un puente
cortado al medio
estar en el borde del andamio estar
en la punta de una grúa
en lo alto de este puente cortado al medio
de este puente que un día quién sabe
uniría dos montañas un puente
sobre el valle desplegado en tonos de verde
pienso que estar en el borde del andamio es
permitir recuerdos que nos detienen nos lanzan
imágenes que insisten y un olor imperceptible en el aire
siempre un puente que se construye sobre
un valle temporal infinito
infinitamente plegable en tonos de verde y entonces
lo que ocurre es la construcción de un puente
que muchas veces no se concluye y queda como éste
cortado al medio una punta para cada lado
como dos brazos que se estiran al máximo
uno en dirección al otro
uno apoyado a cada lado del gran valle
sin conseguir tocarse
***
dejame ir era
la chica que decía dejame
ir así mismo como estoy descalza camisa
arrugada dejá dejame era la voz de una mujer
allá lejos muy fina aguda era un pedido él
se anudaba a sus pies no la dejaba así nomás
la mesa puesta para el café ella sabía que el tiempo había sido
este no era un tiempo planeado simplemente
éste ella sabía que él pedía algo imposible dejame
es simple más simple que atrapar a una
imagen soy apenas una imagen atravesando
la ventana la luz blanca apenas una visión necesito
partir así mismo descalza los cabellos
despeinados el tiempo de este modo sobre nosotros
veloz como un evento banal habitual dejame
la voz era fina suplicante él no la dejaba ir los brazos
se ataban a las piernas a la cintura a la piel de una imagen
blanca tan blanca que no se veía sólo él la veía y
la agarraba a distancia un barco incluso sin el tacto
el olor los pies los cabellos despeinados los pies en el piso la historia
agotada por el tiempo súbito un farol pasando por una esquina
la iluminación súbita del farol el vidrio iluminado de reojo
la visión el vapor él se ataba ella pedía dejame ir es simple
necesito ir me estoy yendo así mismo como estoy
los pies tocando levemente el piso adelante y atrás
(Del libro “Tejer y destejer– 7 poetas contemporáneas del Brasil”,Ed. BAJOLALUNAPOESÍA, 2020.
Annita Costa Malufe
(Selección y traducción: Agustina Roca)
uma ponte cortada ao meio
estar na beira do andaime estar
na ponta de um guindaste
no alto desta ponte cortada ao meio
desta ponte que um dia quem sabe
ligaria duas montanhas uma ponte
sobre o vale desdobrado em tons de verde
penso que estar na beira do andaime é
permitir lembranças que nos suspendem nos lançam
imagens que insistem e um cheiro imperceptível no ar
sempre uma ponte que se constrói sobre
um vale temporal infinito
in finitamente desdobrável em tons de verde e então
o que se passa é a construção de uma ponte
que muitas vezes não se conclui e fica como esta
cortada ao meio uma ponta para cada lado
como dois braços que se esticam ao máximo
um em direção ao outro
um apoiado em cada lado do grande vale
sem conseguir se tocar
me deixe ir era a moça que dizia me deixe
ir como estou assim mesmo pés no chão blusa
amarrotada deixe me deixe era a voz de uma mulher
la longe muito fina aguda era um pedido ele
se amarrava a seus pés ele não a deixava não assim
a mesa posta para o
cafe ela sabia que o tempo tinha
sido
este não um tempo planejado mas simplesmente
este ela sabia que ele pedia algo impossível deixe-me
é simples mais simples do que se prender a uma
imagem eu sou apenas uma imagem adentrando
a janela a luz branca apenas uma visão preciso
partir assim mesmo de pés no chão os cabelos
desalinhados o tempo deste modo sobre nós
súbito como um evento banal corriqueiro deixe-me
a voz era fina suplicante ele não a deixava ir os braços
se atavam às pernas à cintura à pele de uma imagem
branca tão branca que não se via apenas ele a via e
a prendia mesmo longe um vapor mesmo sem o tato
o cheiro os pés os cabelos em desalinho os pés no chão a história
rompida pelo tempo súbito um farol passando numa esquina
a iluminação súbita do farol o vidro iluminado de relance
a visão o vapor ele se atava ela pedia deixe-me fr é simples
preciso ir estou indo assim mesmo como estou
os pés tocando de leve o chão à minha frente e após
Annita Costa Malufe (San Pablo, 1975).
Tiene un doctorado en Teoría e Historia
Literaria (Unicamp), un màster en Comunicación y Semiótica (PUC-SP) y un postdoctorado en Samuel Beckett (USP). Ha publicado los libros de poesía: Fundos para días
de chuva (Editora 7Letras, 2004); Nesta cidade e abaixo de teus olhos (Editora 7Letras,
2007); Como se caísse devagar (Editora 34, 2008), semifinalista del Prémio Portugal Telecom; Quando não estou por
perto (Editora 7Letras 2012), semifinalista del Prémio Portugal Telecom; Um caderno para coisas
práticas (Editora 7Letras, 2016), semifinalista del Prémio Oceanos (2017); Ensaio para casa vazia
(Editora 7Letras, 2016). Ha publicado los siguientes ensayos: Territórios dispersos: a poética de Ana
Cristina Cesar (Ed.
Annablume/Fapesp, 2006); y Poéticas da
imanência: Ana Cristina Cesar e Marcos Sisear (Editora 7Letras/Fapesp, 2011).
2 comentarios:
Preciosos poemas. Muy inspiradores e ideales para reflexionar. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
Un abrazo.
Bueno, Rocío, muchas gracias, pasaré por tu blog, claro. Un abrazo.
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