domingo, 31 de diciembre de 2023

FIN DE AÑO 2023





 A los seguidores, a los poetas, a los lectores va mi deseo que tengan

un año nuevo en paz y- ayuda de los dioses mediante- mejor

que el 2023. 



Felicidades para todos.

La Biblio, como es habitual, entra en receso y permanecerá inactiva los meses de enero y febrero. Mientras tanto pueden leer o releer las entradas ya publicadas.

Nos reencontramos en marzo.

Un abrazo cordial,

M.L.


sábado, 30 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL (XII)

 



La niebla de nuestra edad


Cómo se instaló es la pregunta, 
disiparla no sería problema 
pero guardar cierto misterio es deseable.

Como un caracol, escalón por escalón, 
pegado a la pared, a donde sea que mire 
puedo distinguir su huella lechosa.

Me propongo pasar por alto su peso, 
pero esto es, en el fondo, porque conozco 
su fuerza. Muchas veces la experimenté.

De la misma forma, no me inquieta 
el problema de la visibilidad, he notado 
que dentro de su vientre hay un buzón.

Así, tres comidas por día, un paseo a la noche, 
unas páginas de Pascal antes de acostarse.
La ventana abierta. Puedo sentir los cambios.

Por eso mi obsesión en un momento 
fue saber dónde estaban sus fronteras, 
y terminaba así suspirando en silencio.

Ahora tengo la confianza suficiente
para meterla en un bolsillo como a una caja de fósforos,
útiles para iluminar, calentarse, adivinar el futuro.

Le permito además escabullirse, convertida en hormiga,
y la observo recorrer todo mi brazo
hasta mi pecho, donde, debo admitirlo: pica-

Abriste los nueve círculos del infierno
de mi alma, y lo que me sorprende es justamente esto:
cómo, en el momento en que te veo, ya estoy adentro tuyo.


Leng Shuang

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)



Leng Shuang nacido en la provincia de Xinjiang en 1973, es poeta y crítico. Su poesía se encuentra reunida en el libro Shenjing[Espejismos], publicado en 2008. Ha editado numerosos volúmenes de poesía, entre los cuales la poesía reunida de Ma Yan y varias antologías de poesía china moderna y contemporánea. Es autor igualmente de varios libros de ensayo y crítica.



MAGEN: Niebla al poeste de china vista desde un drone.





jueves, 28 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL XI

 

Limpiando los vidrios


Una silla la sostiene en el lugar,
una fuerza que atraviesa todo su cuerpo
desde la punta de sus pies en puntas de pie.
Debería ser una recta tensa pero entre la ingle
y la curva de la rodilla da un rodeo y se arremolina,
el cuerpo le dice a la fuerza: sos un mago, lleno de trucos baratos,
La fuerza le responde: vos... Ella tiene un trapo en la mano
El viento le infla la pollera y el vientre adquiere transparencia de aleta.
Ahora el cuerpo y la fuerza han dejado de combatirse y cooperan.
La silla es vieja, está hecha de alambres oxidados.
Ahora el cuerpo de ella sostiene hacia abajo el vacío de la silla que,
bajo la presión, se contrae bruscamente,
como si toda la población de la ciudad empujara hacia arriba.
Ella se ríe. Limpiando los vidrios ha descubierto que no existe la
                                                                         / transparencia,
y que la semi transparencia es una trampa, su mano 
se desplaza a veces del otro lado para raspar una mancha.
En ese momento esos puntos de mugre 
son como enigmas que parten de la mano.
La progresiva transparencia resulta ser una prueba.
Ella se detiene, cansada. El sudor baja por el pezón
cubierto de polvo, repentinamente áspero,
le empapa ambas piernas,
pero ahora a causa del viento
una excitación difícil de expresar
se extiende hasta el último rincón de su cuerpo.
Ella sigue limpiando, y nosotros sentimos un mareo, 
la vista hacia arriba y hacia abajo anudadas estrechamente.
Una red cuyos hilos y agujeros se movieran a la vez.
Como si hubiéramos dejado Qinghe, tomado distancia 
atrapado un enorme vacío desde afuera 
Agarro con fuerza el respaldo de la silla y la alzo 
Vos seguís parada en el mismo lugar.


