lunes, 30 de abril de 2018

CASA DE LA POESÍA









































Cuando me tiro de cabeza 
a la pileta
mis piernas se dan vuelta
y caen

lento

como ahora las agujas del reloj. 

El agua y el aire
por un instante
tienen
la misma densidad.

Voy hasta el fondo
y regreso a la superficie
en una sola dirección,

a toda velocidad y con los ojos

bien abiertos.

El cielo está turbio,
se apaga.

Respiro.

Las flores del aromo

flotan.


***


En los pétalos
de las alegrías
del hogar
drena
delicadamente
el sufrimiento
del mundo.

Se está formando
un río caudaloso
y en el fondo
escaleras
de pequeños
cristales.

A cada instante
el paisaje vibra
de un modo
diferente
casi imperceptible.

En los pétalos
de las alegrías
del hogar
drena
delicadamente
el sufrimiento
del mundo.




(Inéditos, tomados de su blog:
"El infinito viajar")


Selva Dipasquale






Selva Dipasquale nació en 1968 en provincia de Buenos Aires, Argentina. Publicó Teoría de la ubicación en el espacio (1994), Camaleón (1998), Paraselene (2005),  Meditaciones en el bosque (2007) y La disipación (Ed. Recovecos, 2012) y La sombra de la mano 2015), más na Plaqueta de poemas "Teoría de la Ubicación en el Espacio" con el Grupo Seis Sellos, en 1996. Incursionó en la danza, las artes visuales y practica desde hace 10 años el Método De Rose. Integra las Antologías de Poesía Joven Argentina: "En la fisura", Buenos Aires, Ediciones del Dock, 1995 (selección Daniel Freidemberg) y "Monstruos" publicada por el Centro Cultural de España (ICI) dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y el Fondo de Cultura Económica (selección Arturo Carrera).  En el 2001 obtuvo 2 becas en otorgadas por la Fundación Antorchas de su país: Taller de Poesía y Residencia en el Banff Center for the Arts (Canadá).  Coordinó entre el 2006 y 2008 LA INFANCIA DEL PROCEDIMIENTO y desde fines del 2015 coordina EL INFINITO VIAJAR.





sábado, 28 de abril de 2018

SILENCIO QUE NOS RODEA






Y yo que me entrené
para no ser una poeta romántica
para sobrevivir a la
ciénaga
casi
blanca casi
limpia
de una era que no desea sangrar
que preferiría no hacerlo
que está aterrada
y antes que sangrar
prefiere el tedio
o la masacre.
Que se deja mentir
como una fechoría dulce.
Quien se entrega a nombrar
doscientas maneras de no sentir
la marejada en la carne
desconoce que está en juego
el juego mismo.
Único pobre intenso
juego
que nos ha dado alguien
que nos quiere bien.
Pequé de desmesura
cada vez que pude
y relaté los cimientos
del mar
desde el alba hasta la carne
helada.
En la palabra
quise ver
el tiempo de la especie
latiendo
para estallar fuera de la cáscara.
La historia de la cáscara,
la histeria de la autoría.

La histeria de los autores.

Me sangra la boca
porque es mejor que mentir.

Esta noche
como todas las noches
somos agua
oculta entre lo sólido.




Paulina Aliaga




Paulina Aliaga nació en Comodoro Rivadavia y vive en Buenos Aires. Es poeta, actriz y directora teatral. Ha participado en diversos espectáculos teatrales y festivales de poesía. Ha publicado La Contra Dicción. Lleva adelante la editorial y Centro de Artes Espacio Hudson. Traduce del inglés. Se ha formado en la carrera de Ciencia Política en la UBA. Licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Bs As. Es co-editora en la Editorial y Centro de Artes Espacio Hudson. Ha participado en diversas compañías de teatro y espectáculos teatrales y cortometrajes. Ha participado en diversos festivales de poesía y ciclos culturales. Tiene dos libros de poemas inéditos: Tiempo de actos y Silencio que nos rodea (2017).





