jueves, 30 de agosto de 2018

ANIMALES INTENSOS















Carnosa la flor
sobre su jugo posa
su mano animal



las flores se abren
territorio del cuerpo
para estimular



las hormonas de
hembra perfuman todo
íntima selva



adrenalina
el sexo moviéndose
como un animal



planta carnívora
mortal apareamiento
secreción flujos



los animales
intensos caen sobre
el ritual sexual



(Del libro: Parar un ratito para cantar,
 Ed. Caballo Verde, Paraná, 2018,
 Envío de la autora)

Marita Balla (Paraná, Entre Ríos, Argentina, 1974)



IMAGEN: Fotografía de Nobuyoshi Araki




martes, 28 de agosto de 2018

ESTRATÉGICAMENTE LADO "B"






















Quería decir, te amo,
pero no me salieron
las palabras,
yo que las guardo
las colecciono, las escribo
y pensé, la vida, un poco es eso,
las palabras y las cosas
a veces no se cantan,
y otras muchas veces
no te salen,
cuando vos querés.


Así que fui hasta la verdulería
y pedí las mejores frutas,
para adornar la mesa
y puse en ella, un mantel fresco,
de un tono, verde menta,
cosa que se alegren los ojos,
al ver juntos todos los colores,
servidos en la mesa,
y mientras la adornaba,
supuse, que vos,
al verlas tan bonitas,
te daría por tocarlas,
como tocan el amor
los que están ciegos,
saben ver con las manos,
abiertas, amplias,
y ellas solas,
pudieran decirte de mi amor,
y a esta estrategia le puse lado "b".


¡Pero en serio no te rías
                   mirá si pasa esto!
Por eso practico de memoria
como si escuchara un casete de los 80,
pensalo, por un instante, si algún día
nos conociéramos, rompiéramos el hielo,
y de repente comiences a cantarme,
al oído una canción
que habla de tu felicidad,
y yo muy torpe, lenta
me vaya derritiendo,
          quedando sin palabras,
y no pueda decir ni un "yo también".

  
(Del libro: Parar un ratito para cantar,
 Ed. Caballo Verde, Paraná, 2018,
 Envío de la autora)

Marita Balla (Paraná, Entre Ríos, Argentina, 1974)






domingo, 26 de agosto de 2018

UNA VIEJA CANCIÓN











"En comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver"
Sabina & Varona

Estoy en el jardín de casa
entre flores y poesía
veo a mi hermana plantar rosas
que tanto le gustan, no sé si las rosas
o las espinas de las rosas, le digo,
se ríe, pero no me entiende,
ella nunca entiende lo que digo.


Suena en la radio una canción
vieja y pienso en vos,
cuando te conocí, la tarareabas,
mientras ibas por las mesas
llenando copas ajenas
para que otros brinden,
para que otros sean felices.


Nunca entendí como nadie notaba
la tristeza. A mí,
se me partía el corazón
en el contraste.


Y te miraba desde lejos,
porque todo lo que es bello,
no lo toco,
porque tengo terror,
de que se rompa.

Eras un pájaro enjaulado
buscando libertad,
posándose en la rama
negra de la noche,
llenando copas ajenas
para que otros sean felices
y cantabas,
precioso cantabas,
mientras parabas
para descansar.


Y te amé.
Lo sé, no es perfecto lo que digo
pero el amor nunca es perfecto,
tampoco las flores
ni las rosas de mi hermana
o las canciones tristes
de la radio
aunque esto
gobierne mi jardín.


(Del libro: Parar un ratito para cantar,
Ed. Caballo Verde, Paraná, 2018, 
Envío de la autora)


Marita Balla (Paraná, Entre Ríos, Argentina, 1974) 





viernes, 24 de agosto de 2018

MANIFIESTO (Hablo por mi diferencia)

























"Soy escritor, artista visual, drogadicto, homosexual, traficante.
Pa' puta no me dio, pero he hecho de todo".


No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Super-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alita rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les de un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.

(Envío de Ana Herrera)

Pedro Lemebel


Este texto fue leído como intervención en un acto político de la izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile (Nota del administrador).


