jueves, 29 de noviembre de 2018

EN OTRO AMANECER





Toda mi existencia es un verso oscuro
que se repite a sí mismo
y te lleva al amanecer de eternas primaveras
Yo suspiro por ti en este verso
En este verso te amarro
a los árboles, al agua y al fuego

Acaso es la vida
una calle larga por la cual cada día pasea una mujer
con su canasto?
Acaso es la vida
una cuerda con la cual un hombre se cuelga de una rama?
Tal vez es la vida
un niño que regresa de la escuela

La vida es tal vez prender un cigarrillo
en la letárgica pausa entre dos momentos de amor,
o un caminante que confundido alza su sombrero
y con una sonrisa lerda dice " Buenos días"
a otro que lo adelanta

Acaso la vida es el momento contenido
cuando mi mirada sucumbe en tus pupilas
y mi emoción se mezcla con la sensación de la luna
y el descubrimiento de la oscuridad?

En un cuarto
tan grande como la soledad,
mi corazón, tan grande como el amor,
contempla los simples pretextos de la felicidad,
el hermoso marchitar de las plantas en maceteros,
el pequeño árbol que tú plantaste en nuestro jardín
y la canción de los canarios que colman la ventana

O...
Esta es mi suerte
Esta es mi suerte
Mi suerte es el cielo que se oscurece a través de las cortinas
Mi suerte es bajar por escaleras abandonadas
y encontrar algo en decadencia y exilio
Mi suerte es un penoso caminar por el jardín de los recuerdos
y la entrega de mi alma a la melancolía de una voz
que me dice:
amo tus manos

Yo planto mis manos en el jardín
Creceré
lo sé, lo sé
Y las golondrinas pondrán huevos
en mis manchadas y ahuecadas manos

En mis orejas cuelgo los aros
de un par de guindas rojas
y en mis uñas fijo hojas de dalias
Hay una calle donde los muchachos que me amaron,
con los mismos pelos alborotados,
cuellos largos y delgadas piernas,
todavía piensan en la sonrisa inocente de la niña
que una noche se la llevó el viento

Hay una calle que mi corazón
se ha robado de los barrios de mi infancia

El viaje de los sentidos a lo largo de la línea del tiempo,
e impregnar la línea seca del tiempo
con la forma de conscientes pensamientos
que regresan desde la fiesta de imágenes espejadas

De esta manera
alguien muere
y alguien permanece



Forugh Farrojzad

(Sin mención
del traductor)





Forugh Farrojzad (Teherán, Irán,  1935; id. 1967) fue una poeta  y directora de cine iraní. Como poeta fue de las más influyentes de Irán en el siglo XX. Moderna, controvertida e iconoclasta. Junto a un grupo de poetas renovadores como Nimá Yushiy, Sorhab Sepehrí y Ajaván Salés, rompió la rigidez de la poesía clásica persa acercándola a la gente utilizando expresiones y términos populares y coloquiales. Fue descalificada por los sectores más conservadores de la sociedad iraní, pero admirada por escritores y cineastas de todo el mundo. Fue un emblema del feminismo en su país.




martes, 27 de noviembre de 2018

¿QUIÉN DICE QUE MIS POEMAS SON POEMAS?




























¿Quién dice que mis poemas son poemas?
Mis poemas no son poemas.
Cuando entiendas que mis poemas no son poemas,
podremos empezar a hablar de poesía.



Un estrecho sendero rodeado por un bosque espeso;
por todas partes, montañas en oscuridad.
Han caído ya las hojas del otoño.
No llueve, pero a las rocas aún las ennegrece el musgo.
Regreso a mi ermita por un camino que pocos conocen,
con una canasta de hongos frescos 
y una jarra de agua pura del pozo del templo.



El pelo hirsuto detrás de las orejas,
una túnica gastada que semeja nubes blancas 
y humo negro.
Medio ebrio, medio sobrio, regreso a casa,
rodeado de niños que me guían por el Camino.



Las vicisitudes de este mundo son como el desplazamiento
de las nubes.Cincuenta años de vida no son sino un largo sueño.
Lluvia escasa: De noche, en mi ermita desolada,
aprieto con calma mi túnica y me apoyo en la ventana vacía.



Una vez más, los niños y yo jugamos a la guerra
con hierbas de primavera.
Avanzando, retrocediendo, cada vez con más refinamiento.
El crepúsculo... Todos regresan a casa;
la luna, brillante y redonda, me ayuda a soportar
       la soledad.



