miércoles, 31 de octubre de 2012

PRELUDIOS DEL RÍO



Yo no soy el cantor, 
el cantor es el río,
Uruguay de los pájaros
en concierto de trinos.

Yo no soy el poeta,
el poeta es el río
que me dicta los versos:
yo sólo los escribo...



NUBES

Nubes en el cielo.
nubes en el río,
las nubes viajeras
como marineras
se van por el cielo
camino del río,
se van  por el río
camino del cielo.



CHAPARRÓN

Anda el trueno de rebote
por un cielo de ceniza,
zigzaguea el refucilo
y trae fresco la brisa.

Ya se viene el chaparrón:
-Preparen las tortas fritas
y ensillen el cimarrón
para hacerles compañía...

Pero también está lindo
para sestear un buen rato,
mientras me acuna la lluvia
y me ronronea el gato.

¡Ah!, tiempos del pueblo Liebig,
cómo quisiera volver
a jugar en las cunetas
con barquitos de papel.

Y correr bajo la lluvia
con las patitas descalzas
y una bolsa de arpillera
tapándome las espaldas.



Jorge Enrique Martí




Jorge Enrique Martí. Poeta y periodista argentino. Nació en Rosario, en 1929, pero a los dos años se radicó en Colón, Provincia de Entre Ríos. Desde entonces desarrolló su carrera profesional en distintas ciudades y pueblos de la región. Trabajó en El Sol de Concordia, Hoy de Concepción del Uruguay, y Diario Uno de Paraná, entre muchos otros medios gráficos y radiales de la provincia. Fue, a su vez, colaborador de los diarios La Nación, La Prensa y Página/12, y de la revista Siete Días. Es autor de los siguientes libros: Panambí (1949), Fraternilia (1952), Antigua Luz (l954), Entre Ríos y Canciones (197O), Entrerriano por el Canto (1976) Rapsodia Entrerriana (1978), obra esta última que mereció recibió el Premio Fray Mocho, en 1974.









lunes, 29 de octubre de 2012

Camélido


















Pesa.
Pesa la certeza y pesa el camino.

Pesa la duda y pesa la tierra.
Pesa el silencio y pesa el ansia
y pesa
pesa todo.
Pesa el peso de la letra
y pesa la lana del cobijo
y pesa la búsqueda del puerto
y lo hallado en la neblina.
Pesa el pujo del cuerpo
y el calor del nido bravo
y lo rabioso del fuste enemigo
y la sobria pataleta del acomodado.
Todo pesa.
Pesa y re-pesa el cansancio
y la búsqueda eterna del deseo.
Pesa caminar

pesa dormir
y el sueño justo y la tregua.
Lo esencial se entrevera en las ramas
y el bosque esconde la sombra fría.
El sol sólo brilla en los ojos del ciego
y el vidente silencia su lengua ante el pavor.
Pesa el tiempo que atora las bocas
y la historia
la maldita historia que me abre al temor.
Pesa la nostalgia de la cueva segura
y el sueño de mi pecho antiguo.
Pesa el vuelo
y pesa el paso
y pesa el ala
y pesa el pie
y el poema brota
y brota la sangre
y pesa
pesa el derrame
y los hijos
y el presente
y el mañana.
Pesa 
pesa la solución de hoy
y pesa 'la solución final'
y pesa el arte de soñar con fugas.
Pesa
pesa todo.
Pesa la página
y el aire
y el blanco
y la nada pesa
          y renueva el peso
          y borra el paso
          y pasa
          y no deja huella
          y destruye el habla.



(De: Por gracia de hombre,
2008)
Verónica Zondek




Verónica Zondek nació en Santiago de Chile, en 1953. Es licenciada en Historia del Arte de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Durante los últimos 25 años se ha dedicado a la traducción tanto de textos literarios como de otras materias. Escribe poesía y sus libros han sido publicados en Chile, Argentina y Colombia. Ha organizado innumerables Encuentros Literarios nacionales e internacionales tanto en Chile como en el extranjero. Publicó, entre otras obras: Vagido (1991), El Libro de los Valles ( 2003) - Entre Lagartas (1999) - Peregrina de mí (1993) - Vagido (1991) y El hueso de la memoria (1988), El ojo atravesado I y II (2005/2007),  y La ciudad que habito (2012).









sábado, 27 de octubre de 2012

tal era y será y es el poeta




tal era y será y es el poeta
aquel que descifrará las profundidades del horror para defender 
con su vida la arquitectura 
de un rayo de sol : y tallará selvas inmortales de desesperación
para sostener en su mano el latido de una montaña.





