domingo, 29 de noviembre de 2020

CONVERSACIÓN CON TRES MUJERES DE NUEVA INGLATERRA


 






El modo de la persona se torna el modo del mundo,
para esa persona y, a veces, para el mundo mismo.
Los contenidos de la mente se tornan solido espectáculo
o casi sólidos parecen espectáculo: como un ave voladora
se queda fija en su inevitable arbusto...,
lo que supone que cambiar de modo es cambiar el mundo.
 
Ahora tú, por ejemplo, eres de este modo: tú dices
que en ese central siempre oscuro, allá donde esté,
en lo central de tierra o cielo o aire o pensamiento,
hay una gota que es elemento de la vida,
solo, singular surtidor y mínimo patriarca,
única cosa común a toda vida, lo humano
e inhumano mismo, lo parecido de cosas dispares.
 
Y tú, tú dices que las cosas capitales de la mente
sean tan naturales como objetos naturales,
para que un rey labrado hallado en una jungla, gigantesco
y erosionado, sea parte de un paisaje humano,
que una figura reclinada entre columnas demolidas,
rígida en un eterno letargo, sea
no el inicio sino el fin del artificio,
una naturaleza de mármol en un mundo de mármol.
 
Y entonces, por fin, eres tú quien dice
que el hombre sólo en sus definiciones de sí mismo,
sólo acompasado en humanidad, es él
mismo. El autor de los cánones del hombre es el hombre,
no algún patrón e imaginero externo.
 
¿En cuál de estos tres mundos nos hallamos los cuatro
más próximos a casa? ¿O bastará con haber visto
y sentido y conocido las diferencias que hemos visto
y sentido y conocido en los colores en que vivimos,
en las excelencias del aire que respiramos
los aromas de ser...? ¿Basta para advertir
que el sentido de ser cambia conforme hablamos
que hablar altera el ciclo de las escenas de los reyes?
 

Wallace Stevens (E.E.U.U.; Reading, Pennssylvania, 1879; Hartford, Connecticut,  1955)

 (Traducción: Andrés Sánchez Robayna, Daniel Aguirre y Andreu Jaime)



CONVERSATION WITH THREE WOMEN OF NEW ENGLAND
 
The  node of the person becomes the mode of the world
 
or that person and, sometimes, for the world itself
The contents of the mind become solid show
Or almost solid seem show-the way a fly bird
Fixes itself in its inevitable hush
It follows that to change modes is to change the world.
 
Now, you, for instance, are of this mode: You say
That in that ever-dark central, wherever it is,
In the central of earth or sky or air or thought,
There is a drop that is life’s element,
Sole, single source and minimum patriarch,
The one thing common to all life, the human
And inhuman same, the likeness of things unlike.
 
And you, you say that the capital things of the mind
Should be as natural as natural objects,
So that a carved king found in a jungle, huge
And weathered, should be part of a human landscape,
That a figure reclining among columns toppled down,
Stiff in eternal lethargy, should be,
Not the beginning but the end of artifice,
A nature of marble in a marble world.
 
And then, finally, it is you that say
That only in man's definitions of himself,
Only encompassed in humanity, is he
Himself. The author of man’s canons is man,
Not some outer patron and imaginer.
 
In which one of these three worlds are the four of us
The most at home? Or is it enough to have seen
And felt and known the differences we have seen
And felt and known in the colors in which we live
 
 
In the excellences of the air we breathe,
The bouquet of being-enough to realize
That the sense of being changes as we talk,
ºThat talk shifts the cycle of the scenes of kings?



viernes, 27 de noviembre de 2020

DOS CARTAS











I

Una carta de

 Aun si hubiera habido una luna creciente
sobre todas las puntas de nube en los cielos,
empapando el atardecer en luz de cristales,
 
uno habría querido más, más, más.. :
un verdadero interior al que retornar,
un hogar contra uno mismo, una oscuridad,
 
una facilidad en que vivir la vida de un momento,
el amor y la fortuna del momento de vida,
libre de todo lo demás, libre ante todo del pensamiento.
 
