miércoles, 30 de mayo de 2018

EL AMOR ES INSENSATO





El Amor es insensato, no razona.
La Razón busca un beneficio.
El Amor se te declara,
consumiéndose, inmutado.

Sin embargo, en medio del sufrimiento,
el Amor avanza como una rueda de molino,
sencilla y de dura superficie.

Habiendo muerto de interés personal,
lo arriesga todo y pide nada.
El Amor pierde apostando cada regalo 
otorgado por Dios.

Sin causa, Dios nos dio el Ser;
sin causa, devuélvelo otra vez.



Deja tus preocupaciones 
y ten un corazón completamente limpio, 
como la superficie de un espejo 
que no contiene imágenes. 
Si quieres un espejo claro, 
contémplate
y mira la verdad sin vergüenza, 
reflejada por el espejo. 
Si se puede pulir metal 
hasta asemejarlo a un espejo, 
¿qué pulido podría necesitar 
el espejo del corazón? 
entre el espejo y el corazón 
ésta es la única diferencia: 
el corazón oculta secretos, 
pero el espejo no.



La Belleza del corazón
es la belleza duradera:
sus labios brindan
el agua de vida para beber.
Verdadera es el agua,
quien la vierte,
y quien la bebe.
Los tres se vuelven uno 
cuando tu talismán está hecho añicos.
Esa unidad no la puedes conocer
por medio de la razón.



¿Qué puedo hacer?, ¡Oh musulmanes!, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni parsi, ni musulmán.
No soy del este, ni del oeste, ni de la tierra, ni del mar (…).
Mi lugar es el no lugar, mi señal la no señal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno.
Uno busco, uno conozco, uno veo, uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida.
No me resta sino danzar y celebrar".




Rumi

(Traducciones del inglés de 
Ruth Terrones y de Ali Bahman)





Yalal al-Din Rumi. Poeta místico del islam (Balj, Jurasan, 1210-Konya, en el país de Rum, 1273). De estirpe real, tuvo que alejarse de Balj debido a los celos del sultán. Se instaló en Konya, donde fue discípulo de los principales sufíes y fundó la orden de los derviches mawlawíes (danzantes) o torneros. Al establecer la regla de su orden, dio amplio margen al canto, a la música y a la danza para provocar el entusiasmo místico. Además de una colección lírica, su gran obra es el Matnawi (Dísticos), vasto poema en persa que, con anécdotas y noticias, expone detalladamente la doctrina del sufismo. Es considerado una de las principales figuras de la literatura turca, donde es conocido con el nombre de Meviana Celaleddin Rumi.




lunes, 28 de mayo de 2018

Lo más bello es lo que uno ama








































Ven aquí, a mí, desde Creta, a este sagrado
templo, donde te espera un delicioso recinto sagrado
de manzanos, y altares perfumados
con incienso.
y en él el agua fresca resuena a través de las ramas
de los manzanos, todo el lugar está cubierto
con las sombras de los rosales, y el sueño se desliza
entre las hojas temblorosas.
y en él un prado en el que pacen caballos está cubierto
de flores primaverales, y los vientos
soplan dulcemente ...
y aquí, tú, Cipris, tomando las ínfulas,
vierte en doradas copas
el néctar delicadamente mezclado
en los festines.


***

Dicen unos que lo más bello sobre la tierra oscura
es un ecuestre tropel, la infantería otros, y esos,
que una flota de naves; pero yo afirmo
que lo más bello es lo que uno ama.
Y es muy fácil hacerlo comprensible a cualquiera.
Pues aquella que en belleza muchísimo aventajaba
a todos los humanos, Helena, a su esposo,
un soberano ilustre, lo abandonó
y partió por el mar hacia Troya,
sin acordarse de su hija ni sus padres,
para nada, porque la impulsaba Cipris.


***

Sigue siendo mi amigo
pero busca una esposa más fresca,
que vivir no podría contigo
siendo yo la más vieja.


***

...Y a mis amigas hermosos cantos
cantaré ahora para alegrarlas.