Pedro Lemebel fue seguramente el único escritor chileno que se maquillaba y usaba zapatos de taco alto, al menos en público. Maquillaje y tacones fueron parte de la propuesta contestataria de este escritor, que de ser un niño pobre criado a orillas de un basural y un artista travestido que usaba la provocación como herramienta de denuncia política, pasó a ser uno de los autores chilenos más comentados y exitosos de las últimas décadas. Pedro Mardones Lemebel, hijo de Pedro y Violeta, nació en 1952, literalmente en la orilla del Zanjón de La Aguada. Vivió en medio del barro hasta que, a mediados de la década siguiente, su familia se mudó a un conjunto de viviendas sociales en avenida Departamental. En ese medio, en el cual los niños tenían limitado acceso a la educación, ingresó a un liceo industrial donde se enseñaba forja de metal y mueblería y, posteriormente, cursó estudios en la Universidad de Chile, de donde egresó con un título de profesor de Artes Plásticas. Sus primeros acercamientos sistemáticos a la literatura ocurrieron en un taller literario a comienzos de los ochenta, donde empezó a escribir cuentos. También participó en algunos concursos menores, como el organizado por la Caja de Compensación Javiera Carrera, donde obtuvo un premio por su cuento "Porque el tiempo está cerca", publicado en una antología de 1983. El autor tenía entonces 26 años y trabajaba como profesor de Artes Plásticas en dos liceos, de los cuales fue despedido ese mismo año, presumiblemente por su apariencia, ya que no hacía mucho esfuerzo por disimular su homosexualidad. Después de esa experiencia no volvió a dar clases y decidió concentrarse en los talleres de escritura. Allí fue forjando redes intelectuales, políticas y afectivas, principalmente con escritoras feministas y de izquierda como Pía Barros, Raquel Olea, Diamela Eltit y Nelly Richard, quienes lo acogieron y vincularon a instituciones que estaban a medio camino entre la cultura marginal de resistencia a la dictadura y la academia oficial. Sin embargo, su inserción en las filas de la militancia de izquierda fue problemática, ya que su homosexualidad tampoco fue bien recibida en ese círculo. La primera vez que usó sus famosos tacones fue en 1986, en una reunión de los partidos de izquierda en la Estación Mapocho, donde el escritor leyó su manifiesto "Hablo por mi diferencia", ante una audiencia perpleja. Ese mismo año, Pedro participó con siete relatos suyos en la antología Incontables, editada por el taller de Pía Barros. En algún momento indeterminado de aquellos años revueltos, la vida artística de Pedro Mardones Lemebel tomó un giro sorprendente. Pasó del anonimato literario a la performance artística, al formar junto al poeta Francisco Casas el dúo "Las Yeguas del Apocalipsis", que se caracterizó por irrumpir de manera sorpresiva y provocadora en lanzamientos de libros y exposiciones de arte, transformándose a poco andar en un mito de la contracultura. Para esa misma época, Pedro adoptó exclusivamente su apellido materno, dejando atrás el nombre con el que había firmado sus primeros trabajos literarios. De este modo fue dejando atrás al personaje teatral, para consolidarse definitivamente como escritor. En 1995 Lemebel publicó su primera colección de crónicas, La esquina es mi corazón y al año siguiente creó un programa en Radio Tierra, llamado "Cancionero", donde leía crónicas ambientadas con sonidos y música incidental. A partir de entonces comenzó a convertirse en un cronista urbano que husmeaba por los pliegues más oscuros de la vida cotidiana chilena. En los años siguientes publicó Loco afán y De Perlas y cicatrices, nuevas recopilaciones de crónicas en las que se fue afianzando su singular voz literaria, que mezclaba lo barroco y lo marginal en un tono de provocación y resentimiento. Hacia fines de la década de los noventa, Lemebel -que ya era un personaje popular- se consolidó como figura literaria en el ambiente local y emprendió su proyección internacional. En el año 2001 incursionó en la novela con Tengo miedo torero, volumen que permaneció durante más de un año entre los libros más vendidos en el país, además de ser traducido a diversos idiomas. Posteriormente, continuó desarrollando su labor de cronista publicando títulos de crónicas como Zanjón de la Aguada y Adiós mariquita linda. Murió el 23 de enero de 2015, a los 62 de años de edad, aquejado de un cáncer a la laringe. Solo un par de semanas antes, había recibido un homenaje por parte de actores, artistas y escritores nacionales, al que asistió pese a encontrarse hospitalizado. (Memoria chilenA. Biblioteca Nacional de Chile). 





