domingo, 29 de mayo de 2011

EL CAMINANTE -Segunda versión



SlEMPRE se apoya en la colina la noche blanca,
donde se eleva el chopo, música plateada,
hay estrellas y piedras.

Soñoliento se arquea sobre el torrente el puentecillo,
un rostro muerto persigue al niño,
media luna en el barranco rosáceo

y a lo lejos celebrantes pastores. Desde el pedregoso lecho
mira con sus ojos cristalinos el sapo,
se levanta el viento floreciente, la voz de pájaro del que semeja a
un muerto
y los pasos verdean lentos en el bosque.

Y esto recuerda al animal y al árbol. Lentos escalones de musgo;
y la luna
esplendente que se hunde en la laguna melancólica.

El regresa y vaga por las verdes orillas,
se balancea en una góndola negra por la ciudad ruinosa.



Georg Trakl (Austria, Salzburgo, 1887- Cracovia, 1914)


(Sin mención del traductor)


DER W A. N DERER 2. Fassung

IMMER lehnt am Hügel die weiße Nacht,
Wo in Silbertöneri die Pappel ragt,
Stern' und Steine sind.

Schlafend wölbt sich über den Gießbach der Steg,
Folgt dem Knaben ein erstorbenes Antlitz,
Sichelmond in rosiger Schlucht

Ferne preisenden Hirten. In altem Gestein
Schaut aus kristallenen Augen die Kröte,
Erwacht der blühende Wind, die Vogelstimrne des Totengleichen

Und die Schritte ergrünen leise im Wald.

Dieses erinnert an Baum und Tier. Langsame Stufen von Moos;
Und der Mond,
Der glänzend in traurigen Wassern versinkt.

Jener kehrt wieder und wandelt an grünen Gestade,
Schaukelt auf schwarzem Gondelschiffchen durch die verfallene
Stadt.


(poesía alemana)

viernes, 27 de mayo de 2011

Las añoranzas de la bella armera




















XXIX


«¿Qué fue de mi frente lisa,
Rubios cabellos, cejas arqueadas,
gran entrecejo, bonita mirada
que atraía a los más precavidos;
bella nariz recta, ni grande ni chica,
orejitas juntas y pequeñas,
mentón hendido,
bien dibujado,
y los bellos labios bermejos?»



François Villon (Francia, París, 1431 - 1464)

(Traducción de Federico Gorbea)


François Villon (1431-1463?) Poeta francés que vivió a mediados del siglo XV. Nació a comienzos de la década del `30 en el siglo XV y se desconoce cuando murió. Su creación más celebrada es `La balada de los ahorcados`, escrita cuando esperaba su ejecución en la horca.
Los datos acerca de la vida de François Villon son inciertos. Se dice siempre de él que era un marginal. Que no pocas veces fue encarcelado, que era un truhán. Quienes se han abocado a seguir su itinerario y a estudiar su obra lo pintan como el más ilustre y genuino precursor de la poesia maldita.Nacido en 1431 o 1432, su verdadero nombre era François de Montcorbier, huérfano de padre, fue confiado al maestro Guillaume de Villon (del cual adoptó el apellido), canónico y capellán de Saint-Benoît-le-Bétourné, quien lo envía a seguir estudios en la facultad de artes. Pero después de haber obtenido una licenciatura, descuida el estudio para correr detrás de la aventura. A partir de esta época, su vida tendrá por telón de fondo la guerra de los cien años y su cortejo de brutalidades, hambruna y epidemias. Acusado de asesinar al religioso Philippe Sermoise, su rival en amores, es obligado a huir de París. Pero obtiene el perdón en enero de 1456. Poco después participa en el hurto del Colegio de Navarra. Entre 1456 y 1461, prosige sus andanzas por el valle del Loira, es puesto en prisión durante el verano de 1461, pero liberado algunos meses más tarde en ocasión de una visita de Luis XI. De retorno a París, escribe Le Testament pero es arrestado una vez más en 1462. Es torturado y condenado a la horca, pero el juicio será casado en apelación en enero de 1463. La pena es conmutada por diez años de destierro de París. Perdemos su rastro después de este último episodio.Villon no renovó tanto la forma de la poesía de su tiempo como sus temas. Dio nueva vida a motivos heredados de la cultura medieval que él conocía a la perfección y los animó con su propia y original personalidad. Así, toma a contrapie el ideal cortés, invierte los valores admitidos celebrando a las gentes destinada al patíbulo, se entrega de buen grado a la descripción burlesca o a las bromas subidas de tono, y multiplica las innovaciones en el lenguaje. Pero la estrecha relación que Villon establece entre los eventos de su propia vida y su poesía lo lleva a dejar igualmente que la tristeza y la melancolía se apoderen de sus versos. Le Testament (1461), que es considerada como su obra capital, se inscribe como una prolongación del `Legado` (1456), al que se le llama comúnmente, el `pequeño testamento`. Ese largo poema de 2023 versos está marcado por la angustia de la muerte a la que el propio Villon acababa de ser condenado y recurre, con una singular ambigüedad, a una mezcla de reflexiones sobre el tiempo, amargas chanzas, invectivas y fervor religioso. Esta combinación de tonos contribuye a dar a la obra de Villon un sinceridad patetista que la singulariza respecto a la de sus predecesores.


