domingo, 31 de diciembre de 2017

FELICIDADES A TODOS LOS LECTORES







































...Y sí, "se nos fue el año nomás, "no hay nada que hacer", "nada como el tiempo para pasar" , "ya vendrán tiempos mejores", "es la esperanza que nos queda", o: "fue un buen año , pero el que viene va a ser mejor...o peor", "al menos estamos vivos", "la vida sigue", o:   "el show debe continuar", "Ya no da para más; "lo que nos espera",  etc.  

...Todas esas cosas que decimos en estas fechas y todas esas cosas que hacemos; festejar, encontrarnos, despedirnos, brindar; el balance imposible que hacemos de lo que pasó durante el año y de lo que podría pasar con el que llega, cosas que necesitamos desear. Como si en un par de días, las cosas no fueran a seguir más o menos como siempre, durante un año más, y así hasta el infinito.

...Les agradezco, queridos lectores vuestras lecturas y  el seguimiento de esta Biblio. , realizada en soledad, a puro pulmón, y con las mejores intenciones, de difusión de los poemas o textos que considero legibles, significativos o imprescindibles.

---Todo esto es para decir que lamento mucho tener que despedirme de Uds. tomándome un paréntesis que, en este caso, llegará hasta MARZO, cuando estaría retomando las publicaciones del blog. 

... Y es así, porque como uds. saben que por algún motivo que ignoro, se borraron la mayoría de las imágenes de la Biblioteca, esto es, la fotografía de los autores y las ilustraciones que a veces acompañan los poemas (desde hace un par de años, casi siempre). 

...Así que voy a aprovechar estos dos meses, para seguir reponiendo todas esas imágenes e ilustraciones, tratando de recuperar las mismas o sustituyéndolas por otras, para que los poemas vuelvan a estar "vestidos", como antes. O mejor que antes, si fuera posible. Espero poder justificar así una ausencia mayor que la de otros años; mientras tanto, los invito a que lean o relean alguna de las entradas ya publicadas. 

...Gracias otra vez por los seguimientos y por las lecturas. Ojalá terminen bien el año y lo empiecen aun mejor. Felicidades, pese o gracias a todo; que estén bien, ese es mi mayor deseo, en este momento. 

...Cálidos abrazos para todos. Buenas noches, nos reencontramos en marzo.







sábado, 30 de diciembre de 2017

LA LÍNEA DEL COYOTE + Una yapa


2.1

(Me gustaría que entraras esta noche al cuarto de los biombos.
No podría dejar nada al César.
No podría dejar nada de este cuerpo desnudo al César.
Todo el cuerpo, hasta el último centímetro de piel,
es para que esta noche lo tomes en el cuarto.
Extendido blanco, junto a la ventana; te irías
de otro modo o nada tendría de vos si te fueras
sin haber tomado todo el cuerpo entre los biombos.)



6.4

(Y cuando dormís conmigo en el cuarto de los biombos,
y cuando dormís aunque no me hayas tomado,
siento que nada puedo pensar
y el pensamiento se quiebra en tu cuerpo.
Tampoco puedo decir que siento,
porque eso sucede nada más:
el pensamiento se quiebra en tu cuerpo
cuando dormís,
en el cuarto de los biombos.)



8.3

Nadie transmite un gramo de sabiduría. No hay
un solo gramo de sabiduría en ningún lado.
La revelación, si así debe llamarse,
es estas gotas de agua que vierte la manguera,
el pico roto, o cualquier otro objeto
que no diga nada, nada en absoluto:
el peor aburrimiento, el vacío más rico.

Y cada uno sabrá su cielo verdadero,
y cada uno la ansiedad que lo lleva
al mal.
Ahora parten los barcos.
Allá parten los barcos y ahí no estás vos,
ni Dios.


            ***


Tipos cuyo único vínculo con la nada es la nada. 
Tipos que caminan a través de bosques de nada 
y acampan en la nada. Caramañolas y palabras 
agitan junto al fuego que ilumina desde la nada la nada. 
Son los mejores cazadores. Ven, a decenas de metros 
y entre el follaje de la nada, lo construido en la nada, 
lo que se mueve en la nada con sangre y pelos. 
Seres surgidos de la nada. Y no como ellos, 
que solo atraviesan y cazan en la nada. 
Es difícil imaginarlos junto a este río oscuro 
que lame la costa parda y raspa el fondo 
en busca de oro y leopardos hace tiempo enterrados.