¡Ryokan, Maestro Zen!
Como un tonto, como un ignorante,
¡mente y cuerpo completamente dormidos!



Peldaños de piedra, un montículo de musgo verde 
y lustroso;
el viento trae el aroma de pinos y cedros.
La lluvia ha cesado y comienza a clarear.
Llamo a los niños mientras voy por sake,
Luego de beber bastante, escribo dichoso estos versos.



La vida es como una gota de rocío,
vacía y fugaz;
se han terminado mis años 
y ahora, frágil y tembloroso,
debo desvanecerme.



Ryôkan



(Versiones de
Carlos A. Castrillón)



Ryôkan. Poeta y monje japonés. Su verdadero nombre era Yamamoto Eizo. Nació en 1758 en la ciudad de Izumozaki, de la provincia de Echigo (actualmente Niigata), sobre la costa oeste del Japón. Una región de nieve. Descendiente de una familia acomodada, su padre poeta de cierto renombre, ejercía la Jefatura del poblado. Eizo pasó su juventud dedicada al estudio. A los 18 años entró en un monasterio zen. Estudió con el maestro Kokusen de la Seca Sotô, quien lo inició en los misterios de la meditación sentada (zazen). Después de la muerte de su maestro, Ryôkan fue reconocido como el único heredero y depositario de la Transmisión. Pero eligió la soledad de una ermita de montaña, donde pasará veinte años. Pureza, alegría y compasión emanaban de su persona. Al final de sus días abandona la montaña y se instala en la residencia de un amigo donde conoce a una joven de 29 años, Teishin, quien lo acompañará hasta el final El monje loco (como le decían cariñosamente), murió a los 72 años, en 1831.





domingo, 25 de noviembre de 2018

LA HABITACIÓN DEL SUICIDA






Seguramente creerán que la habitación estaba vacía.
Pero no. Había tres sillas bien firmes.
Una buena lámpara contra la oscuridad.
Un escritorio, en el escritorio una cartera, diarios.
Un buda apacible, un cristo abstraído.
Siete elefantes para la buena suerte y una agenda en el cajón.
¿Creen que no estaban ahí nuestras direcciones?

Seguro pensarán que no había libros, cuadros ni discos.
Pues sí. Había una animada trompeta en unas manos negras.
Saskia con una flor cordial.
Alegría, divina chispa.
Odiseo sobre el estante durmiendo un estimulante sueño
después de las fatigas del canto quinto.
Moralistas,
apellidos estampados con sílabas doradas
sobre lomos bellamente curtidos.
Los políticos justo al lado se conservaban erguidos.
No parecía que de este cuarto no hubiera salida,
al menos por la puerta,
o que no tuviera alguna perspectiva, al menos
desde la ventana.

Los lentes para ver de lejos estaban en el alféizar.
Zumbaba una mosca, o sea que aún vivía.
Seguramente creerán que cuanto menos
la carta algo aclaraba.
Y si les dijera que no había ninguna carta.
Tantos de nosotros, amigos, y todos entramos
en un sobre vacío apoyado en un vaso.  




Wislawa Szymborska

( Traduccion: Gerardo Beltrán y
Abel A. Murcia)




Wislawa Szymborska (Polonia Kórnik, 1923 - Cracovia, 2012). Poeta polaca, que recibió el premio Nobel de Literatura 1996. Hija de un funcionario, en 1931 se trasladó con su familia a Cracovia, ciudad en la que se asentó de forma definitiva. Estudió filología y sociología después de la Segunda Guerra Mundial en la Universidad Jagellónica, tras lo cual inició su andadura literaria, consagrada esencialmente a la poesía, aunque también a la crítica y el ensayo en diversas publicaciones periódicas, en particular en Vida Literaria. Ahí aparecieron desde 1968 sus "folletines literarios", a modo de poco convencionales críticas, que serían publicados en forma de libro en dos volúmenes, Lecturas facultativas, (1973 y 1981). Su primer poema publicado, en 1945, "Busco la palabra", apareció en el Diario Polaco, y es a partir del poemario Por eso vivimos (1952) cuando obtuvo reconocimiento público. También publicó Preguntas hechas a una misma (1954); Llamada al Yeti (1957); Gente en el puente (1986); Fin y principio (1993); Paisaje con grano de arena -Antología (Lumen, 2005); Poesía no completa (FCE, 2009) y Aquí y Hasta aquí (Bartleby, 2014), entre otros volúmenes.