Zhu Zhu

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)




Zhu Zhu nacido en Yangzhou, en 1969, es poeta, crítico y curador de arte. Sus libros incluyen, entre otros, Kucao shang  [La sal sobre el pasto seco] (2000) Pixiang [La valija] (2005), Gushi [Historias] (2011).




martes, 26 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL (X)

 


Amor


Al llegar a Shanghai, querida,
las luces en la orilla ya estaban apagadas,
y se oía el sonido dulce
de las sirenas de los hipocampos
Llegamos a Shanghai,
abrimos tu caja y te esparcimos,
y lento, más lento que un polvo
muy fino, en diagonal
sobre el agua cayó
lo poco que eras
Cuando terminé de esparcirte
el agua se tiñó muy levemente
de rojo, el mar estaba planchado
Igual que cuando vivías
la nieve de la medianoche
caía sobre una mano abierta
Te entregué el cielo y el mar
enteros para vos sola
y escondí bajo la ropa
la caja que te contenía
y me metí a mí mismo
adentro de esa caja
Adentro de tu sueño



Gira la palma de la mano


El pájaro se mueve en el cielo 
para esquivar una flor que cae

El pez bajo el agua rodea unos montones de algas 
Sobre las butacas del teatro a la noche 
gira apenas la palma de la mano

Estás al lado mío

Todos nuestros secretos están contenidos 
en ese movimiento mínimo

El olor de las castañas

El calor en la palma de la mano

El ideograma que trazaste hace un momento con tu dedo

se transmiten al núcleo de la tierra 
ahí tan lejos, tan duro, tan frío



Wang Yin

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)




Wang Yin (Shanghai, 1962) es poeta, fotógrafo y periodista. Miembro de la llamada “tercera generación” de poetas, comenzó a publicar poesía en 1983. Es autor de varios libros de poesía, incluyendo una antología de su obra, publicada en 2005, además un libro de ensayos cortos y otro de entrevistas.


domingo, 24 de diciembre de 2023

NOCHE DE PAZ

 



Nieve artificial que caes y que no caes
en la caja de música de una navidad descompuesta
De una casa a otra no hay ni aun el espacio
que separa a las estrellas, hay la Ley de la Inexistencia.

No soy tu Papá Noel ni estás posando junto a mí
para la eternidad de una postal en familia
ni estamos menos separados que los vivos de los muertos.

La irrisoria noche de paz, la ridicula noche de amor
sigue endulzándose a medida que pasa
pero yo estoy metido en esta guerra
y si me apoyas no firmaré nunca la paz
tampoco esta noche que nos separa de un tajo
aunque parezca indolora, aunque parezca indolora.



Enrique Lihn
 (Chile, Santiago, 1929- 1988)


Pueden LEER la biografía y más poemas en entradas anteriores del autor (N.del A.) 



viernes, 22 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL (IX)


3 mujeres

Una mujer que me ama, una mujer que amo, 
una que nunca me amó y a la que no amo. 
Pienso en la primera con frecuencia 
y recuerdo ocasionalmente a la segunda; 
en la tercera no pienso nunca ni la recuerdo. 
Con la primera perdí hace años todo vínculo, 
al igual que con la segunda y la tercera.
Ellas habrán continuado su vida, 
habrán perdido tal vez un montón de cosas, 
y las cosas perdidas en su vida, como el agua, 
habrán dejado o no una marca.
Hoy las tres me han llamado por teléfono. 
Ahora sus tres voces, sus tres caras 
aparecen en mi cabeza y las veo hablar 
como si estuvieran conversando entre sí, 
como si se conocieran mutuamente.


Huang Canran

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)




Huang Canran, nacido en Fujian, al sur de China, en 1963, se mudó a Hong Kong a los 18 años, de donde regresó para estudiar periodismo en la Universidad de Jinan, en Guanzhou. Actualmente vive en Hong Kong, donde trabaja como traductor y edita una revista de poesía.

