lunes, 18 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL VII


Canción del café


1. Tarde

Un café tristísimo 
    en la quinta Avenida 
La pequeña puerta de hierro 
bajo las luces de la esquina

Sentada frente a la ventana 
bebo despacio el café oscuro 
que me trae el patrón 
la cabeza pelada 
    “Cuántas personas pasan 
camino al trabajo, vuelta a casa, 
ignoradas por todos”

Hablamos de amores insípidos 
   “El ayer     Me gustaría 
    volver al ayer”
Una canción nostálgica flota en el ambiente

El café y las verdades se acumulan en la garganta de él 
    sin ningún orden 
    La lengua va cambiando 
Tropos oscuros van y vienen por el ambiente

Como ante una orden de atacar 
nombres masculinos ruedan, se agigantan 
una ecuación mecánica en un aula atroz 
me paralizan

Acercando la oreja la cara él se inclina sobre ella 
habla de grandes riesgos y objetos misteriosos 
    “Mejor reír que llorar....
Seguimos adelante...”

A continuación, silencio 
A continuación, una pareja entra y se sienta 
Vienen de otra parte     están habituados 
a la vida inane del campo

“Podría haber hecho 
un gran papel y hoy
no es más que un donjuán ya casi sin pelo”
Bajo la cabeza y sorbo el café

Entre el alcohol y el cambio de interlocutor 
se pasa la tarde insípida 
¿Qué preguntas 
pienso una y otra vez ?

Seguís hablando de ese barrio paradisíaco 
    tu hija
   una profesión distinguida 
tu perfecto acento local

Chisporrotea el atardecer     Las luces provocantes 
De la radio sale una música que aturde 
“Oh extranjero.... extranjero...”



3. Madrugada

     Por eso el hombre 
está repitiendo su vieja apuesta 
    Los labios frescos 
de una chica en la flor de la edad 
Nada nuevo bajo el sol

    A las tres de la mañana 
el ladrón se mueve con libertad 
La belleza de la mesa de al lado 
se levanta y dice: “El restaurant va a cerrar”

Él se pone de pie 
y avanza para poner fin a todo 
    En la radio
siguen pasando esa música que aturde

El vidrio frena 
nuestras rencillas inútiles 
    La esposa de alguien
vestida con algo crema, un esmero conmovedor

    Yo estoy acordándome 
de un hotel ruinoso del año 72: 
de pie frente a una vieja cortina 
bordada con vaquitas de San Antonio 
me pinto los labios

Poco después salimos al mundo por la gran puerta 
   El paraíso dormía profundamente 
   y yo estaba acostumbrada 
a descender al infierno en compañía

    “Son vastas las redes del amor.
Pasado la edad madura, ¿qué te queda por ver?” 
    Amor ya usado
flota como un carguero a la deriva 
en medio del feriado

Envejeciendo poco a poco 
    algunos amigos 
viven en un pueblito perdido 
y me siguen llamando por mi apodo

Arranca el motor
Una muchedumbre más apremiada que la muerte 
Me acuerdo de un país en bancarrota 
al norte hacia el noroeste

Llueve, y me digo a mí misma:
    “¿Ir a mi casa 
o volver a tu casa?”
El auto atraviesa Manhattan



Zhai Yongming

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)



Zhai Yongming. Nacida en Chengdu, provincia de Sichuan, en 1955, Zhai Yongming egresó de la universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica en 1980. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Mujer (1986), Poesía reunida (1994), Canto llano de la noche oscura (1997), y el libro de escritos y ensayos Construcciones sobre papel (1997). A principios de los 90, luego de una estadía en Estados Unidos, volvió a Chengdu y abrió el legendario bar Noches blancas. Entre las muchas voces femeninas que han aparecido a partir de los ochenta, la de Zhai Yongming es una de las más originales e influyentes de la escena poética.




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