Safo


(Traducción: Elena Galardo)



Safo (Lesbos, actual Grecia, s. VII a.C.-id., s. VI a.C.). Poetisa griega. Pocos datos ciertos se tienen acerca de Safo, de quien tan sólo se conservaron 650 versos, extraídos de citas tardías y del moderno estudio de papiros. Vivió toda su vida en Lesbos, con la excepción de un corto exilio en Sicilia motivado por las luchas aristocráticas. Supuestamente perteneciente a la aristocracia, llevó la vida propia de las mujeres de la clase alta, alejadas necesariamente del ambiente de luchas e intrigas políticas; según una tradición que parte de Anacreonte, era homosexual. Se la ha presentado siempre como profesora de una escuela de poesía fundada por ella, lo que es difícil de certificar, aunque sí es cierto que convivía con sus compañeras en un clima distendido y propicio a la contemplación y recreación en el arte y la belleza. De su obra, que al parecer constaba de nueve libros de extensión variada, se han conservado algunos Epitalamios, cantos nupciales para los cuales creó un ritmo propio y un metro nuevo, que pasó a denominarse sáfico, y fragmentos de poemas dirigidos a algunas de las mujeres que convivían con ella. En ellos se entrevé la expresión de una subjetividad que se recrea en sutiles oscilaciones de ánimo, en un intento de dar forma a la pasión. Presenta la pasión amorosa como una fuerza irracional, situada entre el bien y el mal, que se apodera del ser humano y se manifiesta en diversas formas, como los celos, el deseo o una intangible nostalgia, e incluso produce reacciones físicas, como las que describe detalladamente en uno de sus poemas, el más completo que se ha conservado de ella. Su poesía tuvo un gran éxito ya en la Antigüedad, y sirvió de fuente de inspiración a grandes poetas, como Teócrito o Catulo ya a partir de la época alejandrina se puso de manifiesto el interés por conservar su obra e intentar descubrir nuevas partes. A pesar de lo fragmentario de su producción conservada, parece que Safo consiguió hacer realidad su deseo, acorde con la concepción helénica de la poesía, de hacer perdurable su amor a través de su creación poética.


IMAGEN:   Sappho (1877), pintura de Charles Mengin.




sábado, 26 de mayo de 2018

Leche y aceite de jazmín


















...más hacia vosotras, bellas, 
mi pensamiento no cambia.


...Níobe y Leto eran amigas que mucho se amaban.

...yo te buscaba y llegaste
y has refrescado mi alma que ardía de ausencia.
Llegaste, lo hiciste y yo te deseé ardientemente
y helaste mi corazón, encendido en deseo.


...y sobre un blando colchón
tenderé yo mis miembros.


...y cuando te miro de frente creo
que jamás Hermíona fue tan bella
y que no está mal que a la rubia Helena
yo te compare.


...me ha agitado el Amor los sentidos
como el monte se arroja los pinos al viento.


Qué puedo hacer? no lo sé: mis deseos son dobles.

***

De verdad que morir yo quiero
pues ella llorando se fue de mí.
Y al irse me decía: Ay, Safo,

qué terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.
Pero yo contestaba entonces:

No me olvides y ve alegre
sabes bien el amor que por ti sentí,
y, si no, recordarte quiero, 


por si acaso a olvidar llegas,
lo hermoso que fue 
y lo felices que fuimos:

las coronas de rosas tantas
y violetas también que tú
junto a mí te ponías después allí,

las guirnaldas que tú trenzabas
y que en torno a tu tierno cuello
enredabas haciendo con flores mil,

perfumando tu cuerpo luego
con aceite de nardo todo
y con leche y aceite de jazmín.

Recostada en el blando lecho,
delicada muchacha en flor,
al deseo dejabas tú ya salir.

Y ni fiesta jamás ni danza,
ni tampoco sagrado bosque había
al que tú no quisieras conmigo ir. 




Safo (Lesbos, actual Grecia, s. VII a.C.-id., s. VI a.C.)

(Traducción: Juan Manuel Rodríguez Tobal)




jueves, 24 de mayo de 2018

CONSUIMIDOR FINAL





LA FAUNA EMBALSAMADA

¿esto es un poema?
¿estar a oscuras sin dormir
puede ser un poema?
¿si no hay nada
puede haber un poema?
¿si digo que respiro en este cubo negro,
no es algo ya? ¿no es demasiado?
¿no es mucho más que esto en realidad?
busco un silencio quieto entre paredes
una sola palabra de penumbra
cualquiera menos noche
porque noche está sólo permitida
a los poetas cósmicos
yo me refiero a este apagón del verbo
la boca ciega en la sombra de este miércoles
yo fui -yo quise ser- poeta natural, poeta cósmico
pero soy un poeta de edificio
poeta de ascensor
y no quiero dormir
quiero estar acostado sin luz en las palabras
por ejemplo:
¿adónde están las manos
de esta pregunta?
¿cómo es un poema en un departamento a oscuras?
yo que llamaba mulata, yegua de tinta a la noche
¿adónde voy a ir?
¿qué voy a hacer con mi fauna embalsamada
a las dos menos cuarto sin imagen
a tientas por el verbo del piso seis sin sueño?
vendo o alquilo mi fiel cosmogonía,
cambio sistema solar
por dos palabras ciertas
que consigan decir toda mi sombra.