IMAGEN: Tres mujeres chinas con ropa tradicional (Sin créditos)



 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL (VIII)


Solsticio de invierno


La potencia de los muertos,
igual que el viento de este invierno,
nos levanta en el aire como hojas secas,
nos lleva flotando hacia las montañas con su pagoda.
Los juncos a la orilla del río se doblan al viento, 
secos y amarillos, mientras un animal muerto, 
como un saco lleno de troncos, 
flota largo rato en la superficie.
Ponemos delante del pecho, rectos,
los crisantemos amarillos recién comprados.
La luz del sol cae tibia.
¿Cómo hacen los muertos 
para aceptar días así de hermosos?
Cada año, al llegar este día, 
recordamos la imagen de su cuerpo, 
tan flaco justo antes del final, 
con sus ojos abiertos bien grandes, 
y el corazón nos palpita un instante, 
como una hoja.
El camino hacia la montaña de los muertos, 
lleno de hojas secas, nos infunde calma.
Limpiamos la tumba, 
luego mi madre de pie frente a la lápida 
le habla a mi padre: “Desde que moriste, 
ni un solo día he dejado de extrañarte.
Tu carga es pesada, la nuestra también”
El hijo al parecer no ha entendido la muerte aún, 
rígidamente da tres reverencias, 
luego la hija da tres reverencias, 
los parientes suben y dan tres reverencias, 
retroceden, se paran tranquilos frente a la lápida, 
ningún recuerdo viene a la mente.
¿Cómo es que un vivo se convierte en un puñado de cenizas?
En los cementerios está 
la sombra más fresca del mundo.
Veo los apellidos inscritos en las tumbas: 
apellidos como Zhang, Li, A Fu, A Gui....
Cada nombre parece totalmente familiar, 
como si los hubiera visto en algún lado.
También algunas de chicos de quince, 
doce u ocho años, erigidas por padres 
acongojados. Al pie de la montaña, 
se encuentra la de un viejo señor feudal.
Me dijeron que cada año, para el solsticio de invierno, 
sus tres concubinas venían juntas hasta acá.
Hoy, igual que durante su vida, 
están las tres enterredas con el viejo, 
algunas a la derecha, otras a la izquierda.
Ya ni el nombre queda: 
apenas algunos montículos, 
que en breve quedarán aplanados.
Eñ la luz tibia de este día de invierno, 
el cementerio parece el viejo lecho de un río, 
y todas esas lápidas 
un montón de fichas de dominó.
Un viento frío nos sopla cuesta abajo 
ahora, como la mano de los muertos, 
enfriándose y deslizándose por nuestras palmas, 
más claro que el sonido de la campana del templo. 
Esa alta pagoda entre las montañas, 
también parece erguirse por esto.




El amor entre los vivos y los muertos

La vida de un hombre tras su muerte 
es su memoria entre los vivos... 
Durante un tiempo largo, 
el espejo que usó abre la boca y habla, 
la silla donde se sentó murmura bajito, 
incluso el sendero recuerda sus pasos.

Tras la ventana
el sol que cae lento
se parece al tono que usaba.
La vida de una persona
es su memoria de los muertos...

Luego de un tiempo largo 
el tono, los movimientos del vivo 
se vuelven igual a los del muerto.



Yang Jian

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)



Yang Jian nació en la ciudad de Ma’anshan, en la provincia de Anhui, en 1967. Pasó varios años viajando por diferentes provincias del oeste y el norte de China, trabajando en la construcción y en el campo, antes de regresar a su ciudad, donde actualmente vive. Yang Jian es un poeta budista, algo que se observa en el tono y las imágenes de sus poemas, que entroncan a la vez principalmente con la tradición de Tao Yuanming, un poeta de inspiración taoísta del siglo V, cuyos poemas están marcados por la celebración y observación de la vida campesina. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Atardecer (2003), Viejos puentes (2007). Se dedica también a la pintura tradicional.



 

lunes, 18 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL VII


Canción del café


1. Tarde

Un café tristísimo 
    en la quinta Avenida 
La pequeña puerta de hierro 
bajo las luces de la esquina

Sentada frente a la ventana 
bebo despacio el café oscuro 
que me trae el patrón 
la cabeza pelada 
    “Cuántas personas pasan 
camino al trabajo, vuelta a casa, 
ignoradas por todos”

Hablamos de amores insípidos 
   “El ayer     Me gustaría 
    volver al ayer”
Una canción nostálgica flota en el ambiente

El café y las verdades se acumulan en la garganta de él 
    sin ningún orden 
    La lengua va cambiando 
Tropos oscuros van y vienen por el ambiente

Como ante una orden de atacar 
nombres masculinos ruedan, se agigantan 
una ecuación mecánica en un aula atroz 
me paralizan

Acercando la oreja la cara él se inclina sobre ella 
habla de grandes riesgos y objetos misteriosos 
    “Mejor reír que llorar....
Seguimos adelante...”