(De: Mar de Chukotka, (2017), libro 
publicado como epub, en el último número de 
la revista virtual Op.Cit.)

Jorge Aulicino  (Buenos Aires, 1949)




viernes, 29 de diciembre de 2017

¿QUÉ QUEDA DE LOS 90?







1990 y 1993, respectivamente, los años en que se publicaron los dos únicos números de la revista 18 whiskys (tapas, arriba), que nucleaba a los poetas que la crítica denominó: "generación del 90'".  

     Desde esta entrada, si van deslizando el cursor hacia abajo, podrán leer una pequeña muestra de los poetas de los primeros noventa-, 
       poemas viejos y poemas nuevos. 

     Pero sólo incluí a los poetas que creo que hicieron un arte de esa estética y que además eran una cofradía; excluí a los autores de interés apenas sociológico y a muchos de sus epígonos y  discípulos, que han creído que con ser joven, antilírico , hiperrealista, esnob, kitsch y objetivista, bastaba para escribir un buen poema. Lo mismo ocurre , en la vereda de enfrente, con los neoclásicos y, en verdad, con cualquier fundamentalismo artístico. El valor de buena parte de la poesía que se escribe hoy, tiene que ver con las regiones de nuestro país, con el diálogo entre las provincias y la capital;  y con las diversas formas en que los poetas se vinculan con la tradición y con la vanguardia (también una tradición, a esta altura). Lo que parece un  signo de época es que en algún momento hubo una explosión y ahora hay casi tantas estéticas posibles como poetas y que, a veces, a pesar de los poetas, e incluso a pesar de los poemas, conviven entre sí. 

        Barajar y dar de nuevo, después de casi 30 años.

                                 
                             Pasen y vean...




jueves, 28 de diciembre de 2017

EL CEMENTERIO DE LOS AMANTES
























El empapelado descascarado
y agrio
desviste con tristeza la escena,
escaleras ajadas y chimeneas abiertas
bajo el arco alejado de un avión.
(la sombra
de alguien desconocido enfría la pared)
No mi amor, no confundas
olvida esto: la foto aérea del edificio
         el número de serie de cada recipiente
         las explosiones del asfalto
(una mujer cruza y roza un auto
mientras un hombre
sube las escaleras con un cigarrillo en la mano)
- aprendí la corrupción
en la cirugía de tus ojos (ramas mojadas
que transparentan flores amarillas) puerto seguro 22 hs -
En un faro
cada vez más alejado de la costa
se oye el ruido de una migración desordenada,
repiten en diferentes voces:
"no hay decorado en esta estación
                      donde a toda hora salen trenes".


***


EL TRAJE

Despierto; las armas todas de un mismo
ejército en el campo arrasan.
Allá, ninguna peste
placer o dolor los cuadrantes marcan; opaco
el vidrio rayos la tierra verde.
Todo fue hecho en brillo de reciente hazaña,
vos hablaste, yo hablé, el pasto
de amarillo carta fue en el tiempo
un caso y el mismo. Fuera: lugar de lluvias
en ceniza vacía, de lunas y aeroplanos.
Entendimiento, te conozco. No es error
lo que quiebra la pierna de aquel wing,
lo que en tubo de efímero paso
al surfer tira, paciencia del que en traje
de neoprén la ola espera, voluntad
de la tierra ausente
que en agua su fuerza tiene, conciencia
del astrónomo que en el pasado el futuro
observa. Sobre el paño el maestro Navarra
prepara una carambola, como un verdadero
tahúr dice al público como para sí: "si sale".



Darío Rojo




Darío Rojo. Poeta argentino. Nació en 1964 en Eduardo Castex, La Pampa. Publicó los libros de poesía: Astillero, La lámpara errante, 1988. Jimmy el Gasolinero, Trompa de falopo, 1993. Campaña al desierto, Ediciones del Diego, 1993. Una explicación para todo, Edición de autor, 1999. Inmóvil en su afán, Edición de autor, 2001. Una civilización, Edición de autor, 2001. Emblemata, Selecciones de Amadeo Mandarino, 2008. Junto a Mario Varela publicó El trabajo de los animales, Libros del Quirquincho, 1996 (cuentos para niños). Junto a Jorge Salvetti publicó la traducción de Wallace Stevens, Cartas a Hi Simmons, Selecciones de Amadeo Mandarino, 2000. Formó parte de la revista 18 Whiskys y desde 1999 es responsable de la editorial Selecciones de Amadeo Mandarino. El primer poema que presentamos fue publicado por el Diario de Poesía Nº14, en el Verano de 1990. El segundo poema pertenece a la edición de Gog y Magog de su libro Una explicación para todo (2009).  