miércoles, 22 de agosto de 2018

DORALISA SE LANZÓ BAJO EL TREN DE LAS 14




















Yo sé que tú eres la misma de hace 20 años, Doralisa,
y que nada ha cambiado para ti, para nosotros,
que habías de etenizar tu juventud y mi niñez
en ese dia y esa hora -las 14.
Esparcida sobre lucientes rieles te recuerdo, Doralisa,
derramada entre dedales-de-oro en flor
(Fue en Primavera no es cierto, Doralisa?)
Y qué blanco tu cuerpo, qué blanca, Doralisa,
y tu cabellera negra enrollándodose
y desenrollándose a1 viento entre las yerbas.
Y tu cuerpo, Doralisa,
desperdigado sin orden ni sentido
como si hubieras querido hacer de ti misma un enigma
que nadie pudiera descifrar debidamente.
Ah Doralisa, Doralisa,
eres pare mi un recuerdo despedazado
que debo empezar e armar pacientemente
-un ojo junto a otro ojo,

una pierna y la otra juntamente
y tus senos y tus manos y tu cabelllera sobre todo
y tus pies desnudos sobre la tierra.
Y yo te armo, Doralisa, compongo tu figura
y me llegas intacta a la memoria.
Y enseguida te desarmo, te deposito en tierra,
te disperso,
porque tú eres un recuerdo que vive en mi, Doralisa,
y que no me pertenece.




Hernán Miranda 


 
Hernán Miranda. Poeta nacido en la ciudad de Quillota en la Región de Valparaíso, Chile, en 1941. Estudió Castellano y Periodismo en la Universidad de Chile y es Magíster en Filosofía Política por la Universidad de Santiago. Miranda cruza la ciudad y el mundo rural en su poesía, repartida en 12 libros. Estos van desde Arte de vaticinar (1970) hasta Morado (2011). Además de lo mejor de estos títulos, Bar abierto recoge varios poemas inéditos. En 1976 Hernán Miranda recibió el prestigioso reconocimiento del Premio Casa de las Américas por su obra La Moneda y otros poemas, por lo que este libro suyo tuvo una amplia circulación internacional. En marzo de 1984 protagonizó una memorable intervención en el Zoológico Municipal de Santiago al encerrarse por todo un día en una jaula como acto de protesta. El final de la década de 1980 vio la aparición de tres importantes volúmenes de Hernán Miranda: Versos para quien conmigo va (1986), Trabajos en la vía (1987) y De este anodino tiempo diurno (1990) con que obtuvo un premio del diario El Mercurio y el Premio Municipal de Santiago en 1991.Otras obras:  Sonetos (1992), Décimas de nuestra tierra (1993) y Anna Pink y otros poemas (2000).



IMAGEN: Pintura de Francis Bacon.





martes, 21 de agosto de 2018

LA CABAÑA DE MADERA



Yo siempre estoy ebrio
El trago es algo que viene después
Como el viento como los sueños
Como las nubes que veía pasar un amigo en
.......................................... Hautefeville
Cuando ni siquiera él sabía que era vidente
Estoy en una cabaña
Y en la rugosa madera
Surgen rostros fisuras que nadie puede imaginar
Estoy viajando en esta cabaña
Como quien abre una puerta para no encontrar el vacío
Para recorrer lugares jamás recorridos
Aquí alguna vez existió otra gente
Con otras voces otros ámbitos
Pero la rugosa madera no recordará la forma
Sino la huella que dejaron dos seres
Amándose sobre este diminuto espacio del planeta.



A BORDO DE UNA PELICULA BLUE

Sentado en una de las butacas del cine Normandie
Podía estar en este mundo como en otro mundo
Y ella también
Porque volaba y volaba a través de mis ojos
Como un amor recién inaugurado
Apenas revelado por el azul
Sentado entonces a bordo de ese biplano
Sentí por primera vez que a pesar de amarnos
Y de ver girar nuestras vidas en el film
Nos teníamos que separar para siempre
Ella sólo me había visitado en sueños.

(De: A vuelo de poeta,
1996)

Francisco Véjar




Francisco Véjar. Poeta chileno (Viña del Mar, 1967). Antologador, critico literario. Actualmente, dirige el taller Villarreal. Ha publicado Fluvial (1988), Música para un álbum personal (1992), Continuidad del viaje (1994), A vuelo de poeta (1996), Canciones imposibles (1998), País insomnio (2000), El emboscado (2003) y Bitácora del emboscado (2009). También ha sido seleccionado en diversas antologías, tanto en Chile como en el extranjero. Fue coordinador del libro El Molino y la Higuera y seleccionador de textos de Hotel Nube, En el mudo corazón del bosque y Lo soñé o fue verdad del poeta Jorge Teillier. En 1999 edita la Antología de la joven poesía chilena. Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, catalán, portugués y croata. En la actualidad es columnista del diario El Mercurio y colabora con la revista Clarín de España. Se desempeña como docente en la Universidad del Desarrollo en Santiago de Chile.





lunes, 20 de agosto de 2018

EN FINA CEREMONIA





















Egon Schiele pintando a Valerie Neuzil.
Valerie en el piso
quitándose las medias.
Vally en blusa roja,
con las rodillas en alto.
Valerie menor de edad
yaciente y obscena
tendida en la alfombra de una casa
en un pueblo
al norte de Bohemia.