jueves, 26 de abril de 2018

ORACIÓN PARA ESPERAR EL COLECTIVO























Señor de los desamparados
que esperan el colectivo
no permitas que se apague esta llamita
defendida a puro sol sobre la escarcha

que el colectivo venga pronto
pues la espera
amontona cenizas en la frente
y tengo que apalearlas y hacer señas
y asomar los ojos a la ruta
aunque las venas duden
tironeando

señor de los desamparados
que no pase de largo
como si yo no fuera capaz de andar descalza
como si yo no fuera propensa a la ternura
como si fuera una chapa
un poste   nadie   nada

y que no venga lleno   señor
porque se salen con la suya
entonces patas y empujones
en un boleto me suicidan la sonrisa
y me resigno    animal al matadero

que no demore   señor   hoy hace frío
y no llegan los sueños hasta el alma
en el filo de este riesgo   no me culpes
si abandono un segundo la trinchera
y alcanzo a maldecir
la madrugada



Liliana Ancalao





Liliana Ancalao nació  en 1961 en Didadema Argentina, Comodoro Rivadavia. Pertenece a la comunidad mapuche-tewelche Ñamkulawen.Es profesora de Letras e integra un grupo universitario de investigación del mapuzungun, lengua originaria de los mapuches.  Publicó los poemarios Tejido con lana cruda (2001), Iñchiu (2006) y Mujeres a la intemperie (2009). Su obra poética fue incluida en la antología La memoria iluminada. Poesía mapuche contemporánea (Málaga, 2007).



martes, 24 de abril de 2018

ERA UN CUADRADO LA CASA,


























blancas las paredes y el pilar
alto de la entrada, se veía todo el cielo.
el cosmos, decían.
cuando en la capital
se ven con suerte
algunas luces, la materia
desordenada y en polvo
se transforma, sin ir más lejos,
en frente, un primer piso
iluminado en la madrugada esconde
pequeños tesoros, un trofeo de karate, una heladera
y restos de algo, habría que ir al campo, salir
a la terraza, escapar
en la sábana oscura que se alza
sobre los otros, él trajo
una revista desplegable, estiró el índice,
apenas con la punta así,
cuando eras chica preguntaste
qué es el cosmos, te muestro, acá
estamos nosotros.


pienso cómo entra
no mi casa que es chica, la torre,
el parque, la pileta, tu habitación. todos
en este punto luminoso que un dedo tapa
y la distancia, el trayecto que recorre el dedo
de un planeta al otro.
hace calor y prendemos
estrellitas y bengalas en la calle.
cuando tu mamá era chica
no existía la tele en colores ni tampoco
el pilarcito. y ahora que todo estalla
bombas, planetas, naves qué pasaría
si mi casa empieza a arder y
la otra y la otra y la otra y así
se enciende este punto.


una polilla volaba, bajo la mesa
yo con ese miedo siempre
a lo que viniera del aire, la agarraste
con los dedos,
no hace nada, ¿ves?
no muerde, no respira, para mí
tiene pelos
o un polvillo gris
que cae al matarla, lo que queda
es lo que la hace volar, igual
no quiero ver
la órbita de los dedos
al tomarla, cortar su vuelo en seco,
como si juntaras con la espada
varias cosas que arrojaste
primero al aire, así
estábamos seguros
mientras los ladrones fueran
seres alados que en silencio
se iban llevando las cosas.


podés elegir una
y que sea tuya, para vos sola.
hay miles de millones, más, hay una
para cada uno. el dedo
otra vez en el póster desplegable
alejándose de casa.
miedo ante tanto espacio,
tenés que elegir, subir al pilar y con la mano
señalar un punto, el más brillante, ¿ves?
hay olor a eclipse
en el aire.

calor y las nubes
que se juntan de a poco, después
sobre las luces de la calle, gotas
caen lentas hasta
hacerse más y más livianas, cerrarse
como una cortina afilada
que todo lo cubre, se sabía,
no iba a seguir así. agosto y un sol
que raja la tierra.
las únicas estrellas que veo
son antenas, algún pararrayos y un avión
que ya se pierde hacia un lado de la ventana.
la lluvia empezó
mientras escribía y ahora
la cortina se repliega
llego a este verso y miro
el foco de mercurio, la calle, una moldura.
pero ni un rastro
de esas gotas que antes
amenazaban inundar los barrios,
regar las plantas y decretar
la apertura simultánea
de las azaleas.

abajo de la línea de la tormenta
la vista se abre y en la pared
una enredadera en otoño
como una llamarada
el centro rojo y las puntas
que se aclaran hasta envolver
con lenguas amarillas el borde
de las ventanas más altas,
fijate, sólo desde acá
lo podemos ver.


