lunes, 22 de febrero de 2010

EL KAMA SUTRA CONTADO DE NUEVO


















Entonces Román Svirsky dijo

"es ilegal en Rusia escribir
sobre sexo
de tal manera que
para Vasily Aksyonov
es importante escribir sobre ello"

Te ríes
pero yo quiero saber
cómo romperíamos el largo silencio
si estuviéramos bajo esas mismas reglas.

No basta con decir
le besó los huevos,
le lamió toda la verga,
su lengua no podía parar.

Y es que él piensa en el primer día:
ella mira hacia otro lado
mientras se quita la camiseta
los blue jeans, las bragas, el brasier.
Ni siquiera voltea a verlo
hasta que ya está en el lago,
con el agua clara hasta el cuello
pero incapaz de ocultar su piel.

Nadan
hasta las islas
pero él no recuerda haber nadado;
sólo rozar su pierna
una vez, y después sumergirse
bajo sus muslos y estar bajo el agua
lo suficiente para echar una buena mirada,
salir a respirar y observar
su pelo negro flotando liso,
y observarla después
escalar
las piedras, para salir del agua.

Ella no sabe qué decir.
Él desearía que fuesen cisnes,
los cisnes de Yeats
que no tenían necesidad de hablar
y podían deslizarse siempre
por otros mundos;
mágicos, aunque rozando carrizos de verdad.

El sol le da a ella en los ojos
por eso se acercan a los pinos.
Al tocar sus pezones
él no sabe
quién de los dos está más sorprendido
(años después él recuerda esa mirada,
el modo en que sus ojos se agrandan).
A él le sorprende
que ella quiera que le bese
una y otra vez los pezones
porque ella tiene apenas diecisiete años le sorprende
que sus pechos estén tan llenos.
A ella le sorprende
lo rico que se siente
porque él apenas tiene diecisiete años le sorprende
que pueda ser tan tierno
y tan duro dentro de ella,
así como las agujas de los pinos
pueden ablandar la tierra.
¿En dónde termina la tierra
y empieza ella?
Debió haberse tragado el cielo
el lago, y todos los bosques
veteados de senderos marrón ámbar;

ya que ahora unas enormes alas blancas
van descendiendo entre
sus muslos, aleteando más fuerte
por su pecho,
el pico acariciándole la columna
las plumas hormigueándole la piel,
la sangre adentro
de sus ingles se hincha

mientras unas alas arremeten por salir,
arremeten.

(De: Brunizem, 1988)

Sujata Bhatt (India, Ahmedabad, en 1956)

(Traducción: Carlos López Beltrán
y Pedro Serrano)

THE KAMA SUTRA RETOLD

Then Román Svirsky said,
"it is illegal in Russia to write
about sex
so it is important
for Vasily Aksyonov
to write about it—"

You laugh,
but I want to know
how would we break the long silence
if we had the same rules?

It's not enough to say
she kissed his balls,
licked his cock long
how her tongue could not stop.

For he thinks of the first day:
she turns her head away
as she takes off her T-shirt
blue jeans, underwear, bra.
She doesn't even look at him
until she's in the lake,
the clear water up to her neck
yet unable to hide her skin.

They swim out
to the islands
but he doesn't remember swimming;
just brushing against her leg
once, then diving down
beneath her thighs staying underwater
long enough for a good look,
coming up for air and watching
her black hair streaming back straight,
then watching her
step over
the stones, out of the water.

She doesn't know what to say.
He wishes they were swans,
Yeats's swans
would not need to speak
but could always glide across
other worlds;
magical, yet rustling with real reeds.

The sun in her eyes
so they move closer to the pine trees.
When he touches her nipples
he doesn't know
who is more surprised
(years later he remembers that look,
the way her eyes open wider).
He's surprised
she wants him
to kiss her nipples again and again
because she's only 17 he's surprised
her breasts are so full.
She's surprised
it feels so good
because he's only 17 she's surprised
he can be so gentle
yet so hard inside her,
the way pine needles
can soften the ground.
Where does the ground end
and she begin?
She must have swallowed the sky
the lake, and all the woods
veined with amber brown pathways;

for now great white wings
are swooping through
her thighs, beating stronger
up her chest,
the beak stroking her spine
feathers tingling her skin,
the blood inside
her groin swells

while wings are rushing to get out,
rushing.


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