Como en
las películas
tomaron
champaña sobre un puente
dispararon
sus risas de corcho a las estrellas
brindaron
por la noche
y los
ríos de Heráclito
como en
las películas dijeron toda la verdad
para
que no pareciera mentira
se
balancearon como un paréntesis de carne
en la
baranda
se
trajinaron el corazón los bolsillos de la piel
recitaron
poemas de memoria
como en
las películas ella bailó sin música
bajo la
mantilla de una noche de película
le
enseñó unos pasos que aplaudían el aire
su
pasado la vida
que no
tendrían mañana
como en
las películas le repitió veinte veces no
le alcanzó su boca
para
que no rodara en el vacío lo envolvió
en sus piernas
para
que no temblara como los niños
cuando están solos en la fiebre
como en
las películas aceptaron comerciales
en el
momento de la pena hicieron
un
segundo de silencio/
como en
las películas tejieron una red
para
cazarse para tomarse en el tropiezo
para
equivocarse junto
como en
las películas llegaron a la casa
manosearon
el sexo de sus libros se atrincheraron
en una
pared se desabrocharon se ataron
a una
boca entraron a la cama
para
salirse de las culpas para vengarse para comer/
como en
las películas ella le dijo cosas
en la
lengua ronca del gemido buscaron
tesoros
en la espalda del otro rasguñaron
un
camino invisible en la espalda del otro marcaron
su
laberinto para ciegos
como en
las películas una semana después era
un mes un año después
hablaban
con los ojos se tomaban de las palabras para
caminar
el
silencio manchaba las sábanas de amor
el amor era una luna roja en las cortinas
verdes
donde no entraba la mañana
como en
las películas se espiaban de reojo
olfateando
sus recuerdos
callaban
hablando/
descubrieron
sin sorpresa que los días
no
caben en la vida del otro cuando el otro es una vida
como en
las películas cambiaron
el
escenario de sí mismos
la
música de fondo fueron los dos sonando
se persiguieron
en la arena se salpicaron
con lecturas secaron la humedad de papel
que los
tapaba en la cama/
abusaron
del perdón
del no importa del mañana de los ojos
como el mundo era grande lo achicaron
a las
tres de la tarde/ a las cuatro/ a las cinco
de amor
se mataron
No se puede amar así
no le da vergüenza
hacer estas morisquetas de amor frente al espejo
del mundo
no se puede querer
como si esto fuera mejor
desde hace unas semanas
(el
amor no es tan inconsciente)
andar por ahí tirándose la ropa como si fueran bengalas
escondiéndose
para que no la vean transformada
en una enorme mariposa que no quiere escapar
tan
leona en celo
tan a
mí qué carajo me importa
el mundo cobra estos excesos:
al
mundo no le gustan estas bromas
los que
se hacen los loquitos
Esta mujer nos vence
usando su mirada de bandera/ sabemos
que no podremos con su boca
sus esquinas no nos darán amparo
sus pliegues
son tan ásperos como una pesadilla de la siesta
esta mujer nos vence
arquea sus piernas para espantarnos/ sabe
el tiempo es una burla que ondea en nuestros ojos
no sumamos ahora un hombre
con todos los hombres que hemos sido.
(Envío de Ana Herrera)
Dionisio Salas Astorga
Dionisio Salas Astorga (Viña del Mar, Chile, 1965). Poeta,
escritor, editor y periodista cultural, radicado desde hace años en Mendoza,
donde desarrolló casi la totalidad de su obra. Es profesor de Lengua y
Literatura y cursó la Maestría en Literatura Argentina Contemporánea en la
Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Cuyo. Ha ejercido
su oficio de periodista en la revista Primera Fila, en Diario Uno, Diario Los
Andes y MDZ de Mendoza. Ha recibido numerosos galardones. Ha publicado: en novelas: ; Las aventuras de Cepillo el león, Mendoza,
2007; en poesía: Sábanas sin flores, Mendoza, 2003, Como en las películas, Mendoza, 2013; Últimas oraciones,
Mendoza, 2013; Crónicas cínicas, Mendoza, 2014; Para salir a matar, 2015, casi
todos en su propia editorial LunaRoja.
Su último libro: Vida de santos y santas non sancta (2016), fue editado por Libros de Piedra Infinita.
Una sorpresa leer estos poemas en tu blog. Gracias por el gesto Marcelo. Abrazo desde Mendoza, la ciudad donde todo está prohibido.
ResponderEliminarY una sorpresa para mi encontrar tu comentario, casi un año después! Vaya mi disculpa! Ah, mirá vos; no sabía; pero tanto como "todo" prohibido en Mendoza? Y los caminos del vino?.
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