2-
y sí dije sí
lo haré sí. hasta que no quede más
que la madera sana, yo también quiero
llorar
o tener un secreto digno de encubrir,
algo
para completar con palabras, cuando
algunas
tardes tu nombre asoma, trémulo en el
estanque,
más diáfano que cualquiera, a persuadirme
no sé de qué. a hacerme creer que estoy
vivo.
que en este libro hago el papel de
alguien
que escribe un libro.
3-
en tu cielo de estrellas, prusias.
cobaltos,
ultramar, negué, pero estoy cortejado,
tuyo
en concreto, y alego lo hermoso del
mundo,
la luna se sucede constante e ida. y
también
la apaño. para vos. porque te procuro
siempre
lo más suave, ya todos lo saben, corazón,
intacto corazón en quien me reconozco.
fue y es para vos, también, y lleva
consigo
el tiempo en que falta la claridad del
día.
8-
aquello era una sucia farsa,
lloverá sobre tu nombre, claramente, dios
te bendiga,
he conocido el amor y he traído una sola
cosa,
un recuerdo de sol harto, pareció
alejarse,
alejarse muchísimo, pero llevo su imagen
límpida en mi corazón, viajamos juntos
durante muchos días, nos íbamos
anunciando,
como quien mira en un acantilado,
una ventana.
10-
sucedió todo eso, sucedió y ya no sucede,
algo vivo y quizá definitivo que, como un
dique,
tenía su punto de menor resistencia,
sin que yo lo merezca, me favoreció en la
niebla
o las nubes, según hubiera sol o lloviese.
uno
espera y se despide de lo mismo, agua lustral
hasta el agua de los caños, ni el oro, ni
la paga:
tengas noche feliz y dulce sueño, te doy
estas
señales, el rumor, luego lo abrupto,
surgirán
ya las flores, si de eso hablábamos.
16-
en el acto o en algún tiempo y sin dejar rastro,
suben y bajan las pesas del reloj, y
siempre
avante, este es un sitio encantador, la
noche
es hermosa y quiero sentarme junto a vos,
a la luz de la luna, sorber un tóxico,
las sombras
se agrandan porla luz de la
luna, se ratifican
en un estanque de agua, no podrían
sustraerse,
cuán distintas son las palabras de hoy.
tampoco confié en que sabiendo lo que
hacía,
pudiesen ampararme, vivo o muerto.
21-
de pronto todo cesó, todo fue quietud para
el tacto, las cuentas chocando entre sí. Nudos.
frágiles unidades, enlazadas como manos.
al comentar algún pasaje quise evitar
un recuerdo, pero no pude. corre
la de costumbre. el polen de una flor
marchita,
una sombra parcial y semicircular, sobre sí
misma, tal vez sea, ésta, la última vez
que te vea.
sitio de la blancura, despojado del
corazón.
y sin saber qué guardabas.
31-
dejé las más simples para el final,
aunque resulta
difícil saber qué decirle a alguien así.
cómo
se rompe un hechizo y hacer que sea
cierto.
tendrás su recuerdo. pero un recuerdo
casi nunca
es lo suficientemente bueno para. tendrás
suficiente tiempo para hablar cuando
tus mejores días hayan pasado, o al pasar
la vista por estas líneas, en el reino
de este mundo y hacer que sea cierto.
Alberto Cisnero (La Matanza, Buenos Aires, 1975)
(del libro: Oquei, gracias,
editado por Barnacle,
Bs.As., 2017;
Gentileza del autor)
"Enero", de Las cuatro estaciones, pintura de Ariel Mlynarzewicz.
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