IMAGEN : François Villon, representado por un actor.




jueves, 26 de mayo de 2011

NO HAY QUE...


No hay que dejar que los intelectuales jueguen con los
[fósforos
Porque señores cuando se lo deja solo
El mundo mental Señoooores
No es muy brillante
Y no bien está solo
Trabaja arbitrariamente
Erigiéndose por sí mismo
Y según dicen generosamente en honor de los trabajadores
[de la construcción
Un automonumento
Repitámoslo Señoooores
Cuando se lo deja solo
El mundo mental
Miente Monumentalmente


Jacques Prévert (Neuilly-sur-Seine, 1900- París, 1977)







martes, 24 de mayo de 2011

QUIÉN SOY

para olvidar
la claridad del alba?

un simple desperfecto
en la hora inicial
revela tu pobreza

se apaga la luz próxima
y entonces surge la otra
dibujando el horizonte
incierto y vaporoso

esta mínima lámpara encendida
perturba y oculta
la claridad rosada
encubre

su ardorosa plenitud


a oscuras yo
por fin
recibo sorprendido
el milagro natural
que sube y sube





Hugo Gola (Argentina, Santa Fe, Pilar, 1927; Id., 2015)






domingo, 22 de mayo de 2011

sueño de un mediodía de verano II




La tierra fue regada con luz. Imposible separar tierra de luz.
Nosotros somos nuestro sueño.
Se abrieron las ventanas y entraron las flores como un alegre
ejército que con tambores rojos y doradas trompetas viene de
nuestro jardín de ayer a nuestra bondad de hoy.
La palizada se cubrió de hierba y no puedes siquiera imaginar
que es una palizada.
En las rubias trencitas de la primavera aparecieron lirios
azules.
Y aquellos que antes lloraban, recordaron hoy que son jóvenes
y ríen su llanto.




Yannis Ritsos (Grecia, Malvasia, 1909-Atenas, 1990)



(Traducción de Selma Ancira)
ΤΟ ΧΩΜΑ ποτίστηκε με φως. Δεν ξεχωρίζεις φως καί χώμα.
Εμείς είμαστε τ' όνειρο μας.
"Ανοιξαν τα παράθυρα καί μπήκαν μέσα τα λουλούδια σαν ένα εύθυμο στράτευμα με κόκκινα τύμπανα καί χρυσές τρουμπέτες πού γυρίζει άπ' το χτεσινό μας κήπο στη σημερινή μας καλοσύνη.
Ό φράχτης κρύφτηκε άπ' την πρασινάδα κι οΰτε μπορείς να πεις πώς είναι φράχτης.
Στίς ξανθές πλεξούδες της άνοιξης φύτρωσαν γαλανά κρινάκια.
Κι όσοι κλαΐγαν προχτές, θυμήθηκαν σήμερα πώς είναι νέοι καί γελούν γιατί κλαΐγαν.






sábado, 21 de mayo de 2011

SUEÑO DE UN MEDIODÍA DE VERANO






















En cuanto nos quedamos dormidos...



