En mis largas conversaciones nocturnas con los
carceleros, volví a plantear la cuestión del objeto: ¿permanece
indiferente, lo percibamos o no? (Tenía en mente el objeto oculto y póstumo que encontraron al fumigar y barrer la celda recién vacía.)
“Como un demonio de madera tallada con material de alguna pesadilla”, dijo uno. “Como una
escritura cifrada”, dijo otro. Bebíamos una cerveza casera que nos mareaba. “Como cuando un botón del
cuello cae sobre el piso y apenas hace ruido” dijo el tercero con una sonrisa, pero yo no dije nada.
“Si tan solo pudiéramos dejar
una pequeña marca para alertar a los demás”, pensé para mí.
A todo esto, yo tenía mi botella rota para preocuparme. Era verde, con un borde cortante,
mortal. Ya no recordaba dónde la había escondido, a menos que solo la hubiera soñado o se tratara de otra celda, otra prisión, en una serie infinita de prisiones y de largas conversaciones
nocturnas con mis carceleros.
(Del libro: Hotel Insomnio (1992), Zindo & Gafuri, 2017) Charles Simic (poeta serbio estadounidense (1938)-
(Traducción: María Negroni & Federico Barea)
THE INANIMATE OBJET
(Del libro: Hotel Insomnio (1992),
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