JESÚS AMAMANTADO
María, tus grandes
manzanas blancas me ponen alegre.
Siento que tu corazón impulsa
su máquina y me duermo como una mosca.
Toso como un pájaro su gusano.
Soy un bebé de caramelo y tú eres mi mujer.
Tú eres una roca y yo unas algas con flecos.
Tú eres un lirio y yo la abeja que se mete adentro.
Cierro mis ojos y te chupo como un fuego.
Crezco. Crezco. Engordo cada vez más.
Soy un niño en un bote y tú eres el mar,
la sal, cada pez valioso.
No. No.
Todo mentira.
Yo soy pequeño
y tú me sostienes.
Me das leche
y somos uno
y estoy contento.
No. No.
TOdo mentira.
Soy un camión. Yo marco el camino.
Yo te poseo.
JESÚS EN VELA
Era el año
del libro Todo sobre sexo,
el Hombre y la Mujer Sensuales se regodeaban,
pero Jesús ayunaba.
Se tragaba Su vida célibe.
El suelo tembló como un océano,
una gran ola sexual bajo Sus pies.
Sus pergaminos se mordían entre sí.
Iba envuelto en oro como en una náusea.
Afuera los gatitos colgaban de las tetas de su madre
como salchichas ahumadas.
Los gallos lloraban todo el día, golpeando por amor.
Salió sangre de la bomba de la cocina,
pero Él ayunaba.
Era como una gran casa
sin gente,
ni planes.
JESÚS DUERME
Jesús duerme tan callado como un juguete,
y en Su sueño
desea a María.
Su pija aullaba como un perro,
pero Él se retiró bruscamente de este juego
como una puerta que se cierra de golpe.
Esa puerta le partió el corazón,
pues Su necesidad era acuciante.
Hizo una estatua de Su deseo.
COn su verga como cincel
esculpió la Pietà.
En esa muerta era importante tener sólo un deseo.
Esculpió esa muerte.
Fue persistente.
Murió una y otra vez.
Nado más y más por el cordón umbilical hacia arriba,
respirando agua a través de sus branquias.
Nadó a través de piedras.
Nadó a traavés de la divinidad
y como no había conocido a María
se unieron en Su muerte,
la cruz para la mujer,
en un último abrazo,
en una pose eterna
como un centro de mesa.
JESÚS SALVA A LA PROSTITUTA
La puta está arrodillada
con sus manos sobre su pelo rojo.
No estaba buscando clientes.
Tenía mucho miedo.
Un delicado cuerpo vestido de rojo,
tan rojo como un puño destrozado,
además estaba sangrando
porque el pueblo quería
apedrearla hasta que se muriera.
Las piedras le impactaban como abejas
a un caramelo y puta dulce de pelo rojo
como ella era, gritaba: Nunca más, nunca más.
Y Jesús vio esto y pensó en exhumarla
como un funebrero.
Jesús sabía que la puta padecía
una enfermedad mortal y Él podia curarla
con Sus dos dedos pulgares.
Levantó Su mano y las piedras
cayeron al suelo como buñuelos.
Levantó la mano otra vez
y la puta vino y Lo besó.
La curó dos veces. En el lugar.
La curó dos veces en cada pecho,
y apretó Sus dedos en los pezones
hasta que la leche salió,
esos dos forúnculos de las putas.
La prostituta siguió a Jesús como una perrita,
porque él la había salvado.
Entonces dejó de ser trabajadora del sexo
y se convirtió en Su mascota.
Que Él la salvara la hizo sentir niña
otra vez y que tenía un padre
que le limpió la oscuridad de sus ojos.
Y de a poco, se hizo cargo de sí misma,
sabiendo que le debía la vida a Jesús,
y esa era su carta ganadora.
HABLA EL AUTOR DE LOS ESCRITOS DE JESÚS
En mi sueño
ordeñé una vaca,
la tremenda ubre
como un gran lirio de goma
sudaba entre mis dedos
y cuanto tironée,
esperando el jugo de la luna,
esperando a la madre blanca,
salpicó sangre,
y me cubrió de vergüenza.
Entonces Dios me hablóy dijo:
La gente sólo habla bien de la Navidad.
Cuando dicen algo malo, cuchichean.
