La última mujer con la que estuve
me dejó la casa llena de ganchos
de carnicería.
Me fui dando cuenta de a poco,
a los días de quedarme solo.
Ganchos ahora vacíos
y oscilantes como horcas.
De esos ganchos, mi última mujer
colgaba toallas, corpinos, bufandas
y grandes pañuelos de seda.
De la seda emanaban
perfumes oscilantes como horcas.
Cuando me quedé solo,
de a poco fui escuchando
el tenue balanceo de los ganchos:
un acero sinuoso
cortando el aire.
Al fin, no me quedó otra
que descolgar los ganchos,
uno por uno, meterlos en una
bolsa y tirarlos al río.
Si un día de estos vuelve
por los ganchos
le voy a decir que vaya a dragar el río.
Me acuerdo que el último gancho
que descolgué era realmente grande;
tan grande como para resistir
el peso de un viejo caballo sangrante.
Santiago Espel
Santiago Espel nació en Capital federal, Bs.As. Argentina, en 1960. Publicó en poesía: Rapé, 1988 (Faja de Honor de la SADE); Pavesas & Muelles, 1990; Misas en Harlem, 1993 (1º Premio de Poesía en el Concurso Nacional Ramón Plaza); Cantos Bizarros, 1988; La claridad meridiana, 2001 (mención en el Certamen Internacional "Letras de Oro 2000", Honorarte , y Divisa Nacional "Horacio Rega Molina"; La víspera sí, 2002; Isoca, 2004 y Vulgata, 2006; 100 Haikus, 2008, Cuaderno acústico, 2010 y La penitencia, 2012. También es autor de "Notas para la poesía", una suerte de miscelánea ensayística sobre el género. En 1995 publicó la novela La Santa Mugre o el País de Cucaña, en Grupo Editor Latinoamericano. Dirigió la revista bilingüe de poesía (castellano-inglés) La Carta de Oliver, entre 1990 y 1999. Actualmente coordina la colección de libros de poesía del mismo sello. Integra la revista de poesía Omero. Es miembro de la Sociedad de los Poetas Vivos.