Habría sido como encender una vela,
como apoyarse en una mesa, resguardándose los ojos,
y oír el relato que uno tanto quería oír,
 
como si todos estuviéramos sentados juntos otra vez
y hablara uno de nosotros y creyéramos todos
lo que oímos y la luz, aunque poca, fuera bastante.
 
 

Wallace Stevens (E.E.U.U.; Reading, Pennssylvania, 1879; Hartford, Connecticut,  1955)

 

(Traducción: Andrés Sánchez Robayna, Daniel Aguirre y Andreu Jaime)

 

TWO LETTERS

I
A Letter From

Even if there had been a crescent moon

On every cloud-tip over the heavens,
Drenching the evening with crystals’ light,
 
One would have wanted more—more—more—
Some true interior to which to return,
A home against one’s self, a darkness,
 
An ease in which to live a moment’s life,
The moment of life’s love and fortune,
Free from everything else, free above all from thought.
 
It would have been like lighting a candle,
Like leaning on the table, shading one’s eyes,
And hearing a tale one wanted intensely to hear,
 
As if we were all seated together again
And one of us spoke and all of us believed
What we heard and the light, though little, was enough.
 

IMAGEN: Tomada de la foto de portada de la cuenta SOL Y LUNA, del Facebook.

 

miércoles, 25 de noviembre de 2020

COMO EN UN TEATRO


 






Alguna otra luz de sol podría hacer otro mundo,
verde, más o menos, en verde y azul en azul,
como un gusto al que disgusta el fresco fruto de una vid,
como un ojo tan joven que no atrapa su primitivo,
como el artificio de una nueva realidad,
como el cromático calendario del tiempo por venir.
 
Podría ser la candela de otro ser,
ajado en harapientas percepciones, que está en pie
y medita una imagen de sí mismo,
estudia y compone una sebosa imagen, enjambre
de sutiles, prismáticos humazos no rememorados,
una burbuja sin un muro del que colgar.
 
Una vez levantados, los telones podrían mostrar otro todo,
un azur outre-terre, anaranjado y rosáceo,
junto al codo de Copérnico, una esfera,
un universo sin la traba y la falta de la vida,
fin de filósofos... ¿Que diferencia habría,
mientras, por una vez, la mente se colmara?
 


 
Wallace Stevens (E.E.U.U.; Reading, Pennssylvania, 1879; Hartford, Connecticut,  1955)

 

(Traducción: Andrés Sánchez Robayna, Daniel Aguirre y Andreu Jaime)

 

 As at a Theatre


Another sunlight might make another world,
Green, more or less, in green and blue in blue,
Like taste distasting the first fruit of a vine,
Like an eye too young to grapple its primitive,
Like the artifice of a new reality,
Like the chromatic calendar of time to come.

It might be the candle of another being,
Ragged in unkempt perceptions, that stands
And meditates an image of itself,
Studies and shapes a tallowy image, swarmed
With slight, prismatic reeks not recollected,
A bubble without a wall on which to hang.

The curtains, when pulled, might show another whole,
An azure outre-terre, oranged and rosed,
At the elbow of Copernicus, a sphere,
A universe without life's limp and lack,
Philosopher's end . . . What difference would it make,
So long as the mind, for once, fulfilled itself?



IMAGEN: Telón del teatro Odeón en Concordia (de archivo)



lunes, 23 de noviembre de 2020

EL SENTIDO CLARO DE LAS COSAS










Tras la caída de las hojas, volvemos
a un sentido claro de las cosas. Es como si
hubiéramos llegado a un fin de la imaginación,
inanimado en un savoir inerte.

 Se hace difícil hasta elegir adjetivo
para este simple frío, esta tristeza sin motivo.
Se ha convertido la gran estructura en una casa menor.
Ningún turbante pasa por los suelos disminuidos.
 
Nunca al invernadero le había hecho tanta falta pintura.
La chimenea tiene cincuenta años y se inclina hacia un lado.
Ha fracasado un esfuerzo fantástico, una repetición
en una repetitividad de hombres y moscas.
 