UPERMARKET SPRING

ella duerme profunda, embarazada
vinculada a los ciclos naturales
a los astros del nacimiento eterno
gira en la luz nocturna de la fertilidad
flota en el mundo, etc
yo no puedo dormir tan planetariamente
tan cíclico y preñado
tan alumbrado y hermoso
tan plácido y redondo
yo soy el expulsado
silencioso en la sombra artificial
en la mediocridad de los productos
los impuestos sanguíneos
la angustia existencial del noticiero
medio enfermo sin perro y sin hermano
deambulo por la casa voy al baño
certifico mi insomnio en el espejo
giro solo en el plano de tres ambientes amplios
con balcón a la calle y lavadero
me siento en la penumbra
entre las lucecitas que titilan
mensajes ceros verdes luces rojas
a.m. stand-by power
una constelación
mis electrodomésticas estrellas
mi primavera de supermercado
mi infancia de ascensor
no crezco no muero
no tengo luz adentro
no voy a ningún lado
respiro en el sonido de la noche
rodeado de taxistas floristas policías
kiosqueros vendedores ambulantes
mozos repartidores carteristas
todos los expulsados a la acidez nocturna
la avenida vacía
la masculinidad y sus desiertos



(De: Consumidor Final
editorial bajo la luna, 2003.


Pedro Mairal






Pedro Mairal, Narrador y poeta argentino. (Buenos Aires, 1970). En 1991, ingresa en la carrera de Letras de la Universidad del Salvador. En 1994, Gana una mención en el Premio Fortabat de poesía. Participa en el ciclo de poesía de “La voz del Erizo”, coordinado por Delfina Muschietti. Publica sus primeros poemas en el suplemento literario del diario La Prensa. En 1996 su primer libro de poemas Tigre como pÁJAROS (Botella al mar). En 1997, Coordina un taller literario en la facultad. Da clases como profesor adjunto en la cátedra de Literatura Inglesa. Su primera novela “Una noche con Sabrina Love” recibió el Premio Clarín en 1998, con un jurado integrado por Augusto Roa Bastos, Adolfo Bioy Casares y Guillermo Cabrera Infante; y fue llevada al cine en 2000. Publicó el libro de cuentos “Hoy temprano” (Alfaguara, 2001).  “Consumidor final” (Bajo la luna, 2003) es su segundo libro de poemas; y en la Editorial VOx, bajo el heterónimo de Ramón Paz, publicó los "Pornosonetos" en 3 volúmenes; el III, en 2008. En 2005 la editorial Interzona publicó su segunda novela, “El año del desierto”. Ha sido  traducido y editado en Francia, Italia, España, Portugal, Polonia y Alemania. En 2008, publica la novela Salvatierra (Emecé)En 2013 Se publica El equilibrio,  volumen que reúne artículos periodísticos y la novela El Gran Surubí.





martes, 22 de mayo de 2018

PORNOSONETOS


















mi negra de mi alma ando caliente
pasaron muchos días sin cogernos
por qué se vuelve tan difícil vernos
por qué nos eclipsamos entre gente
hoy te hubiera pegado una cogida
que no te imaginás toda la verga
que tengo para vos y se posterga
y cada vez la tengo más erguida
te quiero regarchar como te gusta
chupándote las tetas victoriosas
diciéndote al oído muchas cosas
mientras la verga entera te entra justa
te quiero ver desnuda verte a solas
tengo un camión de sáncor en las bolas



ricardo conoció a una morochaza
y se mudó a su culo de por vida
la morocha le dio la bienvenida
y él tuvo entre cachetes nueva casa
lo fue a buscar la esposa le gritaba
que bajara de ahí no seas pendejo
yo quiero en este culo hacerme viejo
le contestaba él y se quedaba
lo buscaron los suegros y un bombero
sus amigos del club sus ex maestras
y el tipo ni siquiera daba muestras
de quererse bajar de ese trasero
hoy sigue acomodado entre los bifes
la negra y él parecen muy felices



si chongo es ser el macho que te poncha
entonces claramente soy tu chongo
si perra es la que anhela este porongo
entonces sos mi perra sos mi concha
mi concha preferida entre las varias
las húmedas las gordis las alegres
las múltiples maneras de pesebres
las conchas bailanteras las agrarias
las conchas estudiosas locas probas
las conchitas de misa las talmúdicas
las ácidas las dulces y las lúdicas
las conchas amansadas y las lobas
la variedad terrícola me alegra
pero la tuya es cósmica mi negra



me despertás así medio en francés
con tu boca voraz y nada santa
mientras la patria toda se levanta
fellatio de las ocho menos diez
me la agarrás del tronco y la bañás
en tu baba de tigra soberana
y la noche se pierde en la mañana
y en tu lengua malinche lenguaraz
ya empieza la jornada laboriosa
retumba algún camión muy tempranero
y vos me trabajás con gran esmero
qué lindo despertar negra golosa
tu flequillo rollinga de petera
mi guascazo manchando tu remera