E.E. Cummings (Cambridge, 1894-North Conway, 1962)

(Versión: Marina Kohon)



Such was a poet and shall be and is
-who’ll solve the depths of horror to defend a sunbeam’s 
architecture with his life: and carve immortal jungles of despair 
to hold a mountain’s heartbeat in his hand. 






jueves, 25 de octubre de 2012

De la manera en que me salvo



















Mamoushka


                          a Rosa Karchevsky.

El frío nómada que sólo
un samovar lleno lo calma.
El último grito
donde sale y se pone el sol;
el pasado…

que una muñeca rusa parece.

He visto triángulos
de fertilidad en las costillas;
el níquel del dolor,
la historia
de mentón doblegado.

La Petrushka de Ladoga;
una ilusión de Liev;
épicas
en tus ojos helados.
¡Ay! Lena; Lena…

que una muñeca rusa parece.



Caracola

Tenían quietudes azules/sus ojos
cantábrica profundidad/ marítima su alma
inaccesa/ toda alma todo cielo toda vida/
caracola en movimiento.

Tenían la ductibilidad de los vientos/ sus vientos.
Me miraba su historia - abuela - como queriendo
salirse de usted.

De niña entendí/ solo viéndola mirar/ que todo
es un acantilado lejano.






De la manera en que me salvo


No uso reloj en la muñeca
(es triste el mundo de los ajustados)

No uso gafas oscuras de sol
(es triste el mundo de los escondidos)

No uso paraguas de la lluvia
(es triste el mundo de los protegidos)

Me salvo así (o eso creo)

De pensar el control de los objetos,
De pensar la distancia de los otros,
De pensar que la lluvia es una maldición.


(Inéditos)


Alejandra Mendez (Argentina, San Cristobal, Santa Fe, 1979)




IMAGEN: Mamushka rusa.



martes, 23 de octubre de 2012

Otras diapositivas




















Teatro de la luz, poses y sorpresa,
o vitrales del hogar para alumbrar el amor,
que los hijos sigan en la casa, 
que la casa crezca y colme el universo:
el cariño humedecía la ilusión
del polvillo iluminado que flotaba 
entre la lente y la lámpara.

Eso era el principio.
Pero en la penumbra el mar mugía
con sus olas de formas sucesivas
metido en un cajón, acaso
entre unas cartas, algunas fotos,
aquellos impuestos impagos,
esa botella.

Y ahora la tanda era otra: un viaje,
mucho después y demasiado rápido,
donde todos discutían confundiendo
los lugares, esas islas de casas con cal,
cabos acumulados que la luz enceguecía,
y a veces se hundían  en el hueco negro 
de la ventana. ¿Compraron ese collar
en  Mostar?¿Quedaba allí la mezquita
desharrapada, con la pintura que se caía
en hojas sobre las alfombras de verde prohibido
del Islam?¿Llovió en Hydra?

En el fondo, el cabo, el mar
se oía fatigado, o algo más en paz,
o con asma; 
o simplemente
era el bajo continuo sobre el cual
concluyen por entenderse los cantos.




