Siempre más sonriente al desastre más bello
Mallarmé
Zócalos sin lijar
maderos imperfectos
Tierra blanda
suelo baldío
Caen sobre mi
cabeza los durmientes de tacuara
Se desmorona el
espacio junto a la humedad
de los juncos
de cielo
y el tiempo
atardece
Por el extremo
izquierdo de los escombros
-en perfecta diagonal-
entra un haz
finito y concentrado
de luz durazno
Se posa en la
parte superior de mi mano
como una
mariposa que cobija
una perspectiva
un mensaje
Logro asir con
dulzura lo luminoso
hasta en los
peores
atardeceres
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