Ramón Paz
heterónimo del escritor:

Pedro Mairal (Buenos Aires, Argentina, 1970)



Blog: www.pedromairal.blogspot.com
y LEER MÁS POEMAS, aquí.






domingo, 20 de mayo de 2018

LAS CASAS


3

recordarás un día. el contacto de mi mano
en la tuya. el que ahora te ofrezco. sólo diremos 
que era en junio, hace muchos años. recuerdo un 
día sólo porque viene con tu nombre mezclado. y 
lejos y muy cerca. y pronto.
como una ola, pronto. y donde todo acaba
o todo comienza. como mi padre me miraba
un día. suelo asentir a lo que decís. y sé que eso 
me alboroza. ahora ya soy viejo
y lo comprendo, hija.


9

necesito dormir hasta la próxima ciudad
en la que el ómnibus se detenga. todo plan resulta 
perfecto si nadie se equivoca. aprendimos
esa lección al punto de cometer un error tras otro. 
una respuesta en la cabeza: se acabaron
las costumbres. ya no sirven. ya no queda nada. 
cedo a la negra noche. a la ruina de un hogar 
cuyos horcones encierran el color del mistol 
pulverizado. desde la primera huella de mi tranco 
aplico un cartabón convertido en su espejo.


14

ya te mostré la derrota en aquel mundo 
vespertino y perdido. en la pureza del brillo 
intacto de la luz, lo que era real desaparece 
con un bullicio apagado. pasa de largo el mar
a oscuras. resultó de la colisión entre un conjunto 
de datos objetivos y la línea tersa donde la orilla 
se perfila con nitidez y se hace a un lado
y se aleja al fin. llevado por la ligera huida 
de los elementos todo ha caído,
ahora todo ha caído.


15

las casas se derrumbaron. desaparecieron
las últimas poblaciones. se inundaron los prados. 
el único producto exportado es la luna. estaba 
incluido en los cálculos. tengo mis privilegios.
o soy cómplice o soy testigo.
eso quiere decir que estoy pensando en vos. 
en no olvidarte al pensar. las cosas que haga
un tipo siempre tienen alguna relación entre sí.
esta noche ya bebí demasiado.
que alguien me encierre, por favor.


22

la pared desnuda de una choza de adobe. 
horcones. una casa, alega mi padre. de otrora, 
de afuera.fijate si empleás un canto venerable,
adecentado, enfrente de tu hilera de teclas negras. 
o la extrañeza. para la postal revisionista
de los fogones. fogatas, dirías vos. datos 
biográficos, listas de tus obras, pa, tus empleos. 
solicitaría un plus de sentido. preferimos
la limeta. señala la boca del subte: 
acá empezaba el zanjeo.


26

sus ojos se humedecieron tras los lentes. 
cantábamos en voz alta canciones de amor
y de júbilo. sin otras ocupaciones que el cuidado
del jardín. y parecía que se hubiese suavizado 
mi rudo acento. vitrales, añicos de la iglesia
de combray, en mi vaso. y alcohol con cocaína,
para no quedarme dormido, en mi vaso. 
hallaría su formulación explícita. la sucia 
nieve de los recuerdos en pleno sueño.


31

la casa está en orden y silente el barro, 
permitime  que intente evocar el antiguo 
rito de magia negrísima, adversa y trabajo 
manuaL irreconciliable, sin alias propios, 
palabras, locuciones en clave, implícitas, 
jergas o giros particulares. e indiferente 
respecto a todo lo ajeno, a tantas sectas 
encantadas. y así aceptar lo que es posible 
de nuevo y que pase más deprisa el tiempo que 
falta para que volvamos a vernos.


32

nunca vamos a estar más cerca
de lo que estamos ahora. sin importar
qué o quiénes somos. la oportunidad histórica 
del comunismo concluyó. aún podríamos estar 
en el rincón de donde escapamos. un rincón 
donde habríamos podido vivir siempre.
no puedo prometerte  lo que ya sé ahora, 
lo que buscaba en algún lugar del mundo, 
la idea de estar seguro, a salvo en algún 
lugar, con alguien como vos.


