Alguna
otra luz de sol podría hacer otro mundo,
verde,
más o menos, en verde y azul en azul,
como
un gusto al que disgusta el fresco fruto de una vid,
como
un ojo tan joven que no atrapa su primitivo,
como
el artificio de una nueva realidad,
como
el cromático calendario del tiempo por venir.
Podría
ser la candela de otro ser,
ajado
en harapientas percepciones, que está en pie
y
medita una imagen de sí mismo,
estudia
y compone una sebosa imagen, enjambre
de
sutiles, prismáticos humazos no rememorados,
una
burbuja sin un muro del que colgar.
Una
vez levantados, los telones podrían mostrar otro todo,
un
azur outre-terre, anaranjado
y rosáceo,
junto
al codo de Copérnico, una esfera,
un
universo sin la traba y la falta de la vida,
fin
de filósofos... ¿Que diferencia habría,
mientras,
por una vez, la mente se colmara?
Wallace Stevens (E.E.U.U.; Reading, Pennssylvania, 1879; Hartford,
Connecticut, 1955)
(Traducción: Andrés Sánchez Robayna, Daniel Aguirre y Andreu Jaime)
Another sunlight might make another world,
Green, more or less, in green and blue in blue,
Like taste distasting the first fruit of a vine,
Like an eye too young to grapple its primitive,
Like the artifice of a new reality,
Like the chromatic calendar of time to come.
It might be the candle of another being,
Ragged in unkempt perceptions, that stands
And meditates an image of itself,
Studies and shapes a tallowy image, swarmed
With slight, prismatic reeks not recollected,
A bubble without a wall on which to hang.
The curtains, when pulled, might show another whole,
An azure outre-terre, oranged and rosed,
At the elbow of Copernicus, a sphere,
A universe without life's limp and lack,
Philosopher's end . . . What difference would it make,
So long as the mind, for once, fulfilled itself?
IMAGEN: Telón del teatro Odeón en Concordia (de archivo)
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