FRUTAS
Amanece. Pelo una de las naranjas que junté al anochecer. Tiene poca cáscara y es muy jugosa. Riquísima, como fruta del despertar. Un momento feliz, diría, aunque algo incomoda, un zumbido extraño que hiere los oídos, que hiere, lastima, lacera. La radio, imperceptible hace unos instantes, ahora, la siento, encendida de odio, estupideces y mentiras, repitiendo tapas de diarios de infiernos que no vendrán. Carezco de estómago para tanto. Pero nunca hay que olvidarse del enemigo, el verdadero, pienso. ¿Es así? No lo sé. El que sabe es mi estómago. Exprimo un limón. Desenchufo la radio. Pelo la segunda naranja, dispuesto a disfrutar, lo mejor posible, del día.
MÚSICA DE JAZZ
Las sillas del jardín inclinadas sobre la mesa. Piedras y arbustos, una maceta caída, vacía. En la pérgola, la parra colmada de racimos de no-amanecer. La lluvia aún no cesó, pero es leve, fina, tan fina que acaricia como música de jazz las chapas del techo. El interior es el exterior de mis cosas. El vidrio, apenas humedecido, mi rostro.
TATUAJES
La pensaba como a una diosa felina. Aunque en realidad era otra cosa, una verdadera zoología quebrada. Una gatita, en todo caso, tatuada en sus tetillas y en su trasero, con demasiados pocos años en su haber, y casi nada que decir. En vez de provocarnos, nos hacía divertir como suelen hacer esas chicas anarco-burguesas que muestran su plasticidad literaria a través de facebook.
José María Pallaoro
José María Pallaoro nació en La Plata (en casa de una partera, calle 70 nº 1130), en 1959. Vive en City Bell. Es director de la revista de poesía El espiniyo y editor de Libros de la talita dorada. Publicó en poesía: “El viaje circular”, “Pájaros cubiertos de ceniza”, “Cuando llueve el mundo es otro”, “Andante ma non troppo tren”, “Son dos los que danzan”, “Poemas anteriores”; en 2009, 6 plaquetas en Sobre; y EL flautista de City Bell, entre otros libros. Coordina talleres de escritura, y administra, entre otros, los blogs literarios: Aromito, Poesía La Plata y Los ojos.
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