34

qué grandes somos todos juntos a la luz
del cielo. tal vez hoy les dije lo mismo,
no lo recuerdo. nuestros criterios no precisan 
cumplidos, una divisa, una soledad artificial
o partir el amor que otros tuvieran entre sí.
la emoción que en ellos concurre seguirá 
presente cuando muchas cosas de solidez 
notable ya no estén en su sitio.


57

hoy, recién hoy, me di cuenta de que tenemos 
todo el tiempo. y el mejor lugar del mundo, 
merlina. lanzás una canción al aire y yo
que nada sé, cedo y recuerdo en el mismo 
instante. porque aparecen tu imagen y tu voz 
y te encuentro aquí y allá. veremos pasar
y pasar el disco cobrizo del péndulo 
como una luna plena. y finalmente 
todos  se irán. pero nosotros no.


79

aunque ya no nos pertenezca. y es seguro 
que no volveremos más. los más tersos
y hermosos haces de estrellas. creí que eras vos, 
que regresabas. también podía ver que sonreías. 
no ceso de atisbar todos los ruidos de la noche. 
de seguir esperando a que se abra aquella puerta. 
y después, lo volví a pensar, cada cual regresó
a su sitio, en silencio. nada ha cambiado todavía.


85

intentás contar los puntitos, la noche
estrellada. pero siempre perdés la cuenta. 
tal vez tengan algo para vos. un montón
de arena y mucho cielo azul. aunque el brillo 
no resista más y caiga hacia adentro
como si estuviera lleno de piedras. 
te escribo porque no estás
sola en el mundo.

(Envío de Verónica, 
del libro Las casas
editado por Barnacle, 
Bs.As., 2018)
Alberto Cisneros (Argentina, Buenos Aires, La Matanza, 1975)



IMAGEN: Casa de las tejas, fotografía de Hugo Aveta.






viernes, 18 de mayo de 2018

PAPÁ TRAJO A CASA UN CUATRO ELE

























HUÉRFANO

En el desayuno de esta mañana
cambiaste sin decir nada
las galletas, el queso, la infusión acostumbrada
cuando ya me había acostumbrado
a ver en tu cara
el rostro de una mujer
desconocida.



ALGO COMIENZA

El pelo recogido resalta el brillo de sus ojos
y el rojo de sus labios recién pintados
sin que la vea su madre fuma en la vereda
esperando el viejo coche que la lleve al trabajo
fuma y repasa los temas mentalmente
no quiere titubear frente a unos chicos de campo 
que elogian su letra prolija en la pizarra 
sus dibujos con tizas de todos los colores
a veces la esperan al borde de las vías 
en un cardal florido donde liban las abejas
les habló alguna vez del polen y el estambre
sus palabras parecían verdaderas.



UNA VISIÓN

Mientras contemplo
el trigo
llovido
de los campos

que todo
—y nada—
pertenece
a este mundo.



UN HIJO PREDESTINADO A PAGAR LA CULPA DEL PADRE

Ahora que he alcanzado la de edad de la razón
que he dejado de ser un hijo bueno y piadoso
que escucha a través de la puerta entreabierta del baño
ahora que camino por las veredas siempre rotas de mi barrio natal y mi destino inevitable empieza a ser el que debe ser Marita, vieja amiga y costurera de la familia, me saluda, apoyada en el dintel de la puerta de una casa que nunca abandonó. No es lo que me dice Marita, es la forma
elocuente de mirar que tienen los ojos en la mañana
luminosa (unos ojos y pestañas pintados de manera
anacrónica) de quien ha conocido a la familia de cerca
ha zurcido su ropa interior, ha sentido el olor que dejan
las pieles en las prendas. Su juicio resulta a las claras
(aunque en principio me importe poco lo que piense de mí) condenatorio. Cuando me alejo lo bastante, apenas
unas pocas cuadras, para aceptar lo que sentencia su mirada esto es, a pesar de todas las insinceridades que me permito para conmigo desde que tengo memoria, creo que puede haber algo de cierto en su manera de mirarme, en la verdad de lo que yo ahora mismo siento: la falta de amor de mi parte que Marita ha comprobado como asidua visitante
de una casa con las puertas siempre abiertas en estos años
de convalecencia y deterioro que mi padre (el gordito,
como lo sigue llamando, al que recuerda en voz alta en el cuerpo del hijo avejentado) ha puesto con indiscutible tesón en mis narices. Más acá de las palabras Marita no odia pero ha dejado de amar seguramente a un hijo condenado.