Sin embargo, la ausencia de la imaginación tenía
también que ser imaginada. La gran laguna,
la claridad de su sentido, sin reflejos, hojas,
barro, agua como cristal sucio, expresando silencio
 
de algún tipo, silencio de una rata que se ha asomado a ver,
la gran laguna y el desperdicio de sus lirios, todo esto
tenía que ser imaginado como un saber inevitable,
requerido, como requiere una necesidad.
 

Wallace Stevens (E.E.U.U.; Reading, Pennssylvania, 1879; Hartford, Connecticut,  1955)
 
(Traducción: Andrés Sánchez Robayna, Daniel Aguirre y Andreu Jaime)
 

THE PLAIN SENSE OF THINGS

 
After the leaves have fallen, we return
To a plain sense of things. It is as if
We had come to an end of the imagination,
Inanimate in an inert savoir.
 
It is difficult even to choose the adjective
For this blank cold, this sadness without cause.
The great structure has become a minor house.
No turban walks across the lessened floors.
 
The greenhouse never so badly needed paint.
The chimney is fifty years old and slants to one side.
A fantastic effort has failed, a repetition
In a repetitiousness of men and flies.
Yet the absence of the imagination had
Itself to be imagined. The great pond,
The plain sense of it, without reflections, leaves,
Mud, water like dirty glass, expressing silence
 
Of a sort, silence of a rat come out to see,
The great pond and its waste of the lilies, all this
Had to be imagined as an inevitable knowledge,
Required, as a necessity requires.

 

IMAGEN: Flores de otoño (De archivo).


 

sábado, 21 de noviembre de 2020

SACRAMENTO HUMANO


 

No hay nada nuevo que sea sagrado? El libro, el cielo,
Ias mujeres en el biombo azul y rojo
Pintado en Japón hace más o menos quinientos años. Alguien
Tiró el biombo al suelo. Yo lo voy a levantar
Poniendo toda la emoción en la cosa sentida por la cosa hecha. Un
espejo puede ser más claro
que un perro, pero un perro pequeño puede correr. Sagrada
es quizás la relación que provocó
que mi hija naciera. ¿Pero es ella sagrada?
Alrededor de sus hombros. Ella es de este mundo
Igual que una tubería, que va desde el pozo hasta la casa,
Igual que el pasto que en esta estación salta por todas partes,
Igual que el cigarrillo que el jardinero tira sobre el pasto.
¿Tiene una llama sagrada? La tubería yendo hasta la casa. Después,
                                ¿quién sabe?
Lo sagrado es el sacramento. Y es lo que
Una vez nosotros quisimos ser.
Dame un poco más de café,
Un poco más de leche, un poco más de pan, ¡un poco más de
                                desayuno!
¿No hay nada nuevo que sea sagrado? El biombo está puesto.
MI hija y su bebé vienen a tomar el té. El bebé viene por la leche.
Llegan justo a tiempo.
 
 

PARADISO
 

Es imposible no emocionarse
Cuando eso que te había desilusionado levanta su cabeza
De entre sus brazos y parece querer hablarte nuevamente.
Olvidás hogar y familia
y te ponés en camino, a pie o en tu auto
y vas adonde creés que esa forma de realidad
Habita. Al no encontrarla ahí, rechazás
Cualquier otro contacto
Hasta que estás nuevamente tratando de olvidar
Lo único que pudo emocionarte (parece) y te dio eso que vas a tener
por siempre
Pero bajo la forma de una desilusión.
Con frecuencia, mirando al horizonte
Ves -¿siéndote hostil?- eso que nunca encontraste
Y que, sin aquellos que vinieron antes que vos, nunca hubieras
podido imaginarlo.
¿Cómo pudiste creer que había una persona que podría hacerte
Feliz y que la felicidad no era el irregular
Fenómeno que sabías que era? ¿Por qué seguís creyendo en esa
Realidad tan dependiente del tiempo concedido
Que tiene menos que ver con exiliarte de tu edad
Que de todo lo que la vida te prometió que podrías hacer?
 