En cuanto nos quedamos dormidos, despertó el bosque
encantado del mediodía.
Nuestra sombra extendió su etérea sábana, pero entre las hendeduras
de la sombra el sol hundió sus dorados dedos resplandecientes
por el calor y acarició nuestros pechos y nuestras piernas.
El cristalino rostro del agua rió a lo lejos y roció los adelfos con pequeños diamantes.
Mujeres desnudas deambulaban bajo los árboles, tranquilas y ajenas,
como si hubiesen bebido el agua del silencio.
Tras ellas corrían cervatillos recién nacidos con coronas de
tréboles sobre sus cabezas.
Algunas mujeres llevaban finos cántaros sobre los hombros.
Otras bailaban sirtó bajo los dos grandes álamos.
Sus blancos cuerpos, hechos de agua, luz y aire traslucían las
sombras.
Queríamos despertar pero en nuestro corazón se arrodilló el
verano.
Los cervatillos venían y lamían nuestro cuello y después, con
sus lenguas pequeñitas, dejaban convertido en bucles nuestro
cabello.
Ellas no cantaban.
Bailaban tomadas de la mano como las hermanas mayores del
silencio.
Cuando despertamos, estábamos tristes.
Ellas habían partido tan silenciosas como llegaron.
Entonces cortamos cañas y las tañímos para expresar todo
lo que ellas no expresaron —todo lo que es agua, luz y aire.
Así, tañímos hasta la caída de la noche y nuestra madre,
preocupada, nos esperaba en el umbral de la puerta.
Cuando la noche cerró sus puertas y llenó de sombras el campo,
nuestras cañas se convirtieron en pequeñas fuentes de luz
de las que bebían los hombres y saciaban su sed.
Cuerpos transparentes se adivinaban de nuevo entre las sombras
y veían aquello que siempre está y que, de no haberlo visto nosotros,
no hubiera existido jamás.
Ahora ven con nuestros ojos y sonríen.
Y nosotros tañemos aún, noche y día.





Yannis Ritsos (Grecia, Malvasia, 1909-Atenas, 1990)
(Traducción de Selma Ancira)

ΜΟΛΙΣ κοιμόμαστε, ξυπνούσε το μαγεμένο δάσος του μεσημεριού. Ή σκιά μας έριχνε τ' ανάλαφρο σεντόνι της, μα μέσα από τίς τρύπες της σκιάς έχωνε ό ήλιος τα χρυσά του δάχτυλα πού άχνιζαν άπ' τη ζέστα καί μας χάιδευε τα στήθια καί τα σκέλια. Το γυάλινο πρόσωπο του νεροΰ γελούσε κάπου απόμακρα καί
ράντιζε τίς ροδοδάφνες με μικρά διαμάντια. Γυμνές γυναίκες πέρναγαν κάτου άπ' τα δέντρα, ήρεμες καί
παράξενες σα να 'χαν πιει το αμίλητο νερό. Πίσω τους τρέχανε νιογέννητα έλαφάκια στεφανωμένα με τριφύλλι.
"Αλλες κρατούσανε ψηλά σταμνιά στον ώμο. "Αλλες χορεύανε συρτό χορό κάτου άπ' τίς δυο μεγάλες λεύκες. Τ' άσπρα κορμιά τους φέγγριζαν στους ίσκιους, πλασμένα με
νερό καί φως κι αέρα. Θέλαμε να ξυπνήσουμε, μα πάνου στην καρδιά μας γονάτιζε το
καλοκαίρι.
Τα ελάφια ερχόταν καί μας γλεΐφαν το λαιμό κ' υστέρα ώρα πολλή με τίς μικρές τους γλώσσες μας φτιάχναν μπούκλες τα μαλλιά.
Εκείνες δεν τραγούδαγαν. Χορεύανε πιασμένες άπ' το χέρι σαν τίς μεγάλες αδερφές της
σιωπής.
Όταν ξυπνούσαμε είμαστε θλιμμένοι. Εκείνες είχαν φύγει αμίλητες έτσι όπως ήρθαν. Κόβαμε τότε καλάμια καί σφυρίζαμε να πούμε δσα εκείνες δεν είπαν - όσα πλασμένα με νερό καί φως κι αέρα.
Έτσι σφυρίζαμε ως το βράδυ, κ' ή μάνα μας περίμενε μπροστά
στην πόρτα φοβισμένη. Κι όταν ή νύχτα κλείδωνε τίς πόρτες, καί γέμιζε τον κάμπο με
ίσκιους, τότε γίνονταν τα καλάμια μας βρυσούλες από φως
όπου έπιναν οί άνθρωποι καί ξεδίψαγαν. "Ασπρα κορμιά φεγγρίζαν πάλι μες στους ίσκιους, κ' έβλεπαν
δλοι κείνα πού είναι πάντα, καί πού αν εμείς δεν τα 'χαμε
ιδωμένα δε θα ήτανε ποτές. Τώρα με τα δικά μας μάτια βλέπουν καί γελάνε. Κ' εμείς σφυράμε ακόμη νύχτα μέρα.


