1
Los vacíos del hombre no sienten la nada
de cualquier vacío: del de la chaqueta vacía,
del del saco vacío (que no quedan de pie
cuando vacíos, o el hombre con vacíos);
los vacíos del hombre sienten el lleno
de una cosa que hinchase ya hinchada;
o el que debe sentir, cuando se llena,
un saco: todavía no, cualquier saco.
Los vacíos del hombre, ese vacío lleno,
no sienten como un saco de ladrillos,
un saco de remaches; ni tienen el pulso
que late en el de semillas, o de huevos.
2
Los vacíos del hombre, aunque sientan
una plenitud (huera mas presencia)
contienen nadas, contienen los vacíos:
lo que la esponja, vacía cuando plena;
hinchan de lo que la esponja, de aire vacío,
y de ella copian ciertamente la estructura:
toda en grutas o en gotas de vacío,
en racimos de burbujas, de no-uva.
Ese lleno vacío siente como un saco
pero lleno de esponjas llenas de vacío;
los vacíos del hombre o el vacío hinchado:
o el vacío que hinchó por estar vacío.
João Cabral de Melo Neto
(Traducción: Pablo del Barco)
2
Os vazios do homem
Os vazios do homem nâo sentem ao nada
do vazio qualquer: do do casaco vazio,
do da saca vazia (que nâo ficam de pé
quando vazios, ou o homem com vazios);
os vazios do homem sentem a um chelo
de uma coisa que inchasse já inchada;
ou ao que dever sentir, guando cheia,
uma saca: todavía nâo, qualquer saca.
Os vazios do homem, esse vazio cheio,
nâo sentem ao que uma saca de tijolos,
uma saca de rebites; nem tém o pulso
que bate numa de sementes, de ovos.
2
Os vazios do homem, ainda que sintam
a uma plenitude (gora mas presença)
contêm nadas, contêm apenas vazios:
o que a esponja, vazia quando plena;
incham do que a esponja, de ar vazio,
e dela copiam certamente a estrutura:
toda em grutas ou em gotas de vazio,
postas em cachos de bolha, de nâo-uva.
Esse cheio vazio sente ao que uma saca
mas cheia de esponjas cheias de vazio;
os vazios do homem ou o vazio inchado:
ou o vazio que inchou por estar vazio.
João Cabral de Melo Neto. Poeta brasileño (Recife, 1920; Río de Janeiro, 1999). Se dedicó a la diplomacia en España y Francia, y la poesía de estos dos países ejerció una influencia determinante en su obra. Su producción literaria comenzó en 1942, cuando contaba veintidós años. En 1954 agrupó sus primeras obras en el volumen Poemas reunidos, y en 1968 publicó una segunda recopilación titulada Poesías completas. Su lírica se caracteriza por el intento de lograr una mayor objetividad, concreción y austeridad, gracias a una forma cuidada y al rechazo de ornamentos y sentimentalismos, rasgos que le han llevado a ser considerado como el mejor poeta de la generación de 1945. Sus obras más destacadas son Pedra no sono (1942), O engenheiro (1945), O cao sem plumas (1950), Terceira feira (1961), La educación por la piedra (1966) y Museo de todo (1975).
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