Basilio Uribe 




Basilio Uribe. Ingeniero civi, traductor y poeta argentino, Buenos Aires, 1916-1997. Fue Director del diario Crítica. De su obra poética se destacan Libro de Homenaje (La Plata, Hipocampo, 1940), Año del amante (Buenos Aires, El Uriponte, 1943), Los días (Buenos Aires, Emecé, 1959), Corona de María (Buenos Aires, Raúl Veroni, 1961), Vida de Hombre (Buenos Aires, La Isla, 1965), Edipo etcétera (Buenos Aires, La Isla, 1971), Relaciones humanas (Buenos Aires, Emecé, 1976), La ballena (Buenos Aires, Emecé, 1981), Antología inédita (Buenos Aires, La Isla, 1984), Minuendo (1984-1990) (Buenos Aires, El Uriponte, 1990), La mirada de abril (1970-1972) (Buenos Aires, El Uriponte, 1991), Libro de sonetos (edición del autor, 1993), La huella de su paso (1940-1995) (Buenos Aires, Comisión Arquidiocesana para la Cultura, 1996), Antologia vitae (1936-1996), (Buenos Aires, Leroy Petit, 1997), así como sus numerosas colaboraciones en La Nación, La Prensa, Clarín, Criterio, La Gaceta de Tucumán y otras publicaciones.









domingo, 21 de octubre de 2012

Mariposas


Seguí los pasos de aquel poeta japonés
que, enojado porque no lograba
componer el poema de una mariposa,
salió al jardín, rompió el papel con furia,
lo arrojó al aire, y los pedacitos de papel
se posaron en las ramas de los árboles.
Yo tampoco pude lograr el poema.
Y sin embargo no obtuve el mismo resultado.
Me quedé absorto mirando el ficus
y después el suelo: sentí compasión por los
pedacitos de papel esparcidos a mi alrededor.
Los examiné en silencio, lentamente,
como si practicara un ritual milenario.
El sol de la tarde bajaba y el canto de los
pájaros se escabullía detrás de los tejados.
Había algo de poesía japonesa en el aire.
Luego fui por un cesto. Y en él arrojé,
una a una, todas mis mariposas muertas.



The monster

La tortuga raspa su caparazón
contra la reja del ventanal. Produce
un temblor que retumba en los vidrios.
Es evidente que quiere entrar.
Insiste levantando la puerta de la reja
unos milímetros y se queda mirándome.
Yo le hago un gesto de susto, como en las viejas
películas de terror. Me gusta que ella crea,
aunque sea por un instante, que representa
una verdadera amenaza para toda la familia.



Máximo Ballester



Máximo Ballester: nació en la ciudad de San Fernando (Buenos Aires, Argentina) en 1964. Cursó talleres de literatura con Claudia Torre y de teatro con Rolando Malié en la Biblioteca Popular de Martínez. Escribe poesía y aforismos. En 1998 apareció “Disfraz al agua” (Ediciones Ocruxaves), su primer libro de poemas y, luego de participar en varias antologías, publicó en 2008 “Musas Extraviadas” (Editorial Dunken), que reúne buena parte de su producción de los últimos años. Su último libro es “En la orilla”, publicado por Ediciones del Mono Armado en 2009. Reside en la ciudad bonaerense de San Isidro.

viernes, 19 de octubre de 2012

La contradicción o la aventura de la inmortalidad




Lo limpio

¿No ves cómo se lava la tierra
ante mí?

¿No ves los granos de arena
semillar la piel de desgano
                   calentar el músculo

filmar
la escena del sol
con los reflejos del ojo?

La lavo yo.

Yo revoleo tierra, arena; agua:

le hago la danza al desierto
y se moja entero de adentro; del fondo
de abajo:

llueve
de sur a norte
en los sueños, y en la realidad.




En boga está pegar


los cielos
contra el piso
para mostrarle a dios que
no es misterio
ni un mar de apocalipsis
ni la redención

lo que acucia

la mente del hombre;

no es el concurso
de almitas bellas
danzando el infinito
lo que despierta clamores
y alcanza temperaturas infernales
en los estadios de fieras,
                   millares de cuerpos
                   ávidos incontinentes.

No no; sólo más tierra.

