Sobre una hormiga negra
va la hierba que sangra.
La sabia hormiga de quitina
cortó las nervaduras de un solo mordisco.
Debía hacerlo, pensó.
Y rápido para que no sufra.
La hoja de la hierba
sintió la disección como un calambre.
Es sólo un instante, pensó.
Y se dispuso a disfrutar el viaje.
Sobre una hormiga negra
va la hierba que sangra.
Claudia Sosa Lichtenwald (Argentina, Paraná, Entre Ríos, 1975)
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