EL CUENCO VERDE
Este cuenco
verde es como un estanque
tapizado de
musgo en un bosque de primavera,
las violetas
silvestres ondulan al sol
que cada
tanto les llega entre los árboles.
Un lugar
tranquilo, quieto, con el sonido de las aves,
donde,
aunque no pueda verse, se oye el canto sin fin,
el rumor del
mar en su eterno movimiento.
Era
invierno, Roger, cuando hiciste este cuenco,
pero fue en
la primavera que tu mano anhelante
dispuso
algunas hojas verdes y tiernas en el borde,
un cáliz
ideal para recibir a las tímidas
y pequeñas
flores del bosque. Aquí
olvidarán su
triste desarraigo, perdidas
en la dicha
de que este círculo de hojas brillantes
sea su casa;
una vez más soñarán que escuchan
al viento
rondar por las copas de los árboles
y que ven al
sol sonreír entre las hojas.
FRAGMENTO
¿Qué es la
poesía? ¿Un mosaico
de piedras
de colores que, de golpe, se combinan
y arman un
dibujo? Más bien, es vidrio
trabajado
pacientemente hasta alcanzar
un matiz de
esplendor suntuoso que haga,
de la
Belleza, alabanza; donde los rayos de sol
transmutados
en luces de arco iris se colmen
de un
sentido mítico que aspire a lo divino.
PEZ DORADO
En el agua arcillosa
y espesa, plata brillante al
sol,
líquido y fresco a la sombra de
los juncos,
dormía el dorado.
Nadie lo veía ahí
perdido entre la fronda de
tallos.
De repente sacudió su cola,
y un fulgor verde y cobre
recorrió el agua.
De los juncos brotó
la luz verde oliva,
y el naranja irrumpió en el agua
relampagueada de sol.
Así cruzó el pez aquel estanque,
verde y cobre,
una oscuridad y un destello;
en la otra orilla los reflejos
difusos de los sauces
lo esperaban.
Amy Lowell
(Versiones de Daniela Comozzi)
The Green Bowl This little bowl is like a mossy pool / In a spring
wood, where dogtooth violets grow/Nodding in chequered sunshine of the trees; /
A quiet place, still, with the sound of birds, / Where, though unseen, is heard
the endless song / And murmur of the never resting sea / T was winter, Roger,
when you made this cup, / But coming Spring guided your eager hand / And round
the edge you fashioned young green leaves, / A proper chalice made to hold the
shy / And little flowers of the woods. And here / They will forget their sad
uprooting, lost / In pleasure that this circle of bright leaves / Should be
their setting; once more they will dream / They hear winds wandering through
lofty trees / And see the sun smiling between the leaves.
Out from
under the reeds / Came the olive-green light, / And orange flashed up / Through
the sun-thickened water. / So the fish passed across the pool, / Green and
copper, / A darkness and a gleam, / And the blurred reflections of the willows
on the opposite bank / Received it.
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