miércoles, 21 de noviembre de 2012

LOS CABALLOS DE ISABEL














Los cubiertos quedan en la mesa
Rendidos reflejos de la noche en las botellas vacías
Restos de frutas y pan desmigado en los manteles
Los amigos se han dormido 
como muñecos hundidos en la noche 
Vos estas más viva que nunca con un vestido amarillo 
orlado por una brisa nueva
Es el 17 de enero de un año que se quedara anclado entre 
soledades afiladas
Cuchillos extraños que tiemblan en la ausencia de toda  
certeza sobre nosotros.
Como aprendiste a odiarme mujer, 
a dejarte recorrer por la muerte en tu vestido amarillo,
en tu garganta hacia atrás 
en tu pelo tocando el césped 
en tus brazos transpirados y lentos, 
arrojados a la nada 
en tus piernas sobre la mesa 
golosamente recorridas 
por moscas brillantes, nerviosas. 




El verano invita, 
estamos sentados en las galerías  
Pediste cerveza negra y para mi un te helado
Isabel  juega en el brocal de la fuente descubriendo 
reinos imaginarios
Espejos donde las princesas esperan ser rescatadas
Enredaderas de luz que cubren  el agua
Anillos que sirven para ser invisibles
Caballos alados.
Tapitas de gaseosa, 
las ramas caídas por la tormenta, 
espejitos olvidados con marcos de plástico
perros de dudosa procedencia.




Isabel despierta de la siesta
entra con cinco caballos en las manos
Cinco caballitos de un solo ojo 
Cíclopes en la belleza de un trazo débil
Son frágiles y gastan llanuras blancas
Renglones almibarados por combinación de crayones
Pasturas sicodélicas, soledades de papel 
Despezada el atado de cigarrillos y recorta coronas
Unge príncipe al mas triste 
El pajarito sobre su hombro asiente 
Todo es solemne en la cocina
Los acompaño en silencio. 



Marcelo Dughetti





Marcelo Dughetti nació en Villa María, Córdoba, en 1970. Es maestro de enseñanza primaria. Ha publicado tres libros de poesía: La joroba de Bronce (2003), Donde cayó esta muerta (Premio provincial de Letras-2003), El monte de los árboles sogueros (2007); y en narrativa, perteneciente a la colección Proyecto para un diluvio, el libro La bicicleta roja (2007). Actualmente compila para la Universidad Nacional de Villa Maria una antología de escritores del sur cordobés de pronta aparición. Fue fundador de las revistas literarias La araña de Carbón y Arena.

1 comentario:

silvia camerotto dijo...

es bueno, y mucho.
abrazo, marcelo.