(Envío de Verónica, 
del libro Papá trajo 
a casa un cuatro ele
editado por Barnacle, 
Bs.As., 2018)
Diego Colomba




Diego Colomba (San Nicolás, Santa Fe, 1972).  Poeta y crítico literario. Ha colaborado con reseñas, notas y entrevistas en numerosos medios. Seleccionó y prologó Imaginarios Comunes. Obra periodística de Fernando Toloza (2009). Publicó su tesis de doctorado Letras de Rock Argentino (2011) y el libro de crítica Mesa de novedades. Poesía y narrativa del presente (2013, premio obra inédita del Concurso Provincial de Ensayo Juan Álvarez 2012). En poesía publicó Baja tensión (2012, mención en el Premio Municipal de Poesía Felipe Aldana 2011), Desaire (2014), Inmemorial (2015), Chispero (2016), El largo aliento (2016) y el ebook La hospitalidad del mundo (2017).





miércoles, 16 de mayo de 2018

¿CÓMO SE LEE UN POEMA?





           Pido perdón por estas tres hojitas que voy a leer. Sé que la expresión improvisada es más vívida, aunque menos exacta, pero en estos siete años de alejamiento de los claustros universitarios he olvidado casi todo lo que aprendí y me cuesta extraer como de un pozo lo poco que sé. El tiempo elástico de la escritura me ayuda a lograrlo. No voy a hacer por lo tanto una exposición doctoral de cómo debe leerse un poema. Eso, como dije, ha quedado atrás. Actualmente me considero sólo un poeta. Además, he hecho ejercicios de origen budista para vaciar mi mente del exceso de conceptos, para tenerla disponible para lo que se presente en el momento. Ustedes conocerán probablemente la anécdota del erudito occidental que fue a visitar a un sabio budista para preguntarle por el sentido del budismo. Mientras el monje preparaba el té, el erudito se explayaba en la exposición de sus innumerables conocimientos. Cuando el té estuvo listo, el monje pidió al occidental que acercara su taza y fue vertiendo el té hasta que éste desbordó de la taza, llenó el platillo y amenazaba con chorrear sobre el suelo. ¿Qué pasa?, preguntó el erudito, ¿no ve usted que la taza está desbordando? Así está su mente, contestó el sabio, ¿cómo podría entrar en ella el sentido del budismo? No sólo el sentido del budismo requiere una mente vacía —0 vaciada sino también el sentido de un poema.
          Cuando voy a leer un poema me presento a él con la mente libre de preconceptos. Primero hago una lectura global no analítica para tener una primera impresión. Generalmente basta para saber si el poema es bueno o no. Cuando éste está escrito en una lengua extranjera que no domino completamente pero cuyas estructuras fundamentales conozco, como me ocurre con el inglés, lo primero que observo es la construcción sintáctica; es la armadura, el hueso del poema, su columna vertebral. Luego observo la constelación de imágenes; ésta me da el clima del poema. Finalmente hago una traducción, que es mi lectura de ese poema. Si éste está escrito en mi propia lengua, el proceso es el mismo, sólo que no tengo que hacer la traducción. Si la estructura sintáctica es coherente y animada, el poema tiene Vida. Casi seguramente, también tiene una buena estructura sonora, porque la sintaxis determina el fraseo, que es más allá de la métrica, el verdadero ritmo del poema. Luego veo si la constelación de imágenes es realmente una constelación; es decir, si es coherente, si las imágenes se apoyan y refuerzan mutuamente o si chocan y se neutralizan. En este último caso el poema es malo. Luego trato de Ver si hay una hilación conceptual explícita o si el . sentido está en la constelación imaginaria y sonora.
          Hay tres clases básicas de poemas: 1) los que tienen un hilo conductor conceptual, generalmente con disminución de los elementos imaginario y sonoro; 2) los que consisten esencialmente en imágenes, con probable disminución de los aspectos conceptual y sonoro* 3) los que ponen el acento en la música de las palabras: en la métrica, el ritmo, asonancias, consonancias y disonancias, paronomasias y juegos de vocablos en general, subordinando esto al sentido conceptual y en parte al imaginario. De más está decir que estas tres categorías rara vez se dan puras sino combinadas. Los tres elementos fundamentales del lenguaje: concepto, imagen y sonido pueden entrar en combinaciones múltiples, como lo prueba la apabullante variedad de la poesía a través de las lenguas y los siglos.
          Si se trata de un poema principalmente conceptual, los conceptos nos guían desde el principio hasta el fin, las imágenes ilustran los conceptos y el ritmo los va articulando. Pero ojo, que un poema conceptual, pese a su claridad, que a veces se complica en deliberada Oscuridad y dificultad, puede ser muy poco poético. Si el poema está compuesto básicamente de imágenes, es importante ver si hay una buena organización o simplemente una acumulación de ellas. La acumulación incoherente de imágenes es el recurso favorito de los malos poetas. Si el poema es esencialmente sonoro hay que descubrir si es significante, si no es un mero juego de vocablos. Hay un tope que este último tipo de poesía no puede sobrepasar: la anulación del concepto y de la imagen; si esto ocurre no hay ya lenguaje y por lo tanto tampoco poesía; ciertas experiencias extremistas lo han probado Si el poema, como ocurre en la mayoría de los casos, consiste en una dosificación variada de los tres elementos constitutivos, importa ver qué papel juega cada parte en el conjunto y saber apreciarlo.