IMAGEN: Danza ritual sagrada, en círculos; en la antiguedad, sólo las bailaban las mujeres, los hombres estaban excluidos de estas danzas. 





jueves, 19 de mayo de 2011

ÁRBOL EN EL BOSQUE




Una vez creció un árbol en el bosque, era bellísimo y fuerte: yo lo vi ......
Se levantaba sobre las nieblas más profundas hasta las cimas de la tierra en solitario relucir.
Y ahora me dicen que el rayo lo taló .....¿Qué hacer contra el trueno devastador 

y el rayo mortal?
Pero yo había visto ese árbol en el bosque, 

y lo recordaré
mientras tengan raíz las canciones.

(1917)

Edith Södergran


(Traducción de Jesús Pardo)


Edith Södergran. Poeta finlandesa nacida en San Petersburgo en 1892. Perteneciente a una reconocida familia burguesa, estudió en el famoso centro alemán Petro-Schule de Corelia, ciudad de confluencia ruso-finlandesa. A sus primeros escritos de corte crítico y analista, le siguieron poemas en alemán y sueco con marcada influencia de poetas alemanes. Afectada por la tuberculosis desde los diecisiete años, aprovechó su estancia en varios hospitales suecos para estudiar las corrientes expresionistas y futuristas. A raíz de la expropiación de los bienes de su familia durante la revolución rusa de 1917,  se refugió en Raivola, cerca a San Petersburgo, donde apareció la primera publicación de renombre en 1918, bajo el nombre de "Septemberlyran", seguida de "El altar de las rosas" en 1919, y "La sombra del futuro" en 1920, obras que marcaron el inicio de la poesía modernista finlandesa. Agobiada por la depresión y la pobreza, falleció en Raivola en 1923. 
BIOGRAFÍA tomada de la página "A media voz".





martes, 17 de mayo de 2011

LA LUNA Y LAS FOGATAS
























Sobre estos montes cae un sol, un reflejo de predios estériles y calizas que había olvidado. Más que venir del cielo, aquí el calor sube desde abajo, de la tierra, del fondo de las vides que pareciera haber devorado todo el verde para volverse únicamente sarmientos. Es un calor que me gusta, tiene un aroma: incluso yo estoy dentro de ese aroma, están dentro tantas vendimias, cosechas de heno, podas, tantos sabores y tantos deseos que ya no sabía que me seguían acompañando. Así que me gusta salir del Angelo y contemplar los campos; casi quisiera no haber hecho mi vida, poder cambiarla; darles un motivo a los chismes de quienes me ven pasar y se preguntan si he venido a comprar uvas o algo parecido. Aquí en el pueblo, ya nadie se acuerda de mí, ya nadie se da cuenta de que fui un sirviente y un bastardo. Saben que tengo dinero en Genova. Quizás haya un muchacho, un sirviente como lo fui yo, o una mujer que se aburre detrás de las persianas cerradas, que piensa en mí como yo pensaba en las lomas de Canelli, en la gente de allá abajo, mundana, que gana dinero, se divierte, viaja lejos por el mar.
Un poco en broma y un poco en serio, ya varios me han ofrecido granjas. Yo los escucho, con las manos detrás de la espalda, no todos saben que entiendo del asunto. Me hablan de las grandes cosechas de estos años pero que ahora les haría (alta un rastrojo, una medianera, trasplantar, y no pueden hacerlo. -¿Y dónde están las cosechas? -les digo-, ¿esas ganancias? ¿Por qué no las invierten en lo que precisan?
—Los fertilizantes...
Y yo que he vendido fertilizantes al por mayor, voy al grano. Pero me gusta la charla. Y más me gusta cuando vamos a las propiedades, cuando cruzamos un prado, visitamos un establo, tomamos un vaso de vino.
El día en que volví a la casita de Gaminella, ya conocía al viejo Valino. Lo había parado Ñuto en la plaza delante de mí y le había preguntado si me conocía. Un hombre enjuto y moreno, con ojos de topo, que me miró circunspecto, y cuando Ñuto le dijo riendo que yo había comido su pan y bebido su vino, se quedó allí, indeciso, hosco. Entonces le pregunté si él había talado los avellanos y si encima del establo seguía estando el emparrado de uvas colgantes. Le dijimos quién era yo y de dónde venía; Valino no alteró su cara oscura, solamente dijo que la tierra de la ribera era débil y que todos los años la lluvia se llevaba un pedazo. Antes de irse me miró, miró a Ñuto y le dijo: —Pasa alguna vez por allá. Quiero que veas esa cuba que pierde.
Después Ñuto me dijo: -Tú en Gaminella no comías todos los días... No estaba para bromas entonces. Y sin embargo, no había que repartir. Ahora la dueña de la Villa ha comprado la casita y viene a pesar la cosecha con la balanza... Ya tiene dos granjas y el negocio. Después dicen que los campesinos te roban, que los campesinos son taimados...
Había vuelto solo por el camino y pensaba en la vida que podía haber llevado Valino en tantos años -¿sesenta?, tal vez ni siquiera- que trabajaba de aparcero. De cuántas casas se había marchado, de cuántas tierras, después de haber dormido, comido, labrado bajo el sol y bajo el frío, cargando los muebles en una carreta prestada, por calles donde no volvería a pasar. Sabía que era viudo, se le había muerto la mujer en la
granja anterior a ésta y los hijos mayores habían muerto en la guerra; sólo le quedaban un muchacho y las hijas. ¿Qué otra cosa hacía en este mundo?
Nunca había salido del valle del Belbo. Sin querer me detuve en el sendero pensando que, si no me hubiera escapado veinte años antes, quizás ése fuera mi destino. Y sin embargo, yo por el mundo, él por esas colinas, habíamos andado y andado sin poder decir jamás: "Estas son mis posesiones. Bajo estas vigas envejeceré. Moriré en esta habitación". Llegué a la higuera delante del prado, y volví a ver el sendero entre los dos montículos de pasto. Ahora habían puesto escalones de piedra. El terreno desde el prado hasta el camino era como una bóveda. Pasto seco bajo el montón de fardos, una canasta rota, manzanas magulladas y podridas. Escuché al perro correr por arriba estirando la cadena.
Cuando asomé la cabeza desde los escalones, el perro se volvió loco. Se paró en dos patas, aullaba, se ahorcaba. Seguí subiendo y vi la galería, el tronco de la higuera, un rastrillo apoyado en la puerta. La misma cuerda con un nudo colgaba del agujero en la puerta. La misma mancha de verdín en torno a las rejas contra la pared. La misma planta de romero en la esquina de la casa. Y el olor, el olor de la casa, de la ribera, a manzanas rancias, pasto seco y romero.
Sobre una rueda tirada en el suelo había un muchacho sentado, en camiseta y pantalones rotos, con un solo tirador, y tenía una pierna abierta, separada de manera poco natural. ¿Era un juego? Me miró bajo el sol, tenía en la mano una piel de conejo seca, y cerraba los finos párpados para ganar tiempo.
Me detuve, él seguía guiñando los ojos; el perro aullaba y luchaba contra la cadena. El chico estaba descalzo, tenía una lastimadura debajo de un ojo, la espalda huesuda, y no movía la pierna. De pronto recordé cuántas veces había tenido moretones, lastimaduras en las rodillas, los labios tajeados. Recordé que sólo me ponía los zapatos en invierno. Recordé cómo la mamá Virgilia les arrancaba la piel a los conejos después de haberlos destripado. Moví la mano e hice una seña.
En el umbral había aparecido una mujer, dos mujeres, vestidos negros, una decrépita y encorvada, una más joven y huesuda, me miraban. Grité que buscaba a Valino. No estaba, se había ido remontando la costa.
La menos vieja le gritó al perro que jadeaba, agarró la cadena y lo tironeó. El chico se levantó de la rueda, se levantó cansinamente, apoyando la pierna cruzada, se puso de pie y se desplazó hacia el perro. Era cojo, raquítico, vi que la rodilla no era más gruesa que su brazo, arrastraba el pie como si fuera un peso muerto. Habrá tenido diez años, y verlo en ese prado era como verme a mí mismo. Incluso eché un vistazo a la galería, atrás de la higuera, y hacia el maizal, esperando que aparecieran Angiolina y Giulia. ¿Quién sabe dónde estarían? Si estaban vivas en alguna parte, debían de tener la edad de esa mujer.
Una vez calmado el perro, no me dijeron nada; me miraban.