viernes, 23 de noviembre de 2018

MANO INVISIBLE

























CAZADORA VERDE

Cuando mi padre iba por París,
a menudo con su cazadora verde
que se había hecho coser a medida
(uno de los pocos lujos
en su más bien modesta vida),
cuando pasaba largas horas en el Louvre,
estudiando las obras de Corot y de otros
pequeños maestros de siglos pasados,
no sabía aún, no podía saber,
cuánta destrucción se ocultaba
en los años que tenían que llegar,
como si aquella cazadora verde
le trajera mala suerte,
pero ahora lo entiendo,
sospecho que la catástrofe
estaba cosida en toda su ropa,
independientemente del color y de la forma,
e incluso los más grandes maestros de la pintura
aquí no podían ayudar en nada.



TEMBLOR

En la belleza creada por otros
Sólo en la belleza creada
por otros hay consuelo,
en la música de otros y en los poemas de otros.
Sólo otros nos salvan,
aunque la soledad sepa a
opio. Los otros no son el infierno,
si se les ve temprano, con sus
frentes puras, lavadas por sueños.
Por eso me pregunto qué
palabra debería utilizarse, "él" o "tú". Cada "él"
es una traición a un cierto "tú" pero
a cambio el poema de alguien
ofrece la fidelidad de un grave diálogo.



LA MAJESTUOSIDAD DEL SUEÑO

El sueño, cual veranda de una casa rural,
te descubre el bosque, las sombras
y el interior de los recuerdos.
El sueño es un espíritu libre de obligaciones,
la orgullosa capital de la poesía y el teatro.
El sueño es un pensamiento aún sin encarnar
que la envidiosa realidad apenas alimenta.
El sueño es la Asiria severa y valiente.
El sueño es la Toscana vista al alba,
cuando los finos árboles beben tinta
de la negra tierra; y es la ciudad
que respira en largos cigarrillos de tristeza.
El sueño visita hospitales y cárceles,
consuela a los afligidos
como una monja de corazón puro.
El sueño se apaga, cansado;
muere plácido, sin rencor
y sin heredero, como Norwid.



Adam Zagajewski


(Traducción: Xavier Farré)





Adam Zagajewski. Novelista, ensayista y poeta polaco. Nacido en Leópolis en 1945, graduado en Filosofía y Psicología en la Universidad de Jagiellonica en Cracovia. Perteneciente a la Generación del 68 o también llamada Nueva Ola de autores marcados por un gran compromiso político. En los años setenta se unió a  un grupo de disidentes de Cracovia, Teraz (Ahora) y en 1972 publicó su primer poemario: Komunikat (Comunicado), seguido por posteriores novelas, ensayos y publicaciones en revistas, entre ellas Zepis, una revista clandestina y principal oposición democrática polaca. Obligado al exilio en 1982 y a residir en diferentes países, Alemania, Francia y Estados Unidos, donde cada año enseña como profesor invitado en la Universidad de Houston, ya en el 2002 regresa a su país donde actualmente reside. Considerado uno de los autores contemporáneos más importantes y famosos de su generación, sus obras están llenas de crítica social y política. Entre sus obras más destacadas tenemos a: Caliente y frío (1975), Trazo (1983), Ir a Lviv (1985), Retorno (2003), Releer a Rilke (2017);  los ensayos Solidaridad y soledad (1968), En defensa del fervor (2002); y el poemario Tierra de fuego (1994). Galardonado en 2010 con el Premio Europeo de poesía y en 2017 con el Premio Princesa de Asturias de las Letras.




miércoles, 21 de noviembre de 2018

SEGÚN SUS DESEOS


























Antes de morir papá anunció
que sus cenizas debían ser esparcidas en el mar.
Era uno de esos hombres
que no quieren su nombre tallado en granito.
El cinturón lo había colgado sobre una mantequera vieja
y si no nos portábamos bien
lo agarraba y nos daba en la espalda.
Más tarde, borracho,
a la mantequera la hizo pedazos de una patada
y el cinturón se cayó al piso. Allí descansaba
como una serpiente enroscada floja
con una lengua de latón.
Hacían falta todos los hijos
y la madre para arrastrarlo a la cama
y ni el pantalón pudo llevarse,
quedó tirado en la puerta como una piel que se mudó.
Era uno de esos hombres
que no quieren su nombre tallado en granito.
Nos lo marcó en la espalda con mandíbulas de latón.
Fuimos a buscar sus cenizas al crematorio
y guardamos la urna dentro de un morral Marimekko negro.
Y nos hicimos a la mar.
Mi hermano remaba y mi hermana indicaba el camino.
Los remos graznaban un salmo y el viento se levantaba en ráfagas
sacándole virutas al sol.
Encontramos en alta mar un lugar adecuado
y mi hermano desenroscó la tapa de la urna.
Acordamos que cada uno esparciría una parte de las cenizas.
Lo acordamos con total beneplácito.
Yo vacié mi parte de la urna en el agua.
Las cenizas se esparcían en las ondas
y formaban una figura gris.
Parecía que papá buscaba su forma debajo del agua
y el más allá se nos develaba por un instante.
Cerca pero inalcanzable.
Cuando mi hermana empezaba a esparcir las cenizas, el bote giró
y mi hermano y yo quedamos a merced del viento.
Una ráfaga alcanzó las cenizas
y nos la echó encima.
Mi hermano intentó girar el bote pero no llegó a tiempo.
Las cenizas nos penetraron los ojos, la boca, los pliegues de la ropa
y el pelo erizado por el viento.
“Mierda”, dijo mi hermano. Eso fue todo.
Intentamos combinar el dolor y la risa.
En la orilla, con las cenizas aún crujiendo en los dientes,
dije, en un muñón del habla,
que papá nos fajó por última vez.
Era uno
de esos hombres
que no quieren su nombre tallado en granito.
Nos lo grabó en el interior.



Tomi Kontio


(Traducción: Cristian De Nápoli)




Tomi Kontio. Poeta finlandés. Nació en 1966 en Helsinki, donde vive. Según Cristian Di Napoli es reconocido como el poeta más sólido de los surgidos en los últimos quince años en Finlandia. Figuran entre sus libros: Bajo un cielo de salón bailable (1993), Disco del Opilo (1996), En la copa del cielo (1998) y A un palmo del cielo (2004). También relatos y una novela para niños. Ha obtenido numerosas distinciones por su obra, compuesta de una antología de novelas cortas, dos novelas y dos libros de fantasía para jóvenes. Sus poemas han sido traducidos a ocho idiomas. Fue invitado a la Feria del Libro 2006, oportunidad en que la Editorial Black & Vermelho, publicó su primera antología de poemas en castellano: "Anobium Pertinax", traducidos por Lumi Eronen. 





lunes, 19 de noviembre de 2018

ME ACOSTUMBRO A ENVEJECER



La poesía es tan útil
como el pan, la sal y el agua.



Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.



AL PARTIR ME QUEDAN COSAS SIN TERMINAR...

Al partir, me quedan cosas por terminar,
al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Tomé la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas por terminar,
al partir.



Nazim Hikmet

(Versión de Fernando García Burillo)