(De: “Un tren oculta otro tren”
Zindo & Gafuri, 2017, 
Edición no bilingüe)
 

Kenneth Koch (E.E.U.U., Cincinnati, Ohio, 1925-Nueva York, 2002)

 
(Traducción: Silvia Galup y Anibal Cristobo)

 

LEER biografía en entrada anterior (Nota del administrador)



jueves, 19 de noviembre de 2020

UN TREN PUEDE OCULTAR OTRO (Cartel en un cruce de vías en Kenia)

 


En un poema, un verso puede ocultar otro verso,
Como en un cruce, un tren puede ocultar otro tren.
Es decir, si estás esperando para cruzar
Las vías, esperá un segundo, al
Menos, después de que el primer tren haya pasado. Y también
                                   cuando leés
Esperá hasta haber leído el verso siguiente-
Ahí, es seguro seguir leyendo.
En una familia una hermana puede ocultar a otra,
Por eso, cuando la cortejes, es mejor tener todas a la vista
Si no, conociendo a una, podrías enamorarte de la otra.
Un padre o un hermano pueden esconder al hombre,
Si sos una mujer, al que estabas esperando para amar.
Así que siempre delante de una cosa hay otra
Como las palabras delante de los objetos, sentimientos, ideas.
Un deseo puede ocultar otro. Y la reputación de una persona
La reputación de otra. Un perro puede ocultar otro
En el pasto, escapar del primero no quiere decir que estés a salvo;
Una lila puede ocultar otra, y luego, un montón de lilas y en la Via
                                 Appia una tumba
Puede ocultar muchas más tumbas. En el amor, un reproche puede
                                 ocultar otro,
Una pequeña queja puede ocultar otra gigante.
Una injusticia puede ocultar otra -un colono puede ocultar a otro,
Un uniforme rojo chillón, otro, y otro, una columna entera. Un baño
                                 puede ocultar otro baño
Como cuando, después de bañarse, uno camina bajo lluvia.
Una idea puede ocultar otra: la Vida es simple
La Vida Oculta es increíblemente compleja, como en la prosa de
                                 Gertrude Stein
Una frase oculta otra, y es asimismo otra. Y en el laboratorio
Un invento puede ocultar otro invento,
Un atardecer puede ocultar otro; y una sombra, un nido de sombras.
Un rojo oscuro, o un azul, o un morado—eso es una pintura
De algún seguidor de Matisse. Uno espera junto a las vías hasta que
                                   pasen,
Esos dobles ocultos o, a veces, parecidos. Un gemelo idéntico
Puede ocultar al otro. ¡Y podrían ser más! El obstetra
Contempla el valle de Var. Vivíamos ahí, mi mujer y yo, pero
Una vida ocultó otra vida. Y ahora ella se fue y yo estoy acá.
Una madre vivaz oculta a su hija desgarbada. A la vez, la hija oculta
A su propia hija vivaz. Están en
Una estación de tren y la hija lleva un bolso
Mayor que el de su madre, y lo oculta con éxito.
Al ofrecerse a cargar el bolso de la hija uno se ve confrontado por el
                                     de la madre
Y tiene que llevar ése también. Como alguien haciendo dedo
Puede deliberadamente ocultar a alguien más y una taza de café,
Otra, también, hasta que estés sobreexcitado. Un amor puede
                                     ocultar otro amor o el mismo amor
Como cuando “Te quiero” de pronto suena falso y uno descubre
El mejor amor persistiendo detrás, o como cuando “Estoy
                                     confundido”
Oculta “Si de algo estoy seguro, es de esto”
Y un sueño puede ocultar otro, como sabemos, siempre, también.
                                     En el Jardín del Edén
Adán y Eva pueden ocultar a los verdaderos Adán y Eva.
Jerusalén puede esconder otra Jerusalén.
Cuando llegas a algo, pará y dejalo pasar
Para ver qué más hay. En casa, no importa en qué lugar
Vías internas también suponen peligros: un recuerdo
Esconde ciertamente otro, y de eso se trata la memoria,
La sucesión eterna e invertida de las entidades contempladas.
Leyendo Viaje Sentimental fijate bien
Cuando termines, y buscá Tristram Shandy, a ver
Si está ahi, tiene que estar, más fuerte
Y más profundo y hasta entonces oculto como Santa Maria Maggiore
Puede estar oculta por iglesias parecidas en Roma. Una vereda
Puede ocultar otra, como cuando dormís, y
Una canción oculta otra canción; un martilleo en el piso de arriba
Oculta el sonido de la batería. Un amigo puede ocultar a otro, te
                                      sentás a los pies de un árbol
Con uno, y cuando levantas para Irte hay otro
Con el que hubieras preferido hablar desde el principio. Un profesor,
Un doctor, un éxtasis, una enfermedad, una mujer, un hombre
Pueden ocultar otros. Frená y dejá pasar al primero.
Pensás, Ahora es seguro cruzar y te atropella el próximo. Puede ser
                                       importante
Haber esperado al menos un segundo para ver lo que ya estaba ahí.
 