(Del Capítulo V de la novela
La luna y las fogatas)

Cesare Pavese (Italia, San Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950)




domingo, 15 de mayo de 2011

VACÍO SOLO



Tiempo como cristal
Espacio como cristal
Me siento en silencio
En cualquier parte cualquier cosa
Sucede
Muda sonora apacible turbulenta
La serpiente se enrosca
Sobre sí misma
Todas las cosas translúcidas
Después transparentes
Luego volátiles
Sólo vacío
Sin límites
Sólo la canción infinitamente
Apagada
De la mente enroscándose
Sólo



Kenneth Rexroth
(Traducción de Carlos Manzano)



Kenneth Rexroth. Nació en South Bend, (Indiana) en 1905, murió en Montecito (California) en 1982. La producción de Rexroth abarca todo lo imaginable dentro del mundo literario, desde la crítica literaria (escribe un clásico de la crítica literaria “RECORDANDO A LOS CLÁSICOS”), hasta la poesía, pasando por la prosa, el teatro, la traducción, los ensayos; es un “animal literario” . Dotado de una amplia cultura, autodidacta, Rexroth analiza el mundo desde unas posiciones políticas anarquista y revolucionaria (centradas en el mundo convulso que le tocó vivir ;desde las guerras mundiales hasta le guerra de Vietnam) . Sus análisis literarios y políticos estarán siempre basados en una lucha contra la injusticia, el poder establecido ( y no solo político) y una libertad absoluta de opinión . Corrosivo en sus palabras no aceptaba claudicar ante nadie ( criticaba tanto a los comunistas como al capitalismo , atacaba lo mismo a poetas triunfantes como a olvidados escritores o a la guerra, agriaba sus formas ante la cultura y mentalidad oficial reinante , como ante el aplanador de cerebros que es la televisión Le preocupaba la conformación de una mentalidad a través de las mentiras de esa cultura oficial (entendiendo cultura tanto los libros, como la televisión, el cine o la educación...) todo se resume en esta frase de unos de sus ensayos “El arte de ser una persona civilizada es el arte de aprender a leer entre las mentiras”.





viernes, 13 de mayo de 2011

SIN TÍTULO



Arrancaron el sol de Ia frente celeste,
La clave de Ias palmas
Y Ias ninas ardientes
Que duermen en los cuerpos más negros de Ia tierra,
Y aqui el siguiente mar
Trae Ias islas mudas o sin viento.
Algunas han verdes, algunas han rojas.
Tu, compuesta de sueños
Que toman en el cuerpo más negro de Ia tierra
A los sueños más íntegros y quietos,
Perpétuos concluyentes.
Tú, que vienes del mar y Ias islas,
Tú Ia breve del fuego
Sin más luz que Ia muerte.



Jacobo Fijman



Jacobo Fijman nació en Uriff, Besarabia (Rusia, actualmente Rumania), en 1898. Publicó tres libros de poemas: Molino rojo (1926), Hecho de estampas (1930) y Estrella de la mañana (1931). Colaboró en Martín Fierro, Mundo Argentino,Arx, Crítica y Número. Murió en Buenos Aires en 1970.





lunes, 9 de mayo de 2011

Muerte del roble


















Un árbol viejo inclina la cabeza
de ceniciento aroma verdecida
sobre el ocaso gris de la pereza
donde enrojece la redonda herida.