A continuación, silencio 
A continuación, una pareja entra y se sienta 
Vienen de otra parte     están habituados 
a la vida inane del campo

“Podría haber hecho 
un gran papel y hoy
no es más que un donjuán ya casi sin pelo”
Bajo la cabeza y sorbo el café

Entre el alcohol y el cambio de interlocutor 
se pasa la tarde insípida 
¿Qué preguntas 
pienso una y otra vez ?

Seguís hablando de ese barrio paradisíaco 
    tu hija
   una profesión distinguida 
tu perfecto acento local

Chisporrotea el atardecer     Las luces provocantes 
De la radio sale una música que aturde 
“Oh extranjero.... extranjero...”



3. Madrugada

     Por eso el hombre 
está repitiendo su vieja apuesta 
    Los labios frescos 
de una chica en la flor de la edad 
Nada nuevo bajo el sol

    A las tres de la mañana 
el ladrón se mueve con libertad 
La belleza de la mesa de al lado 
se levanta y dice: “El restaurant va a cerrar”

Él se pone de pie 
y avanza para poner fin a todo 
    En la radio
siguen pasando esa música que aturde

El vidrio frena 
nuestras rencillas inútiles 
    La esposa de alguien
vestida con algo crema, un esmero conmovedor

    Yo estoy acordándome 
de un hotel ruinoso del año 72: 
de pie frente a una vieja cortina 
bordada con vaquitas de San Antonio 
me pinto los labios

Poco después salimos al mundo por la gran puerta 
   El paraíso dormía profundamente 
   y yo estaba acostumbrada 
a descender al infierno en compañía

    “Son vastas las redes del amor.
Pasado la edad madura, ¿qué te queda por ver?” 
    Amor ya usado
flota como un carguero a la deriva 
en medio del feriado

Envejeciendo poco a poco 
    algunos amigos 
viven en un pueblito perdido 
y me siguen llamando por mi apodo

Arranca el motor
Una muchedumbre más apremiada que la muerte 
Me acuerdo de un país en bancarrota 
al norte hacia el noroeste

Llueve, y me digo a mí misma:
    “¿Ir a mi casa 
o volver a tu casa?”
El auto atraviesa Manhattan



Zhai Yongming

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)



Zhai Yongming. Nacida en Chengdu, provincia de Sichuan, en 1955, Zhai Yongming egresó de la universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica en 1980. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Mujer (1986), Poesía reunida (1994), Canto llano de la noche oscura (1997), y el libro de escritos y ensayos Construcciones sobre papel (1997). A principios de los 90, luego de una estadía en Estados Unidos, volvió a Chengdu y abrió el legendario bar Noches blancas. Entre las muchas voces femeninas que han aparecido a partir de los ochenta, la de Zhai Yongming es una de las más originales e influyentes de la escena poética.




sábado, 16 de diciembre de 2023

UN PAÍS MENTAL VI

 



Monólogo abierto

A Ezra Pound

Estoy muerto, y ustedes viven aun.
No me conocen, de la misma forma que no conocen el mundo. 
Mi imagen se convierte en una máscara inmortal, 
obligándolos a parecerse entre sí: 
la existencia de uno presupone la de los otros.
Cada manzano que canté se convertirá en otoño, 
para engendrar más manzanas y más hambre.
Cada pájaro que vean volar es mi alma.
La sombra que proyecto es más firme que toda luz.

Mi verdadera tumba son los libros, 
y ahí el nombre de ustedes ha sido borrado 
de un plumazo igual que una errata.
Todos los ojos se abren para una sola mirada: 
si mi canto no existiera, ustedes no tendrían boca.
Y lo que cantan y seguirán cantando 
no es canción. Es puro silencio sin límites.