Zindo & Gafuri, 2017)
 

Kenneth Koch (E.E.U.U., Cincinnati, Ohio, 1925-Nueva York, 2002)
 

(Traducción: Silvia Galup y Anibal Cristobo)
 

LEER biografía en entrada anterior (Nota del administrador)




martes, 17 de noviembre de 2020

Vous êtes plus beaux que vous ne pensiez

 





Botticelli vivía En una casita En Florencia Italia Salió
Y pintó a Afrodita Sobre el aire Sobre una ostra Sobre olas
Y se sintió feliz Se fue a un café
Y gritó
Una ronda para todos
Y  para mí
Un punt e mes
Las celebridades se agolpaban
Para mirar su cuadro
Nunca nadie había visto
Una chica pintada tan hermosamente
La verdadera chica a
la que había pintado
La que hizo de modelo
De Afrodita se sienta
Con su mentón en su mano
Su mano en la muñeca
El codo
En una mesa
Y grita
“Cuando estaba
desnuda creyeron en mí,
Y creerán y creen”.

(De: “Un tren oculta otro tren”
Zindo & Gafuri, 2017)

 Kenneth Koch (E.E.U.U., Cincinnati, Ohio, 1925-Nueva York, 2002)

 
(Traducción: Silvia Galup y Anibal Cristobo)
 

LEER biografía en entrada anterior (Nota del administrador.


MAGEN: El nacimiento de Venus (detalle), pintura de Botticelli. 



 

domingo, 15 de noviembre de 2020

LA CÚPULA DE CRISTAL


























EL CUENCO VERDE


Este cuenco verde es como un estanque 
tapizado de musgo en un bosque de primavera,
las violetas silvestres ondulan al sol
que cada tanto les llega entre los árboles.
Un lugar tranquilo, quieto, con el sonido de las aves,
donde, aunque no pueda verse, se oye el canto sin fin,
el rumor del mar en su eterno movimiento.
Era invierno, Roger, cuando hiciste este cuenco,
pero fue en la primavera que tu mano anhelante
dispuso algunas hojas verdes y tiernas en el borde,
un cáliz ideal para recibir a las tímidas
y pequeñas flores del bosque. Aquí
olvidarán su triste desarraigo, perdidas
en la dicha de que este círculo de hojas brillantes
sea su casa; una vez más soñarán que escuchan
al viento rondar por las copas de los árboles
y que ven al sol sonreír entre las hojas.


 
FRAGMENTO

¿Qué es la poesía? ¿Un mosaico
de piedras de colores que, de golpe, se combinan
y arman un dibujo? Más bien, es vidrio
trabajado pacientemente hasta alcanzar
un matiz de esplendor suntuoso que haga,
de la Belleza, alabanza; donde los rayos de sol
transmutados en luces de arco iris se colmen
de un sentido mítico que aspire a lo divino.
 

