Cómo llamarla? Hace un momento reinaba sobre el banquete
la guardiana de una botella de cerveza dueña de un cierto status
sugiriendo la alegría en un atardecer y el grosor de la espuma-
con un pop súbito abandonó la escena un salto tan parecido al de
una rana
que el mozo pensó que de verdad era una que en la mesa
repleta de comida había algo resucitado
y molesto por su error desvió su atención hacia otra cosa
Fue el último: después el mundo se olvidó de ella
en el diccionario no tiene entrada otro sentido literal o
figurado
los platos sobre los que antes reinaba ahora
significan el aroma de la comida de Sichuan
la servilleta fue tocada por un general una rosa se abre y sugiere
elegancia
dibujando un arco extraño ella abandonó la mesa
un arco imprevisible no diseñado por la fábrica
ahora está entre las colillas huellas huesos en el suelo
nada que ver con nada una trama espontánea de cosas inútiles
pero su caso es aún peor: una colilla hace pensar en un vago
los huesos en un gato o un perro y las huellas sugieren por supuesto
un hombre
ella es puro deshecho su blancura es sólo blancura su forma
sólo forma
nuestros adjetivos no pueden tocarla
en ese momento yo que no había bebido aún fui quien abrió la
botella
por eso pude ver su extraño salto-
de golpe imaginé con un pop así abandonar la mesa pero
no pude
-el cuerpo de un autor de un libro de poemas un cuerpo de
sesenta kilos-
sólo pude agacharme para agarrar ese objeto blanco e increíble
el borde dentado y duro me lastimó el dedo
dejándome sentir un filo muy distinto al de un cuchillo
Yu Jian (China, Kunming, 1954)
(Traducción de Miguel Angel Petrecca)
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