Con Rojo, concluye esta selección de lo que se ha dado en llamar "Generación de los 90' (compuesta, casi en su totalidad, por poetas porteños, o que han desarrollado sus poéticas en Buenos Aires). 

LEER MÁS POEMAS en la Revista virtual Atmósferas.





miércoles, 27 de diciembre de 2017

YO NO

























en el amor me siento más conmovido que feliz

III

uno de tus amigos se enojó porque le cogiste la novia
el otro se enojó y no sabés por qué; seguro s.o.s. culpable
te fuiste al sur cuando querías irte al norte
de chico te pasaba. cuando ibas al campo todos te veían como a un 

citadino y cuando ibas a la city todos te veían como a un pueblerino
en todos lados te aburrís
y solo
creés en pessoa, que no cree ni en él y caminás por la calle entrando en 

todas las disquerías
a escuchar esas canciones de corazones destrozados
algunos te saludan
porque algo
debés haber hecho bien

-¿dije que era el milenio de la música?- me equivoqué
estaba pensando en el milenio del amor arrepentido



VI



la histeria va del amor al odio, los recuerdos del odio al amor
el bote va entre las grandes olas y vos te querés matar
cuando se va la imagen de la tele los domingos
buscás la programación del mes y marcás las películas que querés ver
marcás todo
no creés en nada
salvo que la suerte te va a salvar
en la cama que te sostiene
ves las ratas comiéndose tu lengua, no les decís nada
salís al único bar del pueblo donde todos bardéan y nadie habla
"la isla del delirio" se llama el bar que antes se llamaba "la mueca 

turca"
mirás la puerta
las chichis bailan sobre la tierra húmeda y no levantan polvareda
bailan p. j. harvey
uno que mira suda su camisa de seda y sólo mira
nunca te vas a enamorar de ésta como de las otras
pero la vas a lastimar igual
igual de dolido vas a quedar, no ahora
escondido en el refugio de la indiferencia
llamás por teléfono a un amigo, te dicen que murió del bicho. esa noche 

usás forro, jurás cuidarte, trabajar, ir a la iglesia, amar a tu novia y 

otra sarta de pavadas dignas
de un borracho arrepentido (sos el perro que duerme en el vestuario
soportado por la gerencia, por inofensivo)
el amor está cerca
adentro de tu cabeza
pensás en el mes de mayo
mayo es buen momento para ser feliz
porque
-hoy me cuido, señor, mañana me emborracho
porque todo de lo que vengo hago
porque los laburantes me saludan cuando pasan
porque soy el rey del barrio-



POEMA CON TRENES

ayer escuchaste el corazón de tu hijo
que todavía no nació
"una locomotora que marcha hacia un accidente"
pensaste, ante el continuo y acelerado ritmo
que llegaba a través del vientre tostado de la madre
"130 pulsaciones por minuto 
empujando hacia el final del andén".



SRES.

Apollinaire sentado en el borde blanco
de la cama del hospital
teniendo que ir al baño
Beckett, la llave que le parte
cuando la mete en la cerradura
de su departamento de Dublín
Borges jadeando mientras Girondo
lo pasa escaleras arriba
rumbo a lo de Victoria Ocampo
Aulicino ojeroso en la redacción del diario
pegando frente a su escritorio un recorte
"perros de Bach", se lee. 



Mario Varela 





Mario Varela. Poeta y cineasta argentino, nacido en Rosario. Vive en San Carlos de Bariloche, donde dirigió el Suplemento Arte y Cultura del Diario El Cordillerano. Pertenece a la generación de los 90' y colaboró en la revista 18 Whiskys. Publicó: De cómo duermen los animales; El trabajo de los animales y El paraíso viviente, los tres libros, para niños; además:  Un círculo diminuto del paisaje (Ed. del Diego, 1998) ; Habitaciones para turistas (Ed. del Diego, 2001); El paraíso viviente; Lo malo de la vida; La piel de Dios, Fin de siglo (on line); Regalos de china (guión cinematográfico con Alberto Fasce) y una novela: En la fila.





martes, 26 de diciembre de 2017

VA A INMOLARSE POR SU FE







































No se de rutas que vayan al ensueño 
no se de abrigo que entibie mi reflejo 
no se la razón del que cuelga 
no se de diablos, ni de llovizna.