Nazim Hikmet (Salónica, 1902 - Moscú, 1963) Poeta, dramaturgo, novelista y traductor turco, considerado el poeta más universal de su lengua. Estudió en el liceo Galatasaray e ingresó en la Academia de Marina. Abandonó Estambul tras la caída del imperio para trasladarse a Anatolia, donde Kemal Ataturk sentaba las bases del nuevo Estado. Fue objeto de represalias por un artículo contra el sultán y deportado, tras lo cual se exilió en Rusia. Estudió filología en la Universidad de Moscú y al cabo de cuatro años regresó a la Turquía republicana, donde, a partir de 1929, se hizo famoso por la serie de artículos "Derribemos a los ídolos", en los que desmitificaba el valor de las grandes figuras literarias relacionadas con el poder político. Marginado por ello, dejó de publicar y se dedicó a escribir guiones cinematográficos. Sin embargo, bajo la falsa acusación de "incitación a la rebelión", fue condenado a veintiocho años de cárcel, de los cuales cumplió más de trece. Un importante movimiento internacional, encabezado en 1949 por T. Tzara, se organizó para lograr su libertad. Conseguida ésta luego de una dramática huelga de hambre, prosiguieron las persecuciones y las dificultades, por lo que, enfermo, inició un nuevo exilio en Moscú, hasta su muerte. Hikmet cultivó diversos géneros literarios, si bien fue como poeta que alcanzó la universalidad, además de convertirse con ella en el renovador de la lírica turca. Ya con sus primeras publicaciones, 835 líneas (1929), 1+1=1 y Tres golpes (1930), prácticamente acabó con la rígida tradición poética del Diván. Antes de ser encarcelado publicó La ciudad que perdió la voz (1931, que le valió su primer proceso), ¿Por qué se ha suicidado Berenice? y Telegrama nocturno, en 1932, el mismo año en que aparecieron dos de sus obras de teatro, El cráneo y La casa de un muerto. En 1935 publicó Cartas a Taranta-Babú contra la intervención fascista en Etiopía y, por entregas, la novela La sangre no habla, así como varias obras dramáticas y otros poemarios. Durante su encarcelamiento estaba prohibida la publicación y circulación de sus obras, por lo que, en lo que al teatro se refiere, las firmaba con seudónimo: es el caso de Ferhât y Sirin, Sabâhat y Yûsuf y Züleilâ. Su obra poética más ambiciosa y de mayor alcance. Paisajes humanos de mi país fue escrita en prisión, al igual que Poemas de las horas 21-22, Rubais, Poemas sobre la vida. Ya en el exilio, continuó escribiendo y publicando teatro (¿Ha existido Ivan Ivanovich?, La estación, La espada de Damocles), la novela Qué bello es vivir, hermano mío, y una recopilación de cuentos populares, La nube enamorada. No dejó nunca de escribir poesía, aunque esta sólo pudo ser conocida después de su muerte, ya que en Turquía, privado de nacionalidad, su obra estaba severamente prohibida y su nombre proscrito. Hubo que esperar a finales de la década de 1960 para que su obra completa, caracterizada tanto por un intenso lirismo como por su compromiso, fragmentada y dispersa en infinidad de publicaciones extranjeras, comenzara a aparecer en su país.





sábado, 17 de noviembre de 2018

CON ESTE CALOR PIENSO EN TI


























Con este calor pienso en ti
tu desnudez
tu cuello tus muñecas
las cosas que me decías
con los pies como una blanca paloma descansando en un almohadón.

Con este calor pienso en ti
no sé si lo que más recuerdo
lo que viene a mis ojos
es tu cuello tus muñecas
tus pies descalzos
las cosas que me decías cuando eras mía.

Con este calor amarillo pienso en ti
en la habitación de un hotel con este calor amarillo pienso en ti
y me despojo de mi soledad
mi soledad que se parece un poco a la muerte.



DOS AMORES

En un corazón no caben dos amores
mentira
puede ser.

En la ciudad de las lluvias frías
es de noche y estoy tumbado en la habitación de un hotel
mis ojos están clavados en lo alto
pasan nubes por el techo
pesadas como los camiones que corren por el asfalto húmedo
y a la derecha a lo lejos
una construcción blanca
tal vez de cien pisos
en lo alto brilla una aguja de oro.
Pasan nubes por el techo
nubes cargadas de soles como barquitos de sandías.
Me siento en el alféizar de la ventana
el reflejo del agua acaricia mi rostro
¿estoy a la orilla de un río
o a la orilla del mar?

¿Dónde está aquella bandeja
en aquella bandeja rosada
fresas o moras?
¿Estoy en un campo de narcisos
o en un bosque de nueces nevadas?
Las mujeres que amo ríen y lloran
en dos lenguas.




Nazim Hikmet  (Turquía, Salónica, 1902 - Moscú, Rusia, 1963)


(Versiones de Fernando García Burillo)




IMAGEN: La modelo turca  Ernaz Golrokh.



jueves, 15 de noviembre de 2018

LA SEPARACIÓN SE BALANCEA EN EL AIRE COMO UNA BARRA DE HIERRO






















La separación se balancea en el aire como una barra de hierro
que golpea mi rostro mi rostro
estoy aturdido

huyo la separación me persigue
no puedo escapar
me fallan las piernas me derrumbaré

la separación no es tiempo ni camino
la separación es un puente entre nosotros
más fino que un cabello más cortante que una espada

más fino que un cabello más cortante que una espada
la separación es un puente entre nosotros
incluso cuando sentados nuestras rodillas se tocan.