La fábrica de vidrio

I

De visto a visto,
en el medio está el vidrio.
De una cara a otra 
se abre lo no visto.
En el vidrio, la materia no es transparente.
La fábrica de vidrio es toda ella un enorme globo ocular, 
adentro el trabajo es la parte más oscura, 
su día brillando en el núcleo de las cosas.
Las cosas perseveran en la lágrima inicial, 
de la misma forma en que los pájaros 
perseveran en la sombra en medio de la pura luz. 
Recuperan la luz a través de la oscuridad, 
para luego darla en ofrenda.
En los lugares donde el vidrio es ubicuo, 
el vidrio ya no es el vidrio sino 
una especie de espíritu.
De la misma forma que allí 
donde el aire es ubicuo 
no existe ya casi el aire.


2

Cerca de la fábrica está el océano.
El conocimiento del agua implica el del vidrio.
Rigidez, frío, fragilidad:
este es el precio de la transparencia.
La transparencia, un lenguaje misterioso
para el cual las olas se vuelven visibles:
en el momento mismo en que la digo me alejo de ella,
me alejo del vaso, la mesa de té, el espejo en la pared,
toda esta materia concreta, producida en masa.
Pero me encuentro entonces cercado por la materia, 
vida colmada por el deseo.
El lenguaje desborda, se seca, antes de alcanzar la transparencia. 
El lenguaje es vuelo, responde al espacio 
con espacio, con relámpago al relámpago.
Tanto cielo por fuera del cuerpo del pájaro, 
pero la sombra de un pájaro sólo puede ser 
la tenue estría de la luz sobre el mar.
Algo roza el vidrio, más suave que una sombra, 
más hondo que una incisión, más insalvable 
que la hoja de un cuchillo.
La fisura es invisible.

3

Vine, vi y dije.
Lenguaje y tiempo se enturbian, se confunden.
Una ceguera se expande desde el centro.
Una experiencia similar ocurre dentro del vidrio.
La respiración del fuego, el corazón del fuego.
Lo que llamamos vidrio no es más que la forma 
en que el agua al pasar por el fuego cambia de postura, 
esto es, el encuentro entre dos espíritus, 
dos extinciones conduciendo 
a una misma eternidad.
El agua a través del fuego se convierte en vidrio, 
se convierte en hoguera bajo cero, 
como una verdad o un sentimiento 
simple, claro, que se niega a fluir.
Dentro del fruto, en lo profundo del mar, 
el agua no fluye nunca.


4

Entonces esto es el vidrio que veo-
Es piedra todavía, pero ya no es rígida.
Es fuego todavía, pero no emite calor.
Es agua todavía, pero no es blanda ya y tampoco corre.
Es una herida de la que no brota sangre, 
un sonido que no ha pasado por el silencio. 
De una pérdida a otra, esto es el vidrio.
La transparencia del lenguaje y el tiempo 
exigen un precio muy alto.


5

En la misma fábrica veo tres tipos de vidrio: 
sustancia, ornamento, símbolo.
Alguien me dice que el origen del vidrio 
son unas piedras confusas.
En el vacío de la piedra, la muerte no ha llegado a su fin, 
es realidad primaria y modificable.
Rota la piedra, nace el vidrio.
Esto es verdad. Pero hay otra verdad
que me lleva hacia otro mundo: de una altura a otra.
Allí el vidrio es apenas agua, 
agua endurecida o endureciéndose, 
agua con hueso, indesechable, 
y el fuego es un frío que cala los huesos, 
y lo más bello es también lo más frágil.
Las cosas más nobles del mundo, 
y las lágrimas de las cosas.



Ouyang Jianghe                                                                                           

(Del libro homónimo: 150
poetas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023)

(Traducción, selección y biografías:
Miguel Ángel Petrecca)

                                                                                                                                                                                                                                      Nacido en Luzhou, provincia de Sichuan, en 1956, Ouyang Jianghe publicó sus primeros poemas en 1979. En los años siguientes sus poemas aparecieron en diferentes revistas no oficiales como Bosque renacido, Nuevo cada día, etc. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Quién se queda y quién se va (1997), A través del vidrio de las palabras (1997) y Las lágrimas de las cosas (2008), además de la recopilación de ensayos y prosa De este lado de la ficción (2000). Entre 1993 y 1997 vivió y enseñó en Estados Unidos.