(De: La casa de la abeja)


 Laura Lobov





Laura Lobov nació en Buenos Aires, Argentina, en 1978. Publicó los poemarios: Balnearioy, 2003; Las cosas a descansar, 2004; El Zeide, 2006; La casa de la abeja 2007; Pájaros que se posan sobre una antena, 2009 y El management envilece al mundo, 2010. Además, sus poemas fueron publicados en Última Poesía Argentina, Buenos Aires, (2008), Poetas argentinas (1961-1980), Buenos Aires, 2008, El decir y el vértigo. Panorama reciente de la poesía hispanoamericana (1965-1979), México, 2005, 18 Poetas-Antología de poesía latinoamericana, Perú, 2006 y Taquigrafía para principiantes, Buenos Aires, 2002.




domingo, 22 de abril de 2018

PÁJAROS QUE SE POSAN SOBRE UNA ANTENA


























FOLLAJE

Allá no sé, pero acá
hay lugares donde aparecen las cosas. Mirás
y son pisos y pisos y en el medio
la luz. No es fácil de decir
fronda o follaje, pero así
el verde sale de cualquier lado,
como una acumulación, una ola
con su poder
que arrasa. Piedras,
rutas, civilizaciones
van en ese río que las parte
en varios pedazos. Vemos un indicio
ahí o del otro lado. Nada es recto, un camino
de hojas pisadas y tierra.

El sol pasa y resplandece. El agua cae
como si fuera la última vez. Un punto
que nos acerca al tiempo
en que todo se junta y crece.



TODAS LAS POSIBILIDADES

En la sierra el cielo vuelve a ser azul
y el aire, aire.
Va por un camino hecho de polvo
y huellas. Hay cosas que no podía pensar
antes de subir. Hay gente
en todos lados, en el silencio
quieto del campo, en la idea
del trabajo y la calma
del descanso al atardecer. Piensa
en su cama en la avenida, su cama
en un piso alto
rodeada de autos, de ruido,
de gente. Hay casas
que vemos de noche en la ruta:
Una pequeña luz o el brillo
intermitente
de la tele. Una familia frente a la mesa
suspendida, apenas iluminada.
Pasa rápido en el micro y corre un poco la cortina,
la cara en el vidrio. Está frío y de afuera llegan
algunas estrellas y la pena
de esa vida que nunca viviremos.



ESTACIÓN SECA

Llueve fuera de época
hoy
estoy mirando como el cielo se pone negro
y algo dorado se refleja en unas ventanas más allá
hay helicópteros y suenan las sirenas.
Quedan pocas cosas.
Pienso en el árbol lleno de pájaros
en el sonido del atardecer,
el calor, el principio de año frente a la plaza.
Acá los pájaros se posan sobre una antena
ahora los veo, pero se irán con la lluvia.
Quiero hacer que nieve
sobre esta hoja, sobre la casa,
la antena, los pájaros que confunden árboles, la gente,
todo.
Cubrir este ruido
que nunca para
con un manto blanco y opaco. Dibujar
en los vidrios
los árboles, los pájaros, la antena,
la gente que va por la calle y mira con asombro
la nieve, sirenas.
Después borrar todo, apagar las luces,
cerrar la puerta y correr
antes de que me agarre la lluvia.



(De: Pájaros que se posan sobre una antena,
Vox, 2014)

Laura Lobov (Buenos Aires, Argentina, 1978)





viernes, 20 de abril de 2018

UNA CHICA CUMPLE 15 AÑOS

















Una chica cumple 15 años
Toman cerveza con los pies en el agua
más allá unas flores naranjas
en un tronco seco
la ladera marrón, el eco
apagado
de la fiesta en el pueblo
la quinceañera
el vestido rosa
cajones rojos de bebida y bolsas
de plástico transparente.
Los pies van y vienen
forman círculos
una línea y la otra se chocan
hace calor, están afuera
pero es como en ese cuento en que un nene
se queda encerrado en un armario
el único día sin lluvia:
esperar años para ver
el paisaje blanco desde la ventana
los pequeños cristales siempre dibujados
en el margen de las hojas
-una cruz, dos diagonales-
ahora cayendo en la mañana
fría,
una luz distinta, casi plateada
que hace entrecerrar los ojos
y salir a la calle.
El agua salpica en la cara
el vals comienza a sonar
y la quinceañera gira y gira
mientras alguien mira la nieve
que cae en Buenos Aires.