¿qué aprendí en estos años
de piel deforme y guerras naturales?

A parar los relojes 
que hacen posible 
la entrega de virtudes 
por correspondencia.




A las 2:30 hs. La cara del Chueco
en la pantalla,
con naranjas en la cintura
creyéndose bombas.

Va a inmolarse por su fe,
va a fumar albahaca,
beber alcanfor,
y conectarse con Alá.

El Chueco puso en su lengua
a la tierra
pensando que era el ácido
mas grande de todos.
Se le hinchó la cara,
me pidió algo dulce.

Le mostré su foto antigua
quemando los portones
de la panificadora,
envuelto en un trapo sucio.

Ahora quiere una mujer
de arpillera,
rellena con arroz
para darle vida.

Fabrica pechos gigantes
con una vela,
pone ojos de sifón
brazos de manguera
y pies con dos ladrillos.

Mi novia, dice,
y su voz se repite
como un disco rayado.




Albañil dejó la vida 
levantando paredes lisas 
como su mente, 
cubriendo los ladrillos 
con su carne, 
pintando superficies 
con la piel.

A eso de las tres 
recompone el cuerpo 
y toma mate en el balcón 
bajo la luna negra.

Amanece.
Otra vez a colgar los cuadros
desparramados en la alfombra
mientras caliento café
en pava de aluminio,
que en verdad es
parte de un
metalúrgico viejo.


(De: "Tos" -2002)

Juan Desiderio





Juan Desiderio. Poeta argentino, nació en el barrio de Caballito, en 1962. Lleva publicados hasta el momento: Barrio trucho (Trompa de Falopio, 1990); La zanjita (Trompa de Falopio, 1992, reeditado por Ediciones del Diego, en 2001); Ángeles Parricidas (Del Diego, 2001); Tos (By Trompa, 2003) y Trilogía sacra, Ed. Gog y Magog, 2005, Obra poética (1990-2014) y Hesíodo, 2015. Es, sobre todo con "La zanjita",  el referente más popular de la poesía de los 90',  de Buenos Aires.
Más poemas del autor pueden leerse en el almacén.

y en la Revista Atmósferas.

domingo, 24 de diciembre de 2017

LA NATIVIDAD
























Esta es tu patria, hijo mío, 
un establo donde tu madre
ya duerme 
de regreso a nuestra especie:
hasta ahora 
ella era un animal mítico: el vientre
avanzado
y habitado
por Ti, entonces voraz nonato, 
que le consumías hasta los huesos.

Soy un hombre añoso, he visto
todo. Sin embargo,
me sobrecoge mirarte, mi recién nacido:
a pesar de las madres 
todo niño está abandonado 
sobre la vastedad de una tierra callada.

Tu madre,
muchacha todavía sorprendida
por Ti, no cantó 
una canción de cuna. Mirándote 
sólo murmuró inacabablemente:
es espantoso esperar de Él 
lo que esperan.



José Watanabe



José Watanabe Varas. Poeta peruano. Nacido en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo, el 17 de marzo de 1945. Su madre Paula Varas, peruana, de origen serrano y su padre Harumi Watanabe, japonés de quien cuenta aprendió el arte del haiku. Watanabe tuvo una infancia muy pobre, sus padres trabajaban como campesinos en una hacienda azucarera al norte del país hasta que el destino les jugó una buena pasada: ganaron la lotería de Lima y Callao y viajaron a Trujillo, la capital de la provincia. Luego José migró a Lima para seguir estudios superiores, aunque el recuerdo de Laredo quedaría siempre en su memoria, por lo cual muchos de sus poemas se ubican espacialmente ahí, un Laredo que hoy sólo existe, con sus cuatro calles, en el imaginario creado por el poeta. En Lima estudió los primeros años de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional Federico Villarreal pero la abandonó después de casi dos años. Su formación fue esencialmente autodidacta y no sólo se desarrolló como poeta sino también como guionista de cine y documentales, estuvo muy involucrado en el medio televisivo e hizo una adaptación de Antígona de Sófocles para el grupo de teatro Yuyachkani. En 1970 compartió con Antonio Cillóniz el primer premio del concurso "Joven poeta del Perú", que organizara la revista Cuadernos trimestrales de poesía. Este galardón en su momento fue entregado a poetas como Javier Heraud y César Calvo. Empezaba así la construcción de su obra. Breve y esencial: Álbum de familia (1971), El huso de la palabra (1989), Historia natural (1994), Cosas del cuerpo (1999), La piedra alada (2005) y Banderas detrás de la niebla (2006). Murió en Lima, el 25 de abril de 2007 de un fulminante cáncer de pulmón.



