MONÓLOGO 3: EL PERRO
toda la noche
seguí el rastro
de la luna
nunca llegué
seguí su olor
como una huella
hacia mi corazón
la jauría de estrellas
también está dispersa
la luna
otro animal abandonado
un milagro perdido
una bengala errante
el amor
deja sus náufragos
en una noche inmensa
como el mar
sigo un rastro
conozco lo que huye
por lo que abandona
los pájaros
huelen a cielo
de lejos
como un amor callado
la luna me cobija
escucho el rolido
de la noche
contra su orilla
un mar de cenizas
me arrulla
un alma de silencio
claridad
en la luna hay un perro
aullándole a la tierra
sigo un rastro
como si fuera yo
después
más allá
gravitando la luna
como mi corazón
alrededor del árbol
también me engaña
una lámpara
cuando la soledad
es oscura
sigo por seguir
historias
cifradas en olores
camino soñando
con la luna
una pradera bianca
no encuentro pared
ni persona
que me cierre
el paso
un calor blanco
y la arena
translúcida
la piedra es de agua
y las mariposas
soñar es ser
en la luz
vernos como la luna
nos ve
cuando está oscura
la llamo
salto, le aúllo
en la luna hay un árbol
y me mira
el universo parece
en calma
porque todo se mueve
acompasado
aúllo
le aúllo a la estrella
en la oscuridad
escucho su aullido
infinito
desesperado
quería ser un perro
de la luna
allí duermen seguros
y abrigados
amados
los perros de la luna
son árboles enamorados
de ser
y de alumbrar
salto
salto
salto
la luna está lejos
la tierra
demasiado cerca
en medio los pájaros
el aire los ama
una corriente
ingrávida los alza
sin esfuerzo
los sostiene
en la orilla donde ser
no es caer
si iba a caer en la trampa
del mundo
hubiera preferido
a la manera de la lluvia
la noche es un baldío
y no hay refugio
llovió
la noche entera
formando un lago
donde flotaban latas
y jeringas
otro árbol
con raíz en la luna
centelleaba en el agua
nubes turbias
entre botellas hundidas
otra alambrada
blanda
móvil
para poder atravesarla
me sumergí
cuando trepaba a la luna
la hundía
el cielo y su azogue
de barro
después las ranas
los grillos
estridentes
me uní a la plegaria
desaforada
llamamos
llamamos
llamamos toda la noche
sólo llegó
otro amanecer
¿existe otro modo
de ser libre
que quedarse solo?
como mariposas
las hojas amarillas
revolotean
salto
corro
hasta alcanzarlas
paso la lengua
por su papel áspero
siento el mensaje
del árbol:
enamorarse es caer
y que parezca un vuelo
Hilos
editora, 2018)
Susana Villalba nació en Buenos Aires, Argentina, en 1956. Es
poeta, dramaturga, crítica teatral y gestora cultural. Integró el Consejo de
redacción de la revista Último Reino, dictó talleres literarios; de cine y
literatura; de poesía y fotografía, en
la Universidad de Letras de la U.B.A. Cursó la
carrera de dramaturgia y distintos seminarios de cine. Recibió la Beca
Guggenheim 2011 (en Poesía) y el 2do Premio Municipal de Buenos Aires 2004/5
(Poesía édita). Integra diversas antologías argentinas e internacionales.
Asistió a numerosos festivales internacionales. Es Asesora Artística de la
Dirección del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. Creó y dirigió la Casa de la Poesía de la Ciudad (1999)
y la Casa Nacional de la Poesía (2000) y los Festivales Internacionales de
Poesía de dichas instituciones. Escribió y dirigió las obras teatrales Corazón
de cabeza; Feria americana; Obsidiana; La muerte de la primogénita, La voz de
la luz y Mi noche ideal. Realizó diversas performances con video y objetos,
entre ellas Formatos de Julietas, en Haroldo Conti, y La voz de las piedras; una
de ellas fue publicada por el Instituto Nacional del Teatro; otra recibió la
Mención del Fondo Nacional de las Artes. Dicta la materia Poesía en Dramaturgia
para la Maestría en Dramaturgia de UNA. Dirige la Casa de la
Lectura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Diseña y conduce un programa radial de Poesía en la página Web de la
Biblioteca Nacional. Conduce un programa radial de Poesía en la página
web de la Biblioteca Nacional y realiza crítica teatral en la Revista Ñ
y condujo el programa de entrevistas a directores teatrales en Canal Ciudad. Libros
de poesía publicados: Oficiante de Sombras, 1982; Clínica de muñecas, 1986;
Susy, secretos del corazón, 1989; Matar un animal, 1995 en Venezuela, 1997 en
Argentina; Caminatas, 2000; Plegarias, New York, 2002; y La bestia ser,
publicado en 2018, libro por el que obtuvo el Premio Nacional de poesía, en 2019.
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