Así que yo fui a la fuente y saqué
un bebé del lecho del río.
Entonces Dios me habló y dijo:
Toma esta mujer de pan de jengibre
y ponela en el horno.
Cuando la vaca dé sangre
y el Cristo haya nacido,
tenemos que comernos todos los sacrificios,
tenemos que comernos a todas las mujeres hermosas.
Anne Sexton (E.E.U.U., Massachusetts en 1928 -1974)
(Traducción: José Luis Reina Palazón)
THE JESUS PAPERS
JESUS SUCKES
Mary, your great
white apples make me glad.
I feel your heart work its
machine and I doze like a fly.
I cough like a bird on its worm.
I’m a jelly-baby and you’re my wife.
You’re a rock and I the fringy algae.
You’re a lily and I’m the bee that gets inside.
I close my eyes and suck you in like a fire.
I grow. I grow. I’m fattening out.
I’m a kid in a rowboat and you’re the sea,
the salt, you’re every fish of importance.
No. No.
All lies.
I am small
and you hold me.
You give me milk
and we are the same
and I am glad.
No. No.
All lies.
I am a truck. I run everything.
I own you.
JESUS AWAKE
It was the year
of the How to Sex Book,
the Sensuous Man and Woman were frolicking
but Jesus was fasting.
He ate His celibate life.
The ground shuddered like an ocean,
a great sexual swell under His feet.
His scrolls bit each other.
He was shrouded in gold like nausea.
Outdoors the kitties hung from their mother’s tits
like sausages in a smokehouse.
Roosters cried all day, hammering for love.
Blood flowed from the kitchen pump
but He was fasting.
His sex was sewn onto Him like a medal
and His penis no longer arched with sorrow over Him.
He was fasting.
He was like a great house
with no people,
no plans.
JESUS ASLEEP
Jesus slept as still as a toy
and in His dream
He desired Mary.
His penis sang like a dog,
but He turned sharply away from that play
like a door slamming.
That door broke His heart
for He had a sore need.
He made a statue out of His need.
With His penis like a chisel
He carved the Pietà.
At this death it was important to have only one desire.
He carved this death.
He was persistent.
He died over and over again.
He swam up and up a pipe toward it,
breathing water through His gills.
He swam through stone.
He swam through the godhead
and because He had not known Mary
they were united at His death,
the cross to the woman,
in a final embrace
poised forever
like a centerpiece.
JESUS RAISES UP THE HARLOT
The harlot squatted
with her hands over her red hair.
She was not looking for customers.
She was in a deep fear.
A delicate body clothed in red,
as red as a smashed fist
and she was bloody as well
for the townspeople were trying
to stone her to death.
Stones came at her like bees to candy
and sweet redheaded harlot that she was
she screamed out, I never, I never.
Rocks flew out of her mouth like pigeons
and Jesus saw this and thought to
exhume her like a mortician.
Jesus knew that a terrible sickness
dwelt in the harlot and He could lance it
with His two small thumbs.
He held up His hand and the stones
dropped to the ground like doughnuts.
Again he held up His hand
and the harlot came and kissed Him.
He lanced her twice. on the spot.
He lanced her twice on each breast,
pushing His thumbs in until the milk ran out,
those two boils of whoredom.
The harlot followed Jesus around like a puppy
for He had raised her up.
Now she forsook her fornication
and became His pet.
His raising her up made her feel
like a little girl again when she had a father
who brushed the dirt from her eye.
Indeed, she took hold of herself,
knowing she owed Jesus a life,
as sure-fire as a trump card.
THE AUTOR OF THE JESUS PAPERS SPEAKS
In my dream
I milked a cow,
the terrible udder
like a great rubber lily
sweated in my fingers
and as I yanked,
waiting for the moon juice,
waiting for the white mother,
blood spurted from it
and covered me with shame.
Then God spoke to me and said:
People say only good things about Christmas.
If they want to say something bad,
they whisper.
So I went to the well and drew a baby
out of the hollow water.
Then God spoke to me and said:
Here. Take this gingerbread lady
and put her in your oven.
When the cow gives blood
and the Christ is born
we must all eat sacrifices.
We must all eat beautiful women.
IMAGEN: "Jesucristo y María Magdalena", Fotografía de Bruce Labruce.
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