María José Ferrada



María José Ferrada Lefenda (Temuco, 1977) periodista y escritora chilena, máster en Estudios de Asia y Pacífico por la Universidad de Barcelona. Sus libros infantiles han sido publicados en Chile, España, Argentina, Colombia, Brasil, México e Italia.   (Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Diego Portales de Chile. Estudió Lingüística aplicada a la Traducción en la Universidad de Santiago de Chile y realizó un master en Estudios Asiáticos por la Universidad de Barcelona. Participó en el Taller de Escritura de la Fundación Pablo Neruda y publicó su primer libro en 2005. También es autora de guiones para cortometrajes, colabora con iniciativas literarias y teatrales, y ha publicado libros infantiles. Entre sus obras destacan "Un mundo raro" y "El baile diminuto" (Beca del Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, Chile), editada por KALANDRAKA. Trabaja como periodista y profesora del Instituto Chileno Japonés de Cultura.





sábado, 18 de agosto de 2018

QUÉ PLANETA TERRIBLE EL DE LOS CELOS






















Qué planeta terrible el de los celos

Pura materia oscura
sus tres núcleos, su manto y su corteza

Con esta gravedad insuperable
que todo distorsiona

que incluso a las miradas que se elevan
las vuelca contra el suelo

Un cielo falto de aire

Horadado jamás por las estrellas

Ignorante del sol.



AGAINST THERAPY

Me acuerdo que Anna Freud contaba
lo extraño que era Ferenczi
Un diálogo, sobre todo,
que se le hizo inolvidable
-Una hora, no sé
me está pareciendo un plazo muy forzado
Estoy dándoles más tiempo
Les debiéramos dar todo el tiempo que quisieran
-Pero y si un paciente quiere toda la tarde?
Y los que esperan afuera?
Ahí Ferenczi se quedó pensando
Un rato se quedó pensando
Y al final me dijo
-Quizá debiéramos tener un solo paciente
Anna Freud seguramente no lo supo
(y el diario se publicó 50 años después)
pero Ferenczi ese día, o el siguiente 
apuntó unas notas al respecto

Necesito del efecto sedante del amor
por lo menos tanto como mis pacientes
Yo también necesito ser el paciente único de alguien


Adán Mendez



Adán Mendez. Poeta chileno (Concepción, 1968) Fundador de Ediciones Tácitas. Autor, entre otros, de Te amo y te odio. Poesía erótica de Armando Uribe (Ediciones UDP, 2004) y Antología precipitada(Planeta, 1992)




jueves, 16 de agosto de 2018

EL FIN





El color de los cuerpos
que caen juntos
en una misma cama
como si la trampa
hubiese estado dispuesta
hace años
en esos granitos de arena
en los ojos de los ojos
en una playa en el sol
en unas rocas en la luna
o las nubes de una galaxia
girando a todo calor
debajo de la piel.

Esta piel.

El color de los cuerpos
que se desean
bajo una misma noche
en un secreto
que de tan secreto
es una nueva luz
pero a la vez
una nueva oscuridad
entre otras piernas
que caminan hacia acá
entre las sombras
de una ciudad en ti.

Esta ciudad
Ése es el secreto.

Ése es el límite
de tu aproximación
y mi caída.


Es la pregunta
de si mañana
amaneceremos juntos
en un mundo sin mañana.



II

Te observas en el mar
como si fueras a lo lejos
el horizonte chiquito
de tus ojos
que rehúyen su propio reflejo
su propia luz
su propio anochecer.


los barcos dices amar
y esos barcos eres tú
siguiendo la línea
que dejan las estrellas
sobre su desaparición.


Cada nuevo detalle del cosmos
lo haces tuyo
y lo ofreces sin palabras
a un dios
que también es mi dios
pero del cual desconocemos
sus colores
su saliva
su luz profunda y su pena.