Unos pedazos de carne

una galera

una etiqueta grande para pegarse
en la frente

y escribir

                         de "El gusto del desierto"


Paulina Aliaga (Comodoro Rivadavia, Argentina, 1985)








miércoles, 17 de octubre de 2012

Ya son muchos los años




























Ya son muchos los años, siempre en marzo,
en que comienzo a sentir lástima por estos días
tranquilos y de cielos nublados. La llegada
de la verdadera primavera tiene algo 
atemorizante: todo es 
repentinamente nuevo y extraño- el felpudo, las ventanas sin limpiar,
capullos en los sauces, matas de pasto saliendo entre la nieve,
los estorninos y la luna por sobre la planicie.
Todo es un llamado, todo tienta 
a salir de la habitación, de la casa, fuera de vos, de tu mente
para fluir por sobre la tierra y el agua, ir a algún lado,
estar en otro lado, ser otro,
y si no podés, entonces, al menos
danzar, gritar, escribir
cantar alguna estúpida canción de primavera
para calmar este impulso.
No podés entender si está en tu sangre o en tu mente
o en algún otro lado. Quizá esté en la memoria celular
de tus ancestros- peces, pájaros o campesinos-
los recuerdos de vidas previas despertándose en mí
el impulso de nadar en praderas inundadas para desovar
buscar una pareja y un nido
sentir con tu mano si la tierra es lo suficientemente cálida;
o incluso algo más misterioso y arcaico:
la comprensión de la semilla de que es tiempo de brotar,
la emoción y el miedo por otra muerte y otro nacimiento más.


Jaan Kaplinski

De: "Õhtu toob tagasi kõik" (Evening brings everything back)
Traducido del estonio al inglés por J. Kaplinski and Fiona Sampson/ 

(Traducción: Marina Kohon)



For many years already, always in March, 
I begin to feel sorry for these quiet
days and cloudy skies. The arrival
of the real spring has something
frightening in it: then everything
is suddenly new and strange - the door mat, unwashed windows,
buds on the willows, tufts of grass sticking up through the snow,
the starlings and the moon above the floodplain.
Everything is like a call, everything's tempting and luring you
out of the room, out of home, out of yourself, out of mind,
to flow over land and water, to go somewhere else,
to be somewhere else, to be somebody else,
and if you cannot, then at least
to shout, to dance, to write, 
to sing some stupid spring songs.
in order to soothe this urge.
You cannot understand whether it is in the blood or in the mind
or somewhere else. Maybe it is the cellular memory
of my ancestors - fish, birds or peasants -
the memory of previous lives awakening in me
an urge to swim to flooded meadows to spawn
to look for a partner and a nesting place,
to feel with your hand whether the soil is warm enough;
or something even more mysterious and archaic:
the understanding of a seed that it's time to sprout,
the thrill and fear of yet another death and birth.





Jaan Kaplinski (Tartu, 22 de enero de 1941) es un poeta, filósofo, y crítico cultural estonio. Kaplinski es conocido por su independencia intelectual, centrada en temas globales y a favor de un pensamiento de izquierda y de corte liberal. Ha sido fuertemente influenciado tanto por la filosofía oriental (como el taoísmo y en especial por el budismo), como por la lengua y la mitología celta. Uno de los temas recurrentes en sus escritos es la relación de los seres humanos consigo mismos y con la naturaleza que los rodea. Kaplinski estudió lenguas y lingüística en la Universidad de Tartu, obteniendo un título en filología francesa en 1966. Ha trabajado asimismo como traductor, editor, y sociólogo, actividad que sólo pudo desarrollar hasta cuando el laboratorio de la universidad fue cerrado por las autoridades soviéticas.Es miembro de la Academia Universal de las Culturas, fundada en París en 1992 por Elie Wiesel. En 1997 recibió el premio de literatura de la Asamblea Báltica, y ha sido candidato al Premio Nobel de Literatura en varias ocasiones. Kaplinski ha publicado varios libros de poesía, autobiográficos, de ensayo, drama y otros textos de corte literario. Ha traducido textos en francés, inglés, español, chino (incluyendo el Tao Te Ching, y del sueco, en particular un volumen de poesía de Tomas Tranströmer. Por su parte, los textos de Kaplinski han sido traducidos a cerca de veinte lenguas. Sus ensayos tratan sobre problemas ambientales, la filosofía del lenguaje, la poesía clásica china, la filosofía, el budismo, y el nacionalismo estonio. Obra publicada: Huellas al borde de la fuente, 1965; De polvo y colores, 1967;El día de los cuatro reyes, 1977; La tarde devuelve todo, 1985;De dónde viene la noche, 1990; Un pedazo de vida vivida, 1991; Varios veranos, varias primaveras, 1995; El hielo y el Titanic, 1995; y El ojo, 2000.



lunes, 15 de octubre de 2012

QUINCE MINUTOS DESPUÉS





















A Celia, siempre

Estaba ordenando las cosas para salir...

