casos dispersos se puede emitir un juicio correcto, fructífero, se puede constatar una conexión fructífera. Y las observaciones más generales proporcionan a lo sumo lo que aparece como las ruinas de un sistema.
     Ciertamente es posible convencerse, por medio de pruebas, de que alguien se
encuentra en tal o cual estado anímico, por ejemplo, que no disimula. Pero aquí
también hay pruebas 'imponderables' .
     La cuestión es: ¿Qué efectúan las pruebas imponderables?
supón que hubiera pruebas imponderables de la estructura química (el interior ) de
una sustancia; con todo tendrían que mostrarse como tales pruebas a través de ciertas consecuencias ponderables.
     (Las pruebas imponderables pueden convencer a alguien de que esta figura es
auténti ca... Pero esto también puede resultar ser correcto por medios documentales .)
      Entre las pruebas imponderables se cuentan las sutilezas de la mirada, del gesto, del tono de la voz.
      Puedo reconocer la mirada auténtica del amor, distinguirla de la falsa (y naturalmente puede haber aquí una confirmación 'ponderable' de mi juicio). Pero puedo ser completamente incapaz de describir la diferencia. Y esto no es por la razón de que las lenguas que conozco carecen de las palabras para ello. ¿Por qué no introduzco simplemente nuevas palabras? — Si yo fuera un pintor de extraordinario talento , sería imaginable que pudiera representar en figuras la mirada auténtica y la hipócrita.
     Pregúntate: ¿Cómo aprende un ser humano a tener 'buen ojo' para algo ? ¿Y cómo se puede emplear ese buen ojo?
     El disimulo naturalmente sólo es un caso particular de que alguien, por ejemplo,
profiera manifestaciones de dolor y no sienta dolor. Si esto es posible, ¿por qué debería darse siempre disimulo en tales casos — esta figura tan especial en la cinta de la vida?
     Un niño debe aprender muchas cosas antes de poder disimular. (Un perro no puede ser hipócrita, pero tampoco puede ser sincero .)
Incluso podría darse un caso en que dijéramos: «Éste cree disimular».

XII
     Si la formación de conceptos se puede explicar a partir de hechos naturales, ¿no nos debería interesar entonces , en vez de la gramática, lo que subyace a ella en la naturaleza? — Ciertamente, también nos interesa la correspondencia de conceptos con hechos naturales muy generales . (Con aquellos que debido a su generalidad no suelen llamar nuestra atención. ) Pero resulta que nuestro interés no se retrotrae hasta esas causas posibles de la formación de conceptos; no hacemos ciencia natural; tampoco historia natural — dado que también nos podríamos inventar una historia natural para nuestras finalidades.
     No digo: Si tales y cuales hechos naturales fueran distintos, los seres humanos
tendrían otros conceptos (en el sentido de una hipótesis). Sino: Quien crea que ciertos conceptos son los correctos sin más; que quien tuviera otros, no apreciaría justamente algo que nosotros apreciamos — que se imagine que ciertos hechos naturales muy generales ocurren de manera distinta a la que estamos acostumbrados, y le serán comprensibles formaciones conceptuales distintas a las usuales.
     Compárese un concepto con un modo de pintar: ¿Es también nuestro modo de pintar arbitrario? ¿Podemos escoger uno a discreción? (por ejemplo, el de los egipcios). ¿O se tra ta aquí sólo de lo que es bonito y feo ?

XIII
      Si digo «Hace media hora él estaba allí» — basándome, pues, en el recuerdo — ,esto no es la descripción de una vivencia presente. Las vivencias mnémicas son fenómenos concomitantes del recordar. Recordar no tiene contenido vivencial. —¿Acaso no se puede reconocer esto por introspección? ¿No muestra ésta precisamente que no hay nada allí cuando busco un contenido? — Esto sólo lo podría mostrar en algunos casos. Y no me puede mostrar ciertamente lo que significa la palabra «recordar », es decir, ¡dónde habría que buscar ese contenido!
     La idea de un contenido del recordar me viene sólo por una comparación entre los conceptos psicológicos. Es parecido a la comparación entre dos juegos. (En el fútbol hay goles, en el voleIbol no.) 

     ¿Podríamos imaginar esta situación: Alguien se acuerda por primera vez en su vida de algo y dice : «Sí, ahora sé lo que es 'recordar ', lo que hace el recordar»' ' — ¿Cómo sabe él que este sentimiento es 'recordar '? Compárese con: «Sí, ahora sé lo que es 'sentir hormigueo' (por ejempl o, por primer a vez ha sufrido un electrochoque) — ¿Sabe él que lo que ha sentido es el recordar porque ha sido producido por algo pasado? ¿Y cómo sabe lo que es algo pasado? Justamente el concepto de algo pasado lo aprende el ser humano al recordar.

     ¿Y cómo volverá a saber en e! futuro cómo se hace el recordar?
(En contra de esto se podría mencionar quizás el sentimiento de «Hace mucho,
mucho tiempo», pues da lugar a un tono de la voz, a unos gestos, que corresponden a ciertas narraciones de tiempos pasados. )

XIV
     La confusión y esterilidad de la psicología no se puede explicar por el hecho de que es una «ciencia joven»; no se puede comparar su estado, por ejemplo, con el de la física en sus comienzos. (En todo caso más bien con el de ciertas ramas de la matemática. Teoría de conjuntos.) En efecto, en psicología existen métodos experimentales y confusión conceptual . (Así como en el otro caso mencionado existen confusión conceptual y métodos de demostración .)
     La presencia del método experimental nos hace creer que ya disponemos de los medios para librarnos de los problemas que nos inquietan; cuando en realidad
problemas y métodos pasan de largo sin encontrarse.
     Para la matemática es posible una investigación totalmente análoga a nuestra
investigación de la psicología. Es tan poco una investigación matemática como la otra lo es psicológica. En ella no se calcula, por lo cual no es, por ejemplo, logística. Podría merecer el nombre de una investigación de los 'fundamentos de la matemática.
(1947-1949)
(Sin mención del traductor)

Ludwig Wittgenstein (Viena, Austria, 1889-Cambridge, Reino Unido, 1951)

Filósofo, matemático, lingüista y lógico austríaco, posteriormente nacionalizado británico.


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