Clama por sed el agua de la vida
que en el anciano tronco se confiesa
y es animal en su pasión crecida
del corazon que humanamente pesa.

Pero la luz también abre su vuelo
de airadas alas a la mar violenta
que su garganta agita bajo el cielo.

Llueve feliz el agua de la lenta
algarabía sobre el seco suelo
y al corazón con aire nuevo inventa.





Eduardo Mileo (Buenos Aires, Argentina, 1953)




IMAGEN: Un viejo roble.





sábado, 7 de mayo de 2011

LOS INACABADOS




























Rostro que no dice que no ríe
que no dice ni sí ni no.
Monstruo.
Sombra.
Rostro que tiende,
que va,
que pasa,
que lentamente hacia nosotros brota...
Rostro perdido.




Henri Michaux


(Traducción de Silvio Mattoni)




LES INACHEVÉS

Visage qui ne dit qui ne rit / qui ne dit ni oui ni non. / Monstre. / Ombre. / Visage qui tend, / qui va, / qui passe, / qui lentement vers nous bourgeonne... / Visage perdu






Henry Michaux (Namur, 1899 - París, 1984) Escritor francés de origen belga. Fue una de las personalidades más relevantes de la literatura moderna. En 1922, bajo la influencia de la literatura de Lautréamont, empezó a escribir y a publicar en Bélgica. En 1924 se estableció en París y, en pleno clima surrealista, se sintió más atraído por la pintura (Ernst, Dalí, De Chirico, y luego Klee) que por la literatura; sus obras de este período, sin embargo, todavía discurren paralelamente a las experiencias de Breton; incluso, según algunos, el verdadero surrealista es él. Más tarde, se acercó cada vez más a Rimbaud, Kafka, y a los existencialistas. Descubierto por Paulhan, publicó en 1927 Qui je fus, narraciones, aforismos, poesías, donde ya aparecían algunas constantes de su obra (los temas de la angustia y la fuga) y el lenguaje "inventado" que constituyó su originalidad más visible. Más adelante publicó Ecuador (Ecuador, 1929), diario de viaje y diario íntimo; Un bárbaro en Asia (Un barbare en Asie, 1933), narración de su viaje a la India y a China, quizá su libro más ameno y objetivo; y Mes propiétés (1929), Un certain Plume (1930), La nuit remue (1935), Plume précedé de Lointain intérieur (1938), todas ellas, obras formadas por textos breves y variados, poesías y prosas poéticas. Después inició un ciclo de relatos de sus viajes por países imaginarios: Voyage en Grande Garabagne (1936), Au pays de la magie (1941) y Ici, Poddéma (1946), reunidos más tarde en Ailleurs (1948). Entre 1938 y 1939 dirigió la redacción parisina de la revista Hermès. Mientras, Gide le dedicó el opúsculo Découvrons Henri Michaux (1941), que centró en él la atención del público; pero durante el período de la guerra y de la ocupación, el artista se vio obligado a soportar un largo aislamiento, lleno de actividad: Je vous écris d'un pays lontain (1942), Adversidades, exoscismos (Épreuves, Exorcismes, 1945) y La vie dans les plis (1948). Después de 1950, por el contrario, se dedicó cada vez más a la pintura, con resultados muy notables (en 1955, gran exposición retrospectiva en el Museée National d'Art Moderne). En 1956 empezó a utilizar la mezcalina; en su cuarta experiencia, un error en el cálculo de la dosis le llevó al límite de la locura. Desde entonces, durante cinco años, intensificó sus experiencias con las drogas, no cómo un paraíso artificial, sino como un medio de conocimiento: Misérable miracle (1956); L'infini turbulent (1957); Connaisance par les gouffres (1961). En sus obras posteriores, el escritor persiguió sistemáticamente y con un discurso más orgánico su registro de acontecimientos interiores y exteriores, su crítica de la realidad a través del lenguaje, y la búsqueda continua de una forma de vida posible, contra la soledad y la dificultad de las relaciones, siempre confiada exclusivamente a la literatura y a la palabra (Vents et poussières, 1962; Las grandes pruebas del espíritu, 1966). En 1966 se publicó una hermosa antología de sus obras, L'espace du dedans, y se representó la obra teatral Le drame des constructions. El autor exploró el inconsciente y el sueño en Modos del dormido. Modos del que despierta (Façons d'endormi-façons d'éveillé, 1969), analizó las percepciones más extrañas (Bras cassé, 1973) e investigó la relación del hombre con el sufrimiento (Face à qui se dérobe, 1975) y finalmente, meditó sobre las pinturas de los alienados (Les ravagés, 1976). Su obra se presenta extraordinariamente unitaria y coherente, a pesar de su amplitud y de las dificultades de lectura, y constituye la expresión altamente poética de algunos de los problemas típicos de nuestro tiempo.






