después de la historia y ya casi
después de mí
hay que volver a escribir
sacudamos la cabeza
como quien cambia el color y el corte de pelo
seguir escribiendo
cuando el lobo ya no muestra las orejas sino la sonrisa
cuarenta años después me dijo
te recuerdo riéndote en la librería
seguir escribiendo
sin volver a un lugar en el que ya no estamos
como esa muchacha que ríe intocada en un recuerdo
los
comentarios que no se merecen
los
comentarios de funcionarios atontados
por lecturas
por saber todo sobre los poetas
por talleres
de llamados editores que les hacen vivir
el sueño de ser poetas
quince
minutos mediante libros fantasmas
por qué los
que escriben están sometidos a una
exposición de la nada
a dulces
inexistentes que tratan de entrar en nuestras
vidas
sólo
pregunto
por qué esta
impudicia
ahí están
las palabras sobre un papel
muchos
queremos que sólo sea eso
no hay que
darle la palabra
al tonto
sensible
rescatará lo
peor
nuestro
momento miserable
nuestro
momento de duda
hay que darle
la palabra
a los que
nunca complacen
y a veces ni
acompañan
pero nunca
traicionan
el poeta que
a veces
tiende silencio sobre verdades inútiles
toda palabra
es el eco de cosas dichas hace años que
sólo el poeta escucha
si quiere
pedir cuentas
se las pide
a él mismo
y bajo otros
cielos cierra los ojos para sobrevivir.
palabra y silencio
mucho silencio
estamos a salvo
Del libro: Novísimos-
Poemas Inéditos,
AH, Hidalgo, Edit., 2019
Juana Bignozzi (Argentina, Buenos Aires, 1937 -Id., 2015)
IMAGEN: "Caprichos", fotografía de Annemarie Heinrich.
IMAGEN: "Caprichos", fotografía de Annemarie Heinrich.
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