(De: "Pájaros que se posan
sobre una antena", Vox, 2009)



Laura Lobov (Buenos Aires, Argentina, 1978)





miércoles, 18 de abril de 2018

LA VIRGEN NIÑA



















La Virgen niña
duerme a la sombra en el desierto arenosa.
Sueño de rosas
para la Virgen de las cosas.
Total hay un Dios, adentro y afuera
(de la enredadera).
Y como el perfume de la indiferencia:
pura inocencia cambia de forma.




EL FIN

Hay un lugar
en el mar
hay un lugar
donde dos mundos niegan 
su singularidad. 
Manos blancas
para la muerte
en el mar. 
Es la Bruma
que desciende
en el límite del horizonte de esta línea. 




Julia Sarachu





Julia Sarachu (La Plata, Argentina,  1976) es escritora, editora y traductora. Dirige, junto con Laura Lobov, Miguel Ángel Petrecca y Vanina Colagiovanni la editorial Gog y Magog, que se inició en Buenos Aires hace una década y cuenta con un catálogo orientado casi exclusivamente a la poesía. Julia es autora de Transformaciones (2004), Cuatro ojos ven más que dos (2005), Las bellezas del lobo (2007) y Muñequitas rusas (2009). Como traductora de esloveno, ha traducido a Simon Gregorčič, Edvard Kocbek, Alojzij Gradnik y Svetlana Makarovič. Administra el blog “Los poetas en off”.





lunes, 16 de abril de 2018

El DJ
















Yo les ofrezco esta música
que no es
totalmente mía
pero la combino para ustedes
para sacar
de todos lo mismo
duplicación fantasmal de las pasiones de cada
individuo;
y a la vez los contengo,
porque se identifican conmigo
siento, que comando mi dirección,
en esta ficción ideal
soy
el amo de mis acciones.
Acá la masa es aprehensible como grupo,
alcanzo a recibir una impresión indiferenciada
de la conciencia grupal,
y en base a esa sensación produzco
las variaciones que los movilizan;
y este mutuo reconocimiento es
para mí el placer más grande, un alivio
cuando veo en sus cuerpos la proyección de la música.
Acciono
el brazo mecánico
el caballo
la batuta
el martillo
establece el ritmo para llevarlos al trance,
y que permanezcan en él
cascabel
la púa sigue las huellas circulares grabadas
en el indestructible
plástico
infinita búsqueda de lo inorgánico.
Pero la imagen que recibo
nunca es exactamente igual a lo que espero,
siempre quiero más, pretendo…
la unificación.

(De la novela "Muñequitas rusas",
2009)

Julia Sarachu (La Plata, Argentina, 1976)




IMAGEN: El DJ Hernán Cattaneo.




sábado, 14 de abril de 2018

POEMAS DEL AIRE

















11

Toca el borde de la mesa
pasa lento su dedo
tanto se ha callado en esos límites
flota un aire
allí
y es de silencios.



18

Hay un aire en el cuerpo
que cruza entre los humedales
oscuros de los pulmones
allí tras unas rejas delicadas
crujen
arrastran unas cáscaras,
una especie de coraza
que cuando falla
dejan un dolor
como de fuego
hay un aire allí
que no es el suyo.



20

las diferencias son muy claras
un hombre colecciona orquídeas
toca con su dedo los pétalos
suaves
en su patio hay un montón de macetas con cactus
así de altos, aire de puna
nunca se le ocurre acariciarlos
los mira desde abajo
y con eso alcanza

(Tomados del blog de Valeria Cervero:
De lo que no aparece en las encuestas2)




Liliana Campazzo (1959, Buenos Aires-Vive en Río Negro desde 1976)



IMAGEN: Cactus florecidos, sin créditos, tomada de Pinterest.