jueves, 5 de mayo de 2011

Arco y flecha




No depende del ojo la flecha
ni de la tensión de la cuerda


El aire herido de muerte
se siente en el arco


Alberto Muñoz (Buenos Aires, Argentina, 1951)




El poema publicado fue extraido de libro "El levantador de pesas and other poems" (Ediciones en Danza, 2008)





martes, 3 de mayo de 2011

TROPOS



Toco
toco poros
amarras
calas toco
teclas de nervios
muelles
tejidos que me tocan
cicatrices
cenizas
trópicos vientres toco
solos solos
resacas
estertores
toco y mastoco
y hada

Prefiguras de ausencia
inconsistentes tropos
qué tú
qué qué
qué quenas
qué hondonadas
qué máscaras
qué soledades huecas
qué sí qué no
qué sino que me destempla el toque
qué reflejos
qué fondos
qué materiales brujos
qué llaves
qué ingredientes nocturnos
qué fallebas heladas que no abren
qué nada toco
en todo


(En la masmédula)

Oliverio Girondo (Argentina, Buenos Aires, 1891-1967)









domingo, 1 de mayo de 2011

Hablaba


















hablaba
sentada a la orilla del crepúsculo

el amor es como una oración
que levanta sus manos trémulas en la noche

y se hace rocío
en el corazón del amante



Felipe Aldana





Felipe Alberto Aldana Piazza. Poeta y narrador argentino. Nació en Máximo Paz, sur de la Provincia de Santa Fe, en 1922 y murió en Rosario, en 1970. Su obra poética es una de las más apreciadas dentro de la poesía vanguardista aparecida en Argentina en los años 40's, aunque hasta el momento ha sido muy poco difundida. Debido a su tímidez vivió aislado de la gente tanto por su caráter, como por su exagerada miopía; aislamiento que aumentaría con el transcurrir de los años por su enfermedad mental. En los anos 40's estaría asociado al Partido Socialista, y junto a Eduardo Juan Eugenio Chort y otros más fundarían en 1943 el primer Teatro de Títeres de Rosario "Retablillo de Don Cristóbal", nombre que referencia la obra de Federico García Lorca. Aunque publicó poemas y cuentos en diversas revistas de su país, en vida sólo puedo publicar (en 1949) un solo libro de poemas: Un Poco De Poesía: Cancionero de Flor y Letra. Luego de habérsele practicado una lobotomía, Aldana escribió profusamente el resto de su obra, la que quedaría prácticamente inédita hasta 1977. En los años 80's los jóvenes de Rosario (lugar duramente golpeado desde 1977) que protestaban contra la dictadura militar, pintaban en las paredes algunos versos emblemáticos de Aldana, que antes se habían divulgado oralmente y luego en forma impresa. En su honor se ha organizado la Cátedra Libre Felipe Aldana de la Facultad de Humanidades y Artes en la Universidad Nacional de Rosario; así como el Concurso Felipe Aldana de Poesía organizado por La Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, a través de la Editorial Municipal de Rosario.


*Tomado de: Obra Poética y Otros Textos. Selección, prólogo y notas de Osvaldo Aguirre. Rosario: Editorial Municipal de Rosario, 2001. 274 p. 2a. Edición: 2006.
Incluye la foto que publicamos, aparecida en el Diario La Voz del Interior, durante una visita a Córdoba, septiembre de 1947.