          Un problema que se plantea frecuentemente al lector es el del hermetismo de cierta poesia. Un poema puede ser hermético porque es incoherente, o porque tiene una articulación muy compleja de concepto, imagen o sonido, o de los tres a la vez, o porque intentan comunicar experiencias inefables. Está el hermetismo sintáctico de Góngora, el hermetismo por elipsis de ciertos sonetos de Mallarmé, el hermetismo esotérico de Lubicz Milosz y el hermetismo transparente, al menos para el que tiene siquiera una vislumbre de la experiencia mística, de San Juan de la Cruz. Hay una clase de hermetismo que sólo se da, creo, en la poesía con-temporánea: es el de los poetas que parecen esforzarse intencionalmente por no decir nada: construyen una textura verbal vacía en el Vacío En este último caso, especialmente, pero en todos los casos hasta cierto punto, un recurso muy efectivo es el de la familiarización: aprender de memoria el poema hasta que forme parte de nuestro propio ser.
          Recuerdo una experiencia que hice cuando era estudiante de filosofía en la Facultad de Filosofía y Humanidades de Córdoba. La materia Metafísica consistía exclusivamente en la lectura de cuatro libros. Uno de ellos era la Introducción a la metafísica de Heidegger. Yo era alumno libre desde Rosario, y no contaba con la ayuda constante del profesor, que era excelente: nada menos que Juan Adolfo Vázquez, entonces director de la colección de filosofía de Sudamericana. Recuerdo que leí tres veces la traducción al castellano y copie en un cuaderno las partes más difíciles sin lograr ningún avance. Conseguí entonces una versión francesa autorizada por el mismo Heidegger y continué mis lecturas con la avuda de un amigo filósofo que había estudiado a Heidegger en Alemania y en alemán. Él me hizo la traducción literal de los pasajes más significativos. Aqui hay que recordar que Heidegger es un filósofo-poeta que se crea de cabo a rabo su propio lenguaje aprovechando la ventaja de que el alemán, lengua aglutinante, permite formar siempre nuevas palabras por yuxtaposición de otras o partes de otras. Después de todo este esfuerzo, no puedo
decir que haya logrado traducir a Heidegger a un lenguaje filosófico convencional, pero sí que la obra se abrió dentro de mi y toda ella me resultó luminosa. Fue casi una experiencia mística
          Este es el esfuerzo que nos exigen los poetas auténticamente herméticos: que hagamos nuestra su poesía por la incansable relectura y, algunas veces, memorización. En ciertos casos también hace falta análisis, mformación, leer las notas del poeta y de sus exógetas y los libros que lo incluyeron. Pero hay una clase de hermetismo que no se justifica estéticamente; es el hermetismo por exceso de individualidad: cuando el poeta, en vez de símbolos universales utiliza símbolos exclusivmente personales y alusiones a sus propias experiencias privadas que no se explican en ninguna parte. Este, además de la abundancia de material no poético, es el defecto que hace ilegibles, salvo por fragmentos, los ‘Cantos de Ezra Pound, el más importante ejemplo de este tipo de hermetismo. Habría que leerlo con un diccionario explicativo, si pudiera hacerse, pero aún así sería muy engorroso.
          A mi los poemas que más me gusta leer son los intensamente líricos y a la vez metafísicos, de forma más bien cerrada que invita a volver sobre ella. Me cuestan los poemas narrativos y los poemas-río, que empiezan en cualquier lado, fluyen largamente en cualquier dirección y terminan inesperadamente en cualquier momento, Siempre he considerado importante como en los buenos cuentos el final del poema, un final que lo cierra definitivamente pero que al mismo tiempo lo abre para la relectura, que nos reenvía al primer verso, haciéndonos recorrer innumerables circunferencias en torno a un centro, circunferencias que encierran la pulpa sabrosa que no se consume al comerla sino que cada vez tiene un sabor distinto y como enriquecido. Estos poemas esféricos que vuelven sobre sí mismos se mueven internamente, para decirlo con palabras de Eliot, ‘como se mueve un jarrón chino inmóvil/perpetuamente en su inmovilidad’.
          Como habrán observado, he hecho hincapié en la lectura intuitiva del poema. Pero no ignoro que el análisis puede arrojarnos a la boca frutos sabrosísimos. Recuerdo que hace unos diez años yo dictaba en el Instituto Superior de MÚSICA de la Universidad Nacional de Rosario una Integración Cultural de cuatro años que culminaba en un curso de Estética y que comprendía un año de Poética. Empezábamos con Bécquer y terminábamos con los Cuatro cuartetos. Recuerdo la decepción de los alumnos cuando empecé con la lectura y análisis de “ Del salón en el ángulo obscuro…“, un poema tan fácil, tan simple y resabido. Pero me llevó más de un mes analizar la riqueza de las sonoridades en relación con el sentido, las correspondencias entre concepto y concepto, imagen e imagen, concepto e imagen. Recuerdo también el asombro de los alumnos al ver convertirse la humilde semillita de mostaza en semilla del universo. Creo que no olvidarán en su Vida que todo poema, como el Lázaro de la rima, necesita una voz que le diga: Levántate y anda. Lo único que no puede hacer, desgraciadamente, la buena lectura es transformar un poema malo en un poema bueno. Esto sólo puede hacerlo Berta Singerman (y no es una broma).
          Quiero recordar, por último, que un buen poema es una obra de arte. Que más allá de lo que el poeta dice -información, concepción del mundo, comunicación de experiencias, ‘mensaje’, como se decía antes, el poema es un objeto de belleza. La función de la belleza en la Vida de un individuo y de una cultura es incomparable e irremplazable. Por eso quiero terminar recordando los versos del Endymion de Keats: ‘A thing of beauty is a ]oy for ever;/its loveliness increases; it will never/pass into nothingv ness/ Que más o menos puede interpretarse: ‘Un objeto de belleza -una obra de arte- es un gozo para siempre; su encanto se acrecienta, nunca pasará a la nada’. O, para decirlo con palabras de una poeta contemporánea (Marianne Moore): ‘Beauty is ever— lasting and dust is for a time-. la belleza es eterna; el polvo sólo por un tiempo.


