lunes, 10 de noviembre de 2014

INDOR



Papá tiró una semilla 
y creció la casa 
le colgaba inmadura una habitación y otra a punto
de caer sobre la superficie libre 
de asperezas
Papá dijo voy a descansar
y se tiró
de cabeza en la casa y se quebró la costilla
destinada para algo mejor
la habitación se expandía 
borrando la línea del precipicio
Papá se despertó y ya todo estaba dicho
y hecho: el tronco hueco del mundo 
familiar tallado con iniciales
principios insospechados
Papá ni se mosqueó 
a la sombra
del árbol derrumbado cuenta los días
hábiles 
las manos arrancan la fruta 
podrida por distracción 



Mamá puso las manos abrió la boca
no retuvo
la lluvia que caía
de cada gota que golpeó la tierra nació 
su reflejo
los cimientos se ablandaron 
y sobre su cabeza
una fruta madura hizo sentir la gravedad
Mamá dijo no voy a descansar
hasta saberlo
y olerlo y visualizarlo
y trepó 
a la casa que crecía 
vacía 
cáscara perfecta
para instalarse en la zona 
segura en caso de remordimiento



La rama más frágil del árbol 
iba y venía con un vientito apenas
las formas guardadas
raíces expuestas
perdían vigencia prestaban 
a confusión
Papá levantó un dedo
señaló 
algo que nadie más veía 
y puso al tanto
tan alto tanteando los efectos 
personales perdidos en la continuidad 
de una especie de esnobismo  
No voy a descansar dijo mamá
hasta que 
se abra la casa 
la fruta 
prohibida a los pies 
a la sombra
de la rama más frágil
Y tronó
y el hueco de una mano reveló lo que ocultaba  
cada gota que caía sobre la construcción floreciente 



Al cuarto día se despertó y contó
el sueño para sí mismo

tiraba una semilla 
un centro
que no fue gol
y el espacio se extendía como nubes de tormenta

hay que estar atenta dijo 
mamá resbalando del trono
en fondo blanco fundida



El secreto se agrandó 
a medida 
que el árbol se achicaba
en otoño
crujíamos ante un ademán de caricia
caíamos 
formando remolinos 
reformando
la tradición
No tengo
dijo papá 
nada más para decir
y se ocultó
en el hueco de mi mano
como una semilla



Cayó la noche 
quebró 
un cuarto de la casa 
partió en silencio hacia el corazón de la fruta

papá puso
cada cosa a la sombra y a semejanza suya 
nací
sin imagen



Cuando sea grande
voy a plantarme, dije
en un cuarto a mirar cómo llueve
a sentir cómo duele
darse la cabeza contra el marco
una y otra vez 
rompí el silencio



Que alguien responda, 
¿puedo ser
oída?  

No 
corrió la voz

bajo mi propia sombra espantada



(De: "Indor", 
inédito)


Andrea López Kosak (Bahía Blanca, Provincia de Bs.As., 1976)









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