PEZ DORADO


En el agua arcillosa
y espesa, plata brillante al sol,
líquido y fresco a la sombra de los juncos,
dormía el dorado.
Nadie lo veía ahí
perdido entre la fronda de tallos.
De repente sacudió su cola,
y un fulgor verde y cobre
recorrió el agua.
 
De los juncos brotó
la luz verde oliva,
y el naranja irrumpió en el agua
relampagueada de sol.
Así cruzó el pez aquel estanque,
verde y cobre,
una oscuridad y un destello;
en la otra orilla los reflejos difusos de los sauces
lo esperaban.

                                                                                                                              

Amy Lowell

(Versiones de Daniela Comozzi)

  

The Green Bowl  This little bowl is like a mossy pool / In a spring wood, where dogtooth violets grow/Nodding in chequered sunshine of the trees; / A quiet place, still, with the sound of birds, / Where, though unseen, is heard the endless song / And murmur of the never resting sea / T was winter, Roger, when you made this cup, / But coming Spring guided your eager hand / And round the edge you fashioned young green leaves, / A proper chalice made to hold the shy / And little flowers of the woods. And here / They will forget their sad uprooting, lost / In pleasure that this circle of bright leaves / Should be their setting; once more they will dream / They hear winds wandering through lofty trees / And see the sun smiling between the leaves.

 

 Fragment  What is poetry? Is it a mosaic / Of coloured stones which curiously are wrought / Into a pattern? Rather glass that’s taught / By patient labor any hue to take / And glowing with a sumptuous splendor, make / Beauty a thing of awe; where sunbeams caught, / Transmuted fall in sheafs of rainbows fraught / With storied meaning for religi

 

 The Pike In the brown water, / Thick and silver-sheened in the sunshine, / Liquid and cool in the shade of the reeds, / A pike dozed. / Lost among the shadows of stems / He lay unnoticed. / Suddenly he flicked his tail, / And a green-and-copper brightness / Ran under the water.

Out from under the reeds / Came the olive-green light, / And orange flashed up / Through the sun-thickened water. / So the fish passed across the pool, / Green and copper, / A darkness and a gleam, / And the blurred reflections of the willows on the opposite bank / Received it.

 

 Amy Lowell (Brookline, E.E.U.U; 1874-1925) Poetisa y crítica norteamericana. Perteneciente a una familia rica, fue educada en colegios privados, pero nunca asistió a  la Universidad dado que su familia no consideraba esa actividad como apropiada para una mujer. Pero compensó sus afanes culturales con amplias lecrturas y un casi obsesivo coleccionismo de libros.  Tuvo amplia vida social y viajó intensamente desde muy joven. A causa de un mal funcionamiento glandular, engordó desmesuradamente, lo que le obligó muy pronto a una verdadera reclusión en su finca, desde donde gobernaba a su personal y a sus editores despóticamente, fumaba cigarros negros y puteaba como un hombre. Dormía de día, trabajaba de noche e hizo todo lo posible para triunfar como poeta, a partir del día -en 1902- en que descubrió que la poesía era su "modo natural de expresión", inspirada por una actuación de la diva Eleonora Duse, en Europa.  Pero esta mujer de poderosa personalidad, terror de los editores, cuyos artículos críticos hacían ley y que osó atacar al célebre Ezra Pound, el padre del imaginismo, no tuvo el reconocimiento en vida que hubiera merecido; su gloria fue póstuma: Recibió el premio Pulitzer de poesía en 1926.   Sus principales colecciones son: Cúpulas de vidrios multicolores (1912), Hojas de espada y simientes de amapola (1914), Hombres, mujeres y fantasmas (1916), Imágenes de un mundo flotante (1919), Una fábula crítica (1922), Viento del este (1926). Entre las obras en prosa de Amy Lowell cabe mencionar sus estudios críticos y literarios: Seis poetas franceses (1915), libro que trata de la poesía de Verhaeren, Samain, Gourmont, Jammes y Fort, y su "magnum opus", la biografía de su poeta preferido, John Keats, publicada en el año 1925. Los poemas publicados pertenecen al libro: LA CÚPULA DE CRISTAL; Ed. Mágicas naranjas, 2018.