*leído en un encuentro de poesía
realizado en buenos aires.



Hugo Padeletti (Argentina; Santa Fe, 1928 - Buenos Aires, 2018)








lunes, 14 de mayo de 2018

EN UNA CAJITA DE FÓSFOROS





En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo
(pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra)
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada una lágrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve
Es cierto que está muy gastada.

Lo sé, pero qué voy a hacer,
tirarla me da mucha lastima

Tal vez las personas mayores
no entiendan jamas de tesoros.
Basura, dirán, cachivaches
no sé porqué juntan todo esto
No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.

Las cosas no tienen mamá.



María Elena Walsh




María Elena Walsh nació en 1930 en Ramos Mejía, La Matanza, suburbio de la ciudad de Buenos Aires. Caserón grande, con patios y gallinero, un pomerania negro, rosales, gatos, limoneros y naranjos y una higuera muy cómoda sobre cuyas ramas la hija rubia y pecosa de «un inglés del ferrocarril» leía durante la siesta de los mayores Los Tres Mosqueteros, Robinson Crusoe y La Cabaña del Tío Tom. Antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, a los diesisiete años, escribió su primer libro: Otoño Imperdonable, libro de poemas que mereciera el segundo premio Municipal de Poesía. Ya antes, en 1945, había publicado sus primeros versos en la legendaria revista El Hogar y en el suplemento literario de La Nación. En 1948, viajó a los Estados Unidos invitada por Juan Ramón Jiménez. En 1952 partió hacia Europa, radicándose en París durante cuatro años. Allí, con Leda Valladares, formó un dúo que se dedicó a difundir el folclore argentino, recibiendo premios y el aplauso del público. Es en esa época también que comienza a escribir versos para niños. Desde 1959 escribe guiones para TV, obras de teatro, canciones y novelas para niños. Las canciones de sus obras de teatro (Canciones para mirar, Doña Disparate y Bambuco, etc.), la letra y la música de sus canciones son cantadas por millares de niños en la Argentina, generación tras generación, quienes participan del mundo de fantasía e ingenio que les propone María Elena Walsh. "Dailan Kifky", "Versos para cebollitas", "Hecho a mano", "Desventuras en el País Jardín de infantes", son algunas de sus obras literarias más recordadas.Murió en Bs.As., en 2011.



IMAGEN: Walsh por Grete Stern.