miércoles, 7 de agosto de 2019

FORMA PARTE DE MI GUERRA

























4-
nos iremos a un país muy lejano. ya no
te tengo miedo. puedo abandonar la vida
por vos. ya estoy demasiado viejo para cuidar
el estanque. ¿estás vos ahí dentro? sin hacer
caso de la música, cierro los ojos y me duermo.
porque soy capaz de encontrarte en la oscuridad
de la noche. no hay nada peor que un sueño
digno. es la única prueba de que está ocurriendo.
cuidado con lo que ya aprendiste de memoria,
desocupado lector, porque podés llegar a creer
que lo conocés, incluso que es de tu propiedad.
confío en las palabras, en la oscuridad
de la vida. forma parte de mi guerra.


5-
es exacto, completamente exacto.
un antiguo cumplido que no se
me ha olvidado. que me abrevia la noche
y esto y lo otro y lo de más allá. y mi certificado
de identidad también. una palabra no es mejor
que otra, pero es una palabra. aunque recorrás
el mundo entero no vas a encontrar otra
que se le parezca. y queda mucho más lejos
que eso. que los aeropuertos, las estaciones
terminales o diez campanadas nocturnas
en algún reloj. parecía el final de algo, la única
que constaba. iba a escribirlo de todos modos.
sólo que quise escribirteló a vos primero.
seguimos en el mundo. demos gracias. lo antiguo
es un adorno adquirido. o un recuerdo.
no lo nuestro.


6-
y tendría tiempo para aprenderlo bien.
de memoria. uno de esos que se recitan
mientras entregás un ramillete. en alguna
terraza ventilada de este mundo voy a bajar
las pupilas para envejecer. como soy quien
lo sueña, realmente lo puedo ver. ya aprendí
a emborracharme sin decir lo que siento.
ojalá me oyeras entonces. hablándote bajito
atrás de las dos tapas. frente al sol que tardaría
en ponerse. cosas todas que no estimo necesarias
pero que serían tan hermosas y tristes ahí.
inmóviles bajo la luz. consintiendo
que se cometa el delito. la diferencia
entre lo que querés y lo que un día descubrís.


12-
de haber acatado a mis padres me parecería
a ellos. y soy un peldaño, un incauto
que fabrica sus zapatos. dejemos que sea
un secreto. aún hoy, después de tantos años,
me finjo burlado y me hablo como si realmente
lo hiciese a un pariente político. si por un
momento cayó mi palabra en la torpeza,
en la duplicación de mis extravíos en artículos,
críticas, manifiestos o estudios teóricos, y fui
sucio, borracho y maldito y a la clásica usanza abrí
mis labios en discurso de amor, decirlo me ayudó
a dormitar. dentro de un mismo sueño cambia
la brisa, el contenido significativo de una palabra
y con ello también la producción estandarizada
en masa de objetos pomposos a partir de la falta
de contenido real con su experiencia exterior.
continuaremos así, aunque no se entienda nada.


17-
sólo necesita que le recuerden que la música
existe. tendido en la hierba, los brazos debajo
de la nuca y los ojos cerrados. que lo acepta a él,
al forastero que llega en una noche lluviosa
y la destruirá. por palabras. por lo grosero,
descuidado y torpemente pretencioso.
pero quién necesita la música, quién la quiere.
¿sos un griego, un pagano idólatra que escribe
como si no tuviese nada que ofrecer y ningún
lugar adónde ir? puedo hacer mi selección,
impugnar, atraer e incluso percudir este
rectángulo de tizne y malezas que incluye
un cercado de alambres donde antaño solían
cabalgar reyes pretéritos. recobrá cierta adustez,
alberto. leé las publicaciones norteamericanas,
los mercados, las ferias, los remates, el estrépito
de la gente que compra y vende. ya te habías
quejado de los establos, del frío, durante
las represalias del año uno del siglo. exceso
de trabajo y falta de alimentación, el estímulo
al arte nacional. cantaremos en cada
cementerio del país.


27-
sucedió algo determinado. prometí algo
sin decir qué, rendí las llaves de una ciudad,
lo empeñe todo y empecé de nuevo.
para escribirlo. para procurar evidencia.
para obligarme a creer en esa peripecia que hace
brotar flores de mistol, del aire, tan sólo
con aludirlas. definitivamente, no hay prisa.
un cielo impecablemente negro, el papel
limpio y vacío y perfectamente ordenado
mientras nuestras moléculas se confunden,
tienden hacia lo que van a destruir, establecen
su propia relación con el pasado.
cosas que uno nunca aprendió
y que recuerda nomás. o que imagina querer.
existen como este manuscrito, un río o un rincón,
indiferentes a quien lo descifre o a quien
vaya a hundirse en él.


33-
todo ya fue escrito hace mucho tiempo.
los insectos estivales chocaban contra
la lámpara. ahora lo único que te resta es exponer
material de desecho, reiterar la sencilla crónica
de su pasado, los atributos externos
con los números pegados en ellos para los salones
de subasta. y que sea incompleto o repelente
en la vetustez de su tema. estuviste ausente
y encontrás de pronto las puertas cerradas
y las ventanas a oscuras. y tras el frescor de ese
primer cortejo, devuelto a su sentido prístino
el impulso de ponerle un fin iracundo, resolvés
escribir otro poema (cedido, propio, hurtado),
no importa sobre qué. extendés la mano y te decís
adiós con escénica rapidez, sorprendido sin una
opinión sobre los detalles faltantes, sin ocultarte,
permaneciendo en un rincón.


(Envío de Verónica Vega;del libro:
Forma parte de mi guerra,
Bernacle ed., 2019)

Alberto Cisnero (La Matanza, Buenos Aires, 1975)








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