viernes, 22 de diciembre de 2017

ME GUSTARÍA SER UN ANIMAL




De vez en cuando, cada vez que puedo, cuando ando por la zona y tengo 
unos minutos libres, más si necesito salir de mí mismo para encontrar 
cierta afinación con el pulso de los días, como hoy, vuelvo a este bar y 
escribo: no importa qué.
   Nunca importa qué. Esa es una preocupación anterior a la escritura; 
es la preocupación que divide a la escritura del tiempo.
   La escritura es una práctica primitiva, orgánica, integrada sin 
solución de continuidad en las sociedades sin estado.
   La escritura no tiene tumba: es parte del viento y de la arena, 
eternamente recombinados en el principio de todo lo que existe.
   Sociedad sin estado: aquella en que todos escriben, pero nadie lee.
   ¡Qué forma de ingratitud más necesaria, si el grano hace a la 
hormiga, alguien baja apresuradamente por el cerro y unas manos pequeñas 
intentan sostenerlo tirando de su ropa!
   Me gustaría ser un animal.
   No un elefante, no un delfín, no un oso, no una rana toro, no una 
pantera oscura, no un antiguo calamar gigante, no un puma.
   Me gustaría ser un perro, o un lobo.
   Me gustaría ser una loba.
   Iría hacia donde fuera mi presa.



MANUAL DE AUTOAYUDA



Ponete a leer. No importa si tenés que pasar la máquina por las alfombras o si tenés que limpiar los vidrios del living, del cuarto y del escritorio. Vos ponete a leer. Deja para otro momento la necesidad de ir al supermercado a comprar desodorante, queso blanco, un pan lactal y alguna gaseosa. Lo que leas hoy no lo vas a leer nunca. Si tenés que ir a trabajar, no te olvides de llevar un libro con vos: abrilo en el colectivo aunque viajes de pie, aunque vayas cabeceando por el sueño. Al mediodía, cuando salgas a comer, poné el libro a la izquierda del plato, y que te sea indiferente si la comida se enfría. Postergá todos los compromisos que tengas para la noche; pasalos para el fin de semana. No 
vayas al teatro, ni a oír ningún concierto. Ni que hablar de ir al cine. 
Si alguien quiere charlar con vos por teléfono, que sea en otro momento. 
No importa cuándo. Lo que importa es que no sea ahora.
Ahora lo único que importa es leer.



EL ENIGMÁTICO Sr. NO

No quiere ir: no quiere acercarse, no quiere mirar, no quiere esperar.
No quiere enterarse, no quiere admitir.
No quiere subir.
No quiere ceder: no quiere moverse, no quiere aguantar, 
no quiere enfrentarse.
No quiere evadirse.
No quiere decir.
No quiere escuchar.
No quiere atrasarse: no quiere enfrascarse.
No quiere repetir.
No quiere saber: no quiere insistir, no quiere intentar, no 
quiere arriesgarse.
No quiere saludar, no quiere conversar, no quiere ayudar. 
No quiere compartir.
No quiere imaginar: no quiere prever, no quiere desear. 
No quiere comprar.
No quiere comer, no quiere dormir.
No quiere avisar.
No quiere elegir.
No quiere extrañarse: no quiere decidir.
No quiere relajarse, no quiere volver: no quiere buscar, no 
quiere contar, no quiere optar, no quiere cerrar.
No quiere cansarse.
No quiere mentir.
No quiere perder: no quiere ahorrar.
No quiere acordarse, no quiere imponer.
No quiere cumplir.
No quiere integrar.
No quiere seguir.




Ezequiel Alemian





Ezequiel Alemian nació en Buenos Aires, Argentina, en 1968. Poeta, narrador, periodista financiero, agitador cultural (co-fundó El club de admiradores de Emeterio Cerro y El club de lectores de literatura soviética). Publicó el grupo de relatos: "Intentaré ser breve" (Simurg, 2000) y "El síndrome de Bessalko" (Paradiso, 2001); los poemarios La ruptura (Tierra firme, 1997), La devastación (Del Diego, 1998), Siete poemas '(Belleza y Felicidad, 1999) y Me gustaría ser un animal (Siesta, 2003); las crónicas Rayar (Amadeo Mandarino, 2000) y Diario del Mundial Alemania 2006 (Belleza y Felicidad, 2008) y los libros visuales El talibán (1AP, 2008) y El Tratado \contra el método de Paul Feyerabend y El libro blanco de la revista Time (ambos por Spiral Jetíy, 2010). Como periodista cultural, publica sus trabajos en los diarios Clarín y Perfil, en la revista Ñ y en otros medios. En los últimos años, publicó textos que la crítica considera inclasificables, como "Una introducción", "Died", Onnainty y El regreso (2017). Es el escritor más excéntrico y sofisticado de la generación de los 90'.





miércoles, 20 de diciembre de 2017

¡PÁRENSE DERECHO!
























SI NO LE GUSTA

que golpeen a su puerta 
se transforma en un pariente pobre, 
en un recién llegado, inoportuno siempre.
Si no le gusta lo sucio
se viste como un deshollinador,
si no le gusta salir de su casa, oficia de cicerone;
de noche, parado en ciertas esquinas,
señala a las niñas que hermosean el paisaje
tomadas del brazo con quienes lo decepcionan.
Si no le gustan las plantas 
se las encuentra a cada momento.
Con una cara le ocurre, que si le desagrada 
se transforma en esa cara.
Cuando se lo mira de lejos
se ve venir el fantasma de un pelele,
cuando se lo observa de cerca
se ven irse uno a uno los sueños en retirada
de quien se convierte en todo lo que abomina.



COMO TODOS SABEMOS

debido a su fragilidad,
las burbujas se llevan mal con todo el mundo:
con los más pálidos reflejos,
con el ensueño de los conejos,
con los fantasmas al paso,
con todo lo que se les interpone
sin quererlo o quizás adrede,
con lo más vago, lo más leve,
y hasta con aquellos seres
que en suma debilidad
todos los días destruyen
imaginariamente sus vidas
no sin antes preguntar
si puede lo pasajero y fugaz
permanecer un poco más.
Y sin embargo deberían 
declararlas incapaces de provocar 
otro sentimiento que no sea 
el de la humana simpatía.



SÉPANLO:

nuestra forma de gobierno
se da mediante un mecanismo de poleas,
cuando sube al poder un enano
baja un gigante, o viceversa.
Mi filosofía no ha ido más allá
de escribir insultos contra el régimen
en el interior de las grutas
que otros inmediatamente leerán como elogios
ya que veinticuatro horas al día funciona
la maquina de transformar
vituperios en alabanzas.
Con más acierto andaban quienes dejaron escritos
sus consejos amorosos en un abanico, lo sé.
Y como de escribir en las grutas
diatribas contra el régimen no se vive,
ante la mirada atenta de mi superior,
puloi en mano, limpiando de cacas e insultos
de la estatua del tirano de turno, voy.



Eduardo Ainbinder 




Eduardo Ainbinder nació en Banfield, Provincia de Buenos Aires en 1968. Participó de la revista 18 Whiskys, y codirigió durante los primeros noventa las ediciones de poesía Mickey Mickeranno y Jimmy Jimmereeno.  Publicó en 1990 su primer libro: Nené. Posteriormente las plaquetas Carreras tras la fealdad, Larga vigilia teórica de mortales y ratones, e Insecto adulto, todas ellas de circulación limitada. En las ediciones Amadeo Mandarino, las plaquetas La comidilla de todos, y Mi descubridor. Interzona publicó en 2007, "Con gusano", que reúne su poesía escrita hasta ese momento.Actualmente edita la revista Tupé. Recientemente publicó:¡Párense derecho! ( Gog y Magog, 2015).  Más poemas pueden encontrarse en la Revista virtual Atmósferas. Tiene pocos libros y poemas publicados y es uno de los poetas más underground de los 90'.




martes, 19 de diciembre de 2017

De: TRES POEMAS POR ENCARGO




















dos


la palabra trueno vuelve
a vibrar entre las hojas
como un volcán
como el océano
se estrella contra la frente de quien
sin pensarlo pero a sabiendas
vino a dejar sus pasos —
la huella de sus pasos
aquí
en esta orilla
¿dónde la otra?
¿en qué extremo de mar, cuál finisterre
se yergue como abismo
centella
cierzo
ciertamente sola
la arena
que habrá de recibir
ese rastro
como si fuera
el comienzo de algo?
me pide que escriba un poema
y no es
como si me pidiera la luna
si me pidiera la luna
en una noche de dedos rosados y sutiles
quizá podría recortarla contra el cielo
y dársela
pero no es la luna —
es el poema
esa materia negra
que desciende
frágil
cuando el segundo
el último
la vida
el aliento
se desprende
pero no es la luna —
es el poema
y yo
que nunca supe escribir
otra cosa que las letras enlazadas de un nombre
¿el mío? ¿el suyo?
yo que estaba en medio de las cosas
como un obstáculo
una mancha
un montículo
no sé cómo reunir las ovejas del alado rebaño —
las pléyades —
para volver a cantar



(Inédito, tomado del reciente número
de la revista virtual Op. Cit.)



Teresa Arijón 





Teresa Arijón (Buenos Aires, Argentina, 1960). Poeta, traductora, dramaturga. Entre los escritores que ha frecuentado y frecuenta se encuentran Lispector, Pessoa, Madariaga, los hermanos Machado, Viel Temperley, Tsvietáieva, Snyder, Z. Herbert, Shikibu, Vallejo x 2, Berger, Pasolini, Baudelaire, de Quincey, Coetzee, Rimbaud y Tanizaki. Tradujo/traduce a Defoe, Baron, Compton-Burnett, Woolf, Couto, Hilst, Fonseca, Salomão, Oiticica, Gullar, Ana C. e&c. Publicó varios libros de poemas, una obra de teatro, un experimento trágico, tres compendios compartidos, varias antologías –entre ellas, la primera de poesía argentina y brasileña bilingüe–, algunos textos breves sobre arte y crónicas viajeras, más de 40 traducciones en formato libro y una teoría del cielo (biografemas de artistas y escritores latinoamericanos, con Arturo Carrera). Codirige, con Bárbara Belloc y Manuel Hermelo, el sello editorial efímero pato-en-la-cara. Desde 2013 dirige, con Bárbara Belloc y poetas-socios brasileños y ecuatorianos, la colección Nomadismos (pensamiento + ensayo de artistas y escritores latinoamericanos), con sede en Buenos Aires, Río de Janeiro y Cuenca (Ecuador). Recibió algunos premios, entre ellos el del Fondo Nacional de las Artes y el Kónex a su trayectoria como traductora. Fue traducida al inglés, el portugués, el malayo y el holandés. Fue, junto a Laura Wittner, la única mujer "admitida" como poeta y traductora, en el grupo de los "poetas de los 90'", eminentemente "machista", según la apreciación de Julia Sarachu, codirectora de la editorial de poesía Gog y Magog.



lunes, 18 de diciembre de 2017

LA ALTURA
















AEROSILLA

Flota sobre el silencio de maleza 
prende un cigarrillito y va subiendo.
No existe más allá de ese chirrido
intermitente, del bamboleo mareado
en dirección al cielo. Los pies
en primer plano; no el presente
ni el futuro, ni nada. Sí los pies
que cuelgan, y también la roldana
que chirría, y el perfume caliente
de la maleza abajo, y el del humo
que la esconde y la acuna en su estrategia.



VECINAS

Las dos fuimos hacia la ventana al levantarnos. 
Esa mata de árboles y verdes enredados 
de donde salen chillidos y aleteos 
que separa su ventana de la mía 
es un alivio a cualquier hora.
Las dos fuimos hacia la ventana 
pero ella fue casi desnuda.
Los árboles, las lianas, las aves en el medio; 
y más allá su cuerpo blanco (tetas grandes, caídas, 
y panza señorial) fue también un alivio.



SALIMOS DEL CAFÉ

Salimos del café, 
cayó la lluvia.
Bien fuerte y bien encima.
Desplegué mi paraguas: 
alcanzó para dos.
Cruzamos por el medio 
sólo por esta vez: 
así sujetos.
Venía un auto pero nos dejó pasar.
No es que anduvo más lento, dadivoso: 
frenó; frenó del todo.

A eso me refiero.


(De: La altura
Bajo la luna, 2016)


Laura Wittner (Buenos Aires, 1967)






sábado, 16 de diciembre de 2017

DE LO QUE ESTÁ SEGURO



























El paso del tiempo. Demasiados perros
ladrando en los poemas. Que los hijos
producen una alegría evangelista
antes del enfrascamiento. Que tenía su cabeza
perdida en las malas traducciones de Visor.
Está seguro. Que no hay que discutir delante de los niños.
Y que eso es casi imposible. Misión para budistas,
extraterrestres, alemanes, gente sofisticada
que suele ser  jurado en los festivales de cine.



DEBORD

El matrimonio es un espectáculo
al cual los cónyugues asisten
en cuartos separados.



BIOGRAFÍA DE UN ESCRITORIO

Una mañana comprando plantas
escucha que el dueño del vivero
le dice a una chica muy dulce
–jeans y gorro de lana verde–
que el perro que está acariciando
fue encontrado en la calle.
No puede asegurar cuántos años tiene
y cuando lo halló su boca estaba podrida
por una infección en los dientes.
El perro es un cuzco simpático
que sólo se deja acariciar por su dueño
y va de un lado a otro del local: parece estar recuperado.
Y el color marrón de la piel le recuerda inmediatamente
a su escritorio que hasta hace poco
yacía sepultado bajo una cantidad inmensa de plantas
en la parte trasera de la casa de donde lo echaron.
Le daba pena verlo ahí, sin uso, un mueble delgado
que no hubiera digustado a Giacometti.

Cuando se mudaron a la nueva casa, antes de la separación,
le compraron a una pareja de muchachos un escritorio rojo e inmenso
que usaban los dos en el cuarto de servicio.
Y el viejo escritorio pasó a retiro
y él no hizo nada para defenderlo.

Es así, desde que nos levantamos
hasta que nos acostamos
tratamos que nuestro día se entienda
pero las mejores jornadas son las que no se pueden traducir.

Suceden, como en ese momento
en el que Nietzche, paseando con una chica
alrededor del lago Silvaplana,
engendró en su cabeza la idea extraña
del eterno retorno de lo igual.
Fue a principios de agosto de 1881.

Y otra tarde de un  invierno del setenta
su padre usó por primera vez la mesa familiar como escritorio
durante la noche, con una lámpara pequeña,
para hacer, como él decía, las cuentas: la matemática
necesaria para sostener una familia
como si fuera una pyme.

Cuando murió Spinoza, los herederos
se repartieron sus escasos bienes: entre ellos
un escritorio pequeño que le había pertenecido
y algunas camisas, lentes pulidos y poco más.

Alguna vez, recuerda mientras espera por pagar
las plantas que va a llevarse, comió sobre el escritorio.
Y siente deseos de volver a casa
para tocar al mueble bendito,
porque es el ser, lo singular en el devenir,
la madera ajada en la cual se para
un muñeco de astroboy que adquirió su hija
dentro de una cajita feliz en un local
de comida rápida. Y un  cuaderno de tapas negras
donde escribe poemas sobre el escritorio.
Ah! piensa: si se pudiera atar a una muchacha
con un verso!



(Inéditos, tomados del reciente número
de la revista virtual Op Cit. )


Fabián Casas




Fabián Casas nació en el barrio de Boedo, Ciudad de Buenos Aires en 1965. Es poeta, narrador, ensayista y periodista. Estudió Filosofía y comenzó a trabajar como periodista en el diario Clarín, a comienzos de los ’90. Fue también editor del diario deportivo Olé. Se desempeñó en la revista deportiva El Gráfico y luego fue subeditor general y editor general del semanario El Federal. Su carrera literaria se inició a comienzos de la última década del siglo XX, con la fundación de la revista de poesía 18 Whiskys, junto con otros poetas de su generación, como José Villa, Daniel Durand, Darío Rojo, Ezequiel Alemián, Mario Varela y Eduardo Ainbinder. La publicación editó sólo dos números, pero tuvo amplia repercusión en el ambiente literario de Buenos Aires.En 2014 obtuvo el Diploma al Mérito de los Premios Konex en la disciplina “Poesía: Quinquenio 2009-2013”. Libros: Otoño, poemas de desintoxicación y tristeza. Poesía, Buenos Aires, 1985;  Tuca. Poesía. Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1990; El salmón. Poesía, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1996; Pogo. Poesía, Ediciones Deldiego, Buenos Aires, 1999;  Bueno, eso es todo. Poesía, Ediciones Deldiego, Buenos Aires, 2000; Ocio. Poesía. Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2000; Oda. Poesía.  Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2004; El spleen de Boedo. Poesía.  Ediciones Vox, Bahía Blanca, 2004; Los Lemmings y otros. Cuentos. Santiago Arcos, Buenos Aires, 2005; Ensayos bonsai. Ensayos. Fabián Casas, Emece, 2007; Horla City y otros. Poesía completa. Fabián Casas, Planeta, 2010, entre otros libros. Actualmente da clases literarias y colabora con el diario Perfil.  Es, junto a Daniel Durand, el crack de los poetas de los noventa; también uno de los más visibles.