Un dios sin amanecer
como esta brisa
que rasguña mis labios
con la sal
en que se han convertido
los muertos
de este deseo.


Las olas rompen en ti
como los años en mi cabeza
como las noches que pasan
entre nosotros
y no nos ven
en el vértigo de verte durmiendo
en el fondo de los corales
que no me dejan respirar
la vergüenza.


Sangro de a poco
sobre este cuaderno
me enfrío de blanco las manos.


Las estrellas allá
huelen a piel y sal.


Todo lo que es polvo
acabará esta noche
en mí.



III

Alejas cada rincón
cada meteoro
entre tu cielo y el mío
huyes del monstruo
y del fondo del mar
que ves en mí
cuando te ves al espejo.


Nos reflejamos
y no sabemos qué hacer.


Deseo y miedo
es un mismo dios.


Una misma caverna
y una misma isla.


Uno que muere cada día
cada noche
en cada naufragio.


La renuncia es otro placer
uno para desconocerse
en medio
de las ráfagas de muerte
que la historia trae consigo
sobre la geografía.



IV

Desbordas luz y no te das cuenta
quieres enterrar tu corazón
en el fondo del bosque
donde vives tú
entre los árboles
que le roban el terciopelo
a las constelaciones.


Te asesinas cada noche
y tus ojos aparecen detrás
de esas montañas al amanecer.


No son montañas
es el porvenir
de tus manos.


Estás dentro de mi nombre
y eres yo mismo en el futuro.


El amor sólo es posible
entre cadáveres.

Lo sabemos.

Pocos metros quedan
para que pasemos juntos
una eternidad
una eternidad
hasta la estrella de la mañana. 



V (epílogo)


Amaneció
y la noche cósmica
ya no es más.


Ciertamente un cadáver
se despide de mí
el mismo que se frotó en mis ojos
cuando en un momento pensé
que el mundo entero era un momento.

El nuestro.
Ya no es más.

Todo ha desaparecido
con el óxido de un mar de acero.


Todo ha desaparecido
y alguien sonríe en otro país.

Ése era el secreto.
Todos los sabían menos yo.



Héctor Hernández Montecinos



Héctor Hernández Montecinos (Santiago, Chile, 25 de noviembre 1979. Es uno de los poetas chilenos más reconocidos de la última década. Licenciado en Literatura y Doctor en Filosofía en la especialidad de teoría del arte. De su proyecto Arquitectura de la Mentalidad, que consiste en tres trilogías se han publicado hasta el momento La Divina Revelación y Debajo de la Lengua. En paralelo a su labor poética, Héctor Hernández Montecinos se ha desenvuelto como gestor cultural y editor. Recopilando antologías importantes como 4M3R1C4: Novísima poesía latinoamericana, o Halo: 19 poetas chilenos nacidos en los 90. Además ha realizado ensayos y recopilaciones de escritores como El imperio de los sentimientos, Obra reunida de Antonio Silva (2015) y Verás, Muestra de poesía, prosa y material inédito de Raúl Zurita (2017)El año 2009 Héctor Hernández Montecinos fue galardonado con el Premio Pablo Neruda de chile: en razón de su profusa obra poética experimental y vanguardista, su aporte a la poesía y teoría chilena, y a la escritura nacional.






martes, 14 de agosto de 2018

LOS VENDEDORES DE PAÑOS DE COCINA




Los vendedores de paños de cocina han invadido la ciudad
y tienen el monopolio amoroso de madres, parientes
y amigos.

Los de sexo masculino se acostaron con nuestras novias
y nosotros hicimos otro tanto con las bellas vendedoras.

Es por eso y no por la resaca o la marihuana como crees
que Julián se queda absorto al secar un plato o afilar un
cuchillo.

Los vendedores de paños de cocina irrumpen en la tarde:
somos nosotros, los primos, hermanos, los tiempos.

-¿Buenas tardes, se encontrará la dueña de casa?
Piensas en trucos de supervivencia, en la invasión

y en el diseño de paños que se llevan los vestigios de la mesa.
Los vendedores de paños de cocina han invadido la ciudad,

cortan la parte no roída de manteles y ropavejerías;
estropajos para tardes cesantes sin platos que lavar,

hurgan en cuartos de trastos y recuerdos.
Observan en el mercado de Av. Independencia

el brillo en los ojos de las mujeres al mirar las telas
que imaginan vestidos para un verano o una gala .


Germán Carrasco (Santiago de Chile,1971)