viernes, 13 de noviembre de 2020

LA MENTE PARPADEANTE






















No, Señor, no sos vos,
soy yo la que está ausente.
Al principio, creer era una dicha
secreta, con la cual
me escabullía sola
en lugares sagrados:
una mirada rápida y furtiva
en todas direcciones.
Hace ya mucho tiempo
que pronuncié tu nombre, pero ahora
eludo tu presencia.
Pienso en vos, y mi mente,
como una mojarrita,
se lanza hacia las sombras,
a los destellos que agitan sin cesar
la trama en movimiento de las aguas del río.
Ni un segundo mi mente
podrá quedarse quieta,
sino que vagará por cualquier parte,
girará donde encuentre
algún recodo. No sos vos,
soy yo la que está ausente.
Y vos sos la corriente, el pez, la luz,
la sombra palpitante,
sos la presencia Inalterable, en la que todo
se mueve y cambia.
¿Cómo puedo fijar mi parpadeo, percibir
dentro del corazón del manantial
el zafiro que sé que está allí oculto?

                                                                     

                                                                     
(Del libro: Cada verano el último verano,
Zindo & Gafuri, 2018)

Denise Levertov


(Traducción: Alejandro Crotto y Ezequiel Zaidenwerg




Flickering Mind

Lord, not you, / it is I who am absent. / At first / belief was a joy I kept in secret, / stealing alone / into sacred places: / a quick glance, and away — and back, / circling. /1 have long since uttered your name / but now /1 elude your presence. /1 stop / to think about you, and my mind / at once / like a minnow darts away, / darts / into the shadows, into gleams that fret / unceasing over / the river's purling and passing. / Not for one second / will my self hold still, but wanders /anywhere, / everywhere it can turn. Not you, / it is I am absent. / You are the stream, the fish, the light, / the pulsing shadow, / you the unchanging presence, in whom all / moves and changes. / How can I focus my flickering, perceive / at the fountain's heart / the sapphire I know is there?



Denise Levertov. Poeta y ensayista estadounidense de origen británico. Nació en 1923 en Ilford (Inglaterra), y se formó en su propio hogar. Su madre leía para toda la familia obras de Joseph Conrad, Charles Dickens, y León Tolstoi. Su padre, un judío ruso convertido en sacerdote anglicano, fomentó su interés por el misticismo de los hasidim. Fue una poeta precoz: a los 5 años declaró que sería escritora. A los 12 años remitió algunos de sus poemas a T. S. Eliot, quien le escribió alentándola. Su primer libro de poemas, La imagen doble se editó en 1946. Se casó con el también escritor estadounidense Mitchell Goodman en el año 1947, viajaron a Estados Unidos en 1948 y adoptó la nacionalidad estadounidense en 1956. Allí se vinculó con los poetas Robert Creeley y Kenneth Rexroth. Su segundo libro de poemas fue, Aquí y ahora (1957), al que siguieron, A las islas por tierra (1958), Con ojos en la nuca (1959), La escalera de Jacob (1961) y Gustar y ver (1964). La guerra de Vietnam hizo que se apoyara la causa pacifista, como conferenciante y escritora. Por entonces escribió su principal libro de poesía, La danza de la tristeza (1967), donde expone sus sentimientos de dolor ante la guerra, y también ante la muerte de su hermana mayor. Publicó La respiración del agua (1987), Una puerta en la colmena (1989), Tren de la tarde (1992) y Ensayos nuevos y escogidos (1992). Tuvo una prolífica carrera literaria: publicó más de veinte libros. Murió en Seatle (E.E.U.U.), en 1998.




