viernes, 11 de abril de 2025

EL ASOMBRO DE LOS DÍAS (*)


I

Lo súbito:

el chajá alto y poderoso,

una mojarra entre los dedos,

una comparsa de loros y chicharras.

El verano.





XV

¿Quién dijo así está bien

así

no?

¿Quién sostiene un cuerpo atravesado 

por un vendaval una tormenta que deja 

todo roto y desordenado y lleno de agua?

¿Y si todavía hay más por seguir abriendo cuando el cuerpo 

pensaba que no le cabía 

más lastimadura

lo zurcido lo hilvanado lo suturado con la precisión justa 

sin amor

con la precisión necesaria para contener dentro del cuerpo lo 

que aún le es propio?

¿Quién sostiene al cuerpo sin cría una vez que esta pasa a

ser otro cuerpo

como si hubiera desovado y ahora 

encontrara la orfandad como única piel posible?

¿Quién dice esto sí pero esto 

no

en una ceremonia que consiste en no dejar a la mamífera 

lamerse la sangre 

comerse la placenta

amamantar a la cría con el cuero sin lavar 

así

de roto y satisfecho empapado

en la púrpura celebración de la carne?

¿Quién dice que el cuerpo es un animal de costumbre? 

¿Quién dice que el cuerpo no es

una patria de fronteras marcadas por el olfato y la gula 

y cuyo idioma

escribe en el aire los signos que no puede inventar la muerte 

ni la inmemoria 

y cuyo idioma

escribe en la tierra los signos más antiguos de la sangre 

que son

los de la ternura 

que son

los del amor como una fragua?




XXXV



Es de noche

y la tera se enciende en el montecito de enfrente

agarrada a los últimos fríos,

se enciende en un escándalo que durará días y días.

¿Llora?

¿Grita?

¿Llama?

¿Canta?

¿Cómo se dice cuando las teras buscan sus huevos 

en la tierra recién removida,

con ese gritollanto que eriza el sueño de cualquier nadie 

que de noche las sienta?

Es septiembre

y el resto del monte cala sus tardes con rompiente pezones

verdes

donde un pichón no nació

donde una tera y yo entendemos que la primavera a veces

es un cielo indolente 

de puro azul

crecido masticar de soledades.


( * Del libro homónimo,
Editorial de Entre Ríos,
2024)


Carla Olivera





Carla Olivera nació en Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina,  en 1985. Es poeta, gestora cultural y profesora de Lengua y Literatura. Sus obras han sido reconocidas en distintos certámenes literarios a nivel provincial, nacional e internacional, y sus textos forman parte de diversas antologías literarias, entre las que se destacan Poetas argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock 2022), Liberoamericanas,80 poetas contemporáneas (ediciones Argentina, Uruguay- España, Portugal, Liberoamérica 2018). Publicó los libros Partición de voces (2006), Intemperie (2014-2021) y Cacerías (2021). Forma parte de la Editorial Palo Santo, de elaboración artesanal, destinada a publicar autores de la ciudad."El asombro de los días" obtuvo el premio Fray Mocho, el máximo galardón de la provincia de Entre Ríos, en poesía inédita, en 2022.


 

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