Y mientras ordenaba mis cosas
veía al lobo,
al lobo que fui
y no sé si al lobo que seré...
La palabra "cinzas",
una palabra en una canción de Wilson Simonal
me atrae...
Una palabra que no puede traducirse como cenizas, en castellano.
Una palabra que resplandece como los ojos de los gatos en la
oscuridad.
O los faros de los coches en una ruta pavimentada,
cuando la noche se hace madrugada
entre Córdoba y Villa María.
Salí de mi casa para verte,
con todas esas cosas en la cabeza...
lobo aullando junto a la "cinza" resplandeciente...
ojos de gato gato en la oscuridad,
faros de coches sonámbulos que se acercan y se alejan de
Córdoba.
Y llegué quince minutos después...
No quisiste hablar.
"Ya se me va a pasar", dijiste.
Y durante un tiempo largo nos miramos en silencio.
El plato vacío,
el tuyo y el mío,
eran más blancos que nunca.
Y después vino el pedido.
¡A llenar el plato!
¡Tu plato y el mío!
Y empezaste a hablar...
¡Y hablamos!
Después de comer, un paseo.
El sol no estaba...
pero en ese momento, qué importancia tenía?
Yo me sentía un inmenso pancito de azúcar
rodeado de árboles muy verdes.
Los trenes que pasaban a lo lejos
eran un poco tus caricias tímidas,
tus miradas...
Un perro trataba de jugar al fútbol
con dos chicos.
Un avioncito con motor giraba y giraba.
El paseo, el descanso, era un vuelo.
Y después el cine.
Un cine de domingo nublado.
Un cine de madera blanca
donde la película, buena y todo,
al fin y al cabo,
fue lo de menos.
Después salimos.
Nos bastaban apenas
unas pocas palabras.
Y después...
Después siempre.
Pero yo recuerdo.


 


Ricardo Zelarrayán (Argentina, Paraná, Entre Ríos, 1940- Buenos Aires,2010)




IMAGEN: Lara Harris, Fotografía (1988), de Robert Mapplethorpe.


sábado, 13 de octubre de 2012

EXVOTO














A las chicas de Flores

Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las almendras azucaradas de la Confitería del Molino, y usan moños seda que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.

Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.

Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a remolque de sus  mamás —empavesadas como fragatas— van a pasearse la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído y sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.
 

Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a todos los que les pasan lavereda.

                               Buenos Aires, octubre de 1920



Oliverio Girondo




Oliverio Girondo. Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1891, en el seno de una familia adinerada que le procuró una esmerada educación en importantes centros educativos europeos. Estudió Derecho, y muy pronto, a raíz de sus contactos con los poetas exponentes de la vanguardia europea, publicó en 1922 su primer libro de poemas, «Veinte poemas para ser leídos en el tranvía», seguidos luego por «Calcomanías» en 1925, «Espantapájaros» en 1932, «Persuasión de los días» en 1942, «Campo nuestro» en 1946 y «En la masmédula» en 1954, obra que constituye su trabajo más audaz en el campo de la poesía. Al iniciarse la década de los años cincuenta, guiado por su interés en las artes plásticas, incursionó en la pintura con una marcada tendencia surrealista, gracias a su profundo conocimiento de la pintura francesa. En 1961 sufrió un grave accidente que le disminuyó sus condiciones físicas. En 1965 viajó por última vez a Europa y a su regreso a Buenos Aires, falleció en 1967. Es sin duda uno de los poetas más relevantes de la primera mitad del siglo XX.
                                                                    Biografía tomada de A media voz.