miércoles, 11 de noviembre de 2020

NUESTROS CUERPOS y otros poemas

















Nuestros cuerpos, aún jóvenes
bajo la agitación que plasman
nuestras caras, y a su modo inocentes
más expresivos que las propias caras:
los dos pezones, el ombligo, el vello púbico,
forman al fin y al cabo
una especie de cara:
o tomemos las sombras redondeadas de
los pechos, las nalgas o los huevos,
las redondeces de mi abdomen,
el hueco de tu ingle,
como si fuera una constelación,
la forma en que se inclina desde la tierra
al cielo con gesto juguetón
y lúcida piedad;
nada de esto podría suceder
en los ojos ni en la boca
nostálgica.
Yo tengo
una línea o un surco que me encanta
atraviesa
mi cuerpo del esternón a la
cintura. Habla de la
avidez, de la
distancia.
Tu larga espalda
ese color arena,
la forma en que los huesos se adivinan,
dicen lo mismo que diría un cielo
tras el atardecer, ya casi blanco,
sobre un frondoso bosque
hacia el que vuelan cuervos.


 

 
POEMA DE AMOR


Quizá soy una “parte enferma de
algo enfermo”
                                            quizá
                           algo me dio alcance
sin duda hay una niebla
entre los dos
                                    Apenas puedo
verte
                     pero tus manos
son dos animales
que abren la niebla y me tocan.



POEMA DE AMOR
                                            "Somos buenos el uno para el otro”.
                                                                                                                                                                                                                                                              x
Lo que me das
es el extraordinario
sol que vuelca su luz
sobre los árboles atónitos.
Una rama
con bayas que se agita
bajo las patas de algún pajarito.
Conozco
otros deleites -tienen un gusto amargo,
parecen destilados de raíces,
y sin embargo tengo sed de ellos.
Pero vos-
vos me das
ese rayo dorado de la luz
del día en la medianoche
del cuerpo,
la tibieza del mediodía de otoño
entre las sábanas, en la penumbra.




LO QUE ELLA NO PUDO DECIRLE


Quería conocer todos los huesos
de tu columna vertebral,
todos los poros de tu piel,
los vellos de tu cuerpo.
Para que así mi piel, mis manos,
mis tobillos, mis hombros y mis pechos
y aun mi sombra quedaran para siempre
impresos en aquello, lo que fuera,
de vos que para siempre me será desconocido.
Para acunar tu sueño.

                                                            (Del libro: Cada verano el último verano:
                                                                                    Zindo & Gafuri, 2018)


Denise Levertov (1923, Ilford, Inglaterra-Seatle, E.E.U.U.. 1998)

(Traducción: Alejandro Crotto y Ezequiel Zaidenwerg

OUR BODIES

Our bodies, still young under / the engraved anxiety of our / faces, and innocently // more expressive than faces: / nipples, navel, and pubic hair / make anyway a // sort of face: or taking the rounded shadows at / breast, buttock, balls, // the plump of my belly, the hollow of your / groin, as a constellation, // how It leans from earth to / dawn in a gesture of / play and // wise compassion— /nothing like this / comes to pass / in eyes or wistful / mouths. /1 have // a line or groove I love / runs down my body from breastbone / to waist. It speaks of / eagerness, of / distance. // Your long back, / the sand color and / how the bones show, say // what sky after sunset / almost white / over a deep woods to which // rooks are homing, say.



LOVE POEM

‘We're good for each other.’ / X // What you give me is // the extraordinary sun / splashing its light / into astonished trees. // A branch / of berries, swaying // under the feet of a bird. //1 know / other joys - they taste / bitter, distilled as they are / from roots, yet I thirst for them. // But you- / you give me / the flash of golden daylight /in the body's / midnight, / warmth of the fall noonday / between the sheets in the dark.


LOVE POEM

Maybe I’m a ’sock part of a/ sick thing’/maybe something/has caught up with
me/certainly there is a/  mist between us/ I can barely/see you/but your
hands / are two animals that push the / mist aside and touch me.



WHAT SHE COULD NOT TELL HIM

I wanted / to know all the bones of your spine, all / the pores of your skin, / tendrils of body hair. / To let / all of my skin, my hands, / ankles, shoulders, breasts, / even my shadow, / be forever Imprinted / with whatever of you / is forever unknown to me. / To cradle your sleep. /


IMAGEN:  "El abrazo"(1917), Pintura de Egon Schiele.