jueves, 16 de diciembre de 2010

NAVIDAD




El árbol más grande de Provenza.
Una jofaina de barbero de loza blanca como
Leche. Un chaleco de terciopelo
Merde d'oie. Poesía medieval. Una falda
De cretona almidonada. Un jersey
Merde d'oie. Una mantilla. Seis ollas
De cobre. Un letrero de latón.
Muñecas. Un belén con figuritas. Boules.
Bolos. Vestidos. Docenas de
Paquetes llegados de América. Un ganso
Con ciruelas y almendras. Champán,
Chateau Simón, Coñac. Fuera los surcos están
Helados. Los pinos de Cézanne tienen
Un color gris acero. El Mont Sainte Victoire
No está azul ni verde lavanda en
El cielo: está brillante como piedra caliza.
Hace dos semanas que el viento
Del Sur trajo por sobre la colina el sonido
De las minas de Gardanne. Las niñas
Cantan canciones de «Mirille» y la «Pastourelle
Maurel» y representan la función por
Turnos. Pierre Lapin ronronea bajo la estufa
Humeante. Una nube de escarcha cuelga
Bajo los desnudos plátanos del Cour Mirabeau.
Bebemos grog en Les deux gargons.
Visitamos a dos amigos americanos y a una
Heroína de la Resistencia. En la
Misa, el obispo, al pasar ante nuestro banco
Ha ofrecido su anillo a nuestras niñas
Para que lo besaran, pero en la calle catedráticos
E intelectuales gaullistas aún nos miran
Con desdén. Visitamos la tómbola para la residencia
De ancianos inválidos. El letrero del
Arco festoneado dice: «Les souvenirs des jours
Heureux sont terribles a ceux qui
Souffrent et qui sont seuls». Medianoche,
Las estrellas de primavera ascienden
Por sobre el Mont Sainte Victoire, que se
Alza como un cristal de cuarzo
En el cielo y al final de la carretera.




Kenneth Rexroth (E.E.U.U.; South Bend, Indiana, 1905- California, 1982)

(Traducción: Carlos Manzano)






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