jueves, 11 de octubre de 2012

CUANDO LA BRISA NO TENGA CONSISTENCIA













cuando la brisa que no tenga consistencia llegue
habrá una ventana añeja a la espera
que le diga algo que tenga que ver con la conformidad de las cosas
un filo que a lo lejos devuelve estrellitas
una verdad que se saca la ropa
una mirada clavada en una baldoza
tu vientre alistándose a 10000 kilometros





inmenso pesar de los pesares
un grito tan desgarrador con el cuadro de Munch
vibran las cuerdas vocales de manera compleja
miro el lapiz y pienso en tus ojos y gestos
así quiero morderme el labio y dejar correrme en la hoja
esgrimir el Viento fuerte  frío del noroeste que sopla en la costa septentrional
y expirar en el verde final sin pavura alguna.




                                                                                    (Inéditos)

Pablo Gabo Moreno (Caleta Oliva, Santa Cruz, 1974)






martes, 9 de octubre de 2012

equilibrio por peso




He pensado sentarme

frente al portón

de tu casa

y preferí detenerme

en el lado opuesto a tu calle

en el que nada de vos

sería

hipotéticamente visible

y yo podría

comprobar a mi antojo

el equilibrio

por el peso

de la falta

de tu cuerpo





estoy parada

en la vereda

de atrás de tu casa

hasta donde llega

desde el corazón

o el centro de la cuadra

algo de vos, el aroma

de tus cenas , el ritmo

de tus tambores y ordenados viajan

hacia el norte

como sobre alfombras

voladoras

tus pares

de zapatos



tal vez la ausencia existe

para demostrar

aquello

que no lo está

y la vida ahora

tal vez sea solo eso, puro

equilibrio, puro destruir

para comprender



no querías que yo fuera así

como una democracia de alta intensidad

ni que mi cuerpo se debatiera contra el tuyo

como cianuros y oros química

indisolublemente atraídos,

no querías que yo fuera excesiva

en los detalles

y olvidara

las magnificencias

pero ya ves

es el exceso el que prefiero

otra vez

y acá

equilibrando el sentido

de la falta

de tu cuerpo




he pensado sentarme en el frente de tu casa

a esperar que entres o salgas

para mirarte caminar algunos metros

sin decir nada

y preferí

venir a esto

atrás

a la calle opuesta

a escuchar qué dice

la zona convexa a tu cama



he pensado

escribir con aerosol

el portón de tu casa

he planeado cada detalle

la hora, el modus

operandum, he pensado

enviarte flores sin tarjeta

para que puedas leer

en el blanco

que no te guardo rencor, no te guardo

amor, no hago nada respecto al tema

de vos guardo el libro que me prestaste

el dvd

que me prestaste

y que alguna vez

me gustaría

devolverte



camino por los alrededores de tu casa

sabiendo que no volveré a golpear

el portón que te separa o te une a mi

el mismo que clausuré por fuera

esa noche



no moriré

por vos

tampoco viviré, por vos

estoy en plena elaboración

de mis deseos

más saturados, más

viscerales, mis fantasías

mas turgentes, esas que me desregulan

o me alivian

de la calma





la ausencia es como mis ojos o mi amor

necesita peso

para equilibrar su sinsentido

mi amor no es el de Sylvia Plath

sé, que te inventé en mi mente

y que algunas partículas

de tus días conmigo

te hacen bastante parecido a eso,

mi amor no es

un amor idealista, platónico

amor mio, mi amor

no es amor



he pensado mudarme a tu barrio

para cruzarte en el todo suelto

o la que sería

para saber que estás

antes o después que yo

esperando a que te atiendan

con tu número en la mano, antes

o después que yo

pero cerca mio

visible y nada

pudiendo contra eso



pero vine acá

al revés de tu calle

a sentir qué me dice tu falta

y a saber qué es

lo que yo

le respondo.


                                                                                                      28/08/12
                                                                                                      (Inédito)



Marcela Saracho



Marcela Saracho. Nació en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires en 1964 y reside en Bariloche desde 1984. Publicó Soledad y otras Equivocaciones (1987) Animales, locura, peste (1988) y Desalojo (2007). El poema que presentamos integra el libro "Campo azul", que está inédito.