A VERA

Me dijo por qué no vienes
por qué no te quedas
por qué no sonríes
por qué no mueres
He venido
Me he quedado
He sonreído
He muerto




Nazim Hikmet  (Turquía, Salónica, 1902 - Moscú, Rusia, 1963)


(Versiones de Fernando García Burillo)






martes, 13 de noviembre de 2018

UNA MAÑANA BOREAL

















LO ABRAZA

Atrapado
hundido en ese punto de dolor 
situado en la tercera vértebra 
de su espalda 
concentra
—a través del vidrio— 
su mirada en el hijo vencido 
que aplaude y llora en el jardín

ya, muchas veces, quiso salvarlo
abrazar su cuerpo
llagado de marcas
y lastimaduras
autoinfligidas
pero no...

como si la vida, como si su vida 
fuera un tonel sin fondo 
un torrente interminable

como si ese punto físico de dolor 
situado
en la tercera vértebra de su espalda 
fuera una transmutación, 
un hilo
que une todas las cosas
que llamamos “lo incomprensible”,
como si ese punto físico situado en la tercera vértebra de la
                                                    /espalda
soportara
los males del mundo
mira, otra vez, a su niño grande
lo abraza lo acaricia
recibe ese instante
con el peso de lo que no puede
ya salvar ni sostener.



Carlos Battilana


(Del libro Ramitas 
Poesía reunida (1992-2018)
ed. Caleta Olivia,
2018)
-libro en papel: Obsequio 
de Valeria Cervero.




Carlos Battilana. Poeta argentino. Nació en Paso de los Libres (Corrientes), en 1964. Reside en Buenos Aires. Sus libros de poesía son Unos días (Libros del Sicomoro, 1992), El fin del verano (Siesta, 1999), La demora (Siesta, 2003), El lado ciego (Siesta, 2005) y Materia (Vox, 2010). También publicó las plaquetas Una historia oscura (Ediciones del Diego, 1999) y La hiedra de la constancia (Color Pastel, 2008). Una antología de sus poemas apareció en Presente Continuo (Viajera, 2010);  Narración (Vox, 2013); Velocidad crucero (2014) Un western del frío (Viajero insomne, 2015) y Una mañana boreal (Club Hem, 2018). Poemas suyos aparecieron publicados en diversas antologías (Poesía en la fisura, La voz del erizo, Poesía argentina año 2000, Poesía en el subte, Antología Zapatos Rojos, Hotel Quequén Poesía), revistas (Diario de Poesía, Vox, Hablar de poesía, Tsé Tsé, La Mineta, Crisis, Paredón, Nómada, Blanco Móvil, Carpetas de poesía argentina, La Carta de Oliver, entre otras) y suplementos culturales (Clarín, La Nación, entre otros). Es docente de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires. Integró el consejo de Redacción de la revista Abyssinia.


IMAGEN: La fotografía del autor fue tomada por Gustavo Gottfried.




domingo, 11 de noviembre de 2018

UN WESTERN DEL FRÍO



Estoy aquí, como una madera 
estriada, deshaciéndose.

Hace días 
una imagen
me persigue, y si digo que no es real, 
fabulo.

Como una suave madeja 
insiste el pequeño pasado, 
su fulgor,
y si bien no son travesías 
ni grandes hazañas 
las que narrar, 
esa imagen 
hecha de breves 
esfuerzos
hoy supera la línea de flotación.

En el frío de un mes invernal
en una plaza austera,
hay yuyos maltrechos, pasto, algunos
juegos aquí, allí

una chica sonríe y hamaca 
con suave inquietud 
a un niño de 2, 3 años.

Esa imagen 
insiste.
Como una gramática 
que las colonias heredan, 
como esos viejos sabios 
cuya sabiduría 
es decrépita 
pero a la que aún 
se le concede 
algún valor,
respiro el aire de la estación, y no
puedo sino retener
un rostro, una mano, el cuerpo
cierto. Alguien -un ser que pertenece a la vida- 
me mira, 
y saludo con la incertidumbre 
que los días conceden.
Quieta lumbre.



AL DÍA SIGUIENTE


(una conversación con Omar Chauviê)

Cuando leí por primera vez a Vallejo 
—a los 18 años-
fue un relámpago
algo que no podía comprender bien

...dije, esto era lo que había que hacer

recuerdo que lo leí 
previamente 
a una operación

yo estaba feliz en mi cama
en la soledad del hospital,
al día siguiente me pondrían anestesia general
pero yo ya había leído a Vallejo
por si acaso.



