soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.
soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.
soy
la muchacha mala de la historia.
hubiéramos querido tener en nuestras manos
la eternidad de nuestras vidas
pero sólo nos era permitido
ocupar el cuarto por tres horas.
la vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos,
para entonces ya nada importaba.
con las precauciones del caso
cara - a - cara
intentamos recuperar nuestro destino
y nos amamos desesperadamente.
yo
todavía conservo
una mata de tu pelo entre mis piernas.
TÍMIDA Y AVERGONZADA
tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
"nunca confíes en los hombres".
Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.
María Emilia Cornejo
La poeta peruana, María Emilia Cornejo, nació en Lima, en 1949, y se suicidó en la misma ciudad, en 1972, a los 23 años, producto de una sobredosis de pastillas. En el círculo literario se cuenta que se había casado con Oswaldo Márquez y que deseaba con muchas ansias ser madre; sin embargo, perdió su bebe cuando tenía tres meses de embarazo. Luego, la depresión fue mellando su existencia. La poeta-mujer estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de san Marcos y participó del taller de poesía de dicho claustro universitario que era dirigido por Hildebrando Pérez junto al poeta Marco Martos. Aunque su asistencia fue irregular entre 1970-1972 y que pocos sabían que era poeta, algunos de sus escritos fueron publicados en 1970 en la revista Gesta y luego de fallecer fueron impresos tres poemas por Isaac Rupay, Director de la revista literaria Eros, en el único y mítico número de 1973. Armando Arteaga la describe como misteriosa y silenciosa, amable y agradable en su conversación, de una presencia frondosa y de una ternura ideal. Mientras José Rosas Ribeyro narra que semanas antes de su suicidio, ella asumiría una actitud desesperada, desolada, con la angustia marcada en el rostro y la firme intención de ahogar su malestar existencial en el alcohol y el jolgorio de las fiestas. Al margen de los adjetivos para ella, Cornejo es considerada la iniciadora de la nueva corriente del erotismo de la poesía en el Perú. Ella se atrevió a presentar una voz femenina como yo poético que desnuda su pudor y condición de mujer para plasmar las contradicciones entre la vivencia del cuerpo y las consecuencias de sentir, amar y sufrir por ser el complemento del varón y ser ella misma. También, a través de su poesía, aunque en algunos poemas específicos, se puede valorar su preocupación social producto del momento histórico y contextual que le toco vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario