lunes, 20 de diciembre de 2021

ASOMBRO

 



Enséñame-dices, desde tus veintiún años
ávidos, creyendo, todavía que se puede enseñar alguna cosa
y yo, que pasé de los sesenta
te miro con amor
es decir, con lejanía
(todo amor es amor a las diferencias
al espacio vacío entre dos cuerpos
al espacio vacío entre dos mentes
al horrible presentimiento de no morir de a dos)
 
te enseño, mansamente, alguna cita de Goethe
(“detente, instante, eres tan bello")
o de Kafka (una vez hubo, hubo una vez
una sirena que no cantó)
 
mientras la noche lentamente se desliza hacia el alba
a través de este gran ventanal
que amas tanto
porque sus luces nocturnas
ocultan la ciudad verdadera
 
y en realidad podríamos estar en cualquier parte
estas luces podrían ser las de New York, avenida
Broadway, las de Berlín, Konstanzerstrasse,
las de Buenos Aires, calle Corrientes
 
y te oculto la única cosa que verdaderamente sé:
sólo es poeta aquel que siente que la vida no es natural
que es asombro
descubrimiento revelación
que no es normal estar vivo
no es natural tener veintiún años
ni tampoco más de sesenta
 
no es normal haber caminado a las tres de la mañana
por el puente viejo de Córdoba, España, bajo la luz
amarilla de las farolas,
no es natural el perfume de los naranjos en las plazas
-tres de la mañana-
ni en Oliva ni en Sevilla
lo natural es el asombro
lo natural es la sorpresa
lo natural es vivir como recién llegada
al mundo
a los callejones de Córdoba y sus arcos
a las plazas de París
a la humedad de Barcelona
al museo de muñecas
en el viejo vagón estacionado
en las vías muertas de Berlín
 
Lo natural es morirse
 
sin haber paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
ni haber sentido el perfume de los blancos jazmines en flor
a las tres de la mañana,
meridiano de Greenwech
 
lo natural es que quien haya paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
no lo escriba
lo hunda en el ataúd del olvido
 
La vida brota por todas partes
consanguínea
ebria
bacante exagerada
en noches de pasiones turbias
pero había una fuente que cloqueaba
lánguidamente
 
y era difícil no sentir que la vida puede ser bella a veces
como una pausa
como una tregua que la muerte
le concede al goce.
 
 
Caballo negro, 2021)
Cristina Peri Rossi


 
Cristina Peri Rossi nació en Montevideo Uruguay, en 1941. En 1972 se fue de su pais a raíz de la persecución política desatada por la dictadura militar y se exilió en Espana, donde radica desde entonces, aunque tuvo una estadía breve en Francia, también forzada por razones ideológicas. Poeta, narradora, ensayista, perio­dista y traductora, es considerada una figura relevante de la litera tura en habla castellana; las traducciones realizarlas a una veintena de idiomas y los reconocimientos obtenidos dan muestra cabal de la importancia de su extensa obra. En 1963 publicó su primer libro, el volumen de cuentos Viviendo, y en 1971 apareció Evohé, su primer libro ríe poemas, que inauguraría una obra profunda y disruptiva de diecinueve libros hasta Las replicantes, de 2016. Algunos de las distinciones con que ha sido galardonada son el Premio Vargas LLosa de relatos, el Loewe de de poesía y el Rafael Alberti. (Biografía tomada del volumen mencionado). En 2021 fue galardonada con el Premio Cervantes. 
 



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