Carlos Battilana (Argentina, Corrientes, Paso de los Libres, 1964)


(Del libro Ramitas 
Poesía reunida (1992-2018)
ed. Caleta Olivia, 2018;
original en Un Western del frío, 
(Viajero Insomne, 2015)
-libro en papel: Obsequio 
de Valeria Cervero.





viernes, 9 de noviembre de 2018

LA DEMORA




PASEO 


Las hierbas son como luces encendidas: el viento trabaja y desvía sus partes minúsculas. No me dedico al placer, solamente a apoyar con mi hija el cuerpo en la arena. Nos abrazamos, y vemos a lo lejos, sobre la línea del horizonte, los árboles perdidos. Acompaño a Sofía a correr, hacemos cosas con la tierra, acumulamos piedras y ramas pequeñas. Sin saber si el viento va o viene en dirección contraria, respiramos, reímos con leve sonrisa, reconocemos en la extensión la tibieza del momento.



CONDICIONES

Acerca de ramitas hinchadas
por húmedas enredaderas,
nenúfares, coloridas flores
del trópico,
así, en ese microclima,
buscar con paciencia
la sombra
espesa de la época,
sitiar la precisa palabra
que incorpore
lo perdurable
y lo que, en su desecho,
proporciona
estupor.

Tocar lo palpable,
hacer que la única conquista
suponga
la certeza de las palabras. Oír. Conversar.
Un diálogo
que restaure
lo que tiene de preciso
el día.



FORMAS

En el círculo cerrado
que el viento atrae
en esta pequeña habitación
protegida de tumultos y escarcha
¿porqué será
que ese duro sonido de la ciudad
separa
como una ínfima línea
la materia
de sus palabras?
Si las palabras
derivan de las cosas,
si las letras
-como signos helados-
provienen de una plena
sustancia
¿qué será ese mínimo indicio
de los objetos, de las formas,
de esa materia
que se resiste?


EL ESTADO

Leo a Pasolini, ordeno.
Autos, colectivos en derredor. Todo
permanece quieto. También
mi cuerpo. Años atrás
por esta calle del frente
mi hermano y yo
viajábamos,
entendíamos el mecanismo
del país. Hoy
todos sonríen. Asumió
el nuevo gobierno,
las cosas están
en paz.
La poesía
no es
epifanía
ni un recuento
de revelaciones. Eso
es falso. Calibrar
con precisión
aquello
que como un gusano
roe
lo más preciado
del dolor, ésa
parece una forma
de decirme
puntillosamente
que no todo
está en paz.




Carlos Battilana (Argentina, Corrientes, Paso de los Libres, 1964)


(Del libro Ramitas 
Poesía reunida (1992-2018)
ed. Caleta Olivia, 2018;
original: La demora
(Siesta 2003)
-libro en papel: Obsequio 
de Valeria Cervero.


IMAGEN: Una de las cajas del artista norteamericano Joseph Cornell.



miércoles, 7 de noviembre de 2018

UNOS DÍAS / EL FIN DEL VERANO


















POEMA

es así:
un dibujo
ciertos lemas

yo diría
un racimo de signos
que sirven
de muro de contención.



ESTACIONES

                     a Damián F. Pedemonte

Cada época tiene la eficacia de un nombre.
Una posesión
un cierto vestigio en la luz
la memoria que sólo recorta
el significado
de unas pocas escenas.

Este argumento parece débil:
los hechos se destrozan con el tiempo
y nada los vuelve
posibles.

Sin embargo
hay
una especie de
música de la memoria
que resiste en su bruma.

El agua
se escucha correr.
Los días se agrupan en alguna parte.



UNA HISTORIA OSCURA

¿Qué es trabajar?
Hacia el mediodía
sin literatura qué
adorar, perjudicado por pasiones
que no comprendo,
retomo mi tarea
ordenadora. Los papeles
yacen aquí y allá
mis pasos cubren de polvo
el pequeño espacio: no respiro.
Algo atasca, atormenta;
sin querer
este sitio separa.



Carlos Battilana (Argentina, Corrientes, Paso de los Libres, 1964)

(Del libro Ramitas 
Poesía reunida (1992-2018)
ed. Caleta Olivia, 2018;
originales de: Unos días
Libros del Simoro, 1992 
y de El fin del verano
Siesta, 1999)
-libro en papel: Obsequio 
de Valeria Cervero.


